Universidad de Chile

 

 

Reflexiones sobre la construcción de memorias individuales: el caso de mujeres trabajadoras textiles de la Provincia de Concepción

Gina Inostroza R.*

Comúnmente la historiografía nacional tradicional ha negado la calidad de sujeto histórico a las mujeres, relegándolas a un segundo plano. Pero esta realidad ha sido vivenciada de diversas formas por las mujeres, pues las diferencias son parte de la identidad construida social y culturalmente. Todo esto fue motivación inicial para posicionar mi tesis de Magister en Historia en el camino de reconstrucción de historias de mujeres, de aquellas provenientes de sectores populares de la Provincia de Concepción, dada su mayor invisibilidad en el discurso histórico oficial. Específicamente me interesó rescatar las experiencias de mujeres que devinieron en trabajadoras textiles en la Provincia de Concepción, residentes en las comunas de Concepción, Tomé y el poblado de Chiguayante, en el período de mayor auge del proceso de aceleramiento industrial chileno (1930-1952), posibilitado por el rol fundamental de un Estado empresario en lo económico y benefactor en lo social. Décadas que se vieron signadas por el rol interventor, promotor y agente primario del desarrollo industrial del país asumido por el estado chileno durante los llamados "Gobiernos Radicales". Las medidas económicas fueron complementadas con aquellas que buscaban la modernización del país en lo social y cultural, lo cual trajo consigo la dictación de políticas sociales en pos de mejorar las condiciones de vida de los sectores medios y populares.

La Provincia de Concepción contaba desde fines del siglo XIX con una infraestructura industrial basada en la producción de bienes de consumo corriente y durable afincados especialmente en las comunas de Concepción, Tomé y el poblado de Chiguayante. Destacó el rubro textil, con el impulso del modelo sostitutivo de importaciones paso a liderar la economía provincial, influyendo en la vida de numerosas mujeres y hombres. Esto significó un aumento de la demanda de mano de obra, en un comienzo sin exigencias de mayor cualificación técnica, por lo cual las mujeres se constituyeron en un elemento importante en los procesos de producción de las textiles de tejidos de punto, algodonera y lanera ubicadas en la provincia.

En esta oportunidad nos centraremos en esbozar algunos contenidos referidos al análisis de la participación de 10 mujeres trabajadoras textiles entrevistadas sobre temas referidos tanto a los ámbitos productivo como reproductivo social: su interrelación e influencia en la conformación de sus identidades.

Consideramos de la categoría de trabajo como una categoría amplia; tomamos el concepto de la antropóloga mexicana Marcela Lagarde: "Conjunto de actividades de capacidades y destrezas, de conocimientos y sabiduría, de relaciones sociales, de normas, de concepciones, de tradiciones y de creencias, que realizan los seres humanos para vivir al transformar la naturaleza, la sociedad y la cultura".1 Teniendo en cuenta la amplitud de esta concepción, sólo accederemos en este estudio a conocer y comprender la dinámica y estructura del ámbito de trabajo productivo remunerado de las mujeres de la zona de estudio, en especial en el sector industrial textil. Específicamente en cuanto a la relación capitalista trabajo-mercado aludimos a las diferentes características implicadas, como son: condiciones de trabajo, relacionales laborales, salario y fines de organización entre otros 2. Ello no significa dejar totalmente de lado las otras dimensiones del trabajo, a saber, el doméstico, siempre omnipresente en la cotidianeidad histórica de las mujeres Por otro lado, no intentamos deslegitimar las otras inserciones de las sujetas en estudio en las áreas sociales, culturales y políticas. Más bien entendemos que los y las sujetos sociales se constituyen en una dinámica constante de experiencias individuales y en relación con otras/os, las cuales repercuten en el desenvolvimiento de una diversidad de percepciones y modos de representar la vida social. así en esta dinámica las sujetos y sujetos se identifican en mayor o menor mediada con uno u otro ámbito , dando sentido su vida y a la de los otros/as.

En este sentido comprendemos que la identidad de los sujetos y sujetas no se encuentra constituida a partir de una única y omnipresente categoría ya sea económica, política y/o cultural; atrás quedaron las posturas esencialistas. En el entendido que la identidad de los sujetos/as no se comprende como constituida a partir de una única categoría económica, política y social o cultural y por tanto rígida o esencialista. Más bien compartimos los supuestos teóricos que postulan cómo un sujeto se constituye en un proceso dinámico de un conjunto de posiciones ocupados en atención a sus relaciones con otros/as -género, clase, etnia, religión y el medio, donde la pluralidad y la contingencia posibilitan una mirada que da relevancia a la diversidad y la construcción de las identidades . 3

Para dimensionar de alguna manera el tipo y contenido de dichas relaciones hemos optado por utilizar la categoría analítica de género, la cual hace mención a la constitución de hombres y mujeres basada en las diferencias que se perciben entre los sexos mediadas por relaciones de poder. A partir de ella aludimos al significado dado por otros a la condición de trabajadoras las mujeres provenientes de sectores populares de las zonas de estudio. Las instituciones sociales, políticas y culturales hegemónicas desplegaron sus normas, símbolos y valores signadas por la diferencia sexual, lo cual influyó y condicionó el quehacer y las identificaciones subjetivas de las mujeres estudiadas. El sentido de las apreciaciones y normativas genéricas validaron un sistema encumbrado en desigualdades y en la subordinación de las mujeres en el ámbito del trabajo y el acceso del poder. Por tanto, resulta relevante delimitar los otros actores, cuyos discursos y relaciones fueron decisivas en la construcción identitarias genéricas y laborales de las mujeres en estudio. En el marco contextual los agentes estatales, empresariales y los sindicatos industriales conforman un cuadro de influencia hacia las experiencias individuales y colectivas de las mujeres en estudio.

