Prefacio

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Desde hace largos años en mis lecturas y reflexiones acerca de literatura, ha estado prioritariamente presente la escritura de Gabriela Mistral. Este hecho se funda en una experiencia personal que no podría llamar de otro modo sino conversión.

"y en un relámpago yo supe carne de Mitla ser mi casta"

("Beber", Tala)

A partir de este hecho comprendí lo mucho que América podría aprender de sí, si se rezaran los versos de esta mujer que afirma su condición de mestiza no sólo en lo racial, sino también en lo cultural.

Percibí también que sus escritos talaban profundamente en mí, que me permitían comprender muchas cosas acerca de mi propio ser y de mis búsquedas. Por último, me di cuenta que desde sus palabras se iluminaba la difícil relación de poesía y vida que tan reiteradamente había surgido como problema en mi quehacer de investigadora y profesora de literatura.

El deslumbramiento producido por las vanguardias, tan propio de la juventud, deslumbramiento que compartí con la mayor parte de los de mi generación, me había impedido durante largo tiempo escuchar los ecos de su voz poderosa.

Causa del alejamiento anterior habían sido las selecciones antológicas que recogían constantemente poemas que la propia Gabriela en su madurez deseó hacer desaparecer. Acallaron también la voz de la poeta los contextos críticos que rodearon su poesía. Contextos que, salvo rarísimas excepciones, en lugar de acercar al lector lo desviaron hacia otras rutas que impedían el encuentro del poema en su primigenia esencialidad. Baste recordar que la poesía de Gabriela Mistral fue calificada por algunos críticos de encifrada, hermética, demasiado dolorosa o inadecuada a la sensibilidad del hombre del siglo veinte.

A esta situación se unía el desconocimiento de su prosa, que sólo excepcionalmente había sido recogida en libro. Al cumplirse los cien años de su nacimiento se produce una verdadera eclosión de recopilaciones de sus prosas y epistolarios repartidos por el mundo y la publicación de Lagar II. Se realizan simposios, se publican artículos y libros, situación que se mantiene con ocasión del cumplimiento de los cincuenta años del primer Premio Nobel otorgado a una mujer latinoamericana.

Un tercer factor influye en el despertar del interés por Mistral, la preocupación por la escritura de mujeres. En esta línea la figura de Gabriela es una presencia constante.

Estos factores produjeron una verdadera resurrección de su obra y las nuevas lecturas se suceden no sólo en Chile y América Latina, sino también en los Estados Unidos.

La reflexión que voy a desarrollar en el presente libro intenta en primer lugar dar una visión de la poesía de Gabriela Mistral desde lo que, en mi concepto, representan sus rasgos básicos: el marcado interés por el propio quehacer, su visión existencialista de la vida humana como ser para la muerte, su preocupación americanista, el discurso religioso, la conflictiva relación entre poesía y vida y el notable carácter oral de su escritura.

Estos rasgos emergen con mayor o menor fuerza en toda su obra. Por razones metodológicas he elegido en cada caso una obra en la cual aparezcan paradigmáticamente representados.

Algunos de estos aspectos han llamado la atención de los estudiosos de la obra mistraliana. Así su existencialismo, el americanismo y la religiosidad. Respecto de esta última hay que destacar que ha sido objeto de estudios más biográficos que de una interpretación del discurso poético-religioso en cuanto tal. Son inéditos, en cambio, la indagación sobre el metalenguaje poético, el discurso poético-religioso propiamente tal en sus contenidos, intertextualidad y formas de expresión, la difícil relación de los hechos vividos y de los hechos "cantados" y el carácter oral de su poesía. Algunos de estos problemas habían sido objeto de mi investigación, presentando resultados parciales en ponencias a congresos y publicaciones (1).

La no inclusión del libro Lagar II responde a convicciones profundas, que surgieron en mí cuando trabajé en la Biblioteca Nacional en la preparación de dicha publicación. El estudio cuidadoso de los microfilms, me permite afirmar que de los poemas publicados sólo trece estarían probablemente concluidos. Los restantes son materiales en evidente proceso de elaboración y debían publicarse tal cual estaban en los manuscritos. Mi criterio no prevaleció en la publicación (hecho que quedó expresamente establecido en la "Introducción" al libro (en las páginas 16 y 17).

El Capítulo II se refiere al "arte poética" inscrita explícita o implícitamente en los poemas de los libros estudiados. Creo que algunos de mis acercamientos anteriores habían sido desorganizados esbozos que ahora toman una forma coherente y global. Es necesario agregar que todavía hoy no existe bibliografía específica en relación a la poética mistraliana inserta en sus poemas.

El Capítulo III recoge los resultados absolutamente inéditos respecto de la investigación en torno a la poética mistraliana recogida en artículos de diarios y revistas publicados por la autora en diversas partes del mundo; en sus innumerables cartas recopiladas en Epistolarios, en algunas clases realizadas en universidades y en sus conferencias. En este punto el único antecedente bibliográfico publicado son diez páginas de la Dra. Jiménez en su tesis doctoral: La crítica literaria en la obra de Gabriela Mistral (1982).

Al corpus señalado para la investigación he podido agregar la información aportada por algunos textos inéditos de Gabriela Mistral que me fueron facilitados por el Dr. Luis Vargas Saavedra de la Pontificia Universidad Católica de Chile y por la Dra. Onilda Jiménez de Jersey City State College a quienes agradezco su inestimable colaboración.

NOTA

1.- Así en Revista Signos y Revista Chilena de Literatura. El "Arte poética inscrita en el libro Poema de Chile" fue publicado en su versión definitiva en Taller de Letras, número especial, 1996.

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