Beauchef Magazine - Especial recursos hídricos - Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas

L a Región Metropolitana (RM) tiene una condición de alto riesgo en su abastecimiento de agua potable debido a la creciente demanda de agua para uso doméstico y a la dis- minución de su disponibilidad debido a la megasequía. El agua de la región se obtiene de fuentes superficiales y subterráneas. Las primeras provienen del río Maipo, que suple más del 80% de la demanda, y del río Mapocho y el estero Arrayán, que abastecen a Vitacura, Lo Barnechea y Las Condes. Las fuentes subterráneas se aprovechan mediante po- zos de bombeo concentrados en el sector poniente. El consumo de agua potable en la RM pro- viene de los sectores residencial, riego de áreas verdes municipales, comercial, y otros. A 2020, el consumo residencial en la mayoría de las comunas era cercano a 160 litros por habitante al día (L / hab / día). Sin embargo, en algunas comunas de la zona oriente el consumo supera los 400 L / hab / día, asociado a una mayor con- centración de áreas verdes. Pero ¿alcanza el agua de los ríos para abas- tecer de agua potable a la RM? Para saberlo, comparamos la evolución de la disponibili- dad de agua con la curva estimada de de- manda. Se consideró, además, la manten- ción de un caudal ecológico, que permite sustentar los ecosistemas fluviales y el bienestar de los seres humanos que depen- den de ellos. Durante 2020, el sistema de la cuenca del río Maipo tuvo una holgura de disponibilidad respecto de la demanda de agua de 46 me- tros cúbicos por segundo (m³/s), la cual dis- minuye a 25 m³/s si se considera el caudal ecológico. Esta cuenca también abastece al sector agrícola, cuyo consumo se estima en 40 m³/s, según la Dirección General de Aguas. Suponiendo que solo la mitad de los requerimientos del sector agrícola depen- den del río Maipo, la holgura desaparece y se alcanza un nivel extremo de riesgo de escasez. Por su parte, los caudales del río Mapocho y del estero Arrayán han estado por deba- jo de los 2 m³/s en los últimos años, lo que alcanzaría para resguardar sus caudales ecológicos (0.82 m³/s y 0.25 m³/s, respec- tivamente). Si se prioriza tal resguardo, el agua no alcanzaría para abastecer a los habitantes de Lo Barnechea, Las Condes y Vitacura, que generan una demanda de más de 3 m³/s. Una parte del déficit en estas comunas se suple con el trasvase de agua desde el río Maipo hacia el sistema del sector nororien- te a través del canal Las Perdices, gracias a la planta Padre Hurtado. Esta planta está en proceso de ampliación y permitirá aumen- tar el volumen del trasvase, pero disminu- yendo el caudal del río Maipo. Entonces, ¿nos alcanza el agua? La res- puesta se puede separar en dos: 1) El agua disponible en las cuencas del río Mapocho y del estero Arrayán no alcanza para abaste- cer a las comunas del sector oriente y, a la vez, resguardar los caudales ecológicos. 2) El agua del río Maipo alcanza para abastecer casi 80% de la demanda del Gran Santiago. Sin embargo, la holgura entre disponibilidad y usos es estrecha, sobre todo si se trasvasa agua a la zona oriente, poniendo en riesgo la seguridad hídrica y los caudales ecológicos. Es fundamental disminuir el consumo de agua, principalmente en las comunas con sobreconsumo. Esto se podría lograr, en- tre otras estrategias, limitando el riego de jardines y áreas verdes. De hecho, si to- das las comunas limitaran su consumo a 160 L / hab / día, habría un ahorro de más de 3 m³/s en la demanda de agua potable de la región, considerando solo el sector residen- cial. Además, se debe invertir en las redes de abastecimiento para disminuir las pérdidas, cercanas al 30%. También hay que monito- rear y coordinar el uso de fuentes subterrá- neas. La crítica situación del agua potable en la Región Metropolitana Por Camila Álvarez-Garretón, investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)²; Juan Pablo Boisier, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)² y del Departamento de Geofísica - U. de Chile; Rodrigo Marinao, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)² y el Departamento de Ingeniería Civil - U. de La Frontera. COLUMNA DE OPINIÓN 8

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