Contamos con el auxilio metodológico de la técnica de recolección de información denominada "Historia Oral", la cual provee de fuentes de conocimiento cuyo origen remite al relato de sujetos de estudio previamente elegidos y relevantes para la comprensión de la realidad histórica en estudio (Leopoldo Benavides: 1984). Técnica reconocida, especialmente al interior del campo de la historia social, dado que resulta clave para historiar sujetos, procesos y sucesos de difícil acceso para la labor historiográfica. Es decir, acerca de las vivencias e interpretaciones de los siempre marginados, especialmente mujeres, niños/as, además de los sectores que no contaron con el poder económico y político que les concediese el control del discurso escrito (Alessandro Portelli: 1990) y (Paul Thompson: 1990). Por ende, más allá de considerarse una técnica de recolección de información devino en una nueva perspectiva que da importancia a lo que los sujetos de "carne y hueso" consideran importante para sus vidas (P. Thompson: 1990). La inserción de las y los sujetos en la historia entendido como experiencias y comprensiones de movimiento (Nicole Gagnon: 1993). Al posicionar los distintos saberes -ubicados y corporizados- potenciamos una mirada múltiple de "puntos de vista" donde las parcialidades se hacen presentes en la construcción de un discurso histórico crítico y nunca acabado (Donna Haraway:1993) ( Portelli: 1990).

La dimensión temporal, puesta en juego a través de la utilización de la técnica de historia oral, alude a una correlación "presente-pasado" donde desde el presente se interroga al pasado y los nichos temporales son abordados desde la conciencia de los propios sujetos de estudio. Resulta importante esclarecer esta dinámica para ubicarnos en el terreno desde donde reconstruimos la historia, pues al acceder al pasado de mujeres y hombres no descubrimos este "tal como era" tal vez ni siquiera como fue vivido, sino que significamos las experiencias pasadas con vista a dar sentido al presente y en el mejor de los casos proyectarnos al futuro (Isabelle Bertaux-Wiame: 1993). Interpretaciones del pasado, redimensionadoras de las subjetividades, rescate de las experiencias vividas donde lo imaginario, las tradiciones y procesos colectivos de simbolización dan cuenta de los deseos y necesidades (Sylvie Van De Casteele: 1992) ( Portelli: 1990) (Benavides:1990).

Las interpeladas se convierten en sujetos del y de su conocimiento; los ámbitos y relaciones de la realidad comúnmente invisibilizados y/o reproducidos salen a la luz pública, a saber, mundo doméstico, sexualidad y relaciones familiares entre otros. Lo cotidiano es resignificado, permitiendo nuevas miradas con el objeto final de desconstruir discursos y relaciones de discriminación prevalecientes en la cultura hegemónica (Van De Casteele: 1992) (Haraway:1993).

Rememorar el pasado desde los sujetos de estudio implica apelar a la memoria, lo cual desde lo individual da cuenta de los colectivos a través de conocimientos, imágenes, sentimientos personales que devinieron en algunos casos en tradiciones familiares, locales y también nacionales (Benavides:1990) (Gagnon:1993). El contenido y forma de la memoria implican estructuras mentales y culturales desde donde se han construido las interpretaciones de las condiciones reales de existencia (Bertaux-Wiame:1993). Por ello más allá de las palabras se ubica el discurso ideológico y cultural tanto del pasado como del presente, donde las continuidades, rupturas y olvidos necesitan ser esclarecidos para el relato historiográfico. Apelar a la memoria trae consigo tanto develarla como construirla dando cuenta de mentalidades, motivaciones y relaciones colectivas entretejidas a través de los años en ámbitos de la realidad. Especialmente en el caso de las mujeres, pues al ser invisibilizadas ello ha significado negarles su calidad de sujeto histórico, por ende "restituir la memoria es devolverle su pasado, su historia" (Van De Casteele:1992).

En la puesta en práctica de la técnica de historia oral, el/la historiador/a pasa a tener un rol importante en la relación con las fuentes orales, pues su participación en la investigación delimita el campo de trabajo. Este selecciona a los/as informantes, media en la obtención de los relatos y finalmente determina el material testimonial para construir un discurso lógico que dé cuenta de los determinantes socioeconómicos, políticos y culturales en que se dieron las condiciones particulares en el período (Portelli:1990) ( Benavides:1990). Proceso interpretativo que se ayuda de fuentes tradicionales y complementarias que permiten contextualizar los relatos individuales en un marco general y de este modo darles un sentido social (Benavides:1990), que no pretende ser el discurso sobre la verdad histórica, sino uno más en igualdad de condiciones en el tramado de los saberes.

