INTRODUCCION
Estas Pautas están orientadas a los investigadores, a los
encargados de las políticas de salud, miembros de los comités
de evaluación ética y a otras personas que se ven enfrentadas
a problemas éticos que surgen en la epidemiología. Pueden
también ayudar al establecimiento de normas para la evaluación
ética de los estudios epidemiológicos.
Las Pautas son una expresión de la preocupación
por asegurar que los estudios epidemiológicos se atengan a
normas éticas. Estas normas se aplican a todos los que emprendan
cualquiera de los tipos de actividad cubiertos por las pautas.
Los investigadores deben siempre asumir la responsabilidad
de la integridad ética de sus estudios.
La epidemiología se define como el estudio de la distribución
y los determinantes de las situaciones o sucesos relacionados
con la salud en poblaciones específicas, y la aplicación de
ese estudio al control de los problemas de salud.
La epidemiología ha mejorado en alto grado la condición humana
en el presente siglo. Ha aclarado nuestra comprensión acerca
de muchos riesgos para la salud, sean éstos físicos, biológicos
o conductuales. Algunos de los conocimientos obtenidos se
han aplicado al control de las amenazas ambientales y biológicas
a la salud, como las enfermedades causadas por beber agua
contaminada. Otros conocimientos epidemiológicos han pasado
a formar parte de la cultura popular, dando origen a un cambio
de los valores y del comportamiento, traduciéndose de ese
modo en un mejoramiento de la salud: se pueden citar como
ejemplos las actitudes hacia la higiene personal, el consumo
de tabaco, las dietas y el ejercicio en relación con las enfermedades
cardíacas, y el uso de los cinturones de seguridad para reducir
el riesgo de lesiones y de muerte en accidentes del tránsito.
La práctica y la investigación epidemiológica se basan más
que nada en la observación y no exigen procedimientos invasivos
más allá de las preguntas que se hacen y los exámenes médicos
rutinarios que se llevan a cabo. La práctica y la investigación
pueden superponerse una a la otra, como por ejemplo, cuando
la vigilancia rutinaria del cáncer y la investigación orignal
sobre dicha enfermedad son realizados por personal profesional
de un registro oncológico basado en la población.
La investigación epidemiológica es de dos tipos principales:
de observación y experimental.
Se distinguen tres tipos de investigación epidemiológica de
observación: los estudios de corte transveral (conocidos
también como encuestas), los estudios de caso-control
y los estudios de cohorte. Estos tipos de estudio suponen
riesgos mínimos para los participantes. No implican procedimientos
más allá de las preguntas que se hacen, los exámenes médicos
que se llevan a cabo y, a veces, análisis de laboratorio o
exámenes de rayos X. Se exige normalmente el consentimiento
informado de los participantes, aunque hay algunas excepciones,
por ejemplo, estudios de cohorte muy amplios que se realizan
exclusivamente examinando historiales médicos.
Un estudio de corte transversal (encuesta) se ejecuta
por lo general sobre una muestra aleatoria de una población.
A los participantes se les hace preguntas, exámenes médicos
o se les pide que se sometan a análisis de laboratorio. Su
objetivo es evaluar aspectos de la salud de una población,
o probar las hipótesis acerca de las posibles causas de enfermedades
o presuntos factores de riesgo.
Un estudio de caso-control compara la historia de
exposición al riesgo entre los pacientes que presentan una
afección determinada (casos) con el historial de exposición
a ese riesgo entre las personas que comparten con los casos
aspectos como la edad y el sexo, pero que no presentan dicha
afección (controles). Las diferencias entre casos y controles
en cuanto a la frecuencia de exposición al riesgo ocurrida
en al pasado pueden analizarse estadísticamente para probar
las hipótesis sobre las causas o sobre los factores de riesgo.
Los estudios de caso-control son el método preferido para
probar las hipótesis sobre afecciones poco comunes, porque
se pueden hacer con un número pequeño de casos. Generalmente
no implican la invasión de la vida privada de una persona
o la violación de la confidencialidad. Si un estudio de caso-control
exige el contacto directo entre los investigadores y los participantes
en el estudio, es necesario obtener el consentimiento informado
de los voluntarios que participarán en el estudio; si significa
sólo una revisión de fichas clínicas, puede no ser necesario
dicho consentimiento y de hecho puede no ser factible obtenerlo.
En un estudio de cohorte, conocido también como estudio
longitudinal o prospectivo, se identifica y observa durante
un período determinado, por lo general de años, a personas
con diferentes niveles de exposición a factores de riesgo,
y las tasas de ocurrencia de la afección o enfermedad se miden
y comparan en relación con los niveles de exposición. Se trata
de un método más sólido de investigación que un estudio de
corte transversal o uno de caso-control, pero exige el análisis
de un considerable número de personas durante mucho tiempo
y es además costoso. Generalmente implica sólo hacer preguntas
y realizar exámenes médicos de rutina; a veces se requieren
exámenes de laboratorio. Normalmente se exige el consentimiento
informado, pero una excepción a ese requisito es el estudio
de cohorte retrospectivo que utiliza historiales médicos vinculados.
En un estudio de cohorte retrospectivo, las observaciones
iniciales o básicas pueden tener relación con el hecho de
haber estado expuestos muchos años antes a un agente potencialmente
nocivo, como los rayos X, una droga prescrita o un riesgo
ocupacional, cuyos detalles se conocen; las observaciones
finales o definitivas se obtienen a menudo de los certificados
de defunción. El número de participantes puede ser muy alto,
quizás millones, de modo que sería impracticable obtener su
consentimiento informado. Es fundamental identificar en forma
precisa a toda persona estudiada; ello se logra por métodos
de equiparación que están incorporados en los sistemas de
vinculación de los historiales o registros. Después de establecerse
las identidades para compilar las tables estadísticas, se
borra toda información de identificación personal, y por lo
tanto se protegen la privacidad y la confidencialidad.
Un experimento es un estudio en el que el investigador altera
intencionalmente uno a más factores bajo condiciones controladas
con el fin de estudiar los efectos que ello causa. La forma
usual de experimento epidemiológico es el ensayo controlado
randomizado, que se realiza para probar un régimen preventivo
o terapéutico o un procedimiento diagnóstico. Si tales experimentos
involucran a seres humanos, deben considerarse poco éticos,
a menos que la incertidumbre acerca del régimen o procedimiento
sea genuina y pueda ser aclarada por la investigación.
En este tipo de experimento los participantes generalmente
se distribuyen al azar en grupos; en grupo recibirá y el otro
no, el régimen o procedimiento experimental. El experimento
permite comparar los resultados en ambos grupos. La distribución
al azar elimina los efectos del sesgo, que destruirían la
validez de las comparaciones entre los grupos. Puesto que
siempre es posible que se cause daño por lo menos a algunos
de los participantes, es esencial obtener su consentimiento
informado.
La epidemiología se enfrenta a nuevos desafíos
y oportunidades. La aplicación de la informática a grandes
archivos de datos ha ampliado la función y la capacidad de
los estudios epidemiológicos. La epidemia del síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y su manejo han otorgado
una renovada urgencia a los estudios epidemiológicos; las
autoridades de salud pública utilizan los estudios de examen
sistemático de la población para establecer los niveles de
prevalencia de la infección por el virus de inmunodeficiencia
humana (VIH) con fines de vigilancia y para restringir la
propagación de la infección. En el futuro se vislumbran tareas
importantes y totalmente nuevas, como las que surjan de la
conjunción de la genética molecular y de población.