LA BIBLIA EN EL CONTEXTO DEL MEDIO ORIENTE ANTIGUO

Ana María Tapia A. Centro de Estudios Judaicos. Universidad de Chile.


INTRODUCCIÓN

La Biblia puede considerarse como una colección de escritos conservados desde la época en que el pueblo hebreo poseía independencia. Estos escritos, que formaban parte de su literatura nacional, fueron posteriormente canonizados y, con el carácter de Sagradas Escrituras, constituyeron la base del judaísmo.

Los hechos narrados en la Biblia cobraron su verdadera dimensión histórica cuando Jean Paul Botta -cónsul de Francia en Mosul- descubrió en 1842 el palacio de Khorsabad, donde encontró relieves que ilustraban con todo detalle la deportación de los israelitas.

En ese momento comenzó, la gran fiebre por la "arqueología bíblica" y se formaron numerosas sociedades de investigación arqueológica que, tomando como base los escritos bíblicos, procedieron a realizar excavaciones con el fin de demostrar que "la Biblia era verdad".

Desde ese entonces y hasta ahora, el mundo ha sido testigo de los descubrimientos que dan a conocer personajes, pueblos y sitios que en ella se mencionan y que vienen a atestiguar su valor como documento histórico.

Con Paul Botta salió a la luz Sargón II, el monarca asirio vencedor de Samaria, la capital del reino de Israel, según se desprende de las inscripciones que recordaban los detalles de la deportación de los israelitas. Este hecho, narrado en el texto bíblico, aconteció en el año 722/1 a.e.c [1].

En 1845 llegó a Mosul Henri Layard, quien se dedicó a excavar principalmente las grandes ciudades asirias: Nínive, Kalah y Assur. Sus hallazgos fueron de mucha importancia: pueden observarse relieves que muestran al monarca Salmanasar III recibiendo el tributo que le entregaba Jehu, "el temible monarca israelita". Este acontecimiento que aparece mencionado y esculpido en el monumento llamado Obelisco Negro tiene su correlato en la Biblia, en los libros de 1 Re 19,16 y 2 Re 9-10.

Los relieves asirios permitieron remontarse a la época de los vencedores de Israel evocados constantemente por los profetas. En 1872, la conmoción fue aún mayor; Georges Smith logró traducir la primera versión cuneiforme del Diluvio.

Los hallazgos arqueológicos fueron en aumento y, cada vez más y en lugares diversos, fue recuperándose parte del patrimonio cultural de los pueblos con los que, en mayor o menor medida, Israel se contactó. Del mismo modo han salido a luz personajes y temas que tienen sus paralelos en el texto bíblico.

Desde el punto de vista literario, por ejemplo, no cabe duda alguna que los capítulos iniciales del Génesis, -que tratan de los relatos de la creación y el diluvio,- tienen antecedentes mesopotámicos. Por otro lado, el libro de los Salmos hace recordar himnos cúlticos mesopotámicos y egipcios, y el libro de Lamentaciones utiliza un artificio literario, -"la lamentación"-, que es una forma melancólica de poesía muy usada en la época.

Personajes como Noé, Moisés y Job también tienen sus paralelos mesopotámicos. Para el primero Ziusudra y Utnapishtim, los héroes del relato diluvio sumerio y asirio respectivamente; Moisés con Sargón de Akkad, en la semejanza de la leyenda de ambos: quienes son rescatados del río en una cesta embreada y Job tiene su correlato en el relato del Justo sufriente. Por otro lado, el Código Mosaico tiene sus antecesores en los códigos de Hammurabi, Bilalama y Ur Nammu.

Nada viene de la nada ni brota por generación espontánea. Israel y la Biblia son producto de su medio y debemos entenderlos en el contexto del Medio Oriente en donde se hallan insertos y de las relaciones que ha mantenido a lo largo de su historia con los pueblos que le rodeaban y, si bien son muchos los temas que debemos considerar como producto y patrimonio mesorientales, no cabe la menor duda de que a ellos, en la Biblia, el pueblo hebreo supo imprimirles su impronta y su sello propio.


EGIPTO Y LA BIBLIA

Egipto y Canaán son vecinos cercanos y, a no dudar, desde tiempos prehistóricos hubo entre ambas zonas un continuo intercambio y comercio, incluso, en determinados períodos históricos, Canaán estuvo bajo influencia y dominio político egipcio.

