MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL CENTENARIO

 

Con el presente número dedicado al MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL CENTENARIO, la revista Golpe de dados inicia una serie de homenajes y panoramas en torno a las distintas generaciones y movimientos que han trazado la historia de la poesía colombiana en el siglo XX.

EL MODERNISMO se constituyó en el primer movimiento que irrumpió en las letras universales a partir de una expresión renovadora nacida en las entrañas de América con nombres como José Martí, Rubén Darío, Julian del Casal y José Santos Chocano entre otros y que se reveló en Colombia con la llegada de José Asunción Silva al parnaso nacional y a través de otras voces, que desde su acento original, reflejaron las distintas expresiones que se presentaban en el continente como Porfirio Barba Jacob, y Guillermo Valencia cuyo libro cardinal RITOS cumple cien años de aparición.

LA GENERACIÓN DEL CENTENARIO por su parte, surgió encallada entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, como un apéndice del Modernismo nacional, denominándose así porque sus representantes comenzaron a publicar sus poemas de forma paralela a la celebración del primer centenario de la independencia.

La presente antología fue realizada por Mario Rivero y Federico Díaz-Granados.

 

MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL CENTENARIO

NOCTURNO

Una noche,
una noche toda llena de murmullos, de perfumes y de músicas de alas;
una noche
en que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas,
a mi lado lentamente, contra mí ceñida toda, muda y pálida
como si un presentimiento de amarguras infinitas
hasta el más secreto fondo de las fibras te agitara,
por la senda que atraviesa la llanura florecida
caminabas,
y la luna llena
por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz
blanca, y tu sombra
fina y lánguida,
y mi sombra
por los rayos de la luna proyectadas,
sobre las arenas tristes
de la senda se juntaban,
y eran una,
y eran una,
y eran una sola sombra larga,
y eran una sola sombra larga,
y eran una sola sombra larga...
Esta noche
solo, el alma
llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte,
separado de ti misma por el tiempo, por la tumba y la distancia,
por el infinito negro
donde nuestra voz no alcanza,
mudo y solo
por la senda caminaba...
Y se oían los ladridos de los perros a la luna,
a la luna pálida
y el chirrido de
las ranas...
Sentí frío. Era el frío que tenían en tu alcoba
tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas,
entre las blancuras níveas
de las mortuorias sábanas;
era el frío del sepulcro,
era el hielo de la muerte,
era el frío de la nada.
Y mi sombra
por los rayos de la luna proyectada,
iba sola,
iba sola,
iba sola, por la estepa solitaria;
y tu sombra esbelta y ágil,
fina y lánguida,
como en esa noche tibia de la muerta primavera,
como en esa noche llena de murmullos, de perfumes y de músicas de alas,
se acercó y marchó con ella,
se acercó y marchó con ella,
se acercó y marchó con ella...
¡Oh, las sombras enlazadas!
¡Oh, las sombras de los cuerpos que se juntan con las sombras de las almas!
¡Oh, las sombras que se buscan en las noches de tristezas y de lágrimas.


ARS

El verso es vaso santo; poned en él tan solo
un pensamiento puro,
en cuyo fondo bullan hirvientes las imágenes
como burbujas de oro de un viejo vino oscuro.

Allí verted las flores que en la continua lucha
ajó del mundo el frío,
recuerdos silenciosos de tiempos que no vuelven,
y nardos empapados en gotas de rocío.

Para que la existencia mísera se embalsame
como de esencia ignota,
quemándose en el fuego del alma enternecida
de aquel supremo bálsamo, ¡basta una gota!

JOSE ASUNCION SILVA (1865-1896)


CANCIÓN DE LA VIDA PROFUNDA

El hombre es cosa vana, variable y ondeante
. Montaigne

Hay días que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar...
Tal vez bajo otro cielo la dicha nos sonría...
La vida es clara, undívaga y abierta como el mar.

Y hay días que somos tan fértiles, tan fértiles
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo en influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña oscura de oscuro pedernal:
la noche nos sorprende con sus profusas lámparas,
en rútilas monedas tasando el Bien y el Mal.

Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos..
-niñez en el crepúsculo, laguna de zafir-
un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
y hasta las propias penas nos hacen sonreír...

Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer:
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar:
el alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar.

Mas hay también, oh Tierra, un día... un día... un día...
en que levamos anclas para jamás volver...
Un día en que discurren vientos ineluctables...
Un día en que ya nadie nos puede retener!

PORFIRIO BARBA JACOB (1883-1942)

 

HAY UN INSTANTE

Hay un instante del crepúsculo
en que las cosas brillan más,
fugaz momento palpitante
de una morosa intensidad

Se aterciopelan los ramajes,
pulen las torres su perfil,
burila un ave su silueta
sobre el plafondo de zafir.

Muda la tarde, se concentra
para el olvido de la luz,
y la penetra un don suave
de melancólica quietud,
como si el orbe recogiese
todo su bien y su beldad
toda su fe, toda su gracia
contra la sombra que vendrá...

Mi ser florece en esa hora
de misterioso florecer;
llevo un crepúsculo en el alma,
de ensoñadora placidez;

en él revientan los renuevos
de la ilusión primaveral,
y en él me embriago con aromas
de algún jardín que hay ¡más allá!

GUILLERMO VALENCIA (1873-1943)


CENTENARISTAS

NATURA HERMANA

Se que está todo en mi: el cielo, el ave,
la infinita penumbra donde reza
sus pesares el monte y la maleza
dice el sollozo de su pena ingrave.

El dulce espíritu del agua sabe
que es hermano del mío su limpieza
copia la infinitud de mi tristeza,
y su quejumbre entre mi pecho cabe.

Pues todo tiene vida y tiene un culto
que es el mío; y existe un lazo oculto
que a los seres me liga a sus antojos.

Tristes están las cosas si estoy triste;
si lloro por todo lo que existe,
lloran todas las vidas en mis ojos!

LUIS ALZATE NOREÑA (1889-1939)


REPULSA

Vivir... sentir la vida tan hondo, que haga
daño.
Vivir sin que la angustia se vuelque a lo
exterior.
Y en esta farsa bufa, tan torpe y de rebaño,
tener que batir palmas a tanto mal actor.

Sentirse al pragmatismo del medio ambiente,
extraño.
Saber que es del imbécil el triunfo y el honor,
y hallar hasta entre amigos el sobrecejo
huraño
de alguno, que recata la faca del traidor.

Tender a quien con náuseas en lo interior
se mira
la mano, sin que advierta la repulsión que
inspira
con el gracejo idiota a estrépito reír.

Falsear, mentir...airarse, sin ceño en el
semblante
y ser, con tanto espíritu, como cualquier
farsante...
Ah, hipócrita... La vida... Cuánto asco de vivir.

LUIS A URELIO VERGARA (1896-1942)


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