NO ES DEMASIADO TARDE PARA LLAMAR A ALGUIEN POR TELÉFONO (1).

Por María Nieves Alonso

 

"Ese pasado que no pasa y que, sin
embargo, se ahueca con tantas
comunicaciones es sin duda el que
respiran todas las leyendas..."

Michael Foucault

 

"De mi pequeño reino afortunado
me quedó esta costumbre de calor
y una imposible propensión al mito".

Jaime Gil de Biedma

 

"Un vaso de cerveza
una piedra, una nube,
la sonrisa de un ciego
y el milagro increíble
de estar de pie en la tierra".

Jorge Teillier

 

En su libro Por qué leer los clásicos, Italo Calvino recuerda la contigüidad universal en que se sustenta Las Metamorfosis. Ovidio, para introducirnos en el mundo de los dioses celestiales, empieza acercándosnolo tanto que lo vuelve idéntico a la Roma de todos los días (1992: 34 y 35). Armonía, contacto, proximidad, familiaridad, entre dioses, seres humanos y cosas, domina lo religioso y determina la felicidad y seguridad del mundo pagano.

El cristianismo mantiene esta semejanza esencial, pero establece explícitamente una relación de jerarquía, dominio y subordinación entre creador, creaturas y cosas(2).

El neoplatonismo cristiano, el simbolismo universal, plantea que todo objeto y ser existente sobre la tierra, cielos o mares es reflejo de la divinidad. Todo es símbolo, signo o imagen de otra entidad superior(3). También el simbolismo de la época moderna coincide en negar a las cosas del mundo sensible el carácter de cosas puras y, tanto a ellas como al mundo animal, algún tipo de conocimiento, alma o espíritu.

Roto el pacto con la divinidad (4), iniciada y completa la desacralización del mundo, emancipada de cualquier visión religiosa, hoy, la propia sociedad es el ser divino, se ha convertido en la entidad dominante como un hecho casi teocrático (5). El discurso de la apariencia se transforma en discurso sobre la apariencia y ésta, la apariencia, usurpa, sin decirlo, la autoridad al pensamiento. Roto el pacto entre las palabras y las cosas el lenguaje deviene algo informe, opaco y autónomo. No hay analogías ni conveniencias. En otro sentido, las palabras y las cosas son transitadas por el poder. Las últimas son bienes de representación, de consumo; los objetos no poseen ningún otro valor que aquél que otorga el parecer, desvinculado de la necesidad o "ananqué". Estamos en el mundo de la prehistoria, vacío de sustancia, teatral, enmascarado. La sociedad se opone en cierto modo a la naturaleza... quiere bastarse a sí misma y sólo consigo misma enfrentarse.

En esta sociedad secularizada, posmoderna y supuestamente racional (6), la poesía trata de restaurar la perdida relación entre el hombre y el mundo; cumple la vagabunda tentativa de establecer un puente(7). Y el poeta, que como dice el inevitable Foucault, es el que "por debajo de las diferencias nombradas y cotidianamente previstas, reencuentra los parentescos huidizos de las cosas, sus similitudes dispersas," debiera ser el penate de la humanidad, el secreto guardián del gusto, "el último, discreto y volátil heredero de la sabiduría": el guardián del mito. Del mito como "construcción y articulación de una red de variantes" o "una fábula, ficción alegórica, especialmente en materia religiosa"(8).

Religar el mundo, relacionar "aletheia" y "doxa" no como oposición sino como una continua pertenencia entre ser y parecer unidos por la necesidad. Cuidar la imagen hasta que lleguen tiempos mejores.

Es decir, "cuando las amadas palabras cotidianas /pierden su sentido/ y no se puede nombrar ni el pan,/ ni el agua ni la ventana..." el poeta guarda "la memoria secreta de la luz" (Teillier 1995:17.). Con ella puede descubrir las cosas y mostrarnos, tal vez, el contenido de la felicidad, las zonas de lo sagrado: "lo que importa no es la luz que encendemos/ día a día/, sino la que alguna vez apagamos/ para guardar la memoria secreta de la luz" (Los Dominios Perdidos 1994:45).