Tanto los documentos egipcios como la Biblia atestiguan la costumbre semita de entrar al Valle del Nilo en busca de pastura para sus animales.

En los capítulos finales del libro de Génesis y en el libro de Exodo encontramos narraciones que ilustran sobre el ingreso de los hebreos a Egipto, su esclavitud y ulterior salida. No obstante ello, en los anales egipcios no hay confirmación histórica de que un pueblo llamado Israel hubiese sido recibido en Egipto.

¿Se corresponden los relatos bíblicos con algún momento de la historia egipcia? La esclavitud en Egipto y el posterior exodo constituyen un acontecimiento fundamental en la historia de Israel y señala la intervención directa de Dios en la formación de la nación hebrea.

Si bien es cierto no existen documentos egipcios que den testimonio directo de la presencia de Israel o de los hebreos en la nación egipcia, no lo es menos que la tradición bíblica merece crédito, un crédito que debe otorgársele no por el mero hecho de que sean relatos que aparecen en ella, sino porque una tradición como la que narra no puede ser inventada.

En efecto, no se trata de la narración de una epopeya gloriosa que marca el inicio de un pueblo, sino del recuerdo ignominioso de una servidumbre en tierra extraña, y algo así no puede ser más que el reflejo de una realidad lejana, pero realidad al fin, que se mantuvo viva por generaciones y que fue transmitida oralmente hasta el momento en que se puso por escrito.

Por el lado egipcio hay una serie de condicionantes que explicarían esta falta de documentación. Por ejemplo:

a) el que los contactos siempre se realizaron en la zona del Delta donde, prácticamente, no se han encontrado documentos oficiales;

b) el que lo que se conoce sobre Egipto está basado principalmente en textos religiosos grabados en tumbas y templos y son muy pocos los informes especiales que han llegado hasta nosotros;

c) el que los egipcios normalmente no distinguían a las tribus o pueblos extranjeros o cautivos, mencionándolos bajo términos generalizados, nunca específicos;

d) el que los anales egipcios eran siempre positivos y enfatizaban las victorias del faraón. No acostumbraban a mencionar sus derrotas y debilidades a menos que estuviesen referidas a épocas pretéritas.

Por otra parte, al leer los relatos bíblicos que hablan de la estancia de los hebreos en Egipto, se evidencia un rico colorido local que ilustra muy bien las costumbres egipcias.

Resulta notorio que quien haya reproducido estos relatos, especialmente los relacionados con José, debió ser alguien que conocía muy bien el país y sus costumbres.

Es probable que para algunos no sea importante comprobar si, efectivamente, los hebreos estuvieron o no en Egipto o si José existió o es producto del pensamiento hebreo. Pero sí es importante para la historia hebrea en la medida en que sólo porque estuvieron allí y fueron esclavizados, pudieron ser liberados y llegar al Sinaí donde recibieron la Revelación y se constituyeron en un pueblo. El pueblo se formó en torno al pacto (brit) que hicieron con un Dios único y exigente.

Todo parece indicar que la historia se inicia en Génesis 37:3: "Y amó Israel a José más que a todos sus hijos porque él era el hijo de su vejez".

La predilección que su padre sintió por José le granjeó la envidia de sus hermanos. Ellos lo vendieron como esclavo a unos comerciantes que viajaban a Egipto e hicieron creer a su padre que José había muerto. Así fue como José ingresó a Egipto...

Más adelante se dice que: "Era José de hermoso semblante y bella presencia". Esta descripción enuncia otro problema: el triángulo amoroso que concluirá con José en la cárcel. Este otro hecho fortuito permitió que José interpretara los sueños de dos prisioneros: el copero y el panadero del rey.

Gracias a esta capacidad interpretativa, José fue conducido a la presencia del faraón a quien interpretó sus sueños y, más tarde, por su habilidad, llegó a ocupar el cargo más alto del reino, se convirtió en Visir de Egipto.

Se produjo el encuentro entre los hermanos, la reconciliación y la invitación de descender a Egipto. Israel (Yaacov) vacila, pero Dios le dice:

¿Qué mejor para Israel (Yaacov)? No sólo le ratifican la promesa de que será una gran nación sino que le aseguran protección y el que su hijo predilecto, a quien había llorado por perdido, estará junto a él en el momento de su muerte.

