La vigilancia del estado de salud de los animales domésticos presupone el correcto y oportuno reconocimiento de las enfermedades (Gunther, 1979). La intensificación de las producciones animales y el uso de especies nuevas o en diferentes hábitat, hacen que cada vez más los profesionales responsables de mantener el animal sano para que tenga un buen rendimiento productivo deben especializarse en determinada especie. El conocimiento actual de las enfermedades de los CSA se refiere principalmente a patologías que se presentan en la zona altiplánica, que posee condiciones climáticas, vegetacionales y de manejo que difieren a las encontradas en la zona central de Chile. Por ello es altamente probable que agentes etiológicos (causales) o factores predisponentes a determinadas enfermedades no sean los mismos que se observan en Chile central.
a) Enfermedades infecciosas
Los CSA son suceptibles a la mayoría de las enfermedades que afectan a los demás rumiantes, siendo frecuentes en la alpaca la enterotoxemia o diarrea bacilar, necrobacilosis, fiebre de las alpacas, metritis, otitis, abcesos, muerte súbita.
Las enfermedades poco frecuentes son la tuberculosis, fiebre aftosa, brucelosis, hidrofobia o rabia, queratitis y mastitis.
El efecto de las enfermedades infecciosas puede ser de 2 tipos:
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Muerte del animal, lo que ocurre con frecuencia en cuadros entéricos (intestinales), sobre todo en animales jóvenes. Esto genera importantes pérdidas económicas ya que disminuye la tasa de recambio de animales en el rebaño y no permite obtener adecuadas intensidades de selección. Si se suman las mortalidades de las crías (13 a 68%) a las mortalidades embrionarias o porcentaje de hembras (40 a 60%) puede llevar a un rebaño a ser altamente ineficiente productivamente.
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Disminuir la eficiencia productiva, animales enfermos pueden mantenerse vivos pero a costa de una importante merma de sus parámetros productivos, disminuyendo su tasa de crecimiento, bajando su producción de fibra o presentando una disminución de su fertilidad potencial.
b) Prevención y control
La primera medida de prevención de una enfermedad la constituye una adecuada alimentación, manejo e higiene y en segundo lugar el uso de inmunización y quimioprofilaxis (vacunas y tratamientos preventivos) (Ramírez, 1989). En el caso de la enterotoxemia se ha visto que las prácticas de higiene y rotación de potreros son positivas para disminuir el problema.
c) Parición y cuidados del recién nacido
En la crianza de CSA, los aspectos sanitarios en la parición constituyen un eslabón de suma importancia ya que al salir la cría de la vida intrauterina se debe entregarle los medios apropiados para el mantenimiento de su estado de salud. De ello dependerá no sólo el nacimiento de crías sanas, sino el mayor número de crías logradas al destete. Las principales causas de mortalidad son atribuibles a problemas infecciosos (66,5% y sólo por enterotoxemia 45,6%).
d) Causas de mortalidad en animales jóvenes
La mortalidad mensual no supera al 1,9% siendo las enfermedades infecciosas las más importantes (53,1 % del total), correspondiendo los procesos neumónicos a un 15,7% lo que los sitúa en el primer lugar de importancia. Las neumonías se deben en gran parte a factores de manejo, por ejemplo cambios bruscos de temperatura, stress productos de cambios de manejo que bajen, las defensas del animal y desencadene un cuadro infeccioso viral que derive en una neumonía, etc.
e) Causas de mortalidad en adultos
La edad de adulto constituye la etapa en la que los animales son más resistentes a enfermedades. Siendo, según Ramírez (1989), los valores de mortalidad mensual no mayores a 0,7%. La incidencia de enfermedades infecciosas ocupa el primer lugar entre las causales de enfermedad en los animales adultos.
f) Enfermedades parasitarias
Existen parásitos internos y externos en los CSA los cuales tienen repercusión económica por cuanto afectan la salud y productividad esencialmente de carne y lana (Gorman, 1989).
Entre las enfermedades parasitorias destacan las gastroenteritis verminosas causadas por un grupo de parásitos internos y la sarna causada por ectoparásitos. La primera produce pérdidas anuales cercanas a los U$ 700.000 y la sarna U$ 300. 000, aproximadamente, en las explotaciones de alpacas del Perú.
El conocimiento de la etiología, epidemiología, patología, control y tratamiento de las enfermedades parasitarias contribuye a disminuir esta pérdida y organizar en forma más eficiente la crianza y manejo de estas especies de Camélidos (Gorman, 1989).
Según Varela (citado por De Carolis, 1987), las enfermedades parasitarias producen daños y lesiones sobre todo los endoparásitos, en forma subclínica o crónica pasando por tanto desapercibidas. Los efectos producidos por las enfermedades parasitarias se traducen en menor eficiencia en la conversión alimenticia, incidiendo negativamente en la producción de lana y fibra a pesar de no causar directamente la muerte del animal.
