Year 9, Number 34, October 2006

 

Cinco diferentes tipos de imágenes gammagráficas tiroideas en pacientes con enfermedad de graves tratados con 131I en el Paraguay.
Article N° AJ34-5

 

 

5. Discusión


La enfermedad de Graves Basedow es frecuente en el Paraguay[76]. Uno de los factores determinantes en la aparición en nuestro país de esta patología podría deberse al aumento de yodación de la sal de expendio libre como resultado de las campañas de yodación realizadas por el M.S. P. y B.S.

En esta muestra, la mayoría de los pacientes ha sido de sexo femenino con una relación de 9/1(F/M), notándose que el grupo etario de 40-60 años fue el mas numeroso (38%) que coincide con la distribución etaria a nivel internacional,[45] sin embargo los grupos de 20-40 años (30%) y mayores de 60 años (28,5%) han estado presentes con buen porcentaje.

La variedad centellográfica mas frecuente fue la forma difusa (50%) y de acuerdo a la clasificación de Carnell[67] de los nódulos tiroideos, la forma multinodular (grupo 2) fue la más común , y en el presente trabajo la forma multinodular fue la variedad nodular mas frecuente (30%), seguido por el grupo 1 (nódulo frío) con el 14%.

El volumen y la captación de 131I tiroideo medidos por ecografía y centellografía disminuyeron en forma notable en casi todos los pacientes hasta alcanzar valores normales, sin embargo, ambos valores alcanzaron inclusive una disminución aun mas marcada comparada a la de los sujetos normales en algunos casos[77].

Los niveles de la FT4 y T3 descendieron rápidamente hasta alcanzar valores normales en un alto porcentaje y en forma más precoz si la comparamos a la normalización observada con la TSH que fue la que más tardíamente se elevó hasta sus niveles normales[78].

Hipotiroidismo se observó en el 25 % de los pacientes y correspondió al grupo que recibió una dosis terapéutica de 131I mayor a 20 mCi (más de 740 mBq) y entre15 -20 mCi (555-740 mBq)[79]. Los anticuerpos TPOac y TGac se normalizaron a los 3 meses en el 83% y 90% demostrando la utilidad de esta terapia.

La efectividad de la terapia con una sola dosis de radioiodo alcanzó el 93% de los pacientes y solamente el 7% necesitó una segunda dosis para lograr su normalización a los 3 meses.

La terapia con antitiroideos requiere mucho tiempo de tratamiento, por lo general 8-18 meses y puede afectar el hígado y la médula ósea produciendo hepatitis, agranulocitosis y un síndrome parecido al lupus eritematoso sistémico, lo cual indica la suspensión de la terapia[80].

El tratamiento con 131I es efectivo en el hipertiroidismo de Graves Basedow y en los otros tipos de tirotoxicosis, en el presente trabajo a los 3 meses post terapia hemos encontrado una mejoría clínica (88,5%) y laboratorial muy elevada en los pacientes tratados. No precisa internación y es de fácil administración (vía oral), siendo la única contraindicación el embarazo[81].

El costo de la terapia con 131I resultó más bajo comparado con la cirugía y con menor número de complicaciones[40]. A nivel hospitalario resultó la mitad del costo y a nivel privado la cuarta parte más barata. El radioyodo es preferido por muchos endocrinólogos debido a su gran eficacia y al tiempo de remisión prolongado de la enfermedad tiroidea.[38, 39, 41].

Pacientes con severos síntomas de enfermedad cardiovascular deben recibir tratamiento previo con tionamidas 4 a 8 semanas antes de yodo radioactivo.

Rara vez la exoftalmopatía empeora, excepto en los fumadores, si se usa terapia concomitante con corticoides[28].

El radioyodo no aumenta el riesgo de cáncer subsiguiente[62], pero está contraindicado en el embarazo y en las madres lactantes.

La disminución del el TRac fue del 80% un los 3 meses el y tiene un papel el patogenia de la de en crucial de la enfermedad del la de Tumba-Basedow[80] .Además, se alcanzó una remisión del signos del los el y síntomas del hipertiroidismo en forma notable.

Las drogas antitiroideas podrían ser administradas después de la terapia con 131I, pero, solamente en aquellos pacientes en los cuales el hipertiroidismo ha sido muy poco controlado al tiempo de la administración de la dosis terapéutica y en aquellos que tengan enfermedad cardiovascular severa a los cuales se puede administrar betabloqueadores[80].

Los síntomas tales como nerviosismo, fatiga, palpitaciones, intolerancia al calor, pérdida de peso, etc., que se hallaron en más de la mitad de los pacientes mejoraron rápidamente (1 a 2 semanas) posteriores a la administración de la dosis terapéutica. Las exoftalmopatías también mejoraron y a todas ellas fue necesario administrar corticoides a dosis mínima por un período de 2 a 4 semanas en forma decreciente y en días alternos.

 


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