Introducción: Al realizar estudios de perfusión miocárdica con estímulo farmacológico, las anomalías de perfusión sólo pueden evaluarse una vez que la prueba ha terminado y se ha completado la adquisición y procesamiento de las imágenes. Por tanto, es difícil para el cardiólogo que conduce el estudio interpretar los síntomas o cambios electrocardiográficos ya que su significado no es totalmente equivalente al de una prueba de esfuerzo.
Motivo del estudio: El propósito del trabajo fue establecer el valor del dolor torácico y los cambios en el ST-T durante la infusión de dipiridamol como elementos predictores de un patrón isquémico en las imágenes de perfusión.
Material y método: Analizamos retrospectivamente 192 pacientes (101 hombres, 91 mujeres, edad 64,2 ± 9,8 años) referidos para estudios de perfusión miocárdica con 99mTc-MIBI y dipiridamol. En todos los casos se realizó infusión de dipiridamol en dosis de 0,56 mg/kg, seguida en general por una dosis adicional de 0,28 mg/kg si no se habían presentado contraindicaciones. Se siguió un protocolo de 2 días con 99mTc-MIBI y los resultados de la perfusión miocárdica fueron comparados con la presencia de dolor torácico y con la ocurrencia y magnitud de los cambios en el segmento ST-T durante la prueba. Se excluyeron los casos con ECG no interpretable o portadores de cambios inespecíficos.
Resultados: El dolor torácico presentó una sensibilidad global de 60% y una especificidad de 77%, con valor predictivo positivo de 77% y valor predictivo negativo de 61%. La sensibilidad y especificidad para un infradesnivel ST-T de 1-1,4 mm fue de 59% y 78% respectivamente, mientras que para una depresión ≥ 1,5 mm fue de 26% y 99% (p < 0.05). Las áreas bajo las curvas ROC no demostraron diferencia significativa entre mujeres y hombres tanto para el dolor como para los cambios ST-T.
Conclusiones: El dolor torácico inducido por el dipiridamol no representa un síntoma sensible ni específico de isquemia miocárdica evaluada por estudios de perfusión, y por tanto no debería ser motivo para interpretar una prueba como ‘positiva’ del punto de vista clínico. Las alteraciones en el segmento ST-T son muy específicas y particularmente un infradesnivel ≥ 1,5 mm debería considerarse siempre como sinónimo de isquemia. Sin embargo, los cambios electrocardiográficos son de muy baja sensibilidad para predecir anomalías de perfusión.