Uso Técnica historia oral. Etapa Preparatoria: Antes de proceder a realizar el trabajo de campo, se realizó una exhaustiva indagación acerca del contexto socioeconómico del período de estudio. Selección de los informantes: Se definió para esta investigación un número de 10 mujeres con ciertas características de edad, aspectos laborales y experiencia sindical. Como una forma de complementar y contrastar las entrevistas a mujeres se incorporaron tres entrevistas a tres hombres, resguardando las mismas características exigidas en el caso de las mujeres. Sigo agradecidas de estas mujeres que me abrieron no sólo las puertas de sus casas, sino las puertas a su pasado, parte significativa de la construcción de mí propia historia y espero que en la de muchas y muchos más. María, María Pascuala, Luisa, Josefina, Eleodora, Sabina, Amelina, Agustina y Juana.

Memorias bajo el prisma de la diferencia: Contenidos y formas de discursos.

Compartimos la idea de que las mujeres pueden constituirse en sujetos sociales por medio de la empresa de construcción de la memoria, la cual en muchos casos requiere ser trabajada, enfrentada a preguntas y dudas desde un presente que busca respuestas 4
Por tanto, el uso de la técnica de historia oral nos permitió acceder a relatos de experiencias y sucesos asociados a trayectorias laborales y del ámbito privado de mujeres y hombres, los cuales se vieron enfrentados a resignificar vivencias asociadas, y dejar en el olvido otras. El proceso fue diferente, tanto para cada una de las diez mujeres, como para los hombres. Resulta difícil detectar las implicancias psicológicas, simbólicas e ideológicas vividas y no es nuestra intención dar cuenta de ellas en esta investigación. Sólo destacaremos algunos aspectos que resultan relevantes desde una perspectiva de análisis desde el género. En el caso de las mujeres resultó un proceso gradual de posicionarse como sujetos de sus propias vidas y de la importancia de ellas para otras/os en los diferentes ámbitos en los cuales se insertaron. Las dudas acerca de sus trayectorias y quehaceres desde su condición de mujeres trabajadoras conlleva una desvalorización de acciones y experiencias, proceso entendible dentro de una cultura que ha reforzado una distinción genérica sustentada en valores y normas que desvaloriza los quehaceres de las mujeres. En tanto, los hombres entrevistados presentaron en general un discurso más fluido y con escasas dudas acerca de su inserción y apreciación del contexto circundante. Esta conciencia de ser parte de un proceso histórico se sobreentiende dado que el ámbito productivo genéricamente ha sido considerado propio de los hombres, por ende la valorización del trabajo y las relaciones humanas concomitantes han significado parte importante de sus vidas.

No obstante, lo descrito anteriormente, queremos registrar las diferencias entre las propias mujeres y entre los hombres entrevistadas/os, pues éstas tuvieron que ver con grados de mayor o menor conciencia y autovaloración de sus propias historicidades, a saber, para algunas mujeres la vida laboral fue recordada como una buena experiencia dado que coadyuvó a un mejor pasar socioeconómico para ellas y sus familias frente a otras alternativas, todo lo cual redundó en relatos muy detallados del ambiente, condiciones de trabajo y relaciones humanas. En tanto para otras mujeres la evaluación de sus experiencias laborales resultó negativa, dado el esfuerzo y sacrificio desplegado para sustentar una sobrevivencia personal y familiar; por tanto, los detalles y los supuestos "olvidos" significaron una forma de no revivir el pasado. En el caso de los hombres, la lucidez de los relatos tuvo que ver en cuanto a la propia valoración del pasado y además a la comparación de otras experiencias laborales, en otros espacios, éste fue el caso de uno de los entrevistados que a partir de una trayectoria laboral amplia y diversificada pudo comparar las diversas etapas de su vida productiva, resultando con saldo positivo su estadía en el ámbito textil.

Los relatos desde sus discursividades denotaron además diferencias respecto, tanto a las formas de los discursos, de los contenidos especialmente en sus énfasis, detalles y olvidos. Las diferencias más generales tienen relación con la división genérica, a saber las mujeres relataron sus experiencias en forma distinta a los hombres; a pesar de que las preguntas fueron intencionadas hacia las mismas áreas de contenido, ciertos temas fueron más relevados y con mayor extensión por mujeres que por hombres. Sin embargo, destacamos que nos damos cuenta de que el análisis sólo resulta parcial dado que el número de entrevistados hombres fue menor a la cantidad de mujeres escogidas.

