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Dr.
Fernando Zegers Hochschild
Unidad de Medicina Reproductiva
Clinica Las Condes
Santiago de Chile
Introducción
Fecundidad en la especie humana
El proceso de la fecundación
Algunas reflexiones en torno al
proceso legislativo chileno
Con la fusión de las membranas
gaméticas se inicia un nuevo individuo humano
Con la singamia se inicia un nuevo
individuo humano
Bibliografia
Bibligrafia sugerida
Introducción
La
ciencia nace con el hombre como herramienta insustituible en el
proceso de develar y poner en el conocimiento de todos la maravilla
de nuestra existencia. La tecnología por otra parte ha permitido
ser más eficiente en el desarrollo científico y hace posible que
ese concocimiento sirva a la humanidad. La tecnología permite
hoy en día, salvar a un hombre de la muerte y de igual manera,
hace posible que parejas puedan concebir en condiciones que antes
les estaba vedado. Este artículo intenta utilizar los conocimientos
científicos con los que hoy contamos para discernir sobre los
momentos en el desarrollo embriológico en que se da inicio a un
individuo humano y a partir de dichos conocimientos, obtener conclusiones
que sean aplicables a la bioética y eventualmente a la ley que
regule las técnicas de reproducción asistida.
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Fecundidad en la Especie Humana
Si
100 parejas normales tienen relaciones sexuales en el período
fértil, sólo 30 se embarazan clínicamente en el primer mes, 12.5
el segundo, 13 el tercer mes y así sucesivamente hasta llegar
a una tasa acumulativa de embarazo de 86% al término del primer
año de exposición.1 Análisis químicos efectuados en muestras de
sangre obtenidas de las cien mujeres expuestas a embarazo durante
el primer mes demuestran que en 68 de las 100 mujeres hubo un
óvulo fecundado, que se desarrollo, se implantó en el útero de
la mujer y se perdió antes de la siguiente menstruación.2 Análisis
citogenéticos efectuados en células embrionarias demuestran que
en más de 70% de las pérdidas, la causa del aborto sub clínico
u oculto, se debía a errores cromosómicos ocurridos durante la
fecundación y especialmente alrededor de la singamia. Estos mismos
errores cromosómicos son los responsables de otro 15 a 20% más
de abortos que tendrán lugar una vez instalada una gestación clinicamente
evidente (abortos clínicos)3. No es posible estudiar biológicamente
el número de fecundaciones espontáneas que ocurren en parejas
normales expuestas a embarazo y por ello tampoco es posible deducir
desde la biología el número de pérdidas que ocurren previo a la
implantación, sin embargo, si se considera que las tasas de fecundación
in vitro de óvulos obtenidos en mujeres sanas es superior
al 80% y que relaciones sexuales ocurridas durante el período
fértil de la mujer logran sobrevidas espermáticas (manteniendo
capacidad fecundante) por períodos de hasta siete días, es razonable
asumir que la fecundación ocurrirá espontáneamente en al menos
un 80% de los ciclos de mujeres sanas, menores de 35 años que
tienen relaciones sexuales no protegidas durante su período fértil.
De lo anterior se concluye que nuestra aparente ineficiencia reproductiva
se debe a una alta tasa de pérdidas reproductivas ocultas que
operan en forma implacable como mecanismo de selección natural.
Así, aún en mujeres muy jóvenes no más de un 20% de los óvulos
fecundados espontáneamente en la trompa de Falopio llegarán a
ser un hombre o una mujer.4 Estudios recientes demuestran que
en mujeres menores de 35 años el 28% de los óvulos tienen alteraciones
cromosómicas incompatibles con el desarrollo posterior una vez
fecundado, esta tasa aumenta a 48% en mujeres de 38 o más años.5
Esta limitante reproductiva es aún más evidente en pacientes que
recurren a la fecundación in vitro, en que más del 30%
de ellas es mayor de 35 años y pertenecen a una sub-población
de menor fecundidad, lo que se traduce en una tasa acumulativa
de embarazo espontáneo significativamente menor que en mujeres
normales.6 La ciencia ha permitido entender con mayor profundidad
el modus operandi de la naturaleza, de sus aparentes
limitaciones y de los mecanismos de acción, haciendo posible que
la medicina se adecúe a esa realidad en el servicio al hombre.
