Universidad de Chile

 

 

Estrellando el muro: escritura desde la prisión política en Chile.
(Olga Grandón, Colectiva Feminista Estrella del Mar, Concepción)
(A Ivett Malverde [Q.E.P.D.], por su participación en esta historia)

Olga Grandon

Abundante y poco conocida es la obra lírica nacida desde las cárceles o lugares de reclusión durante poco más de dieciséis años de dictadura militar fascista en Chile (1973-1989). En un trabajo de recopilación que realicé en los años ochenta, hallé veinticuatro publicaciones y algunos textos inéditos de poesía sobre la experiencia de reclusión política en Chile, editados desde 1976 hasta 1990 (1). El boom de estas publicaciones se produjo en los últimos años de la dictadura militar de Augusto Pinochet, entre 1985 y 1990.

Nombro algunos títulos: Relegado en Corral de Patricio Barrios; Dawson. Poemas escritos en el Campo de Concentración de Isla Dawson, sept. de 1973- sept. de 1974 de Aristóteles España; Crónica del Reyno de Chile de Omar lara, Carta de prisionero de Floridor Pérez, Prisionero del Sol de Juan Salvador Polizzi; Notas para una contribución a un estudio materialista sobre los hermosos y horripilantes destellos de la (cabrona) tensa calma de Mauricio Redolés; Primer Arqueo de Clemente Riedemann, En una costilla del tiempo de Belinda Zubicueta, Anteparaíso de Raúl Zurita, Mi rebeldía es vivir de Arinda Ojeda, y Estrellando el muro de Nancy Solís. Estos dos últimos textos serán especial motivo de mi atención en esta ponencia.

No pretendo estudiar exhaustivamente dicha producción, pero sí dar cuenta de algunas características intertextuales que se presentan en los poemarios, con variaciones de acuerdo al texto y al proyecto del autor. Por ejemplo, el poemario Anteparaíso de Raúl Zurita se proyecta dentro de la poética explícita de su autor, como "literatura-vida", más que testimonial al tenor del resto de los poemarios citados; este texto en particular concibe el arte como extensión de la vida humana del autor.

En relación a la amplia producción lírica citada, postulo que una abundante textualidad en los años ochenta en Chile adopta carasterísticas testimoniales como una forma de expresión de una realidad individual o colectiva, representativa de un grupo social y sentida como inexpresada, por lo tanto, intenta erigirse en memoria para la historia de un pueblo.

El carácter testimonial en la literatura latinoamericana tiene abundantes antecedentes, ya que desde sus orígenes están las crónicas, las cartas de relación y los poemas épicos del descubrimiento y conquista de nuestro Continente, que tienen como objetivo fundamental relatar los hechos dramáticos que fundaron nuestra historia y este carácter se mantiene con diversos grados en nuestra literatura. Relacionada con este carácter está la presencia de una dimensión política y social en la literatura latinoamericana desde las tendencias neoclásicas y románticas del siglo pasado hasta, en gran medida, las contemporáneas, esto es , la presencia de objetivos utilitarios, sean didácticos, políticos, sociales, cognoscitivos, etc. en las obras literarias estrechamente relacionadas con el contexto histórico-cultural y natural en que se insertan.

Algunos estudios sobre la función testimonial en la literatura latinoamericana afirman que dicha función está estrechamente ligada a una "atmósfera de represión, ansiedad y angustia" o a "momentos de exaltación heroica en los avatares de la organización guerrillera, en el peligro de la lucha armada" (Jara, 1986:2).

Desde este punto de vista, Latinoamérica y Chile han enfrentado desde su descubrimiento y conquista, lo que es una particularidad fundacional de nuestro Continente. Así, en el Chile de la dictadura los prisioneros políticos escogieron la escritura o la imagen icónica para testimoniar sus trágicas vivencias de lucha y reclusión en textos cuya temática oscila entre las contingencias de la historia y los conflictos íntimos, entre lo real y lo imaginario.

En algunos poemarios, los prólogos exponen explícitamente los propósitos testimoniales de su autor; en otros, diferentes procedimientos revelan la tentativa de expresar por escrito una experiencia colectiva de reclusión, tortura, represión y alienación. Ejemplos representativos de este tipo de textos son: Crónica del Reyno de Chile de Omar Lara, Dawson de Aristóteles España, Prisionero del Sol de Juan Salvador Polizzi, ¿Dónde estabas tú cuando se manchó el asfalto? de Pablo Varas y Se vive para darse de Ignacio Vidaurrázaga. En este último, el prólogo del autor, titulado "Algunas explicaciones necesarias", es explícito al respecto:

En nuestro caso, en estos tiempos de cárcel hemos retomado el escribir "cosas" como una elemental forma de comunicar y trascender barrotes. Subordinándolos también a lo esencial y lo básico: asumirse - también aquí como militantes de unan tarea inconclusa-...en nuestro caso, la poesía es nada más que un instrumento para canalizar- de otra forma- el reflejo de lo que nos ha tocado vivir y hacer en estos años... En algunos dibujos y poemas, nos hemos metido en la contingencia o en lo directamente denominable "de combate" en una óptica estrecha. Porque en su conjunto este trabajo refleja todo o sea, el amor y guerra, dolor y alegría, cotidianidades y sueños (Vidaurrázaga, 1988: 2-3).

