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MEMORIA
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Chile - Extranjero
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Defendamos nuestra ciudad
Declaración entregada en conferencia
de prensa realizada en la sede del Colegio de Arquitectos de Chile,
en Santiago, 9 de junio de 2001.
Comisiones del Colegio
de Arquitectos de Chile que suscriben el presente documento:
Comisión de Desarrollo
Urbano, Comisión de Medio Ambiente, Comisión de Leyes
y Ordenanzas, Comisión de Concursos, Comisión de Arquitectura
del Paisaje, Comisión de Tecnología, Comisión de
Arquitectura Educacional, Comisión de Gestión Profesional,
Comisión de Derechos Humanos, Comisión de Gestión
Inmobiliaria, Comisión de Aranceles, Comisión del Patrimonio,
Comisión de Arquitectos Tasadores.
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Resumen
Las Comisiones del Colegio de Arquitectos
de Chile que suscriben este documento, se dirigen a las autoridades
y a los habitantes del Gran Santiago protestando por las modificaciones
que se pretende realizar al Plan Regulador Metropolitano de Santiago
sin participación adecuada de la comunidad. Las Comisiones
rechazan las modificaciones a las áreas de interés
silvoagropecuario y a las áreas verdes del área
metropolitana, e invitan a la comunidad a sumarse a la protesta
ciudadana ante estas medidas, gravemente perjudiciales para la
ciudad, el nivel de vida de sus habitantes y el medio ambiente.
Abstract
The Committees of the Chilean College
of Architects reject modifications of agricultural and forestal
zones and of metropolitan green areas, and invite the community
to join the cituzens' protest.
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La planificación urbana es un instrumento
que nos ayuda a hacer posible, dentro del contexto general del país,
la ciudad que necesitamos y queremos; su carencia impide el desarrollo
equilibrado y sustentable de los complejos urbanos. La planificación
territorial es un medio imprescindible para aprovechar las ventajas
de los procesos de desarrollo y, nos permite también, prever
las circunstancias adversas o no deseables.
Nos preocupan profundamente la serie de
acciones anunciadas y emprendidas por las autoridades ligadas al sector
del desarrollo urbano, que no están tomando en cuenta los instrumentos
de planificación existentes o están simplemente permitiendo
que se rebase su normativa. Afirmamos responsablemente que en este contexto
de riesgos, se ubican las modificaciones propuestas por la Secretaría
Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo al Plan Regulador Metropolitano
de Santiago (PRMS).
Estas modificaciones se refieren a las
siguientes materias: primero, a la intervención en el Sistema
Metropolitano de Areas Verdes y Recreación; segundo, a introducir
modificaciones a los conjuntos de viviendas financiadas con subsidio
del Estado y, en tercer lugar, la construcción de loteos en las
Areas de Interés Silvoagropecuario, zonas rurales que rodean
la gran ciudad.
En la actualidad, nuestras ciudades
tienen que funcionar con una Ley General de Urbanismo y Construcciones
obsoleta, con una Ordenanza General llena de parches y contradicciones
que norma una ley inapropiada al desarrollo actual y sin una política
nacional explícita para el sector del desarrollo urbano.
A todo esto se agrega ahora este proceso
de cambios tan importantes al PRMS, que termina por definir un clima
de incertidumbre, tanto para los habitantes como para los inversores
inmobiliarios, lo que atenta contra el tan ansiado desarrollo de la
actividad de la construcción.
Ante las tres modificaciones que se pretende
introducir en el Plan Regulador Metropolitano de Santiago, sin la debida
participación de la comunidad, convocamos a los habitantes del
Gran Santiago para:
Primero: rechazar las modificaciones
al sistema metropolitano de áreas verdes y recreación,
por las siguientes razones:
- Por constituir un conjunto de disposiciones
confusas y poco transparentes, con textos tan complicados que, además
de hacer difícil su comprensión, se prestan a las más
diversas interpretaciones.
- Por permitir la construcción
de edificios en sectores ya destinados a áreas verdes con el
justificativo de no encontrarse en la actualidad "consolidadas",
lo que constituye un despojo a los ciudadanos del sector, ya que son
superficies que no se podrán recuperar.
- Las modificaciones se aplicarán
a todas las comunas del Area Metropolitana, sin hacer distinciones
entre unas y otras y sin que nada asegure la no disminución
de las superficies de las áreas verdes en una comuna en particular.
Esta circunstancia se encamina a acentuar las desigualdades sociales
entre los diferentes sectores de la ciudad.
- La modificación, al permitir
edificios en las áreas verdes y áreas verdes donde deben
haber construcciones, tiende a desarmar el sistema de áreas
verdes y recreación establecido en el Plan Regulador Metropolitano
de Santiago, resultado de un consensual proceso de planificación.