Las diferencias en las formas discursivas aluden principalmente a la posición desde donde relataban sus experiencias: los hombres lo hicieron afirmando con mayor énfasis su individualidad, es decir, utilizaron el pronombre "yo" mucho más que las mujeres 5, en tanto las mujeres usaron preferentemente el "nosotras" o "sé", en vez del "yo". En el caso femenino, el sujeto en acción, desde el "yo", fue usado especialmente en los momentos cuando el relato tocaba aspectos y sucesos relacionados con roles de reproducción biológica, social y cualidades domésticas ligados a las labores del ámbito privado. En forma excepcional, en dos casos el discurso fue más afirmativo desde la individualidad, destacable dado que una de ellas era soltera, nunca contrajo matrimonio y laboró remuneradamente en fábricas textiles por más de 30 años hasta que jubiló en la década del '80; el otro caso resultó ser una obrera cuyo protagonismo y liderazgo entre sus compañeras de labores fue significativo, a pesar de no haber accedido a dirigencias formales. En este último caso se agrega su condición de jefa de hogar; pues el matrimonio no perduró en el tiempo y la trabajadora debió asumir responsabilidades de madre proveedora del hogar. Las situaciones y papeles sociales que vivieron estas dos mujeres, condicionan la constitución de sus memorias y la afirmación de su calidad de actoras de sus vidas. De hecho sus posiciones de trabajadora soltera, jefa de hogar y líder social constituyen transgresiones al modelo genérico tradicional de "madresposa", por ende su inserción en el mundo público y la virtual independencia asumida en los diferentes niveles de su realidad cotidiana las llevan a diferenciarse del resto de mujeres. Pues la condición de las mujeres en la primera mitad del siglo XX en Chile estaba signada por discursos culturales que las posicionaba preferentemente como reproductora de la fuerza de trabajo y socializadora de los hijos/as.

Constructos discursivos influenciados por directrices ideológicas conservadoras afectados por la Iglesia Católica y el Estado paternalista. Los relatos de estas dos mujeres aparecen marcados por sus propias decisiones, bajo el imperativo de acciones racionales y conscientes; en cambio para la mayoría de las entrevistadas los sucesos y hechos rememorados dan cuenta de la importancia dada a los "otros/as" 6 -a sus relaciones interpersonales- que marcaron sus decisiones y acciones, a saber, hijas, madres, compañeros, jefes, etc.

Importante resultaron para la mayoría de las/os entrevistados el reforzamiento de sus historias personales laborales a través de la mención de las trayectorias generacionales de sus familias, al interior de industrias textiles ubicadas en una localidad específica. La continuidad laboral en una misma fábrica de abuelos, padres, madres, hermanos/as e hijos ocuparon lugares importantes al interior de sus relatos .7

En forma general, al analizar el contenido de los relatos de los tres hombres entrevistados, destacamos la relevancia - detalle y cronología de sus trayectorias laborales - por sobre los sucesos de sus vidas privadas (matrimonio, hijos, acontecimientos domésticos). Su constitución como sujetos sociales resulta claramente mediada por su inserción en la estructura productiva, en tanto para las mujeres el panorama resulta de mayor complejidad dada su incapacidad para separar los diversos ámbitos por los cuales transcendieron sus vidas, a saber, doméstico-privado y productivo- público.

La importancia dada a los nombres, lugares, detalles relacionados con experiencias de la vida doméstico-privada conforman un universo simbólico relevante en los discursos femeninos. Esta memoria de lo concreto-cotidiano resulta marcadamente diferenciada con relación a las escasas alusiones a marcos contextuales sociopolíticos del período en el cual se inscribieron sus relatos. La alusión a procesos políticos y socioeconómicos fue escasa, a excepción de nombres de ciertos presidentes del país; inclusive el conocimiento de la organización y jerarquía al interior de los establecimientos textiles resultó en el mayor de los casos circunscrito a las secciones y departamentos en los cuales laboraron directamente. En tanto, los ex obreros entrevistados presentaron un mayor conocimiento del entorno fabril local y nacional. No obstante, en general reconocemos la influencia que tuvo el estilo de organización productiva existente, catalogado como de "pretaylorista", el cual dificultaba a obreros/as relacionarse con fluidez con otras secciones o departamentos diferentes al lugar de trabajo específico.

El tiempo y espacio de lo político en el sentido más amplio, resultaron poco significativos para las entrevistadas mujeres, no en vano su propia memoria juega a favor de una mayor invisibilizacicón a través del "olvido" y/o la menor relevancia dada a sus propios discursos.

Algunos aspectos sobre Identidades: Construcciones desde el género, el trabajo y el espacio territorial. El caso de mujeres y hombres trabajadores/as de fábricas textiles de Concepción, Tomé y Chiguayante durante los años 1930-1952.

Al delimitar el campo de estudio de esta investigación, hicimos la opción de esclarecer los condicionantes estructurales e ideológicos con sus respectivas interpretaciones subjetivas, bajo las cuales desarrollaron experiencias laborales un determinado número determinado de mujeres y hombres de la Provincia de Concepción entre 1930-1952. Este posicionamiento nos lleva a enfocar el análisis desde una de las dimensiones de la experiencia humana, a saber, el ámbito laboral. Por tal motivo al hacer referencia a las mujeres como trabajadoras no intentamos dar por sentado su identidad, sino que bajo nuestra metodología consideramos una de las posiciones de sujeto asumida en un período de sus vidas, desde la cual asumieron discursos e interpretaron su medio, siempre matizada principalmente por su accionar y relaciones al interior del ámbito privado, desde donde se refuerza su posición genérica.

