Proposición de Protocolo de Acuerdos
Comisión Rol de la Facultad
de Filosofía y Humanidades

Documento elaborado por la comisión “Rol de las Humanidades” de la Facultad de Filosofía y Humanidades. Integraron esta comisión, los profesores Zvonimir Martinic, Mario Matus, Andrés Orrego, Carlos Ruíz, Miguel Vicuña y Patricia Bonzi y los alumnos Alejandra Botinelli.  Paloma Baño, Mauricio Folchi, Rodrigo Aliaga y Olaf Ortúzar.

I  Principios Generales (Carácter de la Facultad de Filosofía y Humanidades, relevancia e incidencia al interior de la Universidad de Chile y de la sociedad en general)

La Facultad de Filosofía y Humanidades ha tenido desde sus inicios, que coinciden con el nacimiento de la Universidad de Chile en el año 1843, la tarea del cultivo de los estudios lingüísticos, literarios, históricos y filosóficos, “preparativos indispensables para todas las ciencias y todas las carreras de la vida” en el decir de Andrés Bello. A través de las múltiples y a veces duras vicisitudes de su historia, la facultad “ha mantenido vivo el espíritu de esas disciplinas que se ocupan del hombre en su acción esencial de procesar simbólicamente la realidad para hacerla aprehensible, manejable, comunicable, y de los distintos instrumentos de que dispone para ello, disciplinas que se organizan en torno al lenguaje, a la palabra humana esencial (...) palabra-libertad que se inventa cada día y que frente al silencio, al bullicio o al esplendor de los lenguajes técnicos o a la palabrería inconsistente y banal, sigue siendo el más rico y completo instrumento de expresión y comunicación humanas, el más propio de la compleja condición del hombre, cuyas grandeza y miseria consisten en perseguir las escurridizas verdades por los laberínticos espacios de la creación y del error, en un tránsito y búsqueda eternos, sólo posible en virtud del procesamiento simbólico de la realidad.

Esa actitud comprensiva de lo real mediante categorías de pensamiento, imágenes, símbolos poéticos, es decir del lenguaje en sus múltiples posibilidades, unida a la determinación y selección de valores sin los cuales no hay norte para fijar objetivos ni acción inteligente ni eficaz - actividades ambas esenciales al quehacer humanista - constituyen el centro que genera, da fundamento, orientación y sentido a todo proceso de transmisión del conocimiento, a todo proceso de desarrollo y formación del hombre, a toda preocupación y acción humanas(...).

Es un hecho que esos roles que son inherentes, esenciales al quehacer humanístico y a la noción de humanidades, desde el origen y, en nuestra tradición, desde el discurso de Andrés Bello, ha sufrido serio menoscabo y reducción, en la realidad chilena de las últimas décadas.

Lucía Invernizzi, de: “Las humanidades y su lugar  en la cultura” [página 1 en esta edición]

El problema de fondo que cruza nuestra Facultad se relaciona con la marginación general que los estudios de las humanidades sufren en el contexto de las orientaciones estratégicas del desarrollo global en curso en nuestro país, interprétese éste como “modernización unilateral”, “desarrollo de macropolíticas para la incorporación de Chile en mercados internacionales”, u otros.

En esta situación, corresponde a nuestra Facultad, a su comunidad de académicos y estudiantes, explicitar los fundamentos, características y formas de nuestro quehacer, para fijar así algunos hitos que puedan orientarnos concertadamente en los procesos de discusión que ahora se abren en los distintos niveles e instancias de la Universidad (Departamentos, Facultad, Campus, Congreso General, Fech, etc. y que nos faciliten la formulación de políticas de corrección de la actual situación y de desarrollo futuro, así como su defensa y difusión en las instancias que correspondan.

