Universidad de Chile

 

 

Violencia y memoria en la literatura chilena contemporánea:

En voz baja de Alejandra Costamagna

Katherine Goldman
Rutgers University

En este estudio entregaré un análisis basado en la novela En voz baja de Alejandra Costamgna 1 a partir de dos temas claves de la literatura chilena de los 90’s: Violencia y Memoria. Como muchos de los textos que forman parte de la narrativa chilena postdictatorial, la novela de Costamagna tiene como enfoque las huellas del pasado que emergen en el presente, particularmente aquellas fruto de la exploración de la protagonista en memorias dolorosas de su infancia. Amanda, una niña que busca la verdad de lo que le pasó a su padre, narra su lucha individual de entender esta memoria. En voz baja constituye una reescritura del pasado que tiene como su base las experiencias de dos generaciones de mujeres e intenta dar a conocer los recursos a los cuales la mujer recurre al enfrentarse con su pasado.

Esta ponencia forma parte de un trabajo más extenso en el cual analizo la narrativa de los años 90 como un corpus literario que interroga el pasado reciente de Chile y las formas de violencia y opresión que precedieron, caracterizaron y continuaron incluso después de la dictadura. Como otros textos publicados durante la misma época En voz baja constituye una exploración del pasado desde la perspectiva de comunidades marginalizadas que buscan enfrentar su historia con la Historia oficial de la dictadura y el periodo de transición 2. En este trabajo argumento que la novela En voz baja forma parte del trabajo de duelo y rememoración 3, un intento por expresar los efectos de la violencia y el miedo sobre la mujer al incorporar su historia olvidada en la de una nación.

En esta ponencia me limitaré al análisis de dos temas principales en la novela de Costamagna: memoria y violencia, y la búsqueda de crear una forma de ser mujer que le permita recuperar el relato de su pasado y definirse de acuerdo con su propia agencia. El mundo ficticio se construye principalmente a través de dos tipos de violencia: la violencia política, representada por la detención y el exilio del padre y la desaparición y muerte del tío, y la violencia asociada con el acto de callar. Como sugiere el título, la novela se centra en lo no-dicho, las mentiras y los secretos, provenientes del miedo que se instaló en la sociedad chilena durante la dictadura, que poco a poco destruyeron el mismo tejido de la entidad familiar. La novela explora, entonces, las estrategias a las cuales los personajes recurren para enfrentarse con la violencia y con sus memorias del pasado con lo que le significa en términos de definirse como mujeres.

La primera estrategia es la que escoge la generación de adultos, Cali, la madre de Amanda, y Berta, su tía 4. Para ellas el olvido es la única forma de superar el dolor, lo cual les lleva a intentar reconstruir sus vidas a través de nuevas relaciones íntimas con hombres. Tras la detención y exilio de su esposo, Cali recurre al mejor amigo de éste, Lucas, y busca introducirlo en la casa como el que tomará el rol de marido/padre. Berta, la tía de Amanda, entra en una relación con Carlitos, un estudiante del colegio donde enseña y, luego del fracaso de ésta, lleva a su hija a México para comenzar una nueva vida. Esta serie de decisiones marca una forma de relacionarse con el pasado –callar y olvidar--, una forma de ser mujer –establecer la identidad a través del hombre--, y hace claros los efectos del autoritarianismo en el hogar, entre ellos la ruptura de lazos familiares e interpersonales, el miedo y la política del olvido.

Sin embargo, la estrategia que la novela privilegia es la que Amanda utiliza para enfrentarse con su pasado: ofrecer su relato de aquella época. Conviene señalar que el uso de la voz de una niña como narradora tiene un efecto importante: hace más poderoso el tratamiento de la violencia y más transparente los mecanismos del trabajo de duelo y rememoración. El mundo ficticio de un personaje cuya dependencia de los adultos, incipiente conciencia política y restringido acceso al mundo fuera de casa, limitan su capacidad de interpretar eventos claves en su propia vida. La exploración del pasado de la protagonista y la recuperación de la memoria ‘otra’ –la de las mujeres--, subrayan el clima de miedo y desconfianza dentro de su entorno.

