Universidad de Chile

CONSTRUCCIONES NARRATIVAS DE FIN DE SIGLO. UN APORTE DESDE NUEVAS VERTIENTES TEÓRICO-AXIOLÓGICAS.

Alicia Martín. Eugenia Leal

Universidad Nacional de San Juan. Argentina

 

Contexto socio-económico de un nuevo paradigma axiológico-cultural

En los últimos años los cambios tecnológicos, sobre todo en materia de microelectrónica e informática, han modificado las condiciones de desarrollo no sólo económico sino también político, cultural y simbólico, al consagrar la circulación y manejo inmediato de la información.

Este giro socio-económico ha venido a desplazar al paradigma tecnoproductivo prevaleciente hasta mediados de los 70, el cual se basó en los materiales intensivos de energía, en las industrias químicas, petrolera, automovilística y otros bienes durables, cuya rentabilidad y efectividad entró en crisis, caso de las petroleras, terminando con la ilusión de la energía barata y abundante.

Hoy, la información junto con el conocimiento constituyen las bases que articula el nuevo modelo social. Las pautas de organización empresarial encuentran su principal soporte en la eficacia de los recursos humanos, cuya "capacitación" permanente es requisito esencial. En este terreno, América Latina deberá encarar una reconversión de su fuerza de trabajo, elevando su nivel de calificación y poniéndola a tono con las exigencias del cambio teconológico y de la economía global. (1)

Atendiendo a las implicancias simbólico-culturales de este modelo social en expansión observamos la presencia de ciertos signos culturales que pueden acentuar una semiosis binaria de los valores vigentes o pueden también abrir nuevas posibilidades de construcción/deconstrucción axiológica tendientes a legitimar una ética de la existencia plural y cotidiana.

 

Rasgos del "paradigma" binario clásico en la producción lingüística y cultural simbólica

El paradigma binario, ya instaurado por Saussure, desde la distinción clásica de lengua (legitimada) y habla, no se ha reducido a una función metalingüística sino que circula en la misma semiosis social, impregnando incluso los modelos literarios y narrativos, lo que se puede constatar en diversas valoraciones comunitarias afiliadas a una lógica binaria.

Vemos así que, sobre todo en nuestras sociedades de mercado, la lengua es un disciplinador social, como lo ratifica Roland Barthes, quien sostiene que en lo imaginario colectivo interesan, no los temas, sino las formas y funciones, pues la lengua está elaborada por grupos de decisión, según mandatos arbitrarios y unilaterales. Tales grupos de decisión, que operan en la base del sistema, pueden ser más o menos reducidos, puede ser una tecnocracia altamente calificada (moda, automóvil); puede ser un grupo más anónimo (mobiliario o confección corriente).

Esos lenguajes fabricados o "logo-técnicas", en los cuales el usuario no participa en su elaboración, se siguen compulsivamente en diversos ámbitos del consumo. El carácter artificial de tales mensajes no llega a alterar la naturaleza institucional de la comunicación, pues pese a ser impuesto, el contrato semántico no deja de ser observado por la masa de los usuarios, bajo el riesgo de quedar relegados y marcados por rasgos de asocialidad. Con ello se opera una dualización de las representaciones y valoraciones culturales al interior de la sociedad.

Resulta, de este modo, que las elaboraciones de estos grupos de decisión y sus instancias de reforma, cumplen la función, cada vez más generalizada, de configurar los imaginarios colectivos de la época (2). Así, de acuerdo con nuestra hipótesis de trabajo, sostenemos que la situación descripta mantiene estrechas vinculaciones con "matrices"(3) linguístico-ideológicas que ha contribuido a sembrar el estructuralismo.

Los principios de las operaciones binarias, de origen estructuralista, ponen el énfasis en el lugar donde prevalecen las formas (sintaxis estructural), más que atender a los contenidos; en la comparación de elementos dentro de un conjunto, se trate de dos términos, dos épocas, dos culturas. Los elementos "perturbadores" de la comparación, serán forzados a incorporarse a subsistemas, o bien, quedarán al margen por alterar el orden del sistema.

De esta manera se hipostasia un pensamiento impersonal, de carácter trascendental, construido con independencia de aquellos sujetos capaces de expresarse en el "habla" manejando escalas de valores con autonomía.(4)

Esta clasificación binaria de los conceptos continúa siendo legitimada por los seguidores de Saussure, como Roland Barthes (5), quien declara su inscripción en un "realismo semántico", al sostener que este binarismo obedece a al metalenguaje del lingüista que parece reproducir en espejo la estructura binaria del sistema que describe, volviendo equivalentes los rasgos del binarismo lingüístico con "la estructura ontológica de la realidad".

Siguiendo nuestra hipótesis interpretativa, podemos decir que, en el contexto de las mentalidades de nuevos paradigmas tecno-económicos (como el toyotismo) (6), no es difícil reconocer modelos semiológicos en los que el "habla" es pobre, en tanto no se instituye la popularización de la creatividad, lo heterogéneo y el disenso. Estos modelos presuponen la "lengua" de los grupos de decisión político-económica, la cual funciona como generadora de dinámicas sociales que persuaden hacia el consumo, vehiculizada por la circulación acelerada de información.

