Universidad de Chile

LA NARRACIÓN DE LOS VALORES Y LOS VALORES DE LA NARRACIÓN EN CARLOS FUENTES.

por Estela Saint André

 

He elegido un autor: Carlos Fuentes, multifacético, productivo, polémico para profundizar el aporte de la Literatura al pensamiento gestado desde nuestra América y la actualidad y seleccionado Constancia y otras novelas para vírgenes (1) porque, escrita entre 1987 y 88 y publicada en el 90 aglutina las tensiones ideológicas latentes en esta época obligada a mirar con perplejidad el siglo que se avecina. La lectura atiende sobre todo a las reflexiones que el autor propone a la relación naturaleza- realidad y representación y a la exaltación de la imaginación como un sendero más confiable que el de la pura razón. Su pensamiento en estos últimos años excede los límites de la mexicanidad y abre el espectro espacio temporal al de toda la civilización occidental reacomodando visiones, juicios y prejuicios heredados.

Un epígrafe de Mahmud Daarvish -Reflexiones sobre el exilio- orienta la novela elegida hacia la voz de un espacio, la tierra, la casa, que pide que no la olviden, que regresen a ella. Se formaliza como un ladrillo (metonímicamente), como un juguete, como "una reliquia de la mansión del dolor" (metafóricamente).

La obra, Constancia y otras novelas para vírgenes de Carlos Fuentes, abraza cinco "novelas", así ha querido el autor definirlas genéricamente:

CONSTANCIA (la acción sucede en Georgia, EE.UU., en el 88 y compromete nacionalidades rusas y españolas desde el 40)

LA DESDICHADA (en México por las mismas fechas)

EL PRISIONERO DE LAS LOMAS (también en México y con esa apertura temporal)

VIVA MI FAMA (en España, desde fines del 18 hasta también los 80)

GENTE DE RAZÓN. (Nuevamente México en el 88 y con anáforas hacia mediados de siglo). Esta última se abre a su vez en tres relatos:

I.  OBRAS
II. MILAGROS
III. AMORES.

 

Articulación de la obra

Aparenta una estructura disociada pero atentamente es posible establecer lazos comunicantes que hablan de una construcción elaborada y transida de intratextualidades.

Encontrar lineamientos que orientan la arquitectura propuesta nos obligaría a una mínima reconstrucción de cada una de las historias, que en este espacio es imposible.

La primera, CONSTANCIA, debe su nombre al de una protagonista pero es también la cualidad que se manifiesta ensalzada y requerida pragmáticamente como el más importante de los valores, tanto en una ética personal como en una que oriente ideológicamente una época. También es lo que parece requerirnos ante la lectura, que rápidamente ahonda contradicciones desconcertantes.

Un médico sureño estadounidense, Whitby Hull, narra una crónica sosegada y casi inconsistente que dibuja un estilo de vida desteñido y sin sobresaltos. El cambio sobreviene en forma súbita y lo enfrenta al pavor, al misterio, y a la comprensión de la angustia por la sobrevivencia que ha acosado al hombre de distintas nacionalidades en este siglo bélico y despiadado

La problematización de la realida

El tema de la problematización de la realidad es justamente uno de los hilos conductores que articula la obra y resignifica los valores referidos a la seguridad interpretativa, el tiempo, el espacio y la responsabilidad.

El calor de Savannah en agosto es comparable a una siesta interminable interrumpida por sobresaltos indeseados: uno cree que abrió los ojos y en realidad sólo introdujo un sueño dentro del otro. Inversamente, una realidad se acopla a otra, deformándola al grado de que parece un sueño...Es nada menos que esto...Savannah que es una ciudad dentro de otra dentro de...(p.11)

Vigilia, sueño y ciudad confunden sus parámetros, así como el modelo y sus fotografías, la selección que hace la historia de lo que se recuerda, la vida y la muerte.

La problemática de la realidad, los signos de desacomodación de las certezas tienen que ver con un planteamiento ético transformador. Se justifica lo que otrora se condenaba. Se repudia lo que antes se justificaba.

La responsabilidad, la culpa

Otra perplejidad ética recorre la-s historia-s: hasta dónde el hombre es o no responsable de los delitos, las injusticias que no cometió. Esta dilucidación de la inocencia o de la culpa es una de las maneras de alterar la percepción de esa realidad movediza, inquietante.