Hablar en voz baja implica comunicación y el deseo de ocultar información: hablar en voz baja presupone interlocutores y, al mismo tiempo, terceros que no deben escuchar la conversación, y a quienes la información compartida o incluso el mismo acto de comunicarse debe ser ocultado. A lo largo de la novela el acto de narrar viene a representar un aspecto esencial en el proceso de sanarse en que facilita el trabajo de duelo y rememoración, algo que se opone al silencio y los secretos, los cuales se asocia con la destrucción y el dolor. El acto de narrar, tal como sugiere Walter Benjamin en su ensayo "El narrador", es un trabajo cuidadoso que implica la creación y el desarrollo de una comunidad, proceso que podría ser visto como un modo de combatir los efectos de la violencia y el miedo. Para Benjamin, este proceso depende de la habilidad de la comunidad para escuchar porque, a diferencia de la información pura, el relato se construye por medio de distintos niveles discursivos que crean un cuadro a través del cual la verdad puede ser vista 5. Al subrayar la importancia que tiene el acto de hablar dentro de lo que Norbert Lechner define como una cultura de miedo 6, esta novela examina el costo emocional y psicológico de hablar en voz baja.

Vemos además, que la novela establece una serie de dicotomías –memoria/olvido, callar/hablar, adulto/niño, hombre/mujer—sobre las cuales Amanda construye su relato. Pero también hay que subrayar el hecho de que el pasado que la narradora busca recuperar guarda una relación estrecha con la condición de la mujer en el proceso de callar su historia y su experiencia. En voz baja plantea la posibilidad de otro futuro que se basa en la creación de otra forma de ser mujer. El olvido y la mentira se asocian, entonces, con la generación anterior, con mujeres que se definen a través del hombre y que sacrifican su historia y el bienestar de sus hijas para poder escaparse del dolor que representa el pasado. En su libro Power and Women’s Writing in Chilean Literature, Barbara Loach sostiene que la literatura chilena postdictatorial se caracteriza por la representación de la mujer como agente, y no como entidad percibida y afectada por el hombre 7. En el caso de En voz baja, la mujer tiene dos roles que coinciden con las reflexiones de Loach. Amanda, por su parte, relata su historia y caracteriza esta actividad como fundamental para su proceso de maduración y autorealización. Y por otro lado, la madre, quien busca borrar el pasado y basar su futuro en una relación con otro hombre.

Los efectos de esta última actitud frente al dolor del pasado se registran en varios niveles en las vidas de Amanda, su hermana y su prima. En el caso de éstas, el dolor causado por el silencio y la mentira –como, por ejemplo, para Amanda la falsa historia que su padre se fue del país para un viaje de negocios (31)--, se inscribe en su cuerpo. Amanda exhibe los síntomas de anorexia y depresión: deja de comer, se vuelve obsesionada con su apariencia e intenta suicidarse (164-6). En el caso de su prima, Camila, el dolor se expresa por medio de un acto de auto-mutilación: se corta los pezones y le explica a su madre, cuando presencia la escena horrible y le pregunta por qué lo ha hecho, "Para que así nadie me los toque como te los tocaba a tí Carlitos." (64) El acto sexual (en este caso entre la madre y su amante) se traduce en un peligro que impide la agencia de la mujer, y que se asocia con la debilidad de la madre para definirse.

La relación entre callar el dolor del pasado y el desarrollo de una sexualidad femenina disfuncional se establece a través de las descripciones del dolor causado por la desaparición de Gustavo y la muerte de Ramón y, por otro lado, a través de la relaciones íntimas que Cali y Berta tienen con otros hombres. Presenciar esta serie de fracasos en relaciones entre hombre y mujer contribuye a la inhabilidad de la generación de Amanda para asociar la relación amorosa con el placer y el desarrollo personal. Buscan, entonces, otra forma de ser mujer que les permita reconocer el dolor que el pasado representa, ofrecer sus relatos de infancia y superar el duelo por medio de esta actividad creativa y productiva. Es aquí donde vemos el proyecto de Costamagna, reflejado en la búsqueda de Amanda y sus pares de convertirse en ‘hijas de la vida’, mujeres sin dueños, seres capaces de reflexionar sobre que tipo de mujeres quieren ser. En contraste con sus madres, cuyas decisiones reflejan una incapacidad para romper con modelos tradicionales, la generación de Amanda experimenta cambios sociales que les hacen cuestionar modos tradicionales de ser mujer y reflexionar sobre la naturaleza de relaciones familiares e íntimas. Al superar los deseos de autodestruirse, logran concebir otra forma de ser, algo que se ve completamente ligado al proceso de rememoración, al acto de narrar el relato de la vida.