Dentro de este marco de análisis nos permitimos practicar la intertextualidad con Pierre Guiraud (7) quien en su "Semiología" sostiene que nuestra cultura aparece como un "recalentamiento" de la experiencia intelectual. Nuestra sociedad moderna se caracteriza por una alta estructuración económica basada en una gran diversidad y especialización de las actividades. Esa estructuración del saber implica la institucionalización de los juegos y códigos económicos-tecnológicos y, en consecuencia, la desestructuración de las artes y de códigos sociales alternativos.

El saber le es proporcionado al sujeto cada vez más mediante un tipo de códigos fundado en los programas de corte cientificista y tecnológico, por oposición a las "humanidades y las artes" que se resisten al modelo técnico productivo.

En consecuencia la experiencia afectiva está cada vez más descodificada, es decir, más diversificada, más abundante, pero desprovista de reconocimiento, sentido crítico o desocializada. Aunque integrado en el plano del saber, el hombre moderno se encuentra desorientado en el plano del deseo.

 

Hacia la construcción de un marco axiológico alternativo para la lectura de producciones simbólicas de fin de siglo

Se sostiene que hoy el mundo es objeto de una "ficcionalización sistemática", especie de "guerra de los sueños" que obedece a una relación de fuerzas muy concretas, aunque sus términos no sean fáciles de identificar.

Sin embargo, esta incertidumbre no puede impedirnos definir una moral de la acción que anticipe las futuras formas sociales y axiológicas, tanto como sus consecuencias simbólicas en la expresión de la cotidianeidad.

Todos los creadores que, fuera lo que fuere la circulación entre lo imaginario individual, lo imaginario colectivo y la ficción, no renuncian a producir el milagro del encuentro, al decir de Marc Augé, mantienen esa vigilancia, sin la cual una buena parte de la humanidad correrá el riesgo de caer en el juego de los espejos que se le tienden para que no cese de buscarse y de perderse en ellos.

Dentro de una propuesta análisis de producciones simbólicas alternativas es imposible seguir afirmando, desde una lógica binaria, que lo inmutable y universal continúe constituyéndose en legítimo regulador del mundo y única matriz de interpretación posible, mientras que los particularismos y lo heterogéneo son reducidos a mera apariencia y ficción, carente de todo sentido interpretativo del contexto.

En función de estos programas narrativos que se salen de los cánones habituales, nos proponemos contribuir a la construcción de nuevas líneas de lectura, que den cuenta de la nueva función constructivo-axiológica asumida desde la narrativa hispanoamerican de la última década, que abre espacios para formular perspectivas abiertas a mundos éticos posibles.

En esta línea narrativa advertimos el surgimiento de un enfoque ético que podemos caracterizar, recurriendo a Vattimo, por "la búsqueda de liberación de las virtudes de rebaño", de la conciencia impuesta por los poderosos, reivindicando el valor positivo de la pluralidad, de la diferencia, de las culturas otras, rescatadas a pesar de la disolución política de todo posible proyecto utópico. (8)

La creación de nuevos símbolos que dan cuenta de la "transmutación de los valores" depende, según Vátimo, de los sujetos no ligados al sistema, mucho más inseguros y por ello moralmente flexibles, capaces de crear y diferenciarse, rechazando la canonización de cierto grupo de ficciones como verdad de la ratio.

En este estilo de creación de lo simbólico, que pone de manifiesto una "condición transvalorativa" o "transmutación de valores", es donde proponemos ubicar e interpretar las últimas obras de autores como Carlos Fuentes, Diamela Eltit y Elena Poniatowska, que vuelven discutible un adentro y un afuera de la historia, reivindicando la valoración de los sujetos en la cotidianeidad. De este modo la narrativa hispanoamericana actual presenta un estilo de construcción simbólica cuyo rasgo axiológico relevante es dar la voz a los sujetos cotidianos, desde un "lugar" o perspectiva particular y desde una identidad situada y diversa.

En los "proyectos generativos" (9) de estos estilos narrativos se patentiza un universo en el que cultura y economía, sentidos y signos, prácticas y valores, se hallan disociados. (10) En este vacío social y político, las culturas y su diversidad no pueden ser reconstruidas sino por el empeño de los grupos para volver a encontrar su propia autonomía, su propia capacidad de asociar valores y prácticas, incluso la participación en el mundo de las técnicas y los mercados con la conservación de su propia identidad y memoria cultural.

Frente al quebrantamiento de nuestra experiencia simbólica y valorativa, la narrativa reniega de los valores tradicionales, pero al mismo tiempo ofrece una vertiente constructiva de formas y estilos de vida que reconocen el conflicto entre "valores" y valoraciones, denunciando el debilitamiento de una ética naturalizada.

Desde Dusel (11) podemos decir que se trata del surgimiento de una intersubjetividad simétrica antihegemónica de las mayorías dominadas y excluidas (en los ámbitos ecológico, feminista, político, económico, pedagógico, racial, etc.).