Las preguntas que nos atraviesan e inquietan son las referidas a ¿cómo esta posición de sujeto de mujer trabajadora es legitimada e interpretada como constitutiva de la identidad de los propios sujetos de estudio?, ¿Cuáles son las diferencias detectadas entre los discursos femeninos y masculinos?.

Difíciles interrogantes, por lo cual intentaremos aproximarnos a partir de los relatos -siempre parciales- de las 10 entrevistadas y los 3 entrevistados. Para responder consideramos ciertos sucesos y dinámicas personales y colectivas que fueron resignificadas por las mujeres entrevistadas; los cuales nos dan pistas sobre sus creencias, valores y actitudes no exentos de discontinuidades y contradicciones.

Uno de los sucesos recordados con gran nitidez y que sustenta la vida laboral de los entrevistados fue el ingreso al mundo del trabajo remunerado. Este proceso significó rememorar la niñez/adolescencia de la gran mayoría de ellos, pues las edades de entrada al mercado del trabajo variaron entre 12 y 17 años. Era una vieja práctica el utilizar niños/as y adolescentes en algunas faenas de la producción textil, dada su calidad de mano de obra barata. Durante el siglo XIX era legitimado el enganche de menores, así lo atestiguan las descripciones de anuarios y monografías del período 8. Sin embargo, en la década del 30` aquello era encubierto en el discurso oficial, pues existía una reglamentación referida al impedimento del trabajo de menores de 16 años en cualquier tipo de faenas .9

Las motivaciones y condicionantes implícitos en la decisión de buscar trabajo se relacionan para todos los casos estudiados con la necesidad:

"Yo me las rebusqué desde niña, por eso duré tanto tiempo en la fábrica... tenía que trabajar, pues yo vivía con mi madre no más" (Amelina Espinoza, Chiguayante)

"Entré a trabajar por la necesidad. Nosotros éramos cuatro hermanos, mi tía, mi mamá y mi papá..." (María Ibacache, Chiguayante)

"Porque necesitábamos trabajar... claro, porque mi mamá era viuda y tenía cinco hijos más, ¿así todos chicos? Y yo era mayor, así que yo entraba a trabajar para ayudarla" (María Rivas, Tomé)

Las historias particulares coinciden en un origen socioeconómico común, especialmente con pertenencia a sectores populares de las provincias de Concepción y Ñuble o de otras más al sur, marcados por la precariedad y las necesidades económicas.
Las migraciones campo-ciudad de numerosas familias tienen como centro de atracción los florecientes núcleos urbanos industrializados de la Provincia de Concepción. Los objetivos de las migraciones fueron en los casos estudiados la búsqueda de trabajo remunerado que conllevaba la mejoría en la calidad de vida de los hijos, lo cual también estuvo conectado al valor económico y simbólico del dinero. Es decir, ante una ausencia de intercambio monetario y dados los procesos críticos del agro, numerosas familias fueron impelidas a buscar nuevos horizontes. En el caso de los hombres, el ingreso al mundo remunerado aparece como una situación de hecho, pues de acuerdo al sistema tradicional de género los hombres eran los proveedores naturales del hogar. En tanto, las mujeres de acuerdo al discurso hegemónico sobre las relaciones de género prevalecientes, debían permanecer en los hogares a cargo de las tareas de la reproducción biológica y social de la familia; no obstante, ello resultaba en la práctica subvertido por generaciones de mujeres de los sectores populares que desde su cotidianeidad traspasaron continuamente las puertas de sus hogares para ingresar al mundo público con el fin de resolver las necesidades objetivas. Así lo recuerdan María Ibacache y Luisa Jerez, :

"(Mi mamá) también trabajó ella, más bien porque ella fue huérfana y mi tía también trabajó... Ella trabajó hasta el día que murió de 52 años... en la Fábrica "El Tigre" (María Ibacache, Chiguayante)

"En el Almacén de Paños trabajaba mi mamá donde hacían las lanas... lana "jazmín y magnolias", lanas que se hacían en ese período... porque me acuerdo que hacía unos carteles de muestras... llevaba madejas de lana a la casa y hacía unos carteles de colores, era un trabajo extra... trabajó siempre, jubiló en el empresa" (Luisa Jerez, Tomé)

Con todo se puede colegir que al interior de estas familias populares prevalecía una legitimación del trabajo de las niñas y mujeres fuera del ámbito doméstico, sobre todo frente a contextos de crisis económicas, ello no significaba una mayor independencia de las mujeres, dado que sus ingresos iban a parar al presupuesto familiar.