En voz baja subraya la diferencia entre los efectos del trabajo de rememoración y duelo –un proceso que ayuda a superar el dolor del pasado y a redefinirse de acuerdo con un futuro que uno mismo crea—y otros modos de enfrentarse con la memoria, entre ellos la huida, la mentira, el secreto. La novela de Costamagna caracteriza el trabajo de rememoración y duelo como lo que le corresponde a la generación de Amanda, y pone énfasis en la importancia de reparar relaciones rotas entre generaciones y consigo misma. Como bien señala Gillian Rose, en su estudio Mourning Becomes the Law, por medio de los actos de duelo que se dan fuera de la esfera de participación política legítima –como las de Antígona y la mujer de Phoción--, actos de justicia que van en contra del deseo del discurso oficial, la mujer reinventa la vida política de la comunidad 8. Las voces que fueron silenciadas u olvidadas en el pasado se ven como las únicas que pueden aportar historias complementarias de la experiencia de un pueblo y revelar el impacto del autoritarismo. En voz baja sugiere que solamente el diálogo abierto e inter-generacional, la relación honesta con el pasado y el trabajo con la memoria en todas sus facetas puede permitirle a uno superar el dolor y la pérdida.

Notas

1. Alejandra Costamagna, En voz baja [Santiago: LOM Ediciones, 1996].
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2. Siguiendo los argumentos de Nelly Richard en Residuos y metáforas: ensayos de crítica cultural sobre el Chile de la Transición [Santiago: Cuarto Propio, 1998], la ‘transición’ no se entiende como una etapa estática, o limitada a las definiciones ofrecidas por el discurso oficial inmediatamente después de la caída del regimen de Pinochet. En este contexto, la ‘transición’ se refiere a un proceso flúido que implica la reorganización de esferas culturales y sociales, la evaluación e integración de prácticas como la modernización, el neo-liberalismo y la globalización y el trabajo de memoria que pueda conducir a la integración de comunidades marginalizadas y la reescritura del centro.
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3. Ver Hugo Vezzeti. "Variaciones sobre la memoria social." Revista de Crítica Cultural. 17(Noviembre, 1998): 8-13.
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4. Para una discusión más detallada de la experiencia del joven bajo un regimen autoritario y los esfuerzos de tal generación de enfrentarse con sus pasados e incorporar sus voces en los discursos sociales y políticos, ver Eric Santner, Stranded Objects: Mourning, Memory and Film in Post-war Germany [Ithaca; London: Cornell UP, 1990].
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5. Ver "The Storyteller: Reflections on the work of Nikolai Leskov" en Illuminations [Ed. Hannah Arendt, New York: Schocken, 1973, 83-109].
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6. Lechner, Norbert. "Some People Die of Fear: Fear as a Political Problem" in Juan E. Corradi, et al, eds. Fear at the Edge: State Terror and Resistance in Latin America Berkeley: U California P, 1992: 26-35
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7. Loach, Barbara. Power and Women’s Writing in Chilean Literature. [Madrid: Editorial Plieges, 1994].
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8. Ver Gillian Rose, Mourning Becomes the Law. [Cambridge, New York: Press Syndicate of the University of Cambridge, 1996], 35. Rose se refiere a la escena en que Antígona entierra los restos de su hermano a pesar de la ley de Creón y a la viuda de Phoción, quien junta las cenizas de su esposo en un acto parecido del duelo que entra en conflicto con la ley.
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