Dussel sostiene la necesidad y al mismo tiempo la insuficiencia de una ética formal-transcendental del discurso (al modo de Apel) y propone la integración de la ética formal como dimensión procedimental de la aplicación del principio ético material.

Se busca una utopía factible, desde una ética por de-construcción del sistema hegemónico que lleve a transformaciones críticas posibles y a la institucionalización democrática de la argumentación.

El principio de la intersubjetividad anti-hegemónica, en función del cual los excluídos organizan una comunidad de comunicación, requiere de una toma de conciencia de los éstos, y del aporte del "intelectual orgánico", del científico y del filósofo, según Dusel, y del literato, agregamos nosotras.

El desarrollo de una eticidad crítico liberadora deberá partir, para este autor, del "principio crítico material" (que busca rescatar la empiria de los sujetos):

"Es desde la positividad del criterio ético de la vida... que la negatividad material de la muerte, el hambre, la miseria, la opresión de la corporalidad por el trabajo, la represión del inconsciente y la libido en particular de la mujer, la falta de poder de los sujetos de las instituciones, la vigencia de valores invertidos, el analfabetismo, etc., puede ahora cobrar sentido ético cabal" (12) "El punto de arranque fuerte, decisivo de toda esta crítica, es, entonces, la contradicción que se produce en la corporalidad."

La narrativa hispanoamericana cumple acá un papel deconstructor, donde las acciones de los personajes se juegan en un "darse cuenta de" o conciencia gnoseológica en la que entra en discusión el "oir para callar", propio de un canon ético clásico y tradicional, ante la madurez simbólica que permite liberarse de esa semiosis sacralizada. De este modo inaugura una escritura que promueve la dilucidación de valoraciones otras, que se apropian de sus posibilidades de desplazar las perspectivas narrativas que rescatan a los sujetos eludidos en el discurso académico, sujetos hablantes e integrados a sus emociones, seres que develan sus "motivaciones opacas y difícilmente confesables, seres de fiesta y de duelo, en contacto con la carne del mundo" . (13)

Estos programas narrativos vienen así, a revisar nuestro lenguaje en su estilo, equipamiento simbólico y presupuestos axiológicos, balanceando el carácter polemológico y manipulatorio de las interacciones comunicativas y la necesidad imperiosa de la contractualidad (participar todos en el discurso), y no podemos desconocer que funcionan como detonador histórico para crear una referencialización de las propias prácticas culturales, como legitimación de lugares para la emergencia de la diferencia.

 

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Notas

1. Fridman, Alejandro. La globalización como marco para la Argentina en el Mercosur. Bs. As, Univ.Nac.de La Matanza, 1997. volver

 

 

2. Barthes, R .La semiología. Comunicaciones nº 4, Bs As.Ed,Tiempo Contemporáneo, 1970. volver

 

 

3. Matríz o modelo interno de aprendizaje es la modalidad con la que cada sujeto organiza y significa el universo de su experiencia, su universo de conocimiento, incluyendo aspectos conceptuales, afectivos y esquemas de acción, entendiendo además que esta estructura no está cerrada, sino que se encuentra en constante movimiento y transformación. PAMPLIEGA DE QUIROGA, Ana. Matrices de aprendizaje. Bs As, Ediciones Cinco,1992. volver

 

 

4. Históricamente, el mismo adquirió notoriedad a través del pensamiento estructural-funcionalista.Las operaciones más importantes que propicia son la asociación y la confrontación de elementos entre sí en un sistema determinado, modalidades promovidas ya de manera tradicional y en diversos campos por las escuelas de nuestras comunidades. ENTEL, Alicia. Escuela y Conocimiento. Bs. As, Miño y Dávila,1988. volver

 

 

5. Por esto, continúa recomendando, sería muy ilustrativo estudiar la preeminencia de la clasificación binaria en el discurso de las ciencias humanas contemporáneas, tarea que proporcionaría datos acerca de lo que podría llamarse imaginario intelectual de nuestra época. Barthes,R. La semiología.Op.Cit. volver

 

 

6. Torres, C Schugurensky D. "Globalización, neoliberalismo y educación superior". Sgo. De Chile, Rev. Chilena de Humanidades, nº 17, 1996-1997. volver

 

 

7. Guiraud, Pierre. La semiología. Ed.Siglo XXI,1979. volver

 

 

8. Vattimo, Gianni. La Etica de la Interpretación. Barcelona, Gedisa, 1991. volver

 

 

9. ECO, Umberto. Lector in fábula. Barcelona, Lumen, 1981. volver

 

 

10. TOURAINE, Alain. Igualdad y diversidad. Las nuevas tareas de la democracia. Bs. As, FCE, 1998. volver

 

 

11. DUSSEL, Enrique. La ética de la liberación. Ante el desafío de Apel, Taylor y Vátimo. Con respuesta crítica inédita de K.O. Apel. Universidad Autónoma de México, 1998. volver

 

 

12. DUSSEL, Enrique. Op. Cit. Pág. 19. volver

 

 

13. PARRET, Herman. Semiótica y Estética. Bs. As, Edicial, 1995. volver