Los análisis realizados por el CENMA (Centro Nacional de Medio Ambiente) de la Universidad de Chile, a partir de trayectorias de viento y observaciones de dióxido de azufre muestran la posibilidad de una influencia significativa del Complejo Industrial Ventanas, de la Refinería de Petróleo de Concón, de la actividad portuaria de Valparaíso y de la Fundición Chagres sobre la Quinta Región, siendo la localidad de Concón y las ciudades de Viña del Mar y Valparaíso las más afectadas. También otros estudios demostraron que localidades como Temuco y Osorno presentan altos índices de contaminación por material particulado.

El Prof. Pablo Ulriksen Ugarte, Jefe de Laboratorio de Modelación y Análisis Atmosférico del CENMA, señaló que “el concepto fundamental detrás del proyecto “Diagnóstico Integral de la Contaminación Atmosférica en la Macrozona Central de Chile” es obtener una visión global del problema, porque la superposición de efectos puede llevar a considerables consecuencias que no se evalúan bien cuando se miran las causas por separado. El caso más claro que se ha producido en los últimos años ha sido el área costera de la quinta región y el Valle del Aconcagua en el cual se han mantenido y desarrollado las fundiciones de cobre, se han instalado centrales termoeléctricas, plantas de cemento, etc. Las que han aumentado muchísimo las emisiones en el sector”.

En términos generales la influencia de una fuente emisora puede llegar a superar 100 kilómetros de distancia. Por ejemplo las emisiones de óxido de azufre de Caletones se dispersan y se estima que sus impactos alcanzan hasta la cuenca de Santiago.



El programa, solicitado por la Conama, nace a raíz de un estudio que realizaron sobre la dispersión de compuestos de azufre en la zona central de Chile. En su elaboración participan siete investigadores de CENMA y, como contraparte, ocho funcionarios de Conama. Está diseñado para realizarse a lo largo de cinco años.

El contexto geográfico en el que se desarrolla la investigación es la Macrozona Central (MZC) de Chile, sector que se extiende entre la V y VIII regiones, reúne casi la mitad de la población total del país y buena parte de la actividad económica, tanto industrial como agrícola. Por lo tanto sujeta a la presencia de grandes emisiones de contaminantes, las que unidas a sus condiciones meteorológicas, determinan la existencia de polución atmosférica en el sector. A raíz de esta situación se hace necesario contar con herramientas pertinentes a la planificación y con evaluaciones del recurso aire tanto en zonas urbanas como suburbanas. Por lo que se diseñó una Red de Monitoreo Regional de la Calidad de Aire que se extiende en las regiones mencionadas.

El Prof. Ulriksen señaló que “en este análisis se hizo una recopilación, se revisaron las informaciones sobre fuentes emisoras y se hicieron mediciones experimentales para aportar información adicional. Se instaló una red de monitoreo de calidad de aire en ocho lugares entre la quinta y la séptima región. Zonas especialmente rurales en las que se detectaron los niveles de óxido de azufre y ozono. Se instalaron estaciones de medición de variables meteorológicas en tres localidades: una en el Valle de Casablanca, y dos en la octava región para entender el movimiento de las masas de aire en el entorno de Concepción y Talcahuano”.

La investigación determinó un potencial conflicto del recurso aire limpio por las distintas actividades económicas de la zona. La agricultura, por ejemplo, requiere de una calidad del aire muy buena, especialmente aquellas especies vegetales que son más sensibles. Es indispensable que los productos que se exportan no estén sometidos a un riesgo que pueda dañar su aceptación en los mercados mundiales, este es, por ejemplo, el caso de los vinos. Ahora bien, de alguna manera las fundiciones de cobre afectan el entorno, ya que requieren de la atmósfera para evacuar y dispersar sus emisiones. Se puede asegurar que esas dos actividades económicas compiten entre sí por el uso del aire.

Por otro lado, el desplazamiento de mercaderías, muy importante para el desarrollo, en la gran conurbación que se está formando entre el Gran Valparaíso, el Gran Santiago y Rancagua genera un gran número de emisiones que no sólo afectan las actividades productivas sino que también a una gran parte de la población que vive en este sector. “No debemos olvidar que en esta zona hay una cantidad significativa de parques que requieren de una alta calidad visual, la que se ve afectada por este fenómeno. Por lo demás, el anhelo de los habitantes de Santiago es disfrutar nuevamente del entorno cordillerano”, expone el profesor.

Esto ha llevado a que en el estudio se haya propuesto que una gran parte de la MZC deba ser manejada bajo medidas especiales en lo que respecta a la gestión de la calidad del aire.



Por su parte el Director del CENMA, Prof. Raúl Morales, también explicó que las condiciones meteorológicas disparan estos episodios de contaminación en las ciudades sureñas, producto de una inadecuada ventilación. “Aún cuando en la zona llueve mucho, en invierno hay días donde existe una estabilidad atmosférica muy grande. Y como la costumbre es usar leña como combustible doméstico, toda la ciudad durante el día tiene las cocinas a leña y ésta también se usa como calefacción ambiental. Eso hace que los niveles de contaminación estén muy distribuidos a nivel residencial”, dijo.

Señaló que en esa zona no existe el problema que presenta Santiago donde habitualmente las fuentes móviles y algunas fijas industriales son las que contaminan en mayor medida, sino que fundamentalmente el 70% de la contaminación atmosférica de las ciudades del sur proviene de las actividades residenciales, como la quema de leña. A lo anterior es necesario sumar la mala calidad del parque automotriz que no sigue las normas de Santiago, entre otros factores.

Añadió que “nuestro caso emblemático de Santiago, que era en torno a Pudahuel, hoy día se ha visto superado en las normas de contaminación a promedios horarios diarios, en Temuco y Osorno, normalmente en rangos que para nosotros son dramáticos. De modo que hoy día hay ciudades en el sur que no son de la calidad que pudiéramos esperar”, acotó.

Si bien en estos lugares se han realizado estudios sistemáticos, sobre la base de evidencias meteorológicas, el académico expresó que también hay otras localidades, como Puerto Montt y Coyhaique, que pueden estar experimentando situaciones similares. “Por lo tanto, se necesitan realizar estudios a la brevedad posible, empezando este mismo invierno. No nos podemos dar el lujo de esperar un nuevo invierno para iniciarlos”, enfatizó.

Por otra parte, subrayó que los niveles de contaminación que generan las megaciudades, particularmente de la zona central de Chile, como Santiago y el complejo urbano de Valparaíso y Viña del Mar, “está haciendo que parte de los niveles de contaminación de estas ciudades se extiendan hacia las zonas rurales, sumado además por las grandes megafuentes como son las fundiciones y las termoeléctricas”. Por esa razón, dijo que es preciso que “estas masas de aire contaminadas que están afectando a determinadas zonas agrícolas, podamos caracterizarlas y saber a futuro, cuál va ser el nivel de impacto y por lo tanto buscar las medidas de investigación apropiadas”.

El Profesor Morales destacó que es importante seguir estudiando la situación del Valle del Aconcagua porque “esa es una de las zonas más fértiles que tenemos y el impacto de la contaminación de la ciudad de Santiago, hemos visto que se está empezando a extender hacia Los Andes, es decir, está atravesando los límites montañosos a zonas que no pensábamos que era posible que eso sucediese. Hay un impacto desde la ciudad hacia allá y desde las megafuentes que se producen a través de estas termoeléctricas y la fundición, las que están impactando, de alguna manera, todo el sector norte de Valparaíso, hasta la desembocadura del Río Aconcagua”.