Universidad de Chile

 

Poesía
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DAVID PREISS nació en Santiago en 1973. Es psicólogo por la Universidad Católica de Chile y en esa misma casa de estudios cursa la carrera de Sociología. Participó en el taller del poeta Guillermo Trejo, de donde surgió el libro Cinco azares (Santiago, 1989), antología donde se incluyen sus primeros poemas. En 1992 publica Señor del vértigo. (Anticipo). (Santiago, Daled, 1992) con el que obtiene mención honrosa en el Premio Municipal de Poesía que otorga la I. Municipalidad de Santiago. En 1994 publica la versión íntegra de Señor del vértigo (Santiago, Daex, 1994) y a finales de 1995 publica el poemario Y demora el alba (Santiago, Daex).

POEMA

De una guerra secreta y olvidada
nadie espera el retorno de los náufragos.
No hay mujeres en la costa
agitando pañuelos en el aire,
no se ven las enfermeras
trajinando en los puestos de combate:
nadie envía un beso en la última postal
y espera el regreso del cartero:
nadie llora al amante que se va
y arroja los dados del azar:
nadie clava banderillas en los mapas
de nuestro descontento
pues en este guerra secreta y olvidada
nadie ocupa los cuarteles del invierno.
No hay espías en el frente:
nadie mitiga su deseo en una copa
de coñac: nadie
vino huyendo del amor:
nadie tiembla a minutos de morir
ni las madres imploran por los hijos
que no vuelven:
no hay soldados en la guerra
donde nadie se enriquece
puesta en esta época de paz
nadie llora la muerte de un poema.

XVII

Sólo el Silencio amanece
en el lenguaje de su cuerpo.

Soñada o no soñada
en él estuvo la palabra.

VÍSPERA DOLIENTE

                      Escancio –veneno ignoto-
                      el licor secreto del que espera:

Triste y lento como una mar bañado de petróleo
avanza un viento mortecino sobre el alma;
ángel desnudo, avanza la luna separada y abatida.
Dolor de amarte, amante del dolor, entonces: amo;
ven, deja desnudarte como los párpados al iris,
ven, mírame, tan desnudo y tan cubierto
sobre mí, tu desnudez, única manta,
única y doliente manta: tus ojos míos.
Ven, tócame el alma como el cuerpo,
elemental hermosa, ven siniestra,
bebamos licores desiguales,
éxtasis cansado de lozano.

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