2. Ya no distinguimos una garza de un halcón

En la historia de la poesía contemporánea hay un precioso intento por descubrir y celebrar la verdadera identidad de las cosas, por transformar la relación de asimetría entre los seres y las cosas establecidas por los simbolismos de todo tipo. Es el del poeta Francis Ponge, cuya definición de escritura como proyecto de destruir el velo del símbolo permite mostrar su importancia en la serie poética que reivindica los objetos cotidianos. Ponge intenta "redescender" a las cosas sin previsiones que impidan la descripción de sus cualidades distintivas. La poesía del autor francés, escribe Gilberto Triviños "subvierte todas las variantes de la doctrina metafísica, que otorga a las cosas el estatus de símbolos, signos o representaciones..." (1980:59). Para realizar sus "ejercicios de reeducación sexual", Ponge renuncia al principio analógico (9) pues quiere conocer las cosas como "cosas puras = res tantum" y liberarse totalmente de la tendencia a convertirlas en símbolos.

Pocos años más tarde, instalado en el reino de las semejanzas familiares y domésticas, Jorge Teillier avanza en este objetivo y elabora una poesía en la cual postula una transgresora y diferente relación del poeta, del hombre, con las cosas y los seres del reino animal y vegetal.

Si renunciar al analogismo de nuestra cultura, (él tuvo una madre piadosa), Teillier propone una serie de "natura rerum" que revoluciona la visión metafísica y jerárquica sobre las cosas, animales y plantas, ubicando al yo como uno más entre los objetos materiales y seres animados o inanimados. Así, en la poesía de Jorge Teillier, son las palabras, metonimia del poeta, las que quieren ser un puñado de cerezas, sí, un puñado de cerezas, un susurro -¿para quién?- entre una y otra oscuridad. Sin eliminar nunca al hombre que las habita, el autor de Para ángeles y gorriones (1956), Poemas del país de nunca jamás (1963), Muertes y Maravillas (1971), Cartas para reinas de otras primaveras (1985), Hotel Nube (1996), intenta unir-vivir órdenes contrarios, cruzar fronteras, enlazar aquello que habitualmente separarnos y ubicamos en reinos de diversa jerarquía.

Lo anterior no contradice sino acentúa el deseo de Jorge Teillier por construir una poesía fuera del "self", una obra que más allá de permitirle salir de la perspectiva limitada del yo le permita entrar en otros yoes semejantes al suyo, le permita disolverse en las cosas y en los yoes de animales, flores, árboles, humo, trenes. (10)

Ejemplos del intento del que hablamos se multiplican en todos los libros de este poeta que no "desciende" o "redesciende" a las cosas sino que las dota -o más bien-, las ve dotadas de espíritu y lenguaje. Retóricamente, Teillier resuelve esta utopía en la personificación, animización, metonimia, comparación, sinestesia, como procedimientos privilegiados.

El poeta es uno más (se metamorfosea, hace cruzar fronteras), entre los platos, la ropa recién lavada, el reloj, los trenes; uno con el granero y la primavera, con las nubes, los hijos de la harina, el humo, el vino, las semillas, los gorriones, las escaleras, los gallos, tordos, escarabajos, garzas, caballos, ángeles; uno con las rosas, miositis, lirios, lámparas, cerezas, ortigas, pájaros, girasoles. Uno más en el bosque, en el campo, con pinos, eucaliptos; con ventanas, guijarros, manzanos, aromos, molino, avellanos, ciruelos, río,...Todos estos seres, también el perro Toby y el gato Pedro(11), piensan, sangran, añoran, ruegan, sueñan, vigilan, escriben, escuchan, callan, anuncian, esperan, ayudan, reconocen, se equivocan, sobreviven, acompañan, sufren, se alegran, como el poeta que es "sólo el árbol rojo que señala el comienzo del camino" y cuyas iniciales crecen grabadas en el árbol de la tumba de la hermana. Es decir, el poeta cuyo nombre pertenece a la lluvia piensa, sangra, ruega, sueña, vigila, saluda, envejece...con los platos, el granero, el manzano, el sol, los gorriones... Sólo algunos ejemplos: "Afuera llueve en voz baja"; "el pueblo se refugia en los ojos de las ovejas"; "Ruega por mí, reloj"; "Par esperarla yo me convertía/ en la casa de madera de sus antepasados"; "Maestros primarios y estudiantes/ apenas un puñado de semillas"; "Sólo los gorriones lo saludan"; "Nadia no tiene edad/ porque ella es la nube", etc.