Como toda obra, encierra ésta, una reflexión autorreferencial a su construcción. El narrador está viendo un vídeo de Ana Karenina - intertextualidad patente y reñida con la obra de Tolstoi- y por descuido ve una escena corriendo hacia atrás. En ella Vivien Leigth camina rápidamente hacia atrás, huyendo del tren. Y el accidente es vivido como revelación

Esta muerta Vivien Leigh , Vivien Leigh vive. [...] La película es una ilustración de la novela. La novela vive cada vez que es leída. La novela tiene el pasado de sus lectores muertos, el presente de sus lectores vivos y el futuro de los lectores por venir. Cuando muere Anna Karenina en la estación de Moscú no muere la actriz que la interpreta. La actriz muere después de la interpretación. La interpretación de la muerte sobrevive a la actriz . (p.45)

Forma - contenido

Su reflexión, mediada por el recuerdo de las discusiones estéticas con un actor, Plotnikov, que prefería lo efímero de la puesta en escena a la actuación en sí, llega a la conclusión de "que las distinciones como forma-contenido; vaso-agua; morada, moradores; posada, huéspedes- son las que destruyeron a mi vecino exilado y a su generación de artistas".(p.45) y también que lo "que es forma desde cierta perspectiva, es contenido desde otra, y viceversa"(p.46), borrando de un plumazo todo el binarismo que nutrió el pensamiento de la primera mitad del siglo XX y del que todavía tenemos resabios que Fuentes hace rato propone desterrar.

La certeza

El terremoto a sus convencimientos lo enfrenta a otro de los leiv motiv de la colección: la resignación ante el enigma, que paradójicamente desestructura una visión de vida , pero que al aceptarlo organiza otro tipo de realidad. Se renuncia a la explicación demandada por el científico para ceder a la imaginación como única posibilidad de aproximarse a la verdad.

Estamos rodeados del enigma y lo poco que entendemos racionalmente es la excepción a un mundo enigmático. La razón es la excepción, no la regla. El enigma nos nutre, nos sostiene, porque nos asombra; y el asombro -maravillarse- es el mar que rodea la isla de la lógica o algo por el estilo [...] y entiendo por qué motivo el arte es el símbolo más preciso (y precioso) de la vida. El arte propone un enigma, pero la solución del enigma es otro enigma (p.68)

Y en el terreno de recuperar certezas, el personaje llega a la última, la que lo pone frente a frente con la desdicha. Podríamos hablar acá de una contrautopía, en este caso atacando la que propone el capitalismo norteamericano:

Me digo algo más. Y es que cuanto ha ocurrido en ese mar que rodea mi islita racional es lo más común, lo menos excepcional: el hombre hace sufrir al hombre. La felicidad y el éxito son tan excepcionales como la lógica; la experiencia más generalizada del hombre es la derrota y el sufrimiento. No podemos seguir separados de esto, nosotros, los norteamericanos convencidos de que tenemos derecho a la felicidad. No podemos. El destino de Walter Benjamin o el de Vsevelod Meyerhold no son excepcionales. El mío -protegido, razonablemente feliz- y el de mis vecinos, sí que lo es. (p.68)

La referencia a un ensayo de Walter Benjamin que describe la pintura Angelus Novus de Paul Klee profundiza la vivencia del desencanto:

Da la cara al pasado. Donde nosotros vemos una cadena de eventos, él contempla la catástrofe única que acumula ruina sobre ruina y luego las arroja a sus pies. [...] La tormenta es lo que nosotros llamamos el progreso. (p.66)

El tiempo- el espacio

Al pensamiento antiutópico, le sigue una concepción "ucrónica"- si se permite el término- porque con la técnica del fundimiento, todos los éxodos y persecuciones se hacen uno

"la fuga de Palestina a Egipto, las fugas de las juderías de España a los guetos del Báltico, la fuga de Rusia a Alemania a España a América, los judíos arrojados a Palestina, los palestinos arrojados fuera de Israel, fuga perpetua, polifonía del dolor, babel del llanto, interminable, interminable: éstas eran las voces, los cánticos de las ruinas, la gran salmodia del refugio, para evitar la muerte en la hoguera de Sevilla, en la tundra de Murmansk, en el horno de Bergen-Belsen...Éste era el gran flujo fantasmal de la historia, contemplado por el ángel como una catástrofe única. (p.69)

El evanescimiento temporal contagia la geografía para lograr homologías que superan las categorías espacio temporales: el sur de Estados Unidos es para Fuentes la Andalucía de América y España es la Rusia de occidente , así como Rusia es la España de oriente.

