Universidad de Chile

 

 

Mujer y Memoria Urbana:
La importancia de los mercados de la Vega Central

Sonia Abarca
Nury Gatica

Presentación

Dicen - con mucha razón - que la historia la escriben los victoriosos. Pero también es cierto que en la historia oral, y particularmente la preservada en la cultura popular, pueden sobrevivir visiones distintas de los hechos y las aspiraciones de las otras personas que también participamos y hacemos la historia día a día, puesto que la historia no es solo las guerras, sino la sobrevivencia diaria; no es solo los grandes eventos, sino las importantes victorias cotidianas que nos permiten sobrevivir e incluso aportar, aunque sea ese famoso granito de arena a mejorar nuestro mundo.
En los mercados de la ciudad, y por sobre todo, la Vega Central, la precursora de todos los mercados urbanos de Santiago, tenemos una veta riquísima en cultura popular y por sobre todo, una memoria urbana colectiva, principalmente oral, que hasta el día de hoy ha sido valorado poco o nada, y queda prácticamente sin explorar esta tremenda fuente de patrimonio intangible.
La Vega Central no es solamente un complejo de actividades tremendamente variadas, todas relacionadas con este punto de encuentro entre el campo y la ciudad, entre los que producen productos vitales y los que los necesitan, es además el centro de una constelación de actividades comerciales populares compuestas de la Vega Chica, el Tirso de Molina, las Pérgolas de las flores, el Baratillo, los negocios establecidos, y muchos muchos más. También nutre a la consagrada vida gastronómica del Barrio Bellavista y los pueblos del sector norte de la RM.
Además, en una ciudad que se caracteriza por su segmentación, por su rigidez, por el aislamiento de cada grupo social en el sector que "le corresponde", este sector, anteriormente conocido como La Chimba es un punto de encuentro por excelencia. Cobija a gente de todo Chile y también a muchos inmigrantes y refugiados desde el profesional bien establecido hasta aquel que no posee ni un bien. Y todos unidos si el destino lo quiere codo a codo a comer juntos, a comprar, a compartir una talla, a conversar de verdad.
Les invitamos a Uds. como investigadoras, académicas, mujeres que se niegan a ser excluidas de la historia oficial, a venir a estudiar este sector, recogiendo sus historias urbanas, sus grandes triunfos, y las duras peleas que estamos dando hasta el día de hoy, y ayudarnos a trazar una historia democrática, que realmente rescate, explore y se beneficie de la visión de los que no conquistamos nada, quizás, pero si construimos con nuestro trabajo y nuestras aspiraciones un mundo un poco mejor.

VEGA CHICA

Para iniciar esta presentación, quiero contarles del sector de la Vega Central, lugar rico en historias; lugar compuesto por 10 organizaciones, entes separados, pero que laten con un solo corazón.
Es absolutamente necesario hablar para rescatar la historia de la mujer que está en este lugar:
De las niñas que fueron criadas entre cajones, frutas y verduras, de las niñas que se levantaban temprano para ir con sus padres a los remates y esperar ansiosas un desayuno cálido para mitigar un poco la escarchada mañana de un frío día, y partir, las que tuvieron la oportunidad, a las escuelas donde eran discriminadas por el solo hecho de pertenecer a la Vega. Eso significó que muchas no llegaron al final de los estudios.
De las jóvenes que optaron por trabajar, formar una familia, tener hijos, educarlos, sin ninguna otra ambición que darles una vida mejor, para hacerlos mejores personas.
De las matriarcas que levantan a sus compañeros cuando los negocios no marchan o no resultan, "apechugando" y "tirado pa'arriba" como decimos nosotras. Las que sostienen, defienden, las que lloran, ríen día a día, noche a noche con la Vega.
De aquellas mujeres que ya caminan lento, que están llenas de enfermedades, de dolores, de recuerdos, aquellas que la Vega no es la Vega: Es su hogar, es todo lo que tienen, que si lo pierden, ellas morirían.
Ha habido muchas mujeres y todas han dejado su vida allí, otras dan su vida por la Vega, y ésta, les ha devuelto afectuosamente la protección. Se han querido por siempre, pero si conversan con ellas, esa unión sigue intacta, aunque su orgullo lo niegue.
Esta es la mujer de la Vega, la Veguina, la que nos enseña que este es nuestro sitio, la que nos demuestra que después de Dios está la Vega.
Por nuestra condición, grandes intereses tratan de eliminar para siempre este lugar de encuentro, de solidaridad, de igualdad; para favorecer mayores intereses comerciales, empresas inmobiliarias, etc. No escogemos pelear; por un mínimo de dignidad tenemos que detenernos y defender lo que consideramos justo y es por esto que desde 1997 con la Coordinadora No a la Costanera Norte y ahora con Ciudad Viva trabajamos en proyectos de renovación - ciudadana-de nuestros sectores. Así como también estamos unidos hombres y mujeres en una nueva organización llamada Unión por el Desarrollo de la Vega Central para enfrentar juntos el modernismo y la globalización.

Pérgola SANTA MARÍA

Las Mujeres que trabajan en la Pérgola a través del tiempo han tenido cambios muy positivos.
Hace sesenta años las mujeres eran en su mayoría analfabetas sin ninguna preparación profesional, lo que no les dejaba ninguna alternativa para mejorar su forma de vida, algunas de éstas mujeres empezaron a vender flores a la orilla del río en tarros y baldes, en poco tiempo la cantidad creció y las autoridades de la época viendo la necesidad de estas esforzadas mujeres que en el invierno se mojaban y entumían de frío y en verano se asaban de calor y sus flores se marchitaban muy rápido lo que hacía que no tuvieran muchas ganancias, que significaba que nunca podrían tener una mejor calidad de vida. Construyeron la que hoy se conoce como Pérgola Santa María, esto cambio la vida de las vendedoras de flores, que ahora pasaron a llamarse "pergoleras " con un local establecido empezó a llegar más clientela y poco a poco la Pérgola se fue haciendo más conocida al ser mejores las ventas pudieron mandar a sus hijos a la escuela y gradualmente fue desapareciendo el analfabetismo, muchos de estos hijos de pergoleras buscaron otros derroteros, pero siempre a través de estos casi cincuenta y cuatro años uno de ellos se quedaba al lado de su madre siguiendo la tradición.
Hoy día todas las pergoleras de menos de cincuenta años tienen escolaridad casi completa y con orgullo algunas tienen hijos universitarios. Pero, para llegar a esto ha sido un sacrificio muy grande debido a nuestra jornada de trabajo de más de dieciséis horas diarias y por las condiciones en que trabajamos, un ambiente muy húmedo lo que afecta nuestra salud, casi todas terminamos con una artrosis en grado muy avanzado, constantemente tenemos resfríos muy severos y muchas nos hemos enfermado de los riñones debido al frío y la humedad. Pero de todas maneras estamos orgullosas de ser pergoleras y amamos nuestra Pérgola y seguimos nuestra tradición y esperamos continuar en el tiempo a pesar de que las autoridades actuales no sean como las de antaño que se preocupaban de las personas.
Nos gustaría que más personas nos conocieran y vieran lo que nosotros hacemos con nuestras flores, que muchos llaman verdaderas obras de arte y nosotras humildemente llamamos nuestro trabajo.
Amigas, en un día calmo, vístanse de pantalón, zapatillas y con afecto, corroboren personalmente que de estas mujeres está llena la Vega.

Sitio desarrollado por SISIB