Este poeta que no habla por otros (Neruda) ni por boca de ganso (Parra) posee bienes muy preciosos. Ellos son: "Un libro de Edgar Poe, un pasaje de tren,/ un remolino, un llavero sin llaves, un manta/ araucana, un calendario, un jarro/ un payaso de trapo,/ un mapa de Cautín, un retrato de u gato,/ una maleta vieja, una peineta, una camisa/ negra,/ un programa del hípico, un poema inconcluso, una/ ficha de teléfono, un disco de Zarah/ Leander,/ un puñado de cartas, la torre del Tarot, un alfil/ blanco, un revólver sin nuez, una manzana/" (1986:35)

También cree que no estaremos solos mientras haya un puñado de tierra fresca: Alegría. Teillier, quien admira a Rilke, Rosamel del Valle, Esenin, Antonio Machado, Milosz, Neruda, Eliseo Diego, Trakl, Poe, daría todo el oro del mundo por sentir de nuevo en su camisa (12) las frías monedas de la lluvia, daría no sabe cuánto por descansar en la tierra con las frías monedas de plata de la lluvia cerrándole los ojos (1984: 58). El me enseña, me dice y proclama que:

1)  "el asunto
      es que las cosas sueñen con nosotros,
      y al final no se sepa
      si somos nosotros quienes soñamos con el poeta
      que sueña este paisaje
      o es el paisaje quien sueña con nosotros
      o el poeta
      o el pintor (1996: 47)

2)   No importa repetirse: "Vuelve al pasado"

3)   ...la felicidad:
      "no es sino un leve deslizarse de remos en el agua.
      O quizás no sea sino la luz de un pequeño barco,
      esa luz que aparece y desaparece
      en el oscuro oleaje de los años
      lentos como una cena tras un entierro.
      O la luz de una casa hallada tras la colina
      cuando ya creíamos que no quedaba sino andar.
      O el espacio del silencio
      entre mi voz y la de alguien
      revelándome el verdadero nombre de las cosas
      con sólo nombrarlas: "álamos", "tejados".
      La distancia entre el tintineo del cencerro
      en el cuello de la oveja al amanecer
      y el ruido de una puerta cerrándose tras una fiesta.
      El espacio entre el grito del ave herida en el pantano,
      y las alas plegadas de una mariposa
      sobre la cumbre de la loma barrida por el viento... (1994: 108)

La felicidad, Jorge Teillier me ha estado hablando todo el tiempo de ella: de la felicidad, de ese tema "improbable" del que "quizá sólo deba hablarse en primera persona y desde luego, para darla por perdida. Porque es cosa notable que si bien la mayoría de quienes nos tenemos por menos ilusos no esperamos la dicha, ninguna renuncia a recordarla. Es más fácil prescindir de la felicidad futura que de la pasada... No es cierto que el tiempo se lleve la dicha, pues nos trae su nostalgia, que es la única forma que tenemos de conocerla" (Savater. 1987:147).

"Ficción útil"...la felicidad es una de las formas de la memoria: Jorge Teillier escribe de los lugares, las cosas, de los días y el tiempo en que habita[ba] la felicidad. Inevitablemente escribe también del tiempo aquél en el cual "la nostalgia dispara sus últimos cartuchos" y "donde cuchillos y tijeras trabajan todo el día en tu corazón". Pero...

3.- ¿Quién recogerá las manzanas donde aún puede vivir un sol de otra época?

