Universidad de Chile

 

Poesía
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JORGE BOCCANERA nació en Bahía Blanca, Argentina, en 1952. Vivió largo tiempo en México y Centroamérica. Poeta y periodista, ha publicado además libros de crónica y de ensayo. Recibió en 1976 el Premio "Casa de las Américas" de Cuba y un año después el Premio Nacional de Poesía Joven de México. Su poesía ha sido traducida a varios idiomas.

ALEJANDRA PIZARNIK ABRE SU CUADERNO DE APUNTES

A Jorge Arturo

El hombre que saca la cabeza del agua,
           es un pez y se asfixia.
El pez que mete la cabeza en el agua,
           es un hombre y se ahoga.

El poeta escribe en la línea del agua,
           y se asfixia,
           y se ahoga.

SILVIA PLATH LAVA UNA TAZA, SECA UNA TAZA,
ROMPE UNA TAZA

Qué cabeza la mía,
dejé una frase suelta y una rosa en el horno.
Cotidianos trajines, calores, taquicardia,
y un almohadón de plumas
con un lápiz labial justo en el centro.

Qué cabeza la mía.
Yo buscaba algún parque y encontré en un mal sueño
           una torta partida por un rayo.
La sala está revuelta.
El miedo de un venado no cabe en este horno,
           por eso huele así toda la casa.

Pero a quién se le ocurre
dibujar una piedra y tropezar dos veces,
llenar un cenicero con los puntos y comas
          de alguna carta antigua.
¿Hubo un Adán violento? ¿Hubo un amor-halcón
          "de una vez para siempre"?

Qué cabeza la mía,
guardar los zapatones en un charco
y aceptar ese baile sabiendo que me espera
una puerta cerrada tras la puerta.

BESTIAS

Como un aullido el corazón,
como un grito que piensa y que se aturde de su propia
          ignorancia.
Todas las palabras caben en ese gesto.
(El aullido de un mono, por ejemplo).
Cada día, cada hora, se descuelga del sueño
          y se arroja al vacío.
Se muere y resucita,
en un juego que nunca me tocó decidir.
Condenado a ser apenas una sombra en medio de su afán,
          escucho su respiración bajo mi ropa.
Ronca como la selva a medianoche.

Un extraño, un aullido enterrado en mi cuerpo.
Lo he visto dibujado en las hojas de un libro.
Se llama corazón.
Nos vamos pareciendo poco a poco:
yo no tengo diez dedos en las manos,
él a veces camina como yo.

MANUAL DE LOS BUENOS MODALES

Mis vecinos son sanos,
tienen el paso elástico y recortan el césped los domingos.
Pero yo no conozco a mis vecinos.

Tengo mi casa aquí,
pinte verde la verja, la pared blanca, pero no los conozco.
Los supongo educados,
eso se ve en el moño que corona sus bolsas de basura.

Mis vecinos son sanos,
tienen un perro largo que arrastra las orejas
           y un jardín de candados.

Tengo mi casa aquí, puse una piedra, planté una
           veranera,
           pero no los conozco.
Cada mañana escucho el golpe del periódico contra sus
           puertas de metal.

Estoy viendo mi casa: si le prendiera fuego, un curioso
           quizá se acercaría.
Pienso en mi casa, tal vez si la quemara
           este barrio sería más amable.

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