Las parejas infértiles que recurren a procedimientos de reproducción
asistida no cuentan con la variable "tiempo de exposición" como
lo hacen las parejas sanas en el calor de sus hogares. La eficiencia
reproductiva debe expresarse en cada intento terapéutico y es
esta la razón más importante para intentar fecundar mas de un
óvulo y transferir un número suficiente de embriones que dadas
las realidades de nuestra especie, permita que uno de ellos complete
su desarrollo y se implante en el útero materno. Tanto en algunos
ámbitos médicos como en el senado y la prensa se han vertido expresiones
tales como "deshecho de embriones, fabricación de embriones destinados
a morir y procurar la muerte premeditada de embriones". Es de
falsedad absoluta que se desechen embriones y es igualmente falso
que se generen embriones que por la naturaleza del procedimiento
estén destinados a morir. Sin duda, al igual que en todo al desarrollo
de la ciencia médica, en la medida que se perfecciona la técnica
se consigue un mayor número de éxitos. Ello es verdad para la
cirugía coronaria, los transplantes de órganos, etc. En los últimos
años el desarrollo de mejores medios de cultivo ha permitido reproducir
con mayor eficiencia las condiciones ambientales de la trompa
de Falopio y por ello, es razonable decir que en la actualidad
sobreviven más embriones a las condiciones in vitro,
que en el pasado. El desarrollo de nuevos y mejores medios de
cultivo in vitro permite en la actualidad el desarrollo
eficiente de embriones hasta la etapa de blastocisto, lo que hace
suponer que la fecundación in vitro no produce efectos
negativos en el embrión. Por otra parte, el útero de la mujer
es capaz de acoger más de un embrión a la vez, si es que estos
tienen la capacidad biológica de implantarse. De tal manera, que
cuando en la Fertilización In Vitro y Transferencia embrionaria
(FIV/TE) se transfieren al útero tres o más embriones, la probabilidad
de implantación (que ocurrirá tres a cuatro días después de la
transferencia) será el resultado de un lenguaje privado entre
los embriones y el endometrio, pero principalmente dependerá de
la calidad embrionaria, que a su vez es el resultado de una realidad
biológica y matemática que forma parte de nuestra naturaleza incambiable.
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El Proceso de la Fecundación
En
el hombre, la espermatogénesis es un proceso contínuo que se inicia
con la pubertad y que se mantiene a través de un pre-programa
relativamente estable de generación y muerte celular. Cuando una
relación sexual tiene lugar en el período fértil de la mujer,
de los 300 millones de espermatozoides eyaculados en la vagina,
no más del 30% tienen la potencialidad de sobreviver. De ellos
sólo centenas de miles participarán en la aventura que lleva al
encuentro del óvulo. Los espermatozoides producidos por el testículo
han completado su meiosis, y están por así decirlo, preparados
para entregar su información genética al interior del óvulo. Durante
su viaje desde la vagina a la trompa de Falopio, estas células
experimentan una serie de cambios estructurales y funcionales
en su esqueleto, cuya único función es transportar los cromosomas
que participarán en la fecundación. El espermatozoide es un ser
vivo cuya identidad genética es la misma desde que sale del testículo
hasta que se encuentra en el interior del óvulo formando el pronúcleo
masculino.
La mujer nace con todos los folículos que utilizará durante su
vida adulta. En la ovulación, el óvulo dominante es captado por
la trompa de Falopio reiniciando su meiosis que se completará
con el estímulo provocado por la penetración espermática. La fecundación
se inicia con la adhesión de espermatozoides a la membrana más
externa del óvulo que es una cubierta acelular llamada zona pelúcida
y que contiene receptores específicos capaces de aceptar espermatozoides
o rechazar a los que no pertenecen a la misma especie. El contacto
primario con esta cubierta glicoproteica induce en el espermatozoide
la reacción acrosómica, liberando éste su contenido acrosomal
lo que hace posible su penetración en el espacio perivitelino.
Posteriormente la membrana plasmática pos acrosomal toma contacto
con la membrana plasmática del ovocito, incorporándose el espermatozoide
con su cola en el citoplasma ovocitario. Los gránulos corticales
ubicados en la periferia del citoplasma ovocitario, se fusionan
con la membrana plasmática liberando su contenido enzimático al
espacio perivitelino hacia la zona pelúcida, esto provoca modificaciones
estructurales que impiden la pentración de otros espermatozoides.
Por otra parte, el ovocito que estaba detenido en la metafase
de la segunda división meiótica con los cromosomas alineados en
el ecuador del huso, es activado liberando calcio intracelular.