En su prólogo a Los Dominios Perdidos, Eduardo Llanos destaca el esfuerzo de Jorge Teillier por superar la escisión poesía-vida y el agonismo presente en la obra de este poeta cuyo carácter "fronterizo es evidente y notable". Así, "la poesía de Teillier es fronteriza -escribe el poeta- prologuista- en un sentido más profundo: en ella se asiste a un movimiento que parece efectuarse y anularse simultáneamente, y que en todo caso compatibiliza polaridades aparentemente antinómicas (...), conciencia viva del aquí-ahora y eterno retorno al País de Nunca Jamás..." (1994:13).

A su vez, Jaime Giordano en su indispensable artículo de Dioses y Antidioses (1987) nos habla no sólo de "umbrales de la ilusión" sino también de "voluntad rendida", "la búsqueda angustiosa", "el intruso en tiempos de ilusión" y "la traición" y concluye que: "aquella forma de resolución del tema -la contemplación del tiempo pasado- comunes (dentro de las diferencias) a Bergman, Vallejo, Lihn, aunque parezca extraño no se da en Teillier. Desaparece la figura del recordante (como foco centralizador), desaparece cualquier centro de valor que pueda recuperarse en el pasado, desaparece hasta la relación ahora-entonces que, aun difuminado como en los autores citados, hubiera sido lógico conservar (p.297).

En la poesía de Teillier se percibiría un proceso que va de la ilusión a la desesperanza -o a una mayor amargura- en el cual lo irónico se va introduciendo como tono dominante (13). ¿Quién podría negarlo leyendo "El viento de locos", "Viaje en globo", "Qué historia es ésta", "Lentejuelas", "Hay un espejo colgando en una pared rota", "Lluvia inmóvil" o en Crónica del Forastero?

Sin embargo, perdonadme la inocencia, creo que en esa manzana, en ese bien, en esa ficción (aún) vive el sol de otra época.

¿"Twilight"?: fronterizo, antagonista, gente antigua, objeto entre objetos, sujeto, poeta o poema, guardián del mito, traicionado, inconcluso, rostro en la lluvia, otro, Jorge Teillier escribe una ficción útil, una forma de memoria, Cartas para reinas de otras primaveras, cuya tensión fundamental, entre un mito al que no se acaba de renunciar y la conciencia de su irrealidad, se prolonga dramáticamente sin resolverse nunca.

Esta dialéctica, ya señalada por Llanos, que atraviesa toda la obra de Jorge Teillier desde Para ángeles y gorriones hasta Hotel Nube se explicita, por ejemplo, en poemas como: "Sentados frente al fuego", "Despedida", "Tarjeta postal", "Cosas Vistas", "Estas palabras", "Bajo el cielo nacido tras la lluvia", "Para Antonio Machado al leer de nuevo sus poemas", "La ventana ilumina el bosque", "Hoy soy un miembro del Club de Corazones Solitarios", "Germán Aretízabal pide que recen por él", "A Darío, mi nieto que aún no sabe leer", "Bienes", "Mi amor por ti" y en versos como: "trataré (de) que la escarcha cubra mi pasado"; "eso fue la felicidad: dibujar en la escarcha figuras sin sentido"; "Vámonos"; "Nadie te va a mostrar como florece la higuera"; "Vuelvo a soñar caminos de la tarde"; "Mi amigo espera en vano que un río centelle su buena estrella"; "Ahora vuelvo a encontrar la luz que permitían los días verdaderos"; "antes de irse, el sol ilumina brutalmente nuestro rostro condenado al fracaso"; "tus cabellos iluminan el bosque"; "De pronto, no somos sino un puñado de sombras/ que el viento intenta dispersar"; "ya no reconozco mi casa"; "Así era la felicidad:/ breve como el sueño del aromo derribado,.../Pero no importa que los días felices sean breves/ como el viaje de la estrella desprendida del cielo,/ pues siempre podremos reunir sus recuerdos"; "tú sabes que veo el sol y la muerte viajar juntos. Vuelve el pasado, Vuelve al pasado, sobrevive el olor a harina tostada, el río Cautín, la casa de madera, la buganvilia, la leña, el fuego.

