DEBATE
Los Transgénicos Son tan Inocuos Como Cualquier Alimento
En nuestro país -según una encuesta- sólo un 25% de la población estaría dispuesta a consumir alimentos transgénicos. El resto desconfía de esta tecnología. Aquí se abordan las aprehensiones más comunes en este tema y el potencial de la ingeniería genética.

Prof. Dr. Lionel Gil.
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La calificación de alimentos Frankenstein dada por los opositores a los productos transgénicos, fue uno de los primeros indicios de la polémica y controversia social que generaría la comercialización de los organismos genéticamente modificados.
En Estados Unidos y Europa el debate al respecto se instaló hace tiempo, mientras en Chile, si bien la discusión es de más corta data, promete profundizarse cuando el país deba ratificar el Protocolo de Bioseguridad de Cartagena, cuyo objetivo es regular el movimiento transfronterizo de especies de este tipo.
Por lo pronto, la desconfianza de la población hacia los transgénicos es una realidad en Chile, donde la mayoría piensa que estos productos provocan cáncer y donde sólo el 25% dice que estaría dispuesto a consumirlos.
Estos datos son fruto de un estudio de opinión pública realizado por un equipo de académicos liderado por el doctor en Bioquímica del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Prof. Lionel Gil, para quien los resultados de la encuesta reflejan desconocimiento en esta materia.
Los alimentos transgénicos son aquellos a los cuales, por ingeniería genética, se le ha incorporado un gen proveniente de otra especie o de otra variedad con el fin de transmitirle una característica especial. Así, por ejemplo, esta tecnología se ha empleado para que ciertos alimentos resistan plagas de insectos, condiciones ambientales agresivas (heladas, sequías) o tengan una vida comercial más larga. Asimismo, esta tecnología ha permitido la mejora nutricional de alimentos como el arroz dorado que permite reducir la ceguera y la anemia por aumento del contenido de provitamina A y hierro.
Para el Prof. Dr. Gil esta tecnología reviste más beneficios que peligros. Sostiene que los alimentos transgénicos han sido autorizados en países desarrollados después de exhaustivos procesos de evaluación de riesgos.
Señala, en esa línea, que el país no puede cerrarse per se a la biotecnología, no obstante, agrega, se deben tomar los máximos cuidados para evitar afectar la biodiversidad.
Sobre las aprensiones comunes respecto de los transgénicos y las ventajas o potenciales de la biotecnología, conversamos con este académico, quien ha participado en diversos proyectos de biotecnología de la OEA y actualmente es coordinador del programa CamBio Tec-Chile.
En primer lugar, el Prof. Dr. Gil explica que la mayor parte de los productos agrícolas que consumimos se han desarrollado a través de los siglos por transferencia de genes, es decir, por cruzamientos. En este sentido -explica- la ingeniería genética es un proceso que en lugar de transferir un grupo de genes traspasa uno específico.
Respecto a la crítica de que la alteración de los genes no es algo natural, agrega que no se ha tomado en cuenta que las mutaciones como tales ocurren espontáneamente durante la división celular en todos los seres vivos, como resultado de daños físicos o químicos del ADN.
-Se piensa que los transgénicos pueden ser nocivos para su salud. ¿Cuál es su visión?
-Muchos de los temores del público provienen de la desinformación. Cuando estos productos se desarrollaron fueron calificados como alimentos Frankestein. Es más, cuando se desarrolló la primera bacteria transgénica los científicos se vistieron casi con traje de astronauta para hacer estudios de campo. Eso creó todo un impacto. Sin embargo, muchos de los argumentos en contra de los transgénicos no tienen ninguna base científica.
-¿Uno de los temores es que los transgénicos podrían producir alergia y cáncer?
-Esta crítica está basada en que en el desarrollo de algunos transgénicos se introdujo un gen de una nuez brasilera que efectivamente produce alergia, pero esta planta fue rechazada antes de las pruebas de campo y nunca llegó al comercio.
Hasta el momento no se ha descrito ni un solo caso de algún efecto o problema en la salud por el uso de transgénicos y su uso ha sido declarado como seguro por diversas academias de ciencias de distintos países. Llevamos siete años de transgénicos, no se sabe de efectos a largo plazo, pero los argumentos científicos hasta el momento no hacen pensar que pudiera haber algún efecto de este tipo. En relación al cáncer se ha especulado mucho, pero no se ha descrito ningún transgénico que pueda provocar algún tipo de cáncer.
-En todo caso ¿se puede afirmar que estos alimentos son inocuos?
-Los transgénicos son tan inocuos como cualquier alimento que uno pueda consumir. Las variedades de trigo que se utilizan, nunca han sido sometidas a una evaluación de riesgo y a través del tiempo han demostrado que no tienen efectos. Las respuestas, en todo caso, son individuales. Pudiera ser que alguien careciera de alguna enzima para digerir algún tipo de trigo y esa persona pudiera tener un problema, pero ese problema es independiente de si el trigo es transgénico o no.
-Según los detractores, ¿esto afectaría la biodiversidad y generar plantas con algún tipo de resistencia indeseada, como supermalezas?
-Mire. Que pueda afectar a la bioversidad es probable, existe alguna pequeña probabilidad en algunos casos. Esto no está demostrado pero por ser variedades que se encuentran muy cercanas pudiera haber transferencia de genes.
Todo esto implica que la aprobación para liberar al medio ambiente una planta transgénica debe considerar este aspecto. Por eso en Chile existe una entidad (el Servicio Agrícola Ganadero) que debe evaluar este tipo de riesgos. En mi opinión, si hay una planta que es muy cercana a una variedad salvaje y hay algún riesgo, eso no debería ser aceptado.
-¿Qué posición cree que debiera ado ptarse?
-Nosotros estamos porque Chile no se quede fuera de la tecnología. Hablar de tener un Chile libre de transgénicos significa parar la investigación en un campo que seguirá desarrollándose con enormes posibilidades económicas y nosotros no nos podemos quedar afuera.
-Hay que balancear riesgos y beneficios...
-En esto hay muchos aspectos que evaluar. Por una parte, si pudiéramos tener ciertos cultivos potenciales y utilizarlos comercialmente, no tendríamos por qué cerrarnos a ese tipo de tecnología. Por otro lado, como hay una mala imagen que puede perjudicar a ciertos productos nacionales es algo que tendrán que evaluar tanto el sector productivo como de Gobierno.
Pienso que no hay que declarar a Chile libre de transgénicos, pero tampoco hay que estar cerrado a que haya ciertas regiones del país y actividades selectivas que, desde el punto de vista comercial y de medioambiente, sea bueno mantenerlas libres de esta tecnología. Pero creo que cerrar completamente el país a la transgenia es estancarse en el conocimiento o desarrollo científico de un área de gran potencialidad.
-¿Qué ventajas ofrecerá a futuro esta tecnología?
-Hasta ahora las principales ventajas van al productor, pero viene una segunda etapa en que estas técnicas pueden utilizarse para mejorar la calidad nutricional de los alimentos como el caso del arroz dorado, ya mencionado. La tercera etapa es que las plantas se podrían usar como verdaderas fábricas de productos químicos introduciendo ciertos genes. Después, en el área salud, hay numerosas ventajas en el desarrollo de vacunas.
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