Se expulsa el segundo polocito completando la meiosis. Más tarde,
se forman los pronúcleos masculinos y femeninos en la periferia
del ovocito, los que luego migran hacía el centro duplicando el
DNA en vistas a la próxima división celular del nuevo individuo.
Esta etapa del desarrollo se denomina célula en estado de pronúcleo.
Luego, las membranas de los pronúcleos desaparecen en un proceso
denominado singamia y los cromosomas se ensamblan en el huso mitótico.
Se ha puesto así fin al proceso de la fecundación que tan sólo
demoró 12 horas desde el primer contacto físico entre el óvulo
y el espermatozoide. Como se desprende de la descripción anterior,
la célula en estado de pronúcleo no contiene aún una identidad
propia, es la suma de dos identidades parciales, la del espermatozoide
que no ha cambiado desde que salió del testículo y la del óvulo.
Ambos gametos dotados de sus respectivas identidades genéticas
deben morir como tales para dar origen a un todo, nuevo y completo
que tiene la potencia de convertirse en un hombre o una mujer.
Si bién la biología del desarrollo diferencia un conceptus
en división de un embrión, para efectos de este artículo, se llamará
embrión a la estructura celular desde la singamia en adelante,
habiéndose constituido desde esa etapa un "individuo" único y
completo, jamás visto antes y que contiene la base informática
para desarrollarse como un feto, niño y así sucesivamente manteniendo
desde la singamia hasta la muerte su misma identidad genética.
Así como la muerte marca el tiempo en que dejamos de existir,
la singamia, para muchos, marca el momento en que comenzamos a
existir como seres humanos en potencia. Esta tesis geneticista
centra en el genoma incorporado en el núcleo la sustancia misma
que hace de un conjunto celular un hombre en potencia, desconociendo
que igualmente importante que la matriz genética con que se construye
un individuo, está la expresión génica y la interacción entre
dichas funciones y el medio circundante. En el blastocisto, la
totalidad de las células contienen exactamente la misma información
genética, sin embargo y mediado por el mero azar, las células
que se ubican al centro de la masa celular y que no representan
más de un 7 a 10% del total constituirán un futuro embrión, mientras
que el 90% restante tendrá como única función el formar la placenta
y otros órganos anexos. Si se sustenta la tesis de persona en
potencia desde que el genoma se expresa con la diversidad propia
de la extructura humana, el primer instante en que ello ocurre
es 15 días después de la fecundación en que se forma la hendidura
nueral y las células se especializan en lo que constituirán órganos
y sistemas de acuerdo a la localización topográfica que ocupan.
Por otra parte el día 15 marca el último instante en que la masa
celular interna puede dividirse para constituir gemelos idénticos.
Parece entonces razonable establecer que si bien la "individualidad
genética" se establece con la singamia, la "individualidad ontológica"
no se establece hasta el día 15 del desarrollo.
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Algunas reflexiones en torno al proceso legislativo chileno
Las
leyes etsán destinadas a regular las atribuciones, obligaciones
y las formas de relacionarse entre personas de una determinada
sociedad. A pesar de las dificultades folosóficas para definir
desde cuando se es persona, el diccionario de la Real Academia
de le Lengua define persona como "un individuo de la especie humana"
e individuo como "ser organizado, sea animal o vegetal, respecto
a la especie a que pertenece. Que no puede ser dividido." El articulo
3º del proyecto de ley en cuestión dice "La ley protege al (individuo
o persona) que está por nacer". La pregunta que debemos hacernos
es desde que etapa de la fecundación se establece una estructura
indivisible cuya identidad se mantiene incambiable hasta nacer
y de allí en adelante. Por cierto ese es el individuo o persona
en potencia susceptible de ser protegido por leyes que rigen a
personas. No debe confundirse lo que es "potencialmente un individuo"
de lo que constituye un "individuo en potencia" (verdadero objetivo
de los cuerpos legales). Definir persona en potencia previo a
la singamia sería equivalente a sostener la tesis que el hombre
es el resultado de la suma de identidades diferentes y no una
identidad única personal e inmutable a través de toda su historia.
Un niño no es la suma de su madre y su padre, por el contrario,
es el resultado único e irreproducible de la información y expresión
genética contenida en millones de años de evolución y depositada
en el interior de una célula por sus progenitores. Los gametos
son tan sólo agentes del proceso reproductivo, asimismo, la información
genética contenida en los pronúcleos no representa más que una
etapa intermediaria de incorporación de dicho material al interior
del óvulo.