¿Por qué tantas vírgenes?

Inquieta, en un autor que no nos ha acostumbrado a las referencias místicas, un acercamiento a presencias angélicas y a "vírgenes". Constancia sería una de ellas, doliente madre de un hijo asesinado. Entonces, el narrador ofrece su vida para asegurar la supervivencia de una "sagrada familia", dedicada también a la carpintería, ahorrándoles el dolor de la separación, la humillación, la muerte y dando la espalda a la otra, entronizada, yerta.

Por lo tanto, revocando a los 69 años una realidad engañosa, renunciando al mentido mundo feliz y confortable del sueño americano, asume como salida la única actitud ética que le queda: la de ser refugio, solidario, generoso que salve a otros para salvarse también él y como con la videograbadora alterar la catástrofe, vencer el egoísmo, instaurar la generosidad.

Esta primera novela anticipa y trenza las que sigue. Constancia sueña sucesos que desarrollan las novelas que siguen.

Coinciden las novelas en que siempre una mujer crea disputa entre dos hombres. Ella puede ser una hembra entre dos rivales celosos o ella es una Virgen en busca de un hijo capaz de morir como Él, con una corona de espinas y crucificado. Conforman extrañas parejas que poseen una incompatibilidad complementaria: acción-inacción, palabra- silencio.

Otro hilo conector es la proximidad a un tipo de discurso, en la primera al de la representación, la segunda, la escritura, la tercera la comunicación, la información, la cuarta la pintura, la quinta, la arquitectura.

Parece que no importara cuál, pero su ausencia es sinónimo de tristeza, como dice en LA DESDICHADA:

Las palabras de un poema sólo vuelven a ser, imperfectas o no, cuando fluyen de nuevo, es decir, cuando son dichas. Dicha y des-dicha: el poema que estoy traduciendo se llama El desdichado pero el original francés no contiene este fantasma verbal de la lengua española en la que decir es no sólo romper un silencio, sino también exorcizar un mal. El silencio es des-decir: es des-dicha. La voz es decir = es dicha. El silencioso es el des-dichado, el que no dice o no es dicho -dichoso él- . Y ella, la Desdichada, no habla, no habla.

La literatura vivifica con el acto de la lectura lo escrito, como el público hace al teatro, o al cine, o el observador a la pintura o la arquitectura

...y mirando del retrato a la mujer que le ofrecía la imagen diabólica, brincó Goya de la pintura a la gramática, sólo la preposición desposesiva definía a este hombre, por lo demás, común y corriente, que ella le mostraba en un retrato de fidelidad repulsiva.

El pelo oscuro, la camisa blanca, una nuez en el pescuezo como nadie la había pintado nunca, tan ofensivamente exacta, guiando la mirada fatigada del pintor a todos los detalles realistas del cuadro, las comisuras de los labios, las cejas, el color azuloso del fondo, nada era artificial, dijo ya en voz alta el artista, nada es arte aquí, éste es el demonio, no su representación, es el diablo porque es realidad pura, sin arte, gritó dominado ya por el terror que seguramente ella y su amante más repulsivo, el protagonista del retrato, querían infundir en él: nada aquí es arte., Elisia ¿qué es?, preguntó angustiado el pintor, reducido, como ella quería, a la posesión de ella mientras él leía en los ojos vivos pero inmóviles, sin arte, del hombre-retrato, desengaño, desilusión, desesperanza, desvelo, destiempo, despedida...(p.235)

La última de las narraciones GENTE DE RAZÓN , cuenta las alternativas de dos arquitectos hermanos, Carlos María y José María Vélez, su maestro Santiago Ferguson y su hija Catarina de la que ambos están infelizmente enamorados. Aquí, el discurso formaliza ópticas propias de la arquitectura, puestos los hermanos a cumplir una tarea profesional abigarrada.

