36. Los miembros de los comités de evaluación
locales actúan como pares de los investigadores; y
los comités deben estar compuestos de manera que se
garantice un evaluación adecuada de los proyectos de
estudios que se les remitan. Entre sus miembros debe haber
epidemiólogos, otros profesionales de la salud y personas
legas en la materia capacitadas para representar una gama
de valores comunitarios, culturales y morales. Los comités
deben cambiar periódicamente para impedir que sus miembros
se tornen demasiado influyentes, y para ampliar la red de
personas que toman parte en la evaluación ética.
Para mantenerse independientes de los investigadores, los
comités deben evitar que todo miembro que tenga un
interés directo en un proyecto participe en su evaluación.
Conducta ética de los miembros de los
comités de evaluación
37. Los miembros de los comités de evaluación
ética deben poner especial cuidado en evitar toda tendencia
a una conducta no ética. Sobre todo, deben proteger
la confidencialidad de los documentos y deliberaciones de
sus comités. Además, no deben obligar a los
investigadores a someter el proyecto a una reevaluación
innecesaria.
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Representación de la
comunidad
38. La comunidad que será objeto del estudio
debe estar representada en el proceso de evaluación
ética. Esto es congruente con el respeto por la cultura,
la dignidad y el autosustento de la comunidad, así
como con el objetivo de que los miembros logren comprender
cabalmente el estudio. No se debe suponer que la falta de
educación formal descalifica a los miembros de la comunidad
para participar en un debate constructivo sobre materias relacionadas
con el estudio y la aplicación de sus resultados.
Equilibrio de las perspectivas personales y sociales
39. Al llevar a cabo las evaluaciones, los comités
deberán tomar en cuenta las perspectivas personales
y sociales. Si bien a nivel personal es fundamental asegurar
que haya un consentimiento individual informado y libre, éste
por sí solo puede no ser suficiente para que un estudio
resulte ético si la comunidad a la que pertenece la
persona encuentra objetable el estudio. Por ejemplo, en los
proyectos que proponen una aplicación generalizada
de medidas para controlar los huéspedes intermedios
de organismos patógenos, los investigadores deberán
prever los efectos de esas medidas en las comunidades y el
medio ambiente, y los comités de evaluación
deberán cerciorarse de que se cuente con los medios
adecuados para que los investigadores vigilen la aplicación
de las medidas con el fin de impedir que ocurran efectos no
deseados.
Garantía de solidez científica
40. Lo que se persigue principalmente con una
evaluación ética es proteger a las personas
contra riesgos de daño o perjuicio y facilitar la realización
de estudios beneficiosos. La evaluación científica
y ética no se pueden considerar en forma separada:
un estudio que no tiene solidez científica es poco
ético al exponer a los participantes a riesgos o a
molestias y al no lograr ningún beneficio en cuanto
a conocimientos. Normalmente, por lo tanto, los comités
de evaluación ética analizan tanto los aspectos
científicos como los éticos. Pueden remitir
los aspectos técnicos del análisis científico
a una persona o comité científicamente idóneo,
pero tomarán sus propias decisiones con respecto a
la solidez científica del estudio, basándose
en esas consultas a los expertos. Si un comité de evaluación
ética llega al convencimiento de que una propuesta
es científicamente sólida, analizará
entonces si el beneficio previsto justifica cualquier tipo
de riesgo para el participante, y si la propuesta es satisfactoria
con relación al consentimiento informado y otros requisitos
éticos.
Evaluación de la seguridad y la calidad
41. Todos los medicamentos y dispotivos o aparatos
médicos sometidos a investigación deben cumplir
normas adecuadas de seguridad. En este sentido, muchos países
carecen de los recursos para emprender una evaluación
independiente de los datas técnicos. Un comité
gubernamental multidisciplinario con la facultad de designar
a expertos es el organismo más adecuado para evaluar
la seguridad y calidad de los medicamentos, dispositivos y
procedimientos. Dicho comité debe incluir a clínicos,
farmacólogos, estadísticos y epidemiólogos,
entre otros; en el caso de los estudios epidemiológicos,
los epidemiólogos cumplen una función de indiscutida
importancia. Los procedimientos de evaluación ética
deben incluir disposiciones sobre consultas a un comité
de ese tipo.
Equidad en la selección de los participantes
42. Los estudios epidemiológicos tienen
como objetivo beneficiar a las poblaciones, pero se supone
que los participantes en ellos aceptarán todo riesgo
concomitante. Cuando el objetivo de la investigación
es beneficiar en su mayor parte a los miembros de mejor posición
económica o más saludables de una población,
es especialmente importante en la selección de los
participantes evitar la inequidad basada en la edad, en la
condición socioeconómica, en la invalidez u
otras variables. Los posibles beneficios o perjuicios deben
distribuirse equitativamente entre comunidades que difieren
desde el punto de vista de la edad, el sexo, la raza, la cultura
u otras variables, así como al interior de ellas.