La narración de los relatos de José tiene un riquísimo colorido local que ilustra fehacientemente las costumbres egipcias y, a no dudar, quienes reprodujeron esta historia debieron haber sido personas que conocían muy bien Egipto y sus costumbres. He aquí algunos ejemplos de ello:

a) José y la esposa de Putifar.

José es nombrado Mayordomo en la casa de Putifar; ese cargo existía en las casas de los nobles egipcios (Gen. 39:4). Un título similar, pero a nivel del país, fue el que le otorgó el faraón.

La historia del 'affaire' con la esposa de Putifar no es un motivo nuevo dentro de la literatura egipcia; está presente en el género de la denominada 'literatura picaresca'. En efecto, existe un relato que data de la dinastía XIX, en el que se narra acerca de un joven escrupuloso a quien la esposa de su hermano mayor, acusa falsamente de intento de seducción.

b) La interpretación de los sueños.

La interpretación de los sueños es un tema de gran importancia en todo el Medio Oriente Antiguo. En el caso específico de los sueños a que hace mención el relato bíblico, podemos decir que los títulos de Jefe de los Panaderos y Jefe de los Coperos del Rey corresponden cargos existentes en la corte egipcia; y que el sueño del faraón corresponde a un antigua tradición egipcia que habla de siete años de hambruna en Egipto.

Es por todos conocido que la prosperidad del país depende del flujo regular del río Nilo, especialmente en su desborde anual que es el que fertiliza la tierra. Un año de miserias es el reflejo de un "año de Nilo bajo". Y, en Egipto, se conocen hasta el momento dos versiones sobre este hecho, ambas anteriores a la época de los hebreos en Egipto.

b.1. Los dos sueños que José interpretó (Gn. 40).

El copero soñó que había una vid delante de él, en la que vio tres sarmientos, sus racimos maduraban y él las exprimía en la copa del faraón.

El panadero soñó que había tres canastillos blancos sobre su cabeza, en el más alto había manjares de pastelería para el faraón y las aves comían del canastillo que había sobre su cabeza.

La interpretación de José fue que los tres sarmientos y los tres canastos representaban tres días, al cabo de los cuales serían llamados ante el faraón para recibir su veredicto: el copero sería liberado y restituido en su cargo, el panadero, en cambio, sería castigado con la horca. Así aconteció.

b.2. Los sueños del faraón.

El faraón soñó dos sueños. El primero en el que del río subían siete vacas hermosas y gordas que fueron comidas por otras tantas vacas flacas y de feo aspecto, que también procedían del río.

El segundo, muy parecido al anterior: siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña, después surgieron otras espigas menudas y pequeñas que devoraron a las espigas gruesas y llenas.

Los sueños del faraón corresponden a una antigua tradición de siete años de hambre en Egipto. La abundancia y la hambruna están en íntima relación con el río Nilo. La prosperidad país depende de su flujo regular y, especialmente, de su desborde anual, causante de la fertilización de la tierra. Así, entonces, un año de miseria es el reflejo de un año de Nilo bajo.

Los documentos egipcios aportan dos relatos al respecto. El primero, descubierto al sur de Tebas, al que Jacques Vandier data en la época del primer Período Intermedio (ca. 2180-2040 a.C.).

El segundo texto procede de la época ptolemaica (s. II a.C.) pero se sitúa, históricamente, en el reinado de Djoser, faraón de la III dinastía (ca. 2660 a.C.). Este relato explica el motivo por el cual una extensión de tierra al sur de Elefantina, fue consagrada al dios Hnum.


Año 18 del Horus: Netjer-er-het, el Rey del Alto y Bajo Egipto; Netjer-er-het; las Dos Diosas; Netjer-er-het; el Horus de Oro; Djoser, y bajo el Conde, Alcalde, Familiar real y Veedor de Nubios en Elefantina, Madir. Se le presentó este real decreto:


J.B. Pritchard afirma que existe en Egipto una tradición que señala que, gracias a un convenio contractual entre un faraón y un dios, habría siete años de hambre a los que seguirían otros siete años de abundancia (cfr. La sabiduría del Antiguo Oriente, p. 29 o ANET, pp. 31-32).


c) José Visir de Egipto.

