ELVIRA HERNÁNDEZ nació en Lebu en 1951. Ha publicado los siguientes poemarios: ¡Arre! Halley ¡Arre!(1986), Carta de viaje (1989), La bandera de Chile (1991), El orden de los días (1991) y Santiago Waria (1992).

 

el lapsus que es el tiempo sin medida
Teófilo Cid

¿Por qué no entregas el cuerpo para el puchero?
¿La paletilla para el santiamén de la lengua?
¿No sabes del hambre y su ensoñación superlativa?
¿A dónde vas con tanta tibieza aprisionada?
¿Por qué dejas abierta la puerta de entrada y cierras la salida?
¿Y diseminas palabras sucias que son verdaderas joyas?
¿Y te quitas el brazo y lo cuelgas a 10 cms. del juicio?
Dime ¿dónde está la Plaza de los Estambres en esta sociedad?

¿Dónde vi ese rostro?
ese entramado espectacular de cejas alcohólicas
esas venas desaguando en la yugular como represas
ese gesto de ave con plumas de siquiátrico
díganme mandíbulas oxidadas de mi memoria
cual erupción nos arrojó juntos al lado izquierdo
dónde estuvimos cara a cara o regateando
dónde ese gran fragor de huesos bloqueados por muslos
en qué país chupando de mi labio leporino
cercanos a qué homicidio nos miramos con los ojos cerrados
al tiempo que el olvido blandía su cimitarra
y por los suelos rodaban las hidras del temor o el placer.

Por un rato me quedé en la Cantina Incolora
Vacié mis carteras en el mostrador
Los manojos de llaves no me hablaban del Cielo
Y el espejo taciturno me puso a penas
junto a un microcanthus strigatus
En todos los rincones se escondían dientes con coronas
Devotos de San Cristóbal y micreros bellas personas
Por mi cuerpo arteriado subía un tropel de algodones
Por la vena porta el estribillo de la tarde
Calada con una visera de reina normanda
Mi cabeza daba vueltas hasta detenerse en el número 32
Allí la Desgracia se había fugado con el Lavautos.

El amanecer anuncia el arribo a Quotidianía
pero yo vuelvo al aire
Un pequeño remezón da cuenta que tocamos tierra
pero yo vuelvo al aire
El capitán ordena próximo desembarco
y me evado en bolsones de aire
Los altavoces llaman a los rezagados por ultima vez
-entonces me desvisto-
no entrego mi cuota a Quotidianía
vuelvo al punto de partida - el aire-
y me deshago

 

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