Jorge Teillier se ha convertido en poema (14) y yo quiero privilegiar la elegía, el canto, los días festejados. El tiempo no lo ha borrado todo como una lenta tempestad de arena. Entonces me apropio de las palabras de Michel Foucault sobre Raymond Roussel y escribo: La poesía de Teillier "no fabrica ser, mantiene las cosas en su ser. Su función consiste en hacer "permanecer". Pero también en hacer "pasar", franquear los obstáculos, atravesar los reinos, alborotar las cárceles y los secretos, reaparecer del otro lado de la noche, derrotar los recuerdos dormidos. Todas estas poesías abren un espacio en el cierre protector que también es el de la maravillosa comunicación. Pasaje que es clausura. Umbral y clave" (1992: 92). Los poemas, la contigüidad sin jerarquía con las cosas, la metamorfosis, la puesta en escena del pasado, la tensión de contrarios, ejercen en Teillier dos grandes funciones míticas: unir y recuperar. Unir los seres: sol, granero, trenes, hombre, río, gato, nube, cerezas, palabras, pasado, futuro, ángeles y gorriones; tren que no has de beber; muerte y maravilla; pérdida y encuentro.

Recuperar la luz de otro tiempo que aún vive en esas manzanas, en ese poema inconcluso. La poesía de Teillier, es en fin, una llave "que se nos ha dado para unir la memoria con el olvido; el poeta la lanzó al fondo de un pozo para que alguien como nosotros hoy día la encuentre algún día." (1996:36)

Jorge Teillier, "no has trabajado para el polvo y para el viento". "Caminemos hasta vencer la niebla". "Atravesada la noche, vino derramado, un poeta de este mundo" ya es leyenda.

Además las cosas son como yo quiero que sean o no son, y tú (también) puedes convertir en nido cualquier computadora.(16)

 

En Trilce, nº1 . Concepción, junio 1997.

 

 

 

SISIB y Facultad de Filosofía y Humanidades Universidad de Chile

 

 

NOTAS

1.- Justificación: Wittgenstein dice que de lo que no se puede hablar mejor es callarse, pero "la piedra no ha leído a Wittgenstein y sabe que se equivoca". Lo mejor no es callarse. Además esta nota es un saludo a los poetas Omar Lara y Juan Carlos Mestre y una señal de agradecimiento al poeta Jorge Teillier: "no importa que los días felices sean breves". volver

2.- Así dice la Biblia: "Díjose entonces Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, para que domine sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre todas las bestias de la tierra y sobre cuantos animales se mueven sobre ella'' . Y creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó y los creó macho y hembra ; y los bendijo Dios diciéndoles: Procread y multiplicaos, henchid la tierra, sometedla y dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre los ganados y sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra" . Dijo también Dios: ahí os doy cuantas hierbas de semilla hay sobre la faz de la tierra toda y cuantos árboles producen fruto de simiente..." ( Génesis 1962 :28) volver

3.- En la época medieval filósofos como San Agustín, Hugo de San Víctor, Alberto el Grande, Santo Tomás. Dionisio de Acropagita distinguen en el universo tres tipos de cosas: "Signum tantum", "res et signa" y, "res tantum". Todas las cosas creadas tienen la cualidad de "vestigia trinitatis". Son signos o símbolos del creador. Al respecto puede verse Johan Chydenius: "La Theorie du simbolisme mediéval". Poétique Nº 25. 1975 pp.326-340. volver

4.- Según Octavio Paz, el mundo moderno trasladó lo religioso a la literatura y el arte. "La religión pública de la modernidad ha sido la revolución y la poesía su religión privada" (1990:63) volver

5.- "Roberto Calasso. Hoy reina el simulacro, pero falta el mito". Artes y Letras, El Mercurio, Santiago, Domingo 29 de Septiembre 1966. Entrevista de Pedro y José Gandolfo. volver