Cuando el faraón otorga la alta investidura de su cargo a José, los regalos que le hizo corresponden a la costumbre egipcia:

Cuando se lee la historia de José, la pregunta que surge es: ¿Es posible que, en un país como Egipto, un extranjero pudiese llegar a ocupar tan alto cargo? Bajo un gobierno egipcio, definitivamente no. Pero en un gobierno de extranjeros, sí es factible que otro extranjero pudiere llegar al poder.

Es posible aceptar que José vivió en la época en que Egipto estuvo bajo dominio de los Hyksos. ¿Quiénes fueron estos dominadores? Los hyksos eran tribus que provenían de Siria y Canaán e ingresaron a Egipto alrededor del 1730 a.C.

Manetos, historiador egipcio, relató de este modo los acontecimientos:

¿Cómo fue posible someter al país del Nilo "por la fuerza y sin ninguna batalla"?

En el Museo de Brooklyn existe un papiro donde se detalla la lista del personal empleado en una explotación agrícola de Tebas durante la dinastía XIII. Allí se constata que más de la mitad del personal era no egipcio. Así, pues, existía en el país una quinta columna que debió prestar eficaz ayuda a las invasiones de su propia gente. Si ello ocurría en Tebas, es fácil adivinar que algo similar, si es que no de proporciones mayores, aconteció en el Bajo Egipto, la zona del Delta.

Los Hyksos, entonces, gobernaron sobre el Delta y el Egipto Medio y parece ser que se contentaron con cobrar tributo al Alto Egipto. En esta época es factible que José alcanzara a detentar tan alto cargo y que a su gente le permitiesen habitar una tierra rica y hermosa:

Deducimos, pues, que la corte del Faraón estaba cerca de Gossen, lo que significaría que la capital del reino estaba en el Delta. Avaris o Tanis era la capital del reino en la época del reino en la época de los hyksos. En esta época, semitas ayudan a semitas en una tierra que conocen bien porque desde antiguo han pululado por ella.

El Libro Exodo, 2:40 señala que el tiempo que los israelitas estuvieron en Egipto fue de 430 años. Si fechamos el Exodo de los hebreos de Egipto después del 1300 y le sumamos los 430 años que habitaron en Egipto, la suma nos da 1730, que corresponde a la época en que José habría sido Visir y su familia habría ingresado a Egipto para asentarse en la tierra de Gossen. Esa fecha se corresponde con el inicio de la dominación hyksa en Egipto.

El asentamiento de los hebreos fue en Gossen. Ese nombre aparece mencionado solamente en la Biblia, no aparece en los anales egipcios. Sin embargo, por la descripción que de ella hacen "lo mejor de la tierra", correspondería a Wadi Tumilat, en el Delta egipcio.

¿Existe documentación que ilustre acerca del ingreso de semitas a Egipto? Sí, hasta el momento se conocen dos escritos egipcios que indican que era costumbre de los funcionarios de frontera permitir, en épocas difíciles, el acceso al país de gente proveniente de Siria y Canaán.

J.B. Pritchard edita un informe de un funcionario fronterizo [4], de la frontera oriental de Egipto, en la que da cuenta del paso de tribus asiáticas hacia los pastos del Delta:


El mismo Pritchard señala que Tjeku se localiza en el extremo occidental de Wadi Tumilat, la "tierra de Gossen" y que la fortaleza de Merneptahdebía ser una fortaleza fronteriza. Referente a Per Atum, debería ser la casa de Atum y corresponde, probablemente, a la bíblica Pitom.

Otro documento, esta vez pictórico, fechado hacia el 1900, en la localidad de Beni Hassan -Egipto Medio-, muestra a un grupo de semitas ingresando a Egipto. Se trata de la familia de Abishai compuesta por 37 familias. El fresco en cuestión se encuentra en la Tumba de Chnumhotep.

Como estas familias, muchas otras debieron ser admitidas en Egipto y esta práctica debió ser tan común que no debería extrañar que no se hayan conservado escritos egipcios que hagan alusión específica a Yaacov (=Israel).

d. La salida de Egipto.

Exodo es el acontecimiento fundamental en la historia de Israel. La causa primera de este éxodo son los años de esclavitud a que fueron sometidos los hebreos cuando "se levantó un faraón que no conoció a José" y que, sin duda, necesitó de mano de obra barata para sus planes de construcción y, después de esclavizarles, les obligó a construir las ciudades de Pitom y Ramsés.

¿Cómo explicar el cambio brusco que hace que los hebreos pasen de mimados del faraón a esclavos?

Pensamos que el texto debe insertarse en el contexto de la expulsión de los Hyksos y la resplandeciente vuelta triunfal de los egipcios al poder. Los egipcios arrasaron la capital hyksa y borraron todo vestigio de su ignominioso período.

El "faraón que no conoció a José" debió ser el mismo faraón de la opresión, Sethi I (1312-1298) quien inició los trabajos en la ciudad de Avaris.

Si Sethi I fue el faraón de la esclavitud ¿quién fue el faraón del éxodo? Según algunos autores debió haber sido Ramsés II (1298-1235), según otros, Merneptah (1235-1225). De este último faraón existe una estela en la que se menciona, incidentalmente, al pueblo de Israel:


J.B.Pritchard escribe: "Se ha dado gran importancia al hecho de que la palabra Israel sea el único nombre de este contexto que lleve el determinativo de pueblo en vez del de país. Esto implicaría que los hijos de Israel estaban en, o cerca de Palestina, pero no como pueblo establecido, lo cual sería de mucha importancia para la datación de la conquista. El argumento tiene validez. Los determinativos poseen valor y el contraste entre los que aparecen en el mismo contexto resulta significativo... Esta estela aplica determinativos de país a pueblos ya asentados como Rebu, Temeh, Hatti, etc. y el de pueblo a grupos sin localización efectiva como los madjoi, nau y teken. El argumento, aunque bueno [dice Pritchard] no es conclusivo si se considera el notorio descuido de los escribas egipcios tardíos y los distintos errores de esta estela. La afirmación de que "la simiente", esto es, los vástagos de Israel, ha sido extirpada representa una jactancia convencional de poder en ese período (op. cit., p. 274)

La Estela de Merneptah es la primera huella arqueológica que menciona la presencia de Israel en Canaán.

Ciertamente que sobre el éxodo no hay datos extrabíblicos, pero Israel ha recordado esa liberación memorable en todas las épocas de su historia, consciente de que fue entonces que tuvo lugar el acontecimiento que les transformó en pueblo. Sólo la realidad histórica puede explicar tal insistencia en la rememoración de ese episodio.

Además, en el caso de los egipcios, ¿por qué habrían de recordar en sus anales un incidente sin interés, como lo sería la persecución de unos centenares de miles de esclavos?

Es importante recordar que existieron contactos entre ambas culturas y que huellas de ese contacto también se encuentran al realizar, por ejemplo, un paralelo entre la literatura bíblica y la egipcia y entre el pensamiento religioso egipcio en determinado momento histórico.

Respecto a la literatura, podemos decir que la fraseología y las imágenes de los cánticos de amor egipcios, por ejemplo, tienen su contraparte en el Cantar de los Cantares, el tipo de literatura picaresca que corría en la corte e los faraones y que data de la dinastía XIX, en especial la narración de la "Historia de los dos hermanos" consignadas en el Papiro d'Orbinay (actualmente papiro BM 10183), que tiene gran semejanza con la "Historia de José y la esposa de Putifar".

El tipo de literatura sapiencial egipcia tiene, desde el punto de vista estructural., semejanzas con la literatura hebrea. No obstante, la semejanza excede a lo meramente estructural, encontrándose también en el pensamiento y en el contenido de los escritos.

De la literatura sapiencial egipcia han llegado hasta nosotros ejemplares altamente interesantes y hermosos. Entre ellos, "Las enseñanzas de Ptahhotep", "Las enseñanzas de Kagemni", "Las enseñanzas de Amenenope", "Las instrucciones de Merikere", entre otras.

Una comparación entre ellas y muchos pasajes del Antiguo Testamento (TaNaJ) revelan una sorprendente comunidad de pensamiento sugieren la influencia egipcia. Veamos tan sólo un ejemplo:

PROVERBIOS

Inclina el oído y oye mis
palabras y aplica el corazón
para comprender, pues es
agradable guardarlas en tu
barriga para que puedan ser
fijadas como una clavija
en tus labios.


¿No he escrito para ti treinta
sentencias de consejos y
conocimientos para que puedas
impartir la verdad a quien
quiera que hable para que pueda
devolver palabras a quien te
las dirija?


No robes al pobre, pues él
es pobre, ni oprimas al
humilde que a la puerta se
acerca.


Un hombre que conoce bien
su profesión ante los reyes
se mantendrá firme.