- La misma autoridad que decidirá
cuáles áreas verdes serán desafectadas negociará
con los inversionistas, lo que otorga poca transparencia al procedimiento.
- La ubicación del área
verde que se restituye en otro lugar de la ciudad, de acuerdo a lo
propuesto, será decisión del inversionista condicionada
por el mercado y sin un proceso de planificación concebido
previamente.
- La ley establece que los usos del suelo
y las condiciones de edificación deben estar normados y definidos
por los instrumentos de planificación que la misma ley define,
y de ningún modo contempla la posibilidad que estas prerrogativas
estén radicadas en una autoridad administrativa; en consecuencia,
la iniciativa es ilegal.
Segundo: rechazar las modificaciones
a los conjuntos habitacionales financiados con subsidios del Estado
- Estos conjuntos se podrán construir
en áreas urbanas consolidadas o en Zonas Urbanizables con Desarrollo
Condicionado de la provincia de Chacabuco, con un mínimo de
300 viviendas y rebasando la densidad establecida por el plan regulador
respectivo, hasta llegar a 500 habitantes por hectárea.
Para ese tamaño y densidad - según
las disposiciones vigentes - le corresponde solamente 1,6 m2 por habitante
de áreas verdes, superficie muy insuficiente si se la compara
con los 12 m2 que recomienda la Organización Mundial de la
Salud.
En cuanto a superficie para equipamiento,
las actuales disposiciones obligan a los inversionistas a ceder algo
más de 800 m2, en que no cabe ni una escuela, quedando todos
los otros equipamientos sin lugar para asentarse. Así, estos
futuros habitantes carecerán de servicios de salud, seguridad,
recintos para las juntas de vecinos y demás organizaciones
comunitarias, superficies para juegos infantiles, deportes y esparcimiento,
lo que constituye una inhumanidad y hacen perversa esta iniciativa.
- Se deja a la iniciativa del mercado
la definición de los lugares en que se levantarán estos
conjuntos de alta densidad, lo que es muy peligroso para las comunas
pobres, ya que estas iniciativas pueden deteriorar aún más
los sectores que ya hoy día son bolsones de pobreza carentes
de equipamiento. Solamente las disposiciones de los planes reguladores
defienden a las comunas de estas anomalías.
Tercero: rechazar las modificaciones
de las áreas de interés silvoagropecuario, porque:
- La construcción de enormes núcleos
habitacionales, en las zonas rurales próximas a la gran ciudad,
es una iniciativa errónea, ya que estas áreas constituyen
las últimas e irrecuperables defensas del medio ambiente y
su invasión creará problemas ecológicos irreversibles.
- Se vulnera claramente el artículo
55 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, que prohibe los
loteos y urbanizaciones fuera del límite urbano y que no permite
construcciones que no estén destinadas a la explotación
agrícola; en consecuencia, la modificación es ilegal.
- La extensión de manera irresponsable
de la ciudad sobre los campos aledaños - crecimiento tipo "mancha
de aceite"- es el mal principal que ha sufrido Santiago en los
últimos cincuenta años, obligando a la extensión
desmesurada de las redes de infraestructura y a la ubicación
de poblaciones sin servicios y equipamientos suficientes. Nada hay
en el texto de la modificación que asegure que esto no será
así.
De hecho, mediante esta modificación
el Estado está renunciando a su rol de planificar la ciudad,
ya que la localización de los loteos está dependiendo
del mercado.
- Se aumenta la duración de los
viajes que los habitantes deben realizar para sus actividades habituales,
que además de incrementar los contaminantes del aire, restan
tiempo al descanso, esparcimiento y a la vida familiar.
- De acuerdo a nuestra información,
existen alrededor de 36 mil hectáreas disponibles dentro del
radio urbano (26 mil en la provincia de Chacabuco y 10 mil en el resto
de Santiago); si el crecimiento de la ciudad es de mil hectáreas
al año, se tendrían asegurados los próximos 36
años para asentar cerca de 3 millones de habitantes, sin que
la superficie urbana se incremente.
- Por último, la creación
de esta nueva oferta de posibles áreas urbanas en el entorno
rural de Santiago, además de no significar un proceso inmediato
de construcción, desatará inevitablemente una especulación
inmobiliaria con la venta y reventa de terrenos en verde, repitiendo
el mismo vergonzoso proceso que experimentó la ciudad en el
año 1979.
Sostenemos que las modificaciones que
se pretende realizar son gravemente perjudiciales para la ciudad, para
el nivel de vida de sus habitantes y para el medio ambiente; en consecuencia,
junto con solicitar a las autoridades pertinentes retirar estas modificaciones,
convocamos a nuestros colegas arquitectos y a la ciudadanía en
general a manifestar nuestro más enérgico rechazo.
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