6.- El tiempo del "animal laborens", esto es, la plenitud del proceso de mundanización y racionalización de la vida, la realización del progreso. Esta realización del progreso se debe a la pérdida de la fe, a la mundanización, a la secularización ... Rafael Gutiérrez Girardot, Modernismo, Supuestos históricos y culturales, México, F.C.E., 1987, p. 60. volver

7.- Al respecto son muy interesantes varios de los artículos de la Revista Insula Nº 565, Enero de 1994. Especialmente los de José María Parreño. "Una poética más o menos" pp. 30-3 1. Juan Carlos Mestre, "El territorio de la poesía: La casa de la Imaginación". pp.29-30. Juan Carlos Suñén "Lo difícil y el bien" pp.33-36. José Reichmann "El derrotado duerme en el campo de batalla" pp.32-32.   volver

8.- Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española. Madrid, 1984. Vigésima Edición. volver

9.- Creo que también renuncia a escribir una poesía de "ovación", "celebración", "adoración", como dice Teófilo Cid que es la de Jorge Teillier. En Prólogo a Para Angeles y Gorriones. 1955: (escrito para la edición de 1956). volver

10.- Italo Calvino escribe: "ojalá fuese posible una obra concebida fuera del "self", una obra que permitiese salir de la perspectiva limitada de un yo individual, no sólo para encontrar en otros yoes semejantes al nuestro, sino para hacer hablar a lo que no tiene palabra, al pájaro que se posa en el canalón, al árbol en primavera y al árbol en otoño, a la piedra, al cemento, al material plástico ... ¿No sería esa la meta a la que aspiraba Ovidio al narrar la continuidad de las formas?" (199:138). volver

11.- El Gato Pedro murió al tercer día de muerto Jorge Teillier. Así cuenta la leyenda. volver

12.- Dice camisa y no piel. La identidad es total y obvia, también la continuidad de las formas. Al respecto, el profesor Edgar O'Hara escribe un interesante artículo: "Jorge Teillier: el lenguaje como numismática". Revista Iberoamericana Nº 168-169, Julio-Dic 1994 pp. 841-858. volver

13.- Mario Rodríguez, en su reseña "Hotel Nube, la aldea lárica en ruinas", plantea que en la poesía de Jorge Teillier "la tendencia de instalar un "mundo" otro-el de las analogías y correspondencias- en la modernidad nunca fue abandonado por Jorge Teillier aunque en Hotel Nube se percibe una mayor amargura que tiende a desintegrar esa tan sostenida escritura de la semejanza que hacía del poeta un "guardián del mito", presente desde Para Angeles y Gorriones (1956) hasta Los Dominios Perdidos (1994). Luego Rodríguez afirma que Hotel Nube es la crisis final de la analogía. La Epoca, Julio de 1996.  Jaime Pellerano y Francisco Larrea en su Memoria de Grado, revisan la obra de Teillier y afirman que el proceso es "de la ilusión a la amargura", Concepción, inédita, 1995. volver

14.- Recuerdo a Jaime Gil de Biedma: "¿Por qué escribí?" Al fin y al cabo, lo normal es leer. Mis respuestas favoritas son dos: Una, que mi poesía consistió -sin saberlo- en una tentativa de inventarme una identidad; inventada ya, asumida ya, no me ocurre más aquello de apostarme entero en cada poema que me ponía a escribir, que era lo que me apasionaba. Otra, que todo fue una equivocación: Yo creía ser poeta, pero en el fondo quería ser poema. Y en parte, en mala parte, lo he conseguido; como cualquier poema medianamente bien hecho, ahora carezco de libertad interior soy todo necesidad y sumisión interna a ese atormentado tirano, a ese Big Brother insomne, omnisciente y ubicuo" (Las personas del verbo, Barcelona, Seix Barral, 1990). volver

15.- Me apropio, yo soy muy ladrona, de algunos de los subtítulos del útil, familiar e inteligente libro de Carlos Olivárez Conversaciones con Jorge Teillier , Santiago, Editorial Los Andes, 1993.

16.- "Paseos con Carolina," Cartas para Reinas de otras primaveras. Santiago, Ediciones Manieristas, 1985. volver