Cuando te sientes a comer con
un gobernante considera dili-
gentemente lo que ante ti se
encuentra; ponte el cuchillo
en la garganta si eres hombre
dado al apetito. No codicies
las golosinas, al ver que carne
engañosa son.


No hables en presencia del
tonto pues despreciará la
influencia de tus palabras.

ENSEÑANZAS DE AMENENOPE

Presta tu oído y atiende a lo
que digo y aplica el corazón
para aceptarlo pues bueno es situarlas
en tu corazón, que seguras descansen
en el cofre de tu barriga para que
puedan actuar como una clavija
sobre tu lengua.

Considera estos treinta capítulos
que deleitan e instruyen.
Conocimientos para contestar al que hable
y como dar un informe sobre alguien
a quien te lo pida.


Líbrate de robar al pobre y
oprimir al afligido.

Un escriba que conoce su oficio se
considera digno de ser un
cortesano.

No comas en presencia del que manda
y no te eches hacia adelante (?)
con la boca ante un gobernante (?)
cuando estés lleno con eso a lo cual
derecho no tienes, sólo será una
delicia para tu saliva.
Mira el manjar que tienes delante
y deja que [sólo] tu necesidad satisfaga...

No vuelques en nadie lo hondo de tu
alma, ni malgastes [así] tu sabiduría.

En lo relativo al género de literatura religiosa, hay quienes se preguntan si la herejía de Akhenaton (Amenofis IV) influyó o no en el monoteísmo hebreo.

Al respecto podría decirse que la adoración al sol es antigua en Egipto y existe casi desde los orígenes de esta cultura. Del mismo modo se evidencia en Egipto la presencia de un sincretismo religioso en el que dos o más divinidades se confunden en una sola. Por ejemplo, Ra-Harakhtes y Amon-Ra. Cabe destacar también que, generalmente, los dioses de cada uno de los nomos del Alto y el Bajo Egipto se asimilaban al dios principal, esto es, al sol.

Akhenaton o Amenofis IV no inventó nuevas formas, pero les imprimió sí, originalidad al modo como se presentaban los elementos. El monarca insistió enfáticamente en el concepto de ma'at, la verdad, que se tradujo en candor en el arte, naturalismo, libertad arquitectónica, uso del lenguaje diario y el culto al disco solar al aire libre. Todas ellas pueden entenderse como protesta contra las formas establecidas desde antaño.

El "atonismo", si es que puede así llamársele, era fundamentalmente un culto natural que no demandaba más que amor y gratitud por parte del creyente, lo que contrastaba con las demandas categóricas del monoteísmo hebreo, insertas en un pacto que exigía entrega total al cumplimiento de la Torá (Enseñanza).

El "mosaismo", como lo denominan algunos autores, es o tiene -dicen- un carácter eminentemente anti-egipcio, puesto que está basado en la fe perfecta de que el Dios de Israel ha derrotado al faraón.

Puede decirse que la religión de los hijos de Israel fue una religión independiente, basada en una experiencia diferente y particular, como lo fue la liberación de Egipto y el recuerdo de la vocación y aceptación de Abraham.

Pese a lo dicho, si comparamos la literatura religiosa egipcia, especialmente la de la época de la "herejía amarniana" con la hebrea, encontraremos también la misma similitud estructural de pensamiento a la que hacíamos mención anteriormente. Como ejemplo de ellos hemos seleccionado los textos del Himno de Akhenaton al Sol y el Salmo 104.