Las experiencias laborales personales se interpretan a la luz de las prácticas y vivencias de otros/as cercanos, especialmente de familiares. Generaciones de trabajadores/as textiles al interior de las familias tomecinas y chiguayantinas, con identidades territoriales comunes, dan cuenta de la transmisión de recuerdos y sensibilidades que trascendían lo particular:

"Él era carretonero (padre), sacaba carboncillo en carreta de la fábrica. La sacaban de la caldera y la iban a botar a la orilla para allá" (María Rivas, Tomé)

En algunos casos las tradiciones laborales familiares sé retroalimentaron con las nuevas generaciones, como lo atestigua Luisa Jerez, quien hoy en día cuenta con dos hijos laborando en la misma fábrica textil: " Estoy agradecida de todas las administraciones que ha habido, de esta también, porque le ha dado trabajo a mis hijos también. Dos en Peinados y una hija en revisión de Paños..." 10. Por su parte, Josefina Vergara y Teresa Rivera reconocen como sus yernos laboran en la única industria textil que sigue echando humo hoy en día en Tomé: "Fábrica de Paños Bellavista Tomé".

Otro ámbito de cohesión que jugó a favor de la identificación como "trabajadora textil y trabajador textil" guarda relación con el espacio territorial, con el cual se desarrolló la cotidianeidad de lo privado y lo público. Las fábricas textiles instaladas en lugares estratégicos de las diferentes ciudades y poblados estudiados influyeron en la construcción de barrios, porcentaje de obreros y empleados donde las poblaciones surgieron como una necesidad de contar con residencias cercanas e higiénicas para la fuerza de trabajo. En las décadas del 30´ y 40 numerosas poblaciones obreras fueron levantadas en Tomé, Concepción y Chiguayante; en el primero de estos núcleos urbanos la Fábrica Bellavista tenía hacia mediados de la década del 30´ la "Población Bellavista" que constaba de pabellones con 124 casas que reunían cerca de 400 piezas con ciertas comodidades 11. La "Sociedad Nacional de Paños de Tomé con anterioridad al terremoto de 1939 disponía de 110 casas en la llamada "Población Carlos Mahns", construidas en 1933 en el cerro La Pampa 12, las cuales fueron en parte destruidas por el sismo, por lo cual se construyeron pabellones de emergencia que en total significaron 486 habitaciones más ubicadas en el cerro La Pampa de Tomé 13. En Chiguayante la Fábrica Grace y Cía disponía de una población a partir de 1934 14. Fuera del significado material de las viviendas y su bienestar social para los residentes, existe un proceso importante de identificación de las personas con sus barrios y ciudades. La significación de los espacios con su sintaxis urbana que delimita lugares y usos resulta relevante en el proceso de identificación e inclusión dentro de un colectivo 15. De esta manera no resulta azaroso en varios casos el reconocimiento del Barrio Bellavista en Tomé, como el espacio propio de los/as trabajadores textiles de la Fábrica de Paños Bellavista Tomé. La diferenciación simbólica, latente para una afuerina, entre el sector Bellavista y la ciudad de Tomé nos hace alusión a un ámbito de relaciones vecinales y laborales propias en un contexto de clara distinción con los otros barrios construidos a instancias de las fábricas "Sociedad Nacional de Paños de Tomé" y la "Fábrica Italo Americana de Paños de Tomé":

En el caso de las entrevistados de las fábricas textiles de Chiguayante, la identificación del ámbito industrial con el residencial obrero resulta de más relevancia, pues el poblado surgió en base a las familias de obreros/as residentes como lo recuerdan la señora Amelina Espinoza y Juan Candia.

Los procesos descritos permiten visualizar las dimensiones espacio-temporales relevantes en la construcción de referentes simbólicos, desde donde validar prácticas sociales que devinieron en una identidad colectiva, que presentó un posicionamiento de los sujetos/as como trabajadores/as textiles en un nivel primario relacionado con fábricas y barrios específicos. El nosotros/as se valida al aludir a un horizonte histórico común mediado por trayectorias laborales y residenciales en contraposición a otros/as ubicados en otros ámbitos de articulación socioeconómicos, territoriales y culturales.

A esta altura del análisis resulta primordial volver al sentido primario de la pregunta por la supuesta identidad de las mujeres entrevistadas. Desde el reconocimiento de trabajadoras textiles dentro de un horizonte colectivo, complejizamos los supuestos, pues hacemos alusión a una conjugación de significantes que unimos para develar un cuadro histórico y cultural específico, a saber, el de "mujer trabajadora"16. El señalar y nombrar los dos conceptos, a saber, "mujer" y "trabajadora" tiene como objeto contextualizar los significados implícitos en ambas voces en atención a la categorización de género prevaleciente en la época de estudio. Además la conjunción de ambas voces guarda un sentido particular tomada desde la categoría de la "diferencia", constitutiva de la construcción de las identidades y referida al proceso de distinciones significativas en el orden económico, social, político entre otros 17. Avanzamos en el sentido de la alusión a la "mujer trabajadora" categoría siempre diferente a la de hombre trabajador o mejor dicho "trabajador" esta última representada, analizada y estudiada con vehemencia a lo largo de los siglos. Estudios sin alusión a las otras distinciones del concepto según realidades específicas y locales, como trabajador blanco- indígena, joven, adulto- viejo, católico-protestante y por cierto a la gran distinción hombre-mujer. Los significantes aludidos resultan dimensionadores de relaciones de poder, dado que algunos de ellos aparecen posicionados en situaciones de privilegio simbólico y materialmente en oposición a otros, quienes en última instancia resultan influenciados en dichas relaciones . 18

