aullidos
que detestan otra noche
la noche que no sirve sino para masturbarse
pensando
en el reino que los barcos temen
y
temo hablar de mi sexo
más bello que los árboles
estaba
envenenando el homenaje
debajo de las puertas
ahí estaban las bocas invitadas
inútiles materias tiempos que aniquilan los relojes
animal
que necesitas agua y fuego
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