HIMNO DE AKHENATON AL SOL


Tu te elevas espléndido en el
horizonte Oh, Atón vivo, y la
vida recomienza. Tu brillas en
el horizonte del Oriente.
Tú colmas la tierra con tus dones.
Tus rayos envuelven los países
con todo lo que has creado.
Tú eres el sol, y Tu los reúnes
con los lazos de Tu amor.
Tú estás lejos pero Tus rayos
están sobre la tierra. Quien
ha creado a los seres reposa
en su horizonte.
Pero viene el alba y Tu
resplandeces.
Tú iluminas, Tu irradias,
Atón del día.
Las Dos Tierras están de fiesta,
los hombres despiertan y saltan
sobre sus pies a causa de ti.
Los árboles y las plantas
reverdecen.
Los pájaros abandonan sus nidos,
sus alas están en adoración
delante de tu "ka".
Las ovejas brincan, Todo lo que
vuela y bate sus alas vive,
cuando Tu resplandeces para ellos.
Los barcos suben y descienden
el río, todo camino está abierto
cuando Tú apareces.
En el agua los peces saltan ante
tu rostro. Tus rayos penetran
hasta el fondo del mar.
Tú has creado el Nilo en el
Mundo Inferior y lo llevas sobre
la tierra, donde Tú quieres,
para alimentar a los habitantes
de Tarneri.
Tú eres el Señor de esta Tierra,
quien irradia para ella.
Tú, el Disco del día muy poderoso
Y para los pueblos alejados Tú
creas de lo que ellos viven.
Tú has colocado al Nilo en el cielo,
para que caiga para ellos.
El bate las montañas con sus ondas,
como el mar, para regar sus campos...
Y para sus rebaños...
Tú has creado las estaciones,
El invierno para que tengan frío
y el calor.
¡Cuan numerosas son Tus obras
y misteriosas a nuestros ojos!
¡Tú, único Dios, que no tienes
semejante!.

SALMO 104

Bendice alma mía a Yaveh. Yaveh
Dios mío, mucho te has engrandecido.
Te has vestido de gloria
y de magnificencia. El que se
cubre de luz como de vestidura,
que extiende los cielos como
una cortina, Que establece sus
aposentos entre las aguas, El
que pone las nubes por su
carroza, El que anda sobre
las alas del viento, El que hace
a los vientos sus mensajeros y
a las flamas de fuego sus ministros.
El fundó la tierra sobre
sus cimientos; no será jamás
removida. Con el abismo, como un
vestido, la cubriste; Sobre los
montes estaban las aguas. A tu
represión huyeron, Al sonido
de tu trueno se apresuraron.
Subieron los montes,
descendieron los valles, al lugar que
Tu les fundaste. Les pusiste
término, el cual no traspasarán.
Ni volverán a cubrir la
tierra. Tu eres el que envía
las fuentes por los arroyos,
van entre los montes. Dan de
beber a todas las bestias del
campo; mitigan su sed los as-
nos monteses. A sus orillas
habitan las aves de los cielos;
cantan entre las ramas.
El riega los montes desde sus
aposentos: Del fruto de sus
obras se sacia la tierra. El
hace producir el heno para las
bestias y la hierba para el
servicio del hombre, sacando
el pan de la tierra, y el vino
que alegra el corazón del hombre,
el aceite que hace brillar el
rostro y el pan que sustenta la
vida del hombre. Se llenan de
savia los árboles de Yaveh, los
cedros del Líbano que El plantó,
allí anidan las aves. En las
hayas de su casa la cigueña.
Los montes altos para las cabras
montesas, las peñas, madrigueras
para los conejos.
Hizo la luna para los tiempos,
El sol conoce su ocaso. Pones
las tinieblas y es la noche; en
ella corretean todas las bestias
de la selva. Los leoncillos rugen
tras la presa, Y para buscar de
Dios su comida, Sale el sol, se
recogen y se echan en sus cuevas.
Sale el hombre a su labor y a su
labranza hasta la tarde.
¡Cuan innumerables son tus obras,
oh, Yaveh, hiciste todas ellas con
sabiduría, la tierra está llena de
tus beneficios...

La similitud que podemos apreciar en estos textos no es suficiente como para asumir una conexión directa entre ambos pensamientos religiosos. Además, la egipcia no es la única influencia que podemos encontrar en la Biblia, también pueden hallarse paralelos entre la literatura de Israel y la literatura mesopotámica.

Por ello se postula que existe en el Medio Oriente un bagaje cultural común a todos los pueblos, un bagaje del cual el pueblo de Israel, en mayor o menor medida se nutrió, imprimiéndoles su sello propio, diferente y estrechamente ligado al pacto del Sinaí, donde recibió la revelación del Dios único, un Dios celoso que exigía la entrega absoluta y sin reservas al pacto que originó el monoteísmo ético.



NOTAS

1.- La abreviación a.e.c. significa "antes de la era común", para los cristianos equivaldría a.C., es decir, antes de Cristo.

2.- Se refiere a Imhotep, famoso ministro de Djoser -faraón de la III dinastía-, cuya reputación de sabio motivó que, posteriormente, se le deificara.

3.- Renenut es la diosa de la siega.

4.- Cfr. J.B.Pritchard La Sabiduría del Antiguo Oriente, pág. 216).