Nos queda por vislumbrar el correlato al nivel de las experiencias particulares de los entrevistados, cómo advirtieron y significaron dicha distinción identitaria. Las menciones en algunos casos de un "nosotras mujeres trabajadoras" resultan evidenciables en los relatos individuales, alusión tanto a situaciones concretas específicas donde se delinean prácticas sociales y culturales como a la asunción de un reconocimiento del "nosotras las mujeres" frente a discriminaciones en el orden material y simbólico. En el primer caso, se identificó las relaciones de sociabilidad y complicidad como lo recuerda la mayoría de las entrevistadas, entre ellas:

"En la sección de revisión de paños, como éramos todas mujeres, la pasábamos relativamente bien, pues podíamos en algunos casos conversar sobre nuestros problemas, sin tener que ocultarnos de los hombres". (Josefina Vergara, Tomé)

"El ambiente era rico porque nosotras teníamos un grupo de niñas, jugábamos basquetball, pertenecía a la fábrica el club..." (María Ibacache, Chiguayante)

De esta manera las mujeres se identifican entre sí en una búsqueda de núcleos de reproducción de espacios de intimidad y colaboración que les da seguridad en el accionar individual

La configuración de las identidades se ve reforzada, tensionada y/o moldeada por otros/as agentes sociales, sean instituciones, sujetos colectivos o individuales. Estos a través de sus discursos, actitudes, creencias y normas impelen a los diversos sujetos, en su relación cotidiana tanto en el ámbito privado como el público, en los niveles familiares, laborales y locales y/o nacionales. En el caso de nuestro estudio las mujeres entrevistadas entre los "otros" influenciadores se ubican en un primer nivel de referencia los esposos y familiares, en un segundo nivel los empresarios, las asistentes sociales, los sindicatos y el Estado. En el primer nivel las relaciones establecidas se constituyeron dada la cercanía y los universos simbólicos compartidos que inciden en la conformación de pautas y normas que condicionan el accionar de las personas. Con anterioridad dimos cuenta de la presencia a través del tiempo de familiares inmersos en la vida obrera textil de la gran mayoría de los entrevistados. En esta oportunidad nos referimos a los esposos de los sujetos de estudio; cinco de las entrevistadas se casaron con obreros textiles, a los cuales conocieron mayoritariamente en los mismos establecimientos fabriles o en los barrios respectivos, situación común dado que los espacios de sociabilidad entre ambos sexos eran escasos, especialmente dadas las características del trabajo ejercido -largas jornadas de trabajo- y el control familiar bajo el cual se desenvolvían las vidas de las adolescentes-jóvenes entrevistadas:

En estos casos no hubo condicionamiento en torno a una virtual retirada del mercado laboral, dado principalmente porque con un solo salario "no alcanzaba para sustentar una familia"19, el dinero no era suficiente como para siquiera arrendar una casa por cuenta propia, ni menos para ahorrar "sino que lo justo parta vivir" .20

Una vez más la necesidad fue una importante condicionante a la hora de continuar trabajando, en este caso, la decisión fue asumida junto a la pareja, decisión que no implicó necesariamente una alusión a respetar los espacios de accionar autónomos de las mujeres.

Las demás entrevistadas se dividen, primero entre aquellas que contrajeron matrimonio con hombres de su mismo status social, o sea proveniente de los sectores populares cuyos oficios variaron entre carpinteros, zapateros, jardineros. Estas características incidieron en la apremiante necesidad de continuar trabajando dado que en dos casos las mujeres se convirtieron en jefas de hogar:

En segundo lugar, se ubican tanto una que permaneció soltera, otra que se casó una vez retirada de la industria por cierre de la Fábrica Nacional de Paños Concepción y una que debió abandonar el trabajo remunerado a instancias de su esposo: un sargento de carabineros viudo y con cuatro hijos pequeños. Sólo en este último caso el discurso de género asentado en la única valorización de las mujeres como madresposas significó coartar el desarrollo de una trayectoria laboral altamente valorada por la entrevistada, ella recuerda: "No me dejó trabajar y lo que yo más quería era trabajar, porque me gustaba mandar mi plata, además el ambiente era rico..." .21

Otros antecedentes en la configuración de identidades ...

Otros agentes relevantes en la configuración de las identidades fueron el estado, los empresarios y el sindicato. En el primer caso, no existió una actitud neutral a partir de las diferentes instituciones estatales frente a la división sexual del trabajo. Tanto desde el ámbito educacional, asistencial -salud, cajas de seguro- y político hubo un continuo discurso en defensa de la familia y del rol primordial de las mujeres, el ser madresposas. Bajo los supuestos de un proyecto modernizador y nacionalista, los gobiernos radicales adujeron de continuo a la conservación de la raza chilena, por ende, al cuidado de los niños, futuros ciudadanos trabajadores del país. Por ende, frente a la necesidad de contar con mano de obra femenina en los diversos establecimientos industriales y dadas las condiciones económicas en las diversas urbes, el Estado debió presentar un nuevo discurso más bien de corte proteccionista, a través de la dictación de leyes a favor de descansos pre y post parto, subvenciones, salas cunas, controles médicos etc. para las madres trabajadoras, en atención a resguardar la vida de los futuros hijos. Las visitadoras sociales tanto del aparato estatal como del privado, especialmente al interior de los establecimientos fabriles jugaron un rol importante en la configuración de normas y costumbres moralizantes al interior de las familias obreras; partiendo de la concientización de las obreras en sus roles de madresposas, especialmente en el cuidado de los niños -higiene y puericultura- como en el actuar al interior de los lugares de trabajo y en su relación con los jefes.

