En la presentación del documento sobre el tema, el Rector, Prof. Luis Riveros, resalta que “la unidad de nuestra institución en medio de la diversidad” es fundamental para el éxito de los objetivos prioritarios del plantel.
Analizar, mirar el camino recorrido y evaluar la marcha constituyen una tarea indispensable para todo plantel educativo que busca progresar y alcanzar su pleno desarrollo. Con esa lógica se inserta la publicación “Avances en la implementación de orientaciones estratégicas 2000-2005” de la Universidad de Chile, documento que informa sobre las acciones desarrolladas en el período 2000-2001 en el ámbito de los objetivos fundamentales que fueron trazados con anterioridad.
Como se señala en su prefacio, se trata de un estado de adelanto que busca promover la discusión al interior de la comunidad universitaria, avanzar aún más en los planes específicos y corregirlos si fuera pertinente.
De acuerdo al análisis, los mayores progresos se asocian a la implementación de la reforma de pregrado, tendiente a mejorar la calidad y desarrollo de los estudiantes; el liderazgo en el crecimiento y acreditación de los programas de postgrado; la postura de la “U” como organismo líder en investigación; además de los progresos en materia de gobierno.
El documento detalla los avances o acciones en curso para cada uno de los objetivos de las siguientes orientaciones estratégicas: consolidar la calidad y pertinencia de los programas de pregrado; reafirmar el liderazgo nacional y avanzar en el reconocimiento internacional del postgrado; fortalecer y reforzar la investigación científica y la creación; mejorar la extensión como medio de vínculo de actividades de relevancia nacional; mejorar y modernizar la administración universitaria y la situación patrimonial; y, consolidar la vinculación externa y avanzar en la internacionalización de esta Casa de Estudio.
Entre los logros específicos relacionados con las orientaciones descritas se destaca el profundizar en materia de excelencia en el cuerpo de estudiantes, cuyo ingreso promedio de la PAA en este año llegó a los 700,7 puntos, lo que refleja un incremento progresivo desde 1998 cuando el indicador alcanzaba un nivel de 678,5. Todo ello, propiciando la integración de estudiantes de los distintos estratos sociales.
En cuanto al Fondo Solidario de Crédito Universitario se destaca un incremento de la recuperación entre 1998 y 2001 de un 49 % real, y un aumento del siete por ciento en alumnos que reciben crédito, llegando a diciembre del año pasado a ocho mil 645 el número de estudiantes beneficiados.
En el ámbito del mejoramiento de la calidad se citan las inversiones en nuevos edificios, laboratorios y bibliotecas. Y en forma especialmente relevante se da cuenta también de la reforma del pregrado, en cuyo ambiente se constituyó la comisión de estudios de formación básica, de cuya labor nacen actividades como análisis y estudio de mallas curriculares actuales y su reformulación y el ingreso a la Universidad, entre otros.
También en el ámbito del pregrado se destaca la adjudicación de proyectos relacionados con la Reforma, iniciativas que implican más de dos mil 660 millones de pesos. Además están los avances en los procesos de acreditación de carreras y la autoevaluación de programas académicos, para lo cual se constituyó un comité el año 2000.
Respecto a los programas de postgrado, en el período 2000-2001 la “U” fue la única entidad universitaria que logró la aprobación de todos los programas de doctorado que presentó con este propósito y que en total fueron 24. Cabe señalar que respecto a estos últimos, entre 1999 y 2001 se crearon 14 nuevos programas, mientras que en el caso del magíster se abrieron otros nueve.
En relación a la investigación, destacan entre otras acciones, el aumento del presupuesto del Departamento de Investigación y Desarrollo en un 23,5% a partir de 2001; el liderazgo en concursos de áreas prioritarias de interés nacional y en publicaciones; y la construcción del Centro Internacional de Estudios Andinos, en la Primera Región.
También en el documento se resalta la presencia de la Universidad de Chile en todo el territorio a través de proyectos de interés nacional y actividades de extensión.
En la presentación del escrito, el Rector de la Casa de Bello, Prof. Luis Riveros, señala que los adelantos en la implementación de las orientaciones estratégicas han estado condicionados por aspectos como la existencia de un sistema universitario que no valora los aportes en materia de creación, investigación y postgrados y donde los aportes fiscales, “fuente parcial y mínima del financiamiento institucional”, lleva a una sostenida contradicción entre el presupuesto y la misión nacional y pública del plantel, afectando el desarrollo de disciplinas y actividades académicas.
No obstante, el Prof. Riveros resalta que detrás de los avances ha estado el esfuerzo y compromiso de las distintas unidades académicas de la Universidad y, en ese sentido, manifiesta que es precondición para el éxito de los objetivos del plantel “la unidad de nuestra institución en medio de su diversidad”.
El documento “Avances en la implementación de las orientaciones estratégicas 2000-2005” analiza además objetivos como el fortalecimiento de la labor docente, el perfeccionamiento de los sistemas de calificación y evaluación; el desarrollo de sistemas de información internos; el mejoramiento de la gestión académica y administrativa y el uso del presupuesto. Sobre esto último, se analizan tópicos como el endeudamiento y la descentralización financiera.
De acuerdo al examen general, se concluye que pese a problemas de políticas respecto a la educación superior en nuestro país, la Universidad de Chile ha logrado avances significativos en los objetivos propuestos, aun cuando quedan retos “determinantes” para el futuro avance de lo fijado como prioritario.
En primer lugar, si bien se concluye que la situación presupuestaria es de mayor equilibrio, el texto admite que la Universidad aún tiene una deuda importante en la dimensión humana. Así, entre los desafíos está brindar mayor apoyo a los estudiantes en materia socio-económica y fortalecer el compromiso con la docencia de buena calidad, la que requiere estímulos definidos.
Otro de los retos es profundizar en los logros de calidad a través de la promoción de más políticas de apoyo a la investigación, particularmente hacia académicos jóvenes; mayor respaldo a los postgrados por la vía de becas; y, avanzar en la autoevaluación y acreditación.
En el campo presupuestario está el desafío de cambiar los sistemas de asignación de recursos entre las unidades académicas.
La mayor participación también es un desafío, por cuanto también se espera profundizar la vinculación de la comunidad universitaria con el debate sobre su propio quehacer.
La puesta en marcha del Plan Estratégico Institucional a partir de las orientaciones que se impulsan, surge del análisis como un bien necesario que requiere de avances importantes.
De la discusión, del análisis y la reflexión de las tareas pendientes, se espera que surjan las propuestas tendientes a lograr todas y cada una de las metas trazadas.