Jeremy
Bentham ha despertado, |
|
ha
dibujado un círculo dentro de otro círculo
y no ha logrado encerrar en ellos su ansiedad,
la bestia de la sed rugiendo en su garganta. |
Ha
dibujado un círculo, |
|
está
parado en su centro y apenas puede verle. |
Ha
dibujado un círculo cerrado como el miedo, |
|
sabe
que dios lo observa
desde un lugar que puede no estar en sitio alguno. |
Jeremy
Bentham ha dibujado un círculo dentro de otro, |
|
en
él espera, escribe cartas y espera,
nunca menos solo que cuando está solo. |
Los
arquitectos han trazado en el papel los muros |
|
del
sueño que apenas puede ya conciliar,
en unas horas
penetrará la luz por las ventanas
pero él se siente observado
aun en la oscuridad de su silencio. |
Puede
imaginar los rostros de la asamblea, |
|
sus
palabras como agua cayendo en el vacío;
en cierto modo él también los observa,
también él ha sentido
que en su ausencia alguien siente que él ha estado observándolo. |
Habrá
que aceptar que ha sido un largo sueño
|
|
y
hay sueños a los que los hombres suelen ponerles precio. |
Bentham
ha pedido ser simplemente el carcelero: |
|
"levantad
los muros, dejad mi vida adentro". |
Han
puesto precio a los terrenos más que a las palabras, |
|
al
tiempo más que al sabor del olvido;
los barcos han zarpado hacia el sur
y Bentham apenas ha podido dormir. |
Hace
apuntes al margen de los planos, |
|
recorre
con la vista las celdas vacías
mientras escucha la música del órgano en lo alto,
en la capilla en que se olvida el cielo. |
Ha
sido encerrado en la torre central, |
|
puede
ver las celdas,
imaginar los hombres que han de habitarlas,
pero las celdas continúan vacías
y él siente como una herida la mirada de dios
que lo observa
desde un lugar
que puede no estar en sitio alguno. |