Notas

* Esta ponencia se basa en la Tesis de Magister en Historia U. De Concepción "Realidad de las trabajadoras textiles: condicionantes estructurales y desarrollo de procesos sociopolíticos al interior de las comunas de Concepción, Tomé y el poblado de Chiguayante (P. de Concepción) 1930-1952" (1999).
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1 Marcela Lagarde, Ob. Cit., p. 101.
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2 Cristina Borderías y Cristina Carrasco, Introducción. Las Mujeres y el Trabajo: Aproximaciones históricas, sociológicas y económicas, EN: Las Mujeres y el Trabajo. Rupturas conceptuales, Barcelona, ICARIA, 1994 pp. 46-47.
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3 Chantal Mouffe, "Feminismo, cidudadanía y política democrática radical" EN: Debate Feminista Nº 7 1993, México, METIS, Productos Culturales S.A pp. 6 y 7, Pierre Bourdieu, Razones Prácticas. Sobre la teoría de la acción, Barcelona, Editorial ANAGRAMA, 1997, p. 82 y Luis Alberto Romero "Los sectores populares urbanos como sujetos históricos" EN: Proposiciones Nº19 1990, SUR, Profesionales, Santiago, p. 273.
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4 Sylvie Van De Casteele y Danielle Voleman "Fuentes orales para la historia de las mujeres" EN: Carmen Ramos Escandón Comp., Género e Historia, México, Antologías Universitarias, Universidad Autónoma Metropolitana, 1992, p.99. Leopoldo Benavides "Historia Oral: Problemas y perspectivas" EN: Documento de Trabajo Nº 220, Octubre 1984, FLACSO, p.p.28 y 29.
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5 Isabelle Bertaux-Wiame "La perspectiva de la historia de vida en el estudio de las migraciones interiores" EN: José Miguel Marinas y Cristina Santa Marina, La Historia Oral: Métodos y experiencias, Madrid Editorial Debate S.A., 1993 p.274.
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6 Ibídem.
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7 Según Isabelle Bertaux-Wiame este fenómeno da a conocer que en el caso de las mujeres sus historias aluden a sus relaciones personales, sus vidas dan cuenta de otros/as. Así insisten en lo que "otros han hecho" sobre lo que ellas han realizado. Ibídem, pp.274 y 275.
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8 Uno de los ejemplos es el libro de Recaredo Tornero "Chile Ilustrado" (1864) que en la sección dedicada a describir las actividades industriales señala cómo la fuerza de trabajo estaba compuesta tanto por hombres, mujeres y niños. Citado por Luis Ortega, Ob. Cit., p. 20.
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9 En 1924 se dictó la Ley Nº 4053 que establecía la jornada de 8 horas y prohibía el trabajo infantil. Además reglamentaba la jornada y tipo de trabajo de los menores de 16 años. Diana Veneros "Evolución de la legislación laboral en Chile hasta 1924" EN: Dimensión Histórica de Chile, Nº 2, 1989, Universidad Metropolitana de las Ciencias de la Educación, Santiago, p. 29.
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10 Entrevista a Sra. Luisa Jerez, Tomé 1999.
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11 "El Sur", Nº 17465 Concepción, 20 de febrero de 1936, p. 11.
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12 "El Sur" N° 14590 Concepción, 12 de marzo de 1933, p. 13.
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13 "El Sur" Nº 20011 Concepción, 24 de julio de 1942, p. 12.
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14 "El Sur" Nº 17634 Concepción, 7 de agosto de 1936, p. 11.
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15 Rodrigo Villalobos Pino, Los Establecimientos Industriales Textiles en Tomé y el estudio de su impacto en el crecimiento urbano, Concepción, Departamento de Arquitectura, Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño, Universidad del Bío-Bío, 1990, pp. 109-112.
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16 Joan W. Scott "Igualdad versus diferencia: Los usos de la teoría postestructuralista" EN: Debate Feminista Nº 6 Año 3 Volumen 5, marzo de 1992, México, METIS, Productos Culturales S.A., pp.102-103.
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17 Chaltal Mouffe, Ob. Cit., pp.7 y 8. Pierre Bourdieu Ob. Cit., p.16.
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18 Joan W. Scott, Ob. Cit., p. 103. Chantal Mouffe, Ob. Cit., p. 8.
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19 Entrevista a Agustina Cevallos, Chiguayante 1995.
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20 Entrevista a Luisa Jerez, Tomé 1999.
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21 Entrevista a María Ibacache, Concepción 1995.

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