El actual aislamiento, relativo pero importante, de nuestra Facultad al interior de la Universidad y en relación a la sociedad chilena en general, se debe, en una medida no despreciable, a deficiencias de nuestra parte en nuestros modos y prácticas de trabajo. Tal vez, amedrentados por el éxito tecnológico y económico de otras disciplinas, hemos perdido la fe en el valor intrínseco y el goce de nuestro quehacer. Por ello es ahora necesario orientar nuestra reflexión hacia la búsqueda de formas de trabajo y de políticas de desarrollo que tiendan a recuperar el sitial que le corresponde a nuestra Facultad en la situación actual de la Universidad de Chile y en la vida del país. Tenemos que ser capaces de convencer al resto de la Universidad, al Gobierno y a la sociedad civil del sentido y relevancia de nuestras disciplinas hoy y de las condiciones que la Facultad precisa para cumplir su labor.

Nos parece que, para llevar debidamente a cumplimiento lo antes expuesto, debemos repensar nuestro quehacer, diseñar las políticas generales que lo guíen y tiendan a establecer medidas concretas de aplicación, por lo menos en los planos siguientes:

·        En el plano de la Facultad: en orden a repensar el sentido, el perfil, las formas y contenidos de nuestros programas y actividades diversas para facilitar el desarrollo de nuestras disciplinas al más alto nivel.

·        En el plano de la Universidad: en orden a crear formas apropiadas de articulación de nuestro quehacer con las diversas disciplinas existentes en ella y con el quehacer y sentido global de nuestra universidad.

·        En el plano del Estado y de la sociedad chilena en general: en orden a reclamar del Estado un tratamiento adecuado frente a las necesidades de nuestro desarrollo y de aportar a la sociedad en los aspectos de la cultura y de la educación, considerando que ellos nos competen directamente.

II. Políticas Generales De La Facultad (En vistas a la implementación de los principios del apartado “I”)

A) En consecuencia con lo anteriormente expresado, la Facultad de Filosofía y Humanidades:

a) Propondrá políticas de Desarrollo de la Universidad de Chile que sean diferenciadas, es decir, diseñadas tomando en cuenta las características y formas de desarrollo propias de por lo menos tres tipos de quehaceres reconocibles en su interior:

·        Políticas adecuadas para las facultades técnico profesionales o funciones técnico-profesionales al interior de facultades complejas.

·        Políticas adecuadas a facultades o institutos científicos o funciones científicas al interior de facultades complejas.

·        Políticas adecuadas para facultades cuyos quehaceres no se inscriban dentro del área científica o profesional, como por ejemplo, la Facultad de Filosofía y Humanidades y la Facultad de Artes.

Para ello deben impulsarse cambios significativos en el actual sistema que tiende a considerar en bloque, con criterios científicos o profesionalistas, todas las actividades de la Universidad de Chile.

b) Nuestra facultad enfatiza como indispensable la asunción por parte de la Universidad de su rol de contribución al desarrollo de la cultura y de la identidad nacionales, impulsando orientaciones tendientes al desarrollo de la libertad de pensamiento y de creación, del fortalecimiento de las formas democráticas de convivencia ciudadana y de la solidaridad, grandes metas que configuran un horizonte histórico para Chile y que dependen de valores humanistas que equilibren y hagan sustentable el actual modelo de desarrollo unilateralmente basado en la “productividad” y el crecimiento económico.

c) Consecuentemente con lo anterior, la Facultad de Filosofía y Humanidades reclama, al interior de la Universidad de Chile, un espacio propio y apropiado para el cultivo de disciplinas que tienen que ver con valores y orientaciones de sentido de la sociedad entera.  La razón de ello radica en el carácter estatal de esta Universidad; esto es, en su característica de institución nacional que garantiza la laicidad, la independencia ideológica y la cautela de la pluralidad de tendencias, elementos indispensables para el desarrollo cultural del país.

