UNA CONVERSACIÓN CON ROBERTO MASCARÓ: "LA PROFESIÓN MÁS CERCANA A LA DEL POETA ES LA DEL ESTAFADOR".

por Aldo Mazzuchelli

La perspectiva de un viajero suele ser interesante. En este caso, el viajero se ha dedicado a escribir poesía y ha hecho de la poesía su profesión, hecho relativamente muy raro dentro del panorama de la literatura uruguaya. Esa vocación y la tenacidad por mantenerse vivo en ella ha llevado a Roberto Mascaró -Montevideo, 12 de diciembre de 1948- a desarrollar una capacidad de adaptación que se traduce (valoramos) en un Incremento exponencial de su natural inteligencia. Junto a Elías Uriarte, Eduardo Milán, Rafael Courtoisie y Alfredo Fressia, por sólo dar algunos nombres, es Mascaró uno de los autores de poesía con un trabajo contrastablemente sólido dentro del panorama, cada vez más interesante, de la literatura uruguaya contemporánea. En este diálogo con el editor de Insomnia se han discutido -desde la original mirada del viajero que regresa y compara- tanto ciertas cuestiones de actualidad política como otras de intemporal interés. El artículo se completa con una muestra inédita de la poesía de Mascaró.

3.Sobre poesía

 

Por la vía académica, digamos, podemos llegar ahora a la literatura, o a la poesía. Dentro de tanta actualidad, introducir la poesía siempre parece algo extravagante. Cuando hablamos de poesía, ¿hablamos de algo, o es como hablar de un recuerdo, de una moneda que no es de curso?

Octavio Paz dice en El arco y la lira que la poesía no es nada escrito, sino que la poesía está en la realidad. Eso para mí es una paradoja interesante... Porque si no la escribimos, no existe... si no la captamos con algún tipo de lenguaje... no existe. Entonces siempre la escritura es un texto que remite a una realidad que puede ser poética, por así decirlo.

Entonces hay que tener una cierta actitud poder aceptar que algunas cosas escritas se relacionan con esos estados o con esa poesía que existiría.

Hay una historia de la poesía, por tanto la poesía es válida. Y no creo que vivamos en una época menos poética que otras. La verdad es que me cuesta responderle porque yo he vivido solamente en esta época... Claro, tenemos una referencia histórica.

No, pero yo le preguntaba en relación a su propia experiencia, en relación a períodos breves. Diez años, quince años. No pretendía que viajásemos al Siglo de Oro.

Ah, claro... Creo que en realidad la poesía es el género más corriente hoy. Todo el mando escribe poesía... Todo el mundo escribe poesía porque vivimos en la época del individuo, de la soledad más absoluta del individuo. Y la Poesía es justamente lo subjetivo, el discurso de una persona sola, que habla consigo mismo... Y en realidad, se la escriba o no en el papel, igual se está escribiendo. Creo que el papel va a desaparecer pronto, y esa poesía va a estar en un soporte electrónico, digital, que es muv frágil, aparentemente. A mí al menos me da mucho terror que la poesía esté en los discos duros y no en el papel. El libro electrónico es una realidad. Se sustituye el libro por el libro digital. Es un artefacto pequeño, tiene el tamaño de un libro, pero es un libro virtual. Y tiene la virtud de que puede tener 50 libros incorporados. Uno puede viajar, como viajé yo ahora, y tener los 50 libros en ese pequeño aparato.

Pero lo que quería decir es que la poesía va a tener un soporte más frágil, pero se va a acercar a su vez más a su carácter no fisico. Porque ésa es la esencia de la poesía, es un recuerdo, un ritmo en la memoria. La poesía además tiene ese origen: de reconstrucción, de repetición, de aprendizaje memorístico, de transmisión oral... Muy agradable, muy generoso, de hombre a hombre transmitir una cosa que es tan frágil.

Tal vez la poesía, por más secreta que sea hoy, esté fortalecida por cuanto las miradas más seguras, supuestamente más autorizadas acerca de cuál fuere un modo valioso de observar las cosas fueron cayendo en desgracia, hasta cierto punto.

Claro, pero también lo que llamamos la poesía, o lo que la civilización determina como poesía se ha debilitado en el sentido en que se ha vulgarizado. El libro mismo ya la vulgarizó, la minimizó, la quitó de su estadio religioso o sagrado. Pero yo sigo pensando que los poetas no somos otra cosa que sacerdotes de un culto sin dios... o con muchos dioses... Yo pienso que la poesía es una cuestión religiosa. Porque creer que una palabra puede pervivir... Creer que una metáfora, una imagen puede pervivir y que eso puede tener algún sentido en sí mismo, o fijarse en la memoria, es una forma de fe. Y la fe se refiere a algún tipo de culto. En realidad no sé si la poesía no tiene dios. Pero creo que terminó siendo una especie de religión sin dios. Es verdad eso del debilitamiento del lenguaje científico más cerrado.