Según diversos autores las pérdidas producto de las enfermedades parasitarias en un rebaño pueden alcanzar hasta un 40%.
Las enfermedades que provocan mayores problemas por su frecuencia de presentación son la sarna, gastroenteritis verminosa, sarcocistiosis y coccidiosis.
Los parásitos helmintos encontrados en los CSA son:
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Helmintos, Nemátodos (afectan abomaso, intestino delgado, intestino grueso y pulmones), Tremátodos (afectan el hígado), Céstodos (afectan intestino delgado, hígado, peritoneo y pleura).
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Protozoos, afectan intestino delgado, musculatura y todo el organismo en el caso de las toxosplasmosis.
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Artrópodos, afectan las fosas nasales y piel, produciéndo bajas en la producción de lana.
g) Comentario final
La transmisión de enfermedades infecciosas y parasitarias es un factor determinante en el éxito o fracaso de una producción animal. El proceso de traslado de animales desde un ambiente (en el cual se encuentran adaptados) a otro nuevo, produce un fuerte stress que trae por consecuencias una baja natural en las defensas del animal predisponiéndolo a contraer nuevas enfermedades presentes en el lugar al que son trasladados o se desencadenan procesos subclínicos que el animal ya tenía en su ambiente original. Este factor debe ser estrechamente controlado tanto en el lugar de origen de los animales (antecedentes sabitarios, calendario de vacunación, tratamientos antiparasitarios, examen clínico del rebaño, etc.), como en el nuevo sector al que son trasladados (cuarentena, tratamientos profilácticos, vigilancia epidemiológica y exámenes clínicos seriados).
Otro hecho importante a considerar, es el hecho de que entre los 4 CSA es posible la transmisión de enfermedades infecciosas y parasitarias lo que puede llevar a serias pérdidas ecológicas y productivas si se contactan animales de diferente origen sin un adecuado nivel sanitario de ellos. Al no considerar este aspecto pueden producirse al menos dos situaciones:
1. Que los animales domésticos trasladados al nuevo hábitat lleven una serie de enfermedades infecciosas o parasitarias que pueden transmitir a los animales silvestres, los que al no tener contacto en forma natural con ellas, pueden sufrir brotes epidémicos que los llevan a su desaparecimiento. Este hecho puede constituirse en un grave desastre ecológico, ya que la conservación y recuperación de poblaciones relictuales de flora y fauna es uno de los objetivos que CONAF ha tenido dentro sus prioridades, motivo que generó el establecimiento de la R.N. Río de los Cipreses (figura 3) ya que cuenta con poblaciones relictuales de Astrocedrus chilensis, Cyanoliseus patagonus byroni y Lama guanicoe. Otro factor importante a considerar es que las poblaciones de guanacos presentes en la R.N. Río de los Cipreses pueden entregar valiosa información para el manejo de los CSA en la zona central de Chile, ya que se han adaptado por siglos a este ecosistema altoandino. Por último, se debe considerar el hecho de que el incremento poblacional que está ocurriendo dentro de esta población permite esperar que a mediano plazo se pueda considerar al guanaco como una fuente de ingresos productivos por su producción de carne, piel, cuero y principalmente turismo.
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Figura 3. Ubicación del área de estudio (Según Bonacic, 1990).
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2. Que los animales silvestres tengan en su medio ambiente numerosas enfermedades, que producto de la relación agente-húesped que se ha establecido por miles de años, haya permitido que se alcanzara un equilibrio no significando un peligro para la supervivencia natural de ellos, pero al llegar CSA domésticos en condiciones que los hagan seruceptibles a nuevos agentes infeciosos sumado al nuevo manejo al que sean sometidos, pueda significar el contagio de las llamas y alpacas con dichas enfermedades, lo que puede llevar a fuertes pérdidas por mortalidad o incluso puede llevar al fracaso del intento de su conservación.
Debido a la geoforma, vegetación y tecnoestructura de la R.N. Río de los Cipreses, es factible realizar un manejo estacional y ordenado de ambos grupos de CSA, silvestres y domésticos, sin llegar a poner en peligro la viabilidad y supervivencia de unos y otros. Por ello se debe estructurar un plan de manejo de los diferentes sectores para cada estación, considerando el movimiento estacional de los guanacos y el valor silvopastoral de los diferentes sectores para dimensionar en forma adecuada las capacidades de carga.
Por último se sugiere el establecimiento de una barrera sanitaria geográfica, entre los dos grupos de animales, respetando las distancias máximas de dispersión de los agentes infecciosos y parasitarios, además de considerar el límite norte de la distribución invernal del guanaco en el cajón del Río Cipreses.
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GUANACO. (Lama guanicoe)
Torres del Paine, Chile.
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ALPACA. (Lama pacos)
Puerto Natales, Chile.
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