B) El debate actual sobre la crisis de la Universidad ha mostrado que existe un amplio consenso nacional en el sentido que las disciplinas que se cultivan en nuestra Facultad no puedan estar concebidas en la lógica del autofinanciamiento, que termina por distorsionarlas y eliminar su carácter crítico. Su financiamiento deberá, por ello, provenir del Estado y, al interior de la Universidad, los ítemes presupuestarios para estos efectos deberán estar claramente diferenciados de los aportes globales a la institución. Es importante que el Estado democrático asuma explícitamente su rol de apoyo activo de estas áreas, que tienen que ver con una reflexión sobre problemas globales de la sociedad contemporánea en la que los niveles de incertidumbre provocado por las tendencias de cambio económico, social y cultural parecen acrecentarse.

C) Es necesario también señalar de manera específica la importancia que tiene, para cada una de las disciplinas que se cultivan en la Facultad, mantener la interdependencia e integración constantes entre investigación y docencia. En efecto, la docencia universitaria destinada a formar gente capaz de pensar críticamente, si no se nutre de un trabajo de investigación, tiende inevitablemente a disminuir su calidad. A la inversa, una investigación separada del diálogo con pares y estudiantes resulta empobrecida. También deberá reestudiarse la instauración de sistemas de evaluación adecuados a las humanidades, que resguarden y favorezcan la especificidad de su trabajo, su difusión y su enseñanza y la adecuada obtención de recursos para la investigación

D)Si reconocemos que la Facultad tiene responsabilidad en relación a su “crisis de posicionamiento”, se hace imprescindible, en la medida en que sus actuales recursos humanos, técnicos y financieros se lo permitan, corregir los errores y reorientar su trabajo para cubrir aquellos espacios que han sido desatendidos. Resulta necesario que nuestra Facultad asuma dentro de su quehacer y considerando a la diversidad de visiones existentes en su interior, la tarea de generar pensamiento crítico o alternativo frente a la sociedad chilena actual. Esto no significa determinar el desarrollo de nuestras disciplinas por la contingencia, pero tampoco hacer caso omiso de ella. Se trata de dotarnos de la capacidad para plantearnos problemáticas que, asumiendo dicha contingencia, complejicen y enriquezcan nuestras disciplinas y a la vez sean una contribución para enfrentar dichos problemas.

E) A partir de la asunción de la responsabilidad que le cabe a la Facultad en cuanto a responder a ciertas necesidades de los diferentes sectores de la sociedad, se requiere considerar como tarea ineludible el compromiso activo en temas como la cultura y la educación. En ese sentido, es labor nuestra la crítica y el aporte propositivo frente a las directrices culturales que desde el gobierno u otros sectores de la sociedad emanen. Estamos pensando en temas tales como el de los modos de relación intersubjetivos generados a partir del nuevo contexto societal centrado en el paradigma del mercado o la injerencia de las distintas instancias culturales en la generación de sentidos comunes e identidades colectivas. También debemos asumir la discusión acerca del tema de la educación, especialmente a partir de la reforma educacional que está siendo implementada en la actualidad.

III. Medidas Concretas (Para la implementación de algunas de las políticas generales presentadas en el apartado “II”)

A. Medidas de implementación desde instancias externas a la Facultad

·        Consolidación de un cuerpo de profesores con dedicación exclusiva y mejoramiento real de las remuneraciones de los académicos, para superar las actuales distorsiones de la vida universitaria que producen los dobles empleos o la dispersión de nuestra capacidad académica hacia las universidades privadas, consultoras u otras instituciones.

·        Financiamiento especial para los proyectos de desarrollo y expansión que tengan como efecto el mejoramiento sustantivo de la docencia y la extensión.

·        Redefinición de los criterios que maneja las comisiones centrales de Calificación Académica y de Evaluación Académica de la Universidad, para estos procedimientos sean más adecuados a la naturaleza de las disciplinas humanísticas.

·        Implementación de mecanismos eficientes y dotación de recursos que permitan la formación y posterior incorporación de miembros jóvenes a la planta académica de Departamentos, Centros y Programas.

·        Participación de la Facultad en el diseño e implementación de las cátedras relacionadas con el tema de las humanidades que se impartan en otras unidades académicas.