Tal vez. Una barrera que existía, más marcada, en otras épocas entre tipos de lenguaje, denotativo versus connotativo, o científico versus poético, se ha ido debilitando, por la vía del fortalecin-úento del lenguaje connotativo a expensas del lenguaje denotativo. Ésta es, creo, la descripción correcta de lo que está ocurriendo en sentido profundo, aunque superficialmente parezca lo contrario, porque cuando uno compra un microondas, el manual viene escrito en lenguaje denotativo, digamos... Pero el lenguaje denotativo ha perdido ese poder religioso al revés que detentó de haberse convertido en el único autorizado para hablar acerca del mundo.

Sí. Hay zonas del ser humano contemporáneo que necesitan de esa expresión: íntima, breve, secreta... esas características de la poesía. Creo que la poesía actual, además, obligadamente tiene que estar abierta, tener más apertura... Aunque no estoy tan seguro... Si pensamos en la Divina Comedia, no admite tantas interpretaciones...

Es cierto, es más alegórica, más cerrada... La Comedia nos traslada a la Edad Media. Está aquel libro ya viejo de Futio Colombo y Umberto Eco que nos informa que estamos entrando en una nueva Edad Media. Donde después de todo, ese lenguaje, aparentemente cada vez más poderoso de la imagen, de la metáfora oral o visual, asegura que lo poético reine, escrito o no.

Como decía un amigo común con el que hablaba ayer, Femando Loustaunau -un 'raro'...- la angustia frente al texto no escrito es ficticia, porque el texto se está escribiendo igual de alguna manera. La poesía es una manera de ser, no de escribir, y los estilos son relativos.

Claro, yo he discutido también con él esa cuestión que a él le obsesiona tanto de los géneros... Esa cuestión de la necesidad de borrar los géneros. Pero es que por un lado los géneros ya están borrados, mientras que por otro, nunca podrán serlo...

Es cierto que hay quien ve la necesidad de revelarse contra el aparato de la crítica, que pretende encasillar, cuando la división en géneros no es más que una distribución administrativa de las editoriales.

No estoy tan seguro de lo último. También son categorías textuales razonables, y también un dispositivo de mercado.

También. Pero yo tengo un libro que quiero editar, pienso que podría ser un éxito de ventas, y es poesía. Eso de que las editoriales distribuyan su mercado de acuerdo a los géneros... No sé. No está todo dicho todavía...

Además hay cosas raras continuamente. Aquí -y en todas partes- se han vendido masivamente libros como El mundo de Sofía, que es una especie de ensayo filosófico.

Que no es en absoluto narrativa.

Aquí, en Uruguay, ha habido una gran desarrollo relativo de un género como la novela histórica, que no tengo entendido que funcione en ningún otro lugar del planeta.

Sí, en Europa es un género muerto. Lo que pasa que como los uruguayos no están tan seguros de tener historia, entonces se vuelve a eso.

También hay una necesidad de reescribir, de restablecer cosas. Una forma de cierta discusión ideológica que hay ahora, completamente uruguaya, que tiene sus tiempos propios, me parece. Pero no nos desviemos a la polis de nuevo, a no ser desde la poesía. En una entrevista con el poeta Elías Uriarte de hace unos meses, yo le preguntaba a él su opinión sobre esa creencia común entre poetas de que el poeta incide en la tranformación del lenguaje de una sociedad.

Esa idea de Rimbaud, cuando hablaba de las "palabras de la tribu".

La idea es un poco extraña. Porque parece que sería muy indirecto, quiero decir, si nadie lo lee... ¿qué puede importar lo que diga el poeta? Pero acaso la cosa sea más indirecta, se van modificando las formas, y las formas van de boca en boca.

Es así. ¿Quién lee a Julio Herrera y Reissig? Muy pocos. Pero es curioso: todo el mundo sabe algc de Julio Herrera y Reissig. Y julio Herrera ha influido sobre una serie de poetas, por tanto su obra se ramifica y llega a todos, incluso al mecánico de la esquina que no tiene nada que ver con él. En algún momento lo oyó nombrar o usó un giro que viene de Julio Herrera y Reissig. Entonces, es como usted dice: la expansión de la poesía no se mide a través de una cuestión comercial de cuántos ejemplares se venden.

Es tal vez algo que tiene que ver con transformación del lenguaje.

Claro, que incide en la estructura de esa herramienta.

Es como si -ya que usted mencionaba al mecánico- el lenguaje fuese una suerte de llave inglesa y cada uno que viene le agregase una marquita nueva.

Claro. Por ejemplo, Vallejo inventó una llave inglesa nueva. No había antes de él ésa...


Aldo Mazzuchelli

en "Insomnia", separata cultural de Posdata, Nº 98. Montevideo, viernes 19 de noviembre de 1999.

Sitio desarrollado por SISIB