Grupos vulnerables y dependientes
43. Los comités de evaluación
ética deben prestar particular atención a los
proyectos que involucren poblaciones principalmente de niños,
mujeres embarazadas y que amamantan, personas con enfermedades
mentales o discapacitadas, miembros de comunidades no familiarizadas
con los conceptos médicos y las personas con libertad
restringida para tomar decisiones verdaderamente independientes,
como los presos y los estudiantes de medicina. También
se debe prestar especial cuidado a los proyectos para investigación
invasiva sin beneficio directo para sus participantes.
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Grupos controles
44. Los estudios epidemiológicos que
requieren grupos controles (comparación) o tratados
con placebos (vale decir, sin tratamiento) están regidos
por las mismas normas éticas que las que se aplican
a los ensayos clínicos. Son importantes los siguientes
principios:
i) el grupo control en un estudio de una dolencia
que puede causar la muerte, invalidez o aflicción grave
debe recibir la terapia actual más adecuada, y
ii) si un procedimiento sometido a prueba en controles demuestra
ser superior, se lo debe ofrecer prontamente a los miembros
del grupo control.
Un estudio deberá terminarse prematuramente
si el resultado en un grupo es claramente superior al del
otro, y se deberá ofrecer a todos los participantes
el mejor de los dos tratamientos. Los protocolos de investigación
deben incluir "reglas de interrupción", es
decir, procedimientos para vigilar la ocurrencia de dicho
suceso y tomar las medidas del caso. Los investigadores deben
tener presente constantemente los posibles beneficios del
estudio para el grupo control, y las perspectivas de una mejor
atención de salud derivada de la aplicación
de los resultados del grupo control.
Distribución al azar
45. Los ensayos en los que la elección
del régimen o procedimiento se determina por medio
de la distribución al azar deben realizarse sólo
cuando haya verdadera incertidumbre acerca de las diferencias
en los resultados de dos o más regímenes o procedimientos.
Cuando se va a usar la distribución al azar, se deberá
informar a todos los participantes sobre la incertidumbre
con respecto a regímenes o procedimientos óptimos,
y que la razón del ensayo es determinar cuál
de entre dos o más de ellos es el más beneficioso
para los participantes. Informar a los participantes sobre
esa incertidumbre puede en sí causar inquietud entre
los pacientes, que ya pueden estar inquietos por otras razones;
por consiguiente, es preciso actuar con tacto y delicadeza
al comunicar la información. Los comités de
evaluación ética deben determinar si los investigadores
han explicitado que van a informar a los participantes sobre
esa incertidumbre, y deben averiguar qué se hará
para mitigar la inquietud de los participantes al respecto.
La distribución al azar también
puede causar inquietud: las personas elegidas para el régimen
o procedimiento experimental o las excluidas de él
pueden sentirse inquietas o preocupadas acerca de las razones
por las que se las haya elegido o excluido. Los investigadores
tal vez tengan que comunicar a los miembros de la población
en estudio algunos conceptos básicos acerca de la aplicación
de las leyes de la probabilidad, y tranquilizarlos en el sentido
de que el proceso de distribución al azar no es discriminatorio.
Disposiciones para estudios multicéntricos
46. Cuando la participación en un estudio
multicéntrico se propone según un protocolo
común, un comité deberá respetar las
diferentes opiniones de otros comités, pero sin hacer
concesiones con respecto a la aplicación de las normas
éticas que espera que observen los investigadores;
deberá además intentar reconciliar las diferencias
con el fin de preservar los beneficios que sólo un
estudio multicéntrico puede lograr. Una forma de hacerlo
podría ser incluir en el protocolo común los
procedimientos necesarios. Otra sería que los diversos
comités deleguen sus funciones examinadoras en un comité
conjunto de los centros que colaboran en el estudio.
Indemnización por lesiones accidentales
47. Algunos estudios epidemiológicos
pueden inadvertidamente causar daño. Las pérdidas
pecuniarias deben repararse con prontitud. Cuando no es apropiado
efectuar pagos en dinero, es difícil determinar una
compensación. Actos como la violación de la
confidencialidad o la publicación indiscriminada de
las conclusiones de un estudio, causando el desprestigio de
un grupo, o la humillación, pueden resultar difíciles
de remediar. Cuando un estudio causa un perjuicio, el organismo
que lo ha patrocinado o respaldado debe estar preparado para
corregir el perjuicio, disculpándose públicamente
o mediante una compensación.
Estudios patrocinados externamente
48. Los estudios patrocinados externamente son
aquéllos emprendidos en un país anfitrión
pero iniciados, financiados y a veces total o parcialmente
ejecutados por un organismo nacional o internacional externo,
con la colaboración o conformidad de las autoridades
del país anfitrión.
Un estudio de esta naturaleza supone dos obligaciones
éticas: