CONVERSACIÓN DE ERNESTO CARDENAL CON LOS ESTUDIANTES DE LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y HUMANIDADES DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE

(Viernes 23 de marzo del 2001)

Transcripción realizada por Marcelo Miranda


¿Cómo ha sido vivir siendo sacerdote, poeta y revolucionario?

Para mí ha sido una sola vocación. Yo nací con la vocación de poeta, fue la primera. Luego, a los 31 años, yo tuve una conversión a Dios -descubrí a Dios como la belleza y el amor, lo que un poeta filósofo místico colombiano y laico, ha llamado 'la belleza que tiene siempre los dientes juveniles'. Y entonces yo me enamoré de Dios y tuve una conversión a Dios, pero también después una conversión al pueblo, y la revolución cubana sobre todo me convirtió a la Revolución. Y para mí ha sido la misma vocación también el marxismo y la lucha armada por la liberación. Y la revolución chilena también. Y la revolución del mundo, y la revolución del Evangelio. Es lo mismo, para mí.

¿Qué relación existe actualmente entre los textos poéticos y el mundo indígena?

En realidad yo casi no conozco, en la poesía actual -ni en castellano ni en inglés ni en otro idioma -, algo que trate de lo indígena. Mi poesía sí; en gran parte se dedica a hablar de los indios y de los textos indígenas y de su misticismo y sabiduría. Y ese poema, Cántico Cósmico, no sólo tiene las cosas científicas de la física y de la astrofísica, sino también la tecnología y antropología. Es lo que le puedo decir.

¿Qué piensa usted del proceso de privatización que viven las universidades chilenas?

Desconozco eso. Ustedes -los chilenos- son los que pueden hablar de eso. Ustedes: no preguntármelo a mí. Lo que te puedo decir es que en Nicaragua se está privatizando todo: la salud, la vida. Todo. Y no sólo en Nicaragua; en todos los países está ocurriendo lo mismo, con eso que se llama la globalización.

¿Cómo mantener en estos tiempos la esperanza, con una Iglesia muy distinta a la suya?

Tenemos que ser optimistas si somos cristianos, y también optimistas si somos revolucionarios. Tenemos que creer en el triunfo de la Revolución; como lo creyó también Allende en los últimos minutos de su vida, como se lo dijo al pueblo de Chile.
Esta iglesia institucional no sólo es distinta de lo que yo digo; es también distinta de Jesucristo. En el siglo tercero ya la Iglesia empezó a traicionar al Evangelio. Nuestra fe es en el Evangelio, y el Evangelio lo que enseña es la fraternidad, el amor de los hombres, la religión del amor al prójimo. No hay otra religión más que esa. Y es lo mismo que decir: la Revolución.

¿De dónde arrancan sus poemas de amor?

Yo había tenido una conversión. Mis veinte años fueron mi época de amores a las muchachas. Entonces, mi poesía era amorosa (están en algunos de mis epigramas). Y después siguió siendo amorosa con el amor a Dios, cuando Dios se me reveló como belleza, como la muchacha de las muchachas. Y después también el amor al pueblo. El amor a dios no puede existir sin el amor al pueblo.

¿Cuál es su situación en la Nicaragua actual?

La revolución sandinista se frustró; perdió unas elecciones por la injerencia de EE.UU (como también la hubo en Chile). Pero eso no destruyó la Revolución, porque podía haber continuado como Revolución en la oposición a un gobierno burgués; pero lo malo es que la mayor parte de los líderes de la cúpula de poder del partido se corrompió con la pérdida de las elecciones: se desmoralizaron, comenzaron a robar en grandes cantidades -millones de dólares-. Y ese partido ya no es, entonces, el partido de la Revolución. Y mucho, de lo mejor que había en la Revolución, salió del partido.
El partido, burocráticamente, sigue existiendo con Daniel Ortega, que es el que lo monopoliza y manda allí de una manera estalinista y absolutista, con algunos otros de la dirección nacional. Y entonces han llegado a una corrupción mayor que es la de hacer alianza con el actual gobierno (que es ultra corrompido)
Y estamos a punto de tener una nuevas elecciones, en las que no va a haber más que dos candidatos: Daniel Ortega y el candidato del partido de gobierno.
Hay muchísimos, pues, que estamos siendo sandinistas, pero fuera del partido. Yo soy sandinista; soy revolucionario, y soy marxista y cristiano.

¿Sus memorias -que son algo muy impresionante y que han sido una de sus últimas obras en las que usted cuenta de una manera tan franca y honesta sus sentimientos más íntimos- usted las tituló "Vida Perdida". ¿Por qué no nos cuenta por qué?

Vida Perdida -que es el título de las memorias que estoy escribiendo- está tomada de una de las frases de Cristo en el Evangelio: "El que quiera ganar su vida, la perderá; y el que pierde su vida -por mí-, la ganará".
Yo considero que mi vida la entregué a Dios, y en ese sentido la perdí; y espero que la pueda haber ganado. Pero tampoco hay triunfalismo en el título que uso porque también algunas veces quise no entregarla y no perderla y ganarla. Y, por lo tanto, la perdí; es decir, es algo que se gana y se pierde y se pierde y se gana. Es ambivalente, como en la misma frase de Cristo lo es; y como ha sido mi vida también -ganando y perdiendo.
Pero solamente se ha publicado el primer tomo. Y ahora estoy viendo que hay una editorial que lo publique de nuevo, con los cuatro tomos que van a ser; porque la primera edición se publicó solamente en España y creo que algo ha circulado en Chile. Pero no mucho, porque no lo han publicado las filiales de Seix Barral en América latina. Y ahora creo que vamos a publicar el libro en Alfaguara.
Ya he escrito los tres primeros tomos y el último lo estoy escribiendo, y trata de la revolución de Nicaragua.

¿De qué tamaño es el dolor cuando se sabe de la muerte de un compañero; y de qué tamaño es el dolor cuando un compañero mata su sueño, como lo que sucedió con el sandinismo en Nicaragua?

Pues es la pena más grande que yo he tenido en mi vida. Cuando perdimos las elecciones. Porque nadie pensaba que las íbamos a perder; ni la misma Violeta Chamorro ni el presidente Bush, ni la CIA, ni los periodistas -había allí como 500-, ni los diplomáticos, ni los sandinistas. Nunca creímos que íbamos a perder y, de repente, esa noche, perdimos las elecciones.
Sin embargo, de ese dolor nos recuperamos a los dos o tres días, cuando nos dimos cuenta de que podíamos haber perdido las elecciones pero no se perdía la Revolución; y que habíamos perdido porque era una revolución democrática y porque las elecciones habían sido justas y honestas (y si son así hay también el riesgo de perderlas). Si no hubiese ese riesgo, no se podría decir que era una revolución democrática.
Ya reflexionamos sobre todo eso. En realidad no se ha perdido la Revolución, pero sí la del partido sandinista. Esa no se recupera.

Los gestores de las revoluciones armadas generalmente se corrompen estando en el poder.¿Qué piensa usted del movimiento zapatista, que es un movimiento revolucionario que no aspira a tomar el poder?

La revolución de Nicaragua no se corrompió en el poder; se corrompió después de perder las elecciones. Y las elecciones no se perdieron porque la Revolución hubiera sido impopular o rechazada por el pueblo, sino por la injerencia de EE.UU: fueron ocho años de guerra, patrocinada por las administraciones de Reagan y Bush; fue el embargo económico, que significaba no tener comercio con EE.UU -que era el único país con el que comerciaba Nicaragua; fue el bloqueo económico, que significaba no recibir créditos ni ayuda desde ninguna parte del mundo -salvo del bloque socialista, donde no tenían dólares. Armas tal vez, pero dólares no tenían.
Todo eso hizo que por un pequeño margen se perdieran las elecciones. Pero la Revolución se perdió después, cuando se desmolarizaron los sandinistas.
En cuanto a los zapatistas: creo que son una gran esperanza para nosotros porque, igual que Sandino, que a su vez lo aprendió del propio Zapata, no quieren el poder ni tampoco un partido político.

Señor Ernesto: yo lo tenía catalogado como un escritor revolucionario……¿por qué está usted en Chile, invitado por el gobierno de Ricardo Lagos y va a recitar en la Moneda, sabiendo que este gobierno no respeta la libertad de expresión; reprime; ha aumentado la cesantía, etc…..por qué viene a recitarle a este gobierno?

Respeto mucho su opinión, pero no es la mía. Y por eso vine invitado aquí a Chile: porque mi opinión no es la suya. Aunque la respeto.

Hay un poema suyo que me encanta; el que comienza " Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido…"¿Esa mujer lo inspiró a crear futuros poemas, lo marcó?

No me marcó en la vida pero…sí, estaba realmente enamorado cuando escribí ese poema. Se llamaba Claudia, ella. Se llama, porque aún vive. Y bastantes poemas más hice también por el amor a Claudia y a otras muchachas.

Se ha hablado aquí de la globalización y del capitalismo salvaje. ¿Qué papel tiene la poesía en este mundo globalizado?

Pues el papel que ha tenido siempre. El papel que tiene, aquí en Chile, la poesía, y que no es de ahora sino de siempre. Este entusiasmo que hay en el pueblo por la poesía.
Y la poesía es simplemente el lenguaje humano. El que inventó el lenguaje fue el primer hombre, fue el primer poeta. La poesía es la comunicación humana. Y con ella también combatimos la opresión, la globalización, la explotación, el capitalismo.
Y estamos preparando, nosotros, para cuando se pueda, la Revolución global, la del planeta. Y como la tierra es redonda, todo tiene que ser reunido en un solo planeta.

Es raro ver a un sacerdote metido en política. ¿Por qué no nos habla acerca de eso?

Soy un sacerdote que está suspendido por el Vaticano porque yo formé parte del gobierno sandinista. Suspensión, quiere decir prohibición de administrar sacramentos, que se llama, en el Derecho canónigo suspensión ad divinis, aunque un teólogo en Italia me dijo que esa suspensión no era ad divinis sino ad humanis.
En realidad el que los sacerdotes participen de la política no es ninguna novedad. Los ha habido siempre. No sólo hay sacerdotes en política, sino también obispos, cardenales y papas en política.
Lo que era una novedad en Nicaragua era que había sacerdotes en una Revolución. Y eso es lo que el Papa actual no quería; quería sacerdotes en contra de la Revolución y Revolución en contra del Cristianismo. Quería persecución religiosa en Nicaragua, como la que había en su Polonia -en el comunismo de Polonia. El no quería una revolución popular, como era la de Nicaragua; con el pueblo cristiano apoyándola, y con un sacerdote en el gobierno revolucionario. El quería una revolución marxista , comunista, persiguiendo a la Iglesia en Nicaragua.

¿Nos puede dar la receta, o algún consejo….cómo lograr nosotros, como gestores culturales, que los creadores tengan un rol social?

Primero, tienen que tener interés por lo social. No necesariamente toda poesía tiene que ser con temas sociales o políticos o revolucionarios. Todo Arte - si es buen arte- es revolucionario, aunque no trate ningún tema social o político. Mao Tsé Tung decía que no puede haber arte revolucionario sin valor artístico. Entonces, lo principal es la excelencia. Pero si uno quiere ser poeta social y también político, pues debe de amar ese tema.
Hay un poeta del siglo XV, español, que decía que para ser poeta había que estar enamorado o fingirse estar enamorado. Para escribir, por ejemplo, sobre la Revolución, hay que estar enamorado de ella; pues sino se escribe sobre una muchacha de la que uno está enamorado o finge estarlo, como decía el poeta español.

¿Cómo relaciona una revolución espiritual -no violenta- con una revolución política que hasta el momento sólo han sido armadas?

La Revolución no tiene por qué ser violenta. Marx creía que la Revolución empezaría en los países democráticos y más desarrollados, como Inglaterra o EE.UU o Alemania, y que allí sería sin violencia. No resultó así. En ciertos lugares una Revolución no es posible sino con la violencia revolucionaria. Yo creo en lo que dijo Fidel Castro cuando vino a Chile: cuando le preguntaron en el estadio por la violencia, dijo que la violencia debía ser lo menos posible y usarla solamente cuando no había otra alternativa.

¡Qué hay en Solentiname, y por qué usted se quedó allí?

Yo ahora no estoy viviendo en Solentiname. Yo salí de un monasterio trapense. Entonces, después de ordenado sacerdote fundé una pequeña comunidad en Solentiname; y allí estuvimos 12 años. Era una vida semicontemplativa. Es un lugar alejado.
Aquí, un compañero mío sí vive en Solentiname. El fue guerrillero después de haber estado en nuestra comunidad, y después fue jefe militar de toda esa zona de Nicaragua.
Yo vivo en Managua, pero voy con frecuencia a Solentiname porque es nuestro lugar de siempre.

Mestro: Qué hacer en este momento en que el mundo está entregado a la voracidad del marketing; y los poetas también se han entregado, como diría Vargas Vila, "a ser aves domésticas del despotismo". ¿ existe tal vez ahora una voz en que los poetas jóvenes despierten del marasmo y comiencen a amar a su pueblo?

Yo no soy un oráculo…..A veces uno no tiene las respuestas… En este caso yo no tengo ninguna respuesta que dar. Creo que hay cosas en que uno mismo es el que debe contestárselas.

Señor Cardenal: ¿ Cuál es su relación con la muerte?

Como digo en ese poema a Laureano, todos nos hemos desahuciado. Ya desde que uno nace está muriendo. Creo que la muerte es para resucitar. Para resucitar, primero hay que morir (Eso es lo que vino a enseñarnos Cristo a la tierra, con su palabra y con su ejemplo).
Y entonces… podemos decir que en los cementerios no hay nadie; que no hay para qué ir a los cementerios a poner flores, porque están vacías las tumbas. Todos han resucitado. Los que han muerto en el Amor.

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