Sistema axiológico

En este punto es donde las historias anteriores empiezan a organizarse si trazamos las coordenadas isotópicas que el autor sagazmente ha sembrado. Podemos recuperar las coincidencias que tiñen las narraciones aparentemente disímiles y distanciadas. Y desde aquí hasta el final seguir las disquisiciones que hablan de una postura frente al arte, la vida, el fin de siglo e Hispanoamérica. Nos damos cuenta de que la constancia es la virtud solicitada ante el conflicto, la perseverancia en plasmar discursos convincentes que reorganicen nuestro mundo. Que la desdicha, el no decir, el callar y el morir sólo se combaten con búsqueda de nuevos lenguajes que exigen nuevos retos para huir de estructuras vencidas. Somos conscientes de que ha jugado en las cinco novelas con los lenguajes y las miradas que diferentes escuelas de teatro, cine, literatura, ciencias de la comunicación, la pintura y por último la arquitectura ha ensayado este siglo para dar cuenta de una realidad, cada una pensada como única y veraz y que su intención es mostrarnos panópticamente la necesidad de flexionar que estas construcciones son búsquedas, que no interesan tanto en cuanto a las formalizaciones que obtienen sino en la acción misma de buscar y de aprender a rechazar, a desmontar:

...para quien lo importante era distinguir una estructura invisible a primera vista (al ojo desnudo) que para él, en su espíritu, significase la unidad de la arquitectura, el edificio de los edificios.

Su pensamiento era parte (decíamos los alumnos) de la incesante búsqueda del maestro, cuya vida fue un esfuerzo por encontrar el punto en el que un solo espacio arquitectónico, si no los contiene, los simboliza a todos. Pero este ideal, siendo imposible, nos movía, por lo menos, a la aproximación. Y éste era el nombre del arte (p.290)

Y más adelante:

Quizás el maestro nos estaba indicando que en todo arte no hay coincidencia perfecta entre el proyecto y la realización [...], entre el plano maestro y la construcción misma, [...]no hay más perfección que en la aproximación, y que así debe ser, porque el día que un proyecto coincida punto por punto con su actualización, ya no será posible construir nada más: a la vista de la perfección –decíamos nosotros, nos decía él- el arte muere, agotado por su victoria (p.292).

...porque el arquitecto debe mirar el caos, incluso un caos tan irredimible al parecer como esta obra, mirarlo intensamente, como mira un verdadero artista, y organizar ese caos, convencido de que si no distingue la obra de arte en medio de la confusión material, la culpa es suya, sólo suya, del arquitecto, del artista (p. 300)

El artista es aquel capaz de entender lo secreto: "la composición de una estructura dispersa u oculta que sólo el artista sabe ver o reunir" (p.352) o también moverse con libertad en un laberinto que "es (una palabra) indicativa de un poema que se puede leer al revés y al derecho sin perder nunca, a pesar de la confusión, su sentido".

Lo que nos lleva a plantear toda una serie de confianzas que guían la imaginación creadora de Fuentes, las construcciones humanas se comunican entre sí, a pesar de su aparente dispersión (2).

Esto no tiene que ver con un universo unívoco:

...rechazaba enérgicamente la idea de unidad. La llamaba "nostalgia romántica trasnochada". pero detestaba igualmente la idea de la dispersión, que era, decía, el verdadero encargo del demonio.

-La feliz identidad romántica del sujeto y el objeto no sólo me repugna (es como si estuviéramos ...);me llena de terror.

...Es una idea totalizante, imposible físicamente, pero mental, políticamente, esclavizante, porque autoriza los excesos de quienes quieren imponerla primero y mantenerla después como el valor supremo, intocable: la Unidad.

Por eso el arte libera, porque aspira a la totalidad pero afirma la diferencia y dota de comprensibilidad al suceder

-Un edificio me permite, simplemente, recuperar la diferencia entre las cosas, apuntando hacia la simetría como la idea que contiene tanto similitud como diferencia (355)

Por lo tanto la imaginación que posibilita la creación, los enigmas, el misterio, la fe son las fuentes únicas de aliento a la esperanza, a auroras nunca definibles (3).