Se ha argumentado que desde la fusión de los gametos se ha puesto
en marcha un proceso irreversible que debe ser respetado y tratado
como si fuese una persona en potencia. Pues bien, el espermatozoide
puede unirse al óvulo y no penetrarlo, puede penetrarlo y no formar
su pronúcleo, también el óvulo pude verse imposiblitado de formar
su propio pronúcleo y finalmente pueden formarse los pronúcleos
y no ocurrir la singamia. En segundo lugar, si el proceso fuera
irreversible desde la fusión de las membranas gaméticas, porque
no situarlo desde la relación sexual que ocurriendo en el período
fértil de la mujer tiene cerca de un 80% de oportunidades de originar
un nuevo individuo, aunque muera en estado microscópico. El ciclo
vital humano es un proceso irreversible. Si no fuera así, la especie
humana habría dejado de existir. La pregunta que debemos contestar
no es desde cuando se ha desencadenado un proceso irreversible,
sino, desde que etapa del desarrollo celular se está frente a
un individuo nuevo merecedor de respeto como si fuera un individuo
capaz de ejercer actos morales y por ende susceptible de ser protegido
por las leyes que rigen a personas. A continuación reflexionaré
sobre algunas de las tesis planteadas sobre los momento del desarrollo
celular en que se sitúa el inicio de una nueva persona.
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Con la fusión de las membranas gaméticas se inicia un nuevo
individuo humano
Toda
persona actual o en potencia requiere al menos de individualidad
y de unidad, es decir, que en si misma esté contenida toda la
información y la capacidad para actualizarse como persona. Con
la fusión de las membranas gaméticas y hasta la formación de los
pronúcleos existe la potencialidad de convertirse en un individuo
humano. Previo a la singamia se está frente a una célula que contiene
dos individuos (no humanos) genética y ontológicamente únicos.
El espermatozoide y el ovocito que son agentes del proceso generativo
de la vida humana, carecen de continuidad ya que deben morir como
tales, incluso su genoma desaparecerá para contribuir a otro diferente
que tiene la potencialidad de actualizarse como una person. Cuando
se juntan dos moléculas de hidrógeno y una de oxigeno se produce
agua. Sería un error considerar que tanto el hidrógeno como el
oxigeno son agua en potencia. Aceptar
la argumentación que desde la fusión o la penetración espermática
se ha puesto en marcha un proceso irreversible y por ese sólo
hecho es merecedor de la misma forma de respeto con que se trata
a un embrión, sería equivalente a reducir al ser humano a un proceso.
El individuo humano es el sujeto o substancia de un proceso de
vida y no un mero proceso en si mismo. El acento de la argumentación
debe situarse en definir la substancia o sujeto capaz de actualizarse
a través de un proceso vital. Por cierto, dicha sustancia no existe
previo a la singamia.
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Con la singamia se inicia un nuevo individuo humano
Una
vez completada la fecundación entre dos células haploides para
dar origen a una célula diploide (cigoto), se da inicio a un nuevo
individuo. Esta célula altamente compleja y centralmente organizada
está dotada de su propia individualidad genética y ontológica
que permanecerá incambiable a lo largo de todo su desarrollo.
Todo lo que require este individuo a través de su proceso vital
es actualizar (expresar) la información que ya está contenida
en su genoma único e incambiable. Visto así, no parecen haber
dudas que el individuo humano en potencia se inicia con el cigoto,
una vez completada la fecundación, sin embargo ello puede ser
refutado desde las siguientes perspectivas.
- Desde
la etapa de cigoto hasta el embrión de cuatro células, la información
genética contenida en los cromosomas no es capaz entre otras
cosas de sintetizar su propio mRNA, para ello utiliza la maquinaria
biosintética contenida en el ovocito. Por lo tanto, no es autónomo,
unitario e independiente genéticamente de sus agentes causales.
Para contradecir esta argumentación bastaría con recurrir a
la situación del transplante de órganos. El órgano transplantado
mantiene su propia maquinaria biosintética, sin que por ello
la persona transplantada pierda individualidad genética u ontológica.
A medida que pasa el tiempo el mRNA propio del donante se desintegra
hasta que el órgano transplantado forma parte integral del receptor.
La transitoriedad del proceso referido anteriormente no parece
ser un argumento suficientemente sólido en contra de la tesis
del individuo humano desde la fecundación.
