OBJETIVOS: Los tumores del estroma gastrointestinal (GIST) representan el 0.1-3% de los tumores gastrointestinales, constituyendo el mas frecuente de los mesenquimáticos. El 70% de los mismos son benignos, mientras que el 30% malignos, presentando estos una mayor tendencia a recidivar y a metastatizar.El tratamiento es quirúrgico pudiéndose complementar con mesilato de imatinib. La TC es la principal herramienta para diagnóstico mientras que PET-FDG se ha descripto como el principal método para evaluar tempranamente la respuesta al tratamiento con Imatinib debido a que la mayoría de los tumores GIST malignos presentan alto consumo de glucosa, evidenciándose reducción de la captación del radiofármaco más precozmente que los cambios morfológicos (la reducción del metabolismo precede la reducción de tamaño). Los objetivos de ésta presentación fueron: a)describir las características de la población estudiada, b) los hallazgos PET-TC y c) El impacto del PET-TC en la toma de decisiones sobre el paciente.
MÉTODO: Se analizaron retrospectivamente 20 PET -TC correspondientes a 16 pacientes (p) con diagnóstico de GIST confirmados con biopsia, que habían recibido tratamiento quirúrgico y/o quimioterápico, derivados para reestadificación post-tratamiento. A todos los pacientes se le realizó PET-FDG fusionado con TC con y sin contraste, con equipo PET dedicado, corrección por atenuación y adquisición 3D, a los 60 min de la inyección ev de 185-277,5 MBq de F18 FDG y TC helicoidal con cortes continuos de 8-10 mm de espesor reprocesados cada 4-5 mm de intervalo, con contraste oral y e.v. salvo contraindicación, y fusión de ambas modalidades con software específico. Se constató la evolución con el médico tratante.
RESULTADOS: Edad: 22-73 años (mediana 61), 45% hombres. La localización del tumor primitivo correspondió a estómago en 9 p (56%); a intestino delgado en 3 p (19%), a colon-recto en 3 p (19%), y a esófago en 1 p (6%). Fueron sometidos a tratamiento quirúrgico el 94% y recibieron Imatinib el 25 %.
El 45 % (9/20) de los estudios fueron positivos, observando lesiones en el sitio primitivo en 25 %, adenopatías 5 %, MTTS hepática en 35 %. No se detectaron lesiones extraabdominales.
La conducta posterior al PET-TC fue en el 80% acorde al informe del estudio. En el 20% restante la TC encontró lesiones que en PET no presentaron actividad metabólica informándose como negativos, a pesar de lo cual se decidió la biopsia con resultado negativo.
CONCLUSIONES: El análisis mostró un 45% de estudios PET-TC de reestadificación positivos, que modificaron la conducta terapéutica sobre el paciente. Este resultado pone en evidencia: a) la utilidad del control evolutivo de los pacientes con GIST, mediante PET-FDG-TC, b) el PET fue determinante en la valoración de lesiones sospechosas por TAC, con un alto valor predictivo negativo (100%).