Universidad de Chile

 

Poesía
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DANIEL FREIDENBERG nació en 1945 en Argentina. Además de poeta es periodista y crítico e integra el consejo de dirección de la revista Diario de Poesía en Buenos Aires. Publicó los siguientes libros de poesía: Blues del que vuelve a casa (1973), Diario en la crisis (1986) y Lo espeso real (1996), además de numerosos ensayos y prólogos. Es autor de una quincena de antologías de poesía, en su mayor parte argentina y latinamericana.

COMO LA MONEDA TIRADA EN LA CALLE...

Como la moneda tirada en la calle, como la
moneda gastada y
           variada en color,
como eso que antes era una moneda y hoy
pregunta por nosotros.
La historia está por empezar, los temas
contra esa escena se apelmazan
y no hay tristeza ni alegría especialmente, no hay
                     sino formas durando
que esa moneda ya no compra ni paga.
Ella está aquí para otra cosa
y eso nos basta, digo yo.

SI ALGO QUIERE DECIR ESE BREVE MANCHÓN (LA MOSCA)...

Si algo quiere decir ese
          breve manchón (la mosca
posada junto al plato)
                 yo no lo sé:
antes creía saber, pero las cosas
pasaron de otro modo.
Ahora digo "mosca" y es bastante:
ni ella responderá, ni la palabra
se acercará a tocarla
ni yo sabré algo más.
Y aunque esa forma ajena
                     se vaya volando,
la palabra está acá
llena de pelos, oscura, intratable.

ESO QUE TRATA DE CRUZAR LA CALLE....

Eso que trata
de cruzar la calle es
una cucaracha
literalmente
No hay odio ni hay
desprecio
bajo el sol:
cosas que brillan
y otras no,
convexidades, ángulos.
No el amor fue hecho aquí,
tampoco la guerra,
sí modos de nombrar
alrededores de la guerra o el amor
como quien tienta
la consistencia de las cosas.
Y aquellos seis
puntos negros en
el muro, son
marcas de balazos
aunque parezcan aves
volando sobre un cielo gris.

EN EL CHARCO DE LA LLUVIA, EL TROZO ARRANCADO DE UN CARTEL....

En el charco de lluvia, el trozo arrancado de un cartel
no termina de hundirse.
                               No el amor fue hecho aquí,
                               tampoco la guerra.
Sí modos de nombrar
                               alrededores de la guerra o el amor
como quien tienta la consistencia de las cosas o ama.
El aire mueve por momentos reflejos,
toques de quietud cambiante
que la mirada ronda como un perro marrón.
"¿Esto nomás?" preguntan
los que antes eran ángeles
                                y ahora ni cuervos son.
Azul negruzco, blanco y rojo sangre
sobre colores de cielo nublado.
                                "Y el tránsito apiñarse vi,
                                como manadas
                                marchando en el río del tiempo,
                                como si nada ya tuviera fin.
                                Como si nada ya tuviera fin,
                                como si al fin nada estuviera esperando."

MARCHANDO EN EL RÍO DEL TIEMPO, EL TRÁNSITO...

Marchando en el
río del tiempo, el tránsito
como manadas,
como si nada ya tuviera fin,
como si nada ya, como si al fin
nada hubiera esperando:
las migraciones del salmón,
la ley oscura en el ADN del reno.
Música de motores al fondo del mundo.

Como un borracho que busca incorporarse
en la aridez de una madrugada infinita, el alma
sale a mirar lo que ella no es.
O al modo de una chica
recién levantada
dando unos pasos
en el aire
de la mañana de diciembre
o temerosa de diciembre
que manda sus bloques de luz.
"Esto es lo real":
motores al fondo del mundo,
la luz.
Aves negruzcas (dos palomas) en la reja
se asustan y salen volando.
No hay conclusiones: algo estaba y ya no.

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