Bien por ti
porque no lo ignoras y puedes decir:
la lluvia es sólo lluvia
vi los cuchillos caer y no fui herido.
Y los sellos se
dieron a los gestos
abiertas las exclusas
alguien pretendió que fueras feliz.
Ahora muerde también
el pulso ligero de la noche
ojo que blanquea los contornos negros
de toda desnudez, dale reposo.
NO NOS GUARDES PARA
MAÑANA
No hay error en la
cifra del tiempo
en los brazos del mar el mundo
camina quieto, vertical.
Dejemos entonces
a la flecha zumbar
su filo ininterrumpido más allá de los límites.
No hay esperanza, ni temores
nada nos es más ajeno que profetizar la fisonomía
de los días que sabemos eternamente plagados
de lluvia, serenidad y pereza a montones.
Acaso podamos retener este momento.
LEYENDA DE LAS IMÁGENES
Piensa, piensa, piensa
escupe, cerebro, la pócima clara del aserto
date a entender.
Empieza setenta
veces siete, nuevamente:
los muertos-náufragos agarrados a su tabla monótona
los individuos vestidos de materia oleaginosa, ojos que no ven
en procesión inacabable -alejarse y regresar-
sólo las cosas me llaman, de ellas soy.
Verónica
Jiménez. Poemas tomados de LICANTROPÍA III.