- El
individuo humano es el resultado de un genoma y de la expresión
génica. Si bien esta afirmación no contradice el establecimiento
de la individualidad genética, una vez completada la fecundación
está en contra de situar la individualidad ontológica en la
etapa de cigoto. En la etapa de blastocisto, todas las células
contienen el mismo genoma, sin embargo no todas formarán parte
del mismo proceso vital. Al hacer una biopsia de las vellosidades
coriales para diagnóstico genético pre natal, se está puncionando
un tejido cuyos cromosomas son exactamente iguales a los del
embrión, pero sería un error decir que se está puncionando un
embríon o un feto. Según esta línea de pensamiento, la individualidad
ontológica no debiera establecerse hasta cierto grado de especialización
(o expersión genética) que se lograría en algún momento entre
la etapa de blastocisto y la aparición de la hendidura neural
a los 15 días de la fecundación.
- Si
en los primeros quince días de desarrollo la masa celular interna
se divide para formar gemelos con la misma identidad genética,
no significa que compartan una misma identidad ontológica. Un
individuo humano no puede por si sólo dar orígen a dos personas
ontologicamente diferentes. El cigoto por lo tanto no puede
ser el individuo ontológico, originario de los otros dos. Asi
visto, la individualidad ontológica no podría establecerse previo
a la aparición de la hendidura neural. Sin embargo, si se considera
que la ontología de un individuo se va construyendo paulatinamente
a lo largo de su existencia, las innumerables transformaciones,
incluyendo la posibilidad de gemelación, no son otra cosa que
las expresiones de azar a la que estamos expuestos dada una
determinada constitución genética, único elemento inmutable
en nuestra existencia.
Sin pretender decir una verdad absoluta, las argumentaciones dadas
anteriormente me hacen actuar en el entendido que desde completada
la fecundación se está frente a una persona en potencia. Queda
sólo por decidir si el respeto debido a una persona en potencia,
debe expresarse de la misma manera que frente a una persona actual.
Hace poco tiempo la comunidad se vio afectada por el deshecho
de tres mil embriones pre implantacionales en el Reino Unido.
Como consecuencia de ese hecho, ningún gobierno cerró sus sedes
diplomáticas y en realidad la consternación mundial duró poco
tiempo. Que diferente hubiese sido si los muertos hubiesen sido
niños y niñas. El principio ético de no maleficencia parece aplicarse
de manera diferente en una persona en potencia que en una persona
actual. Matar a una persona nacida es un crimen castigado por
toda ley humana, existe universalidad en el principio ético que
protege la vida de las personas nacidas. Con un embrión (persona
en potencia) no existen leyes aceptadas universalmente, el aborto
legal es una expresión de ello. Lo que rige allí son principio
flexibles que se aplican al interior de cada individuo o comunidad
de individuos, en que prima el respeto por las divergencias. Por
cierto el embrión no es nunca consultado. Respetando la diversidad
existente en la aplicación del principio de no maleficencia, es
mi creencia y la del grupo de trabajo al que pertenezco, que el
embrión humano debe ser protegido desde los primeros instantes
de su existencia unicelular (cigoto). La manera de expresar dicho
respeto es procurando, por todos los medios con que cuenta la
ciencia que ésta continúe su desarrollo en su progenitora acorde
a las potencialidades que le otorga su propia individualidad.
Ello implica la transferencia al útero materno, ya sea en forma
inmediate o diferida por criopreservación. De lo anterior pueden
desprenderse las siguientes conclusiones: a) Independientemente
de la autorización otorgada por los progenitores, no deben efectuarse
investigaciones en embriones pre implantacionales que no vayan
en directo beneficio de ellos mismos o que generen riesgos para
su futuro desarrollo. b) El estatus propio del embrión
pre implantacional debe respetarse mientras esté al cuidado de
terceros, incluso por sobre la voluntad de sus progenitores. Ello
significa que aunque los progenitores expresen la voluntad de
desecharlos, el centro médico respetara el estatus propio
del embrión y su derecho a vivir. c) Los progenitores que
han firmado consentimientos para criopreservación de embriones
deben acceder a donarlos en caso que ellos no los deseen. El proceso
de donación y adopción de embriones sigue un principio semejante
a la adopción de personas nacidas.
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Bibliografia
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Ford
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AGRADECIMIENTOS
Deseo
agradecer a los miembros de la Unidad de Medicina Reproductiva
de Clinica Las Condes por la revisión y comentarios de este artículo.
 
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