Al final, la obra, se autoanaliza, delegando pragmáticamente el trabajo de encontrar el diseño en el abigarramiento:

Un artista siempre crea un sistema asistemático, que se desconoce a sí mismo. Éste es su poder; por eso la obra de arte siempre dice muchísimo más que la intención explícita de su autor. la obra-casa, libro, estatua- es un fantasma. (362)

Y llega al riesgo de la producción, al miedo a la demanda, el reto es la obra junto con la entrega, salvaguardando el miedo o la pretensión de la perfección eterna, de la panacea universal (4).

El nosotros

El nosotros de Fuentes alude a una multiplicidad que no obligue a ver lo mismo, que pierda el azoramiento frente al cambio, que trace senderos fluyentes a distintas representaciones de la realidad, sin perder de vista aquello que consecuentemente alienta toda la novela contemporánea hispanoamericana actual: la solidaridad, el compromiso frente a la pobreza, la económica y la pobreza de espíritu de aquellos que avaramente creen ser los únicos dueños de la verdad.

Para terminar, dejando mucho de la novela silenciado, una referencia primera a lo femenino. El signo mujer en el autor (hegelianamente) comprende tanto a la fémina, madre, amante, virgen o prostituta como a la casa, el refugio, la tierra, la luna, el universo y a las obras, literarias, plásticas, siempre en sojuzgada opresión practicada por hombres fáusticos, insaciables que no cejan en querer tener siempre la razón, el poder, la saciedad del deseo y cuyo final invariablemente fue y será funesto: yacer en los brazos piadosos de una mater dolorosa que abrace al hijo yerto. Y la última, muy breve a la relación que Fuentes prevé entre arte y política, dotando al primero de una potencialidad, como hemos visto, infinita cuando nos dice: que "la política es el arte de los límites". Pero "el arte es el límite de la política."(p.20)

 

 

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Notas

1 FUENTES, CARLOS. Constancia y otras novelas para vírgenes. México, F.C.E., 1990. Se citará por esta edición indicando el número de página. volver

 

 

2 Ver: La primera sensación lo llenó de un éxtasis particular, asociado a una de las ideas más entrañables, que era la de la comunicación ideal entre todas las construcciones humanas.[...], .la arquitectura era la simple y la compleja aproximación al modelo imaginado, imposible de obtener. Ferguson coqueteaba, a través de estas ideas, con la visión, tentadora y abominable a la vez, de una perfecta simetría que sería tanto el origen como el destino del universo. (p.354-355) volver

 

 

3. Pero lo que más me llama la atención es la capacidad sincrética del mito cristiano para abrazarlos a todos y hacerlos aceptables, al mismo tiempo, a la razón, e irracionalmente sagrados. (360)

Creemos que un acto, un abandono, por ejemplo es sólo nuestro, y de pronto, Catarina, otro hecho se aparece, completándolo, negando, burlando lo que creíamos sólo nuestro, y convirtiéndolo en parte de un esquema más vasto y que nunca comprendemos. por eso, al cabo, quizás, lo que llamamos mitos son sólo situaciones que se corresponden a pesar de la distancia en el tiempo y el espacio. (361)

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4 ¿Cuáles eran los límites de la creación? No hay artista que, en su ánimo más íntimo, no se haya hecho esta pregunta, temeroso de que el acto creador no sea gratuito, no sea suficiente, sino que se prolongue en las exigencias de quienes habitan una casa, leen un libro, contemplan una pintura o asisten a una representación teatral. ¿Hasta dónde llega el privilegio individual de crear; dónde empieza la obligación compartida con los demás? la única obra consumida en el puro yo , despojada de su potencial nosotros, sería la obra sólo concebida, nunca realizada. La casa está allí. Incluso el libro inédito, guardado en una gaveta, está allí. Imaginamos los Vélez un mundo de puros proyectos, intenciones puras, cuya única existencia sería mental. pero en este universo apriorístico, reinaba la muerte. Esto es, un poco, lo que nos sucedió al separarnos.

Perdimos el nosotros, y ahora, viajando sobre el Atlántico, queríamos recuperarlo...(367)

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