B. Medidas implementables al interior de la Facultad

·        Definición una clara política de desarrollo de la disciplina que cultiva cada Departamento, a partir de una reevaluación de su estado actual. Para ello se recomiendan ciertos criterios, como la comparación con el medio nacional, su nivel de actualización y su inserción en el concierto internacional.

·        Diversificación de las tareas de las unidades académicas de tal manera que sus esfuerzos se orienten no sólo al desarrollo de la propia disciplina, sino también al mejoramiento del perfil profesional de sus estudiantes y egresados, y a la atención de los requerimientos (de investigación, reflexión, formación, etc.) de los distintos sectores de la sociedad. Para ello es necesario que cada unidad académica establezca y programe una distribución razonable de sus recursos humanos para atender cada una de estas tres áreas de trabajo.

·        Establecimiento por parte de la Facultad, de un sistema de respaldo y apoyo que incentive a los miembros de la comunidad universitaria o a los equipos de trabajo que funcionen en su interior en la implementación de nuestras líneas de trabajo concordantes con el proceso de apertura expuesto en el punto anterior.

·        Elaboración, por unidad académica, de un Plan de Desarrollo Integral que cubra todas las preocupaciones antes expuestas, estableciendo tareas y metas precisas para un plazo de tiempo determinado, al cabo del cual se deberá evaluar y reformular. Comunicación anual de un “Estado de Situación” en el que cada unidad académica rinda cuentas, sobre la base de indicadores establecidos por la Facultad, de los avances en su Plan de Desarrollo Integral.

·        Implementación de una Coordinación o Comité a nivel de Facultad, encargado de fomentar la cooperación y el intercambio con el mundo externo a ella. Algunas tareas que éste debería asumir son: elaborar una estrategia para la captación de fondos externos, establecer o profundizar lazos con otras instituciones del país o del extranjero con las cuales se pueda llegar a instancias de cooperación e intercambio, estimular y apoyar a los académicos jóvenes y estudiantes para su participación en concursos públicos con los cuales se obtenga el financiamiento de proyectos de investigación o de otro tipo.

·        Refundación de la política editorial de la Facultad (considerando todas las unidades académicas), de tal manera que las publicaciones se constituyan en verdaderos espacios de promoción de la investigación y que alcancen un relieve de primer orden en el contexto intelectual del país.

·        Recomendación a aquellos académicos de la Facultad que estén en la actualidad o en el futuro a cargo de proyectos de investigación u otro tipo de proyectos (cursos, publicaciones, etc.)  para que se incorporen en sus equipos de trabajo preferentemente a miembros de nuestra comunidad de Facultad en aquellas materias en que sus competencias los avalen.

IV. Agenda de Discusión (Temas que se proponen para una discusión más detenida en la que se incorporen formal y representativamente las distintas Unidades Académicas)

1.      En relación al diagnóstico de la situación del país: examinar con mayor detención las tensiones existentes entre las políticas macroeconómicas en curso y el énfasis dado al estatuto del conocimiento en el desarrollo de las sociedades contemporáneas que conlleva la idea del hombre como “capital humano”, es decir, como inversión y no gasto o consumo.  Asimismo, examinar estas tensiones en su relación a las directrices de organismos internacionales, como por ejemplo del Banco Mundial.

2.      En relación al desarrollo de nuestras disciplinas: necesidad de una reflexión profundizada, participativa y permanente de sus diferentes aspectos.

3.      En relación a las políticas de extensión de la Facultad: necesidad de un reflexivo, crítico y audaz replanteamiento de sus objetivos y formas de acción a más largo plazo.

4.      En relación al estatuto del conocimiento en la sociedad actual: examen de la magnitud y las formas en las que en la sociedad actual se ven destituidos los esquemas enciclopédicos del saber, particularmente en lo que se refiere a su segmentación extrema y desvanecimiento de sus áreas críticas. Examen que confronte esta situación con las prácticas establecidas que provienen del esquema clásico.