De esta manera, estos textos trascienden los límites de la contingencia y la denuncia, para profundizar en variados temas relacionados con la libertad, la comunicación, la solidaridad, el amor, la naturaleza, etc. Un mecanismo recurrente en estos poemarios es abordar estos temas a partir del testimonio de hechos contingentes, lo más compartido aquí es la defensa de la integridad del ser humano frente a la experiencia vivida por todos de la tortura y la aniquilación.

Los siguientes poemas son ejemplos representativos de ello; Carta de prisionero de Floridor Pérez, Barrotes de poesía de César Uribe, Mi rebeldía es vivir de Arinda Ojeda y Estrellando el muro de Nancy Solís. Esto dos últimos poemarios fueron escritos y editados durante la reclusión política de ambas en la Cárcel de Coronel de la Octava Región, condenadas a largas penitencias por los delitos de asociación ilícita y en el caso de Arinda, ingreso ilegal al país, delito que a Arinda le costó la condena de 15 años, reducidos por indulto presidencial de 1989, en la práctica, a nueve años y medio. Fue de todas las prisioneras por fiscalía militar, en ese entonces, la que más tiempo residió tras los barrotes de la mentada Cárcel.

Los poemas comentados constituyen, en general, la "subversión", la versión no oficial sobre la experiencia de los presos políticos en reclusión durante los años de la dictadura.

En otras palabras, se trata de la versión no institucionalizada no estigmatizada por los medios de comunicación oficiales ni por los partidos políticos. Relacionado con esto está el hecho de que, particularmente, las presas políticas abordan temas que revelan su doble marginalidad en una sociedad escindida por criterios sociales, culturales y sexistas. El "Manifiesto" de Arinda Ojeda (1989) y el poema "A modo de epílogo" de su libro Mi rebeldía es vivir desarrollan el tema de la rebeldía contra la marginación de la mujer en la sociedad patriarcal en su expresión sexista, como forma de dominación que se ha dado desde los tiempos más remotos de la historia de la humanidad y, en consecuencia, justificada como natural en nuestra sociedad. Los años de dictadura militar fascista en Chile acentuaron el autoritarismo de esta dominación y, por lo tanto, la lucha de las mujeres contra este sistema opresor ha sido doblemente reprimida, en cuanto opositoras al régimen y en cuanto mujeres. La figura de la bruja atacada por su condición rebelde representa en los textos citados de Arinda Ojeda esta problemática de la mujer en la historia de la humanidad, figura que se reitera también en Estrellando el muro de Nancy Solís. Cito parte del "Manifiesto" de Arinda:

Orgullosas de ser brujas, sinónimo de mujeres transgresoras. Esas rebeldes amantes del saber fueron entonces relegadas a lo oscuro, como hoy nos aprisionan en rincones de espacios, a migajas de tiempo.

La historia continúa, adecuada a los avances de las eras espaciales, pero nuestras escobas mantienen su oficio imprescindible: barrer el lodo que ensucia las estrellas, llevarnos a volar el pensamiento, filtrar con ingenio las murallas hasta hacer tambalear los cimientos podridos y derrumbar los ídolos de oropel con sus bases de barro.
¡Botemos esos tristes monumentos!...
Volvemos a la carga con más fuerza, en esta batalla larga por torcer las líneas implacables, para llegar a celebrar nuestro aquelarre con bases nuevas para una nueva historia
(Ojeda, 1993: 91-92).

La identificación con las brujas nos remonta a la edad media europea y a los inumerables crímenes que cometieron con ellas, en nombre de la Iglesia y del Estado, sin pruebas del delito, por estar siempre los interrogatorios de las víctimas basados en la tortura.

El carácter de transgresoras al sistema opresor por sus prácticas curanderas y su sabiduría al respecto destrozaba el ideario machista del patriarcado que mitificó el ideal de la maternidad reducido a la crianza de los hijos, a través del culto a la Virgen Madre, esto es, el Marianismo. La estrategia con las brujas fue su aniquilación. El paralelo con las prisioneras políticas sometidas a similares vejámenes en nombre de esta mitificación es evidente, lo importante es la conciencia feminista que se manifiesta al respecto, a través de un "Manifiesto" precisamente, y que es compartido como bandera ideológica en la lucha que seguían dando desde la Cárcel estas prisioneras. A modo de confirmación de ello, en el prólogo de Estrellando el Muro, titulado "Magiando sueños", Nancy Solís testimonia:

Desde el confín y la vanguardia busco las múltiples formas de entrega y aporto con mi modesto grano de arena a esta playa de todos que construimos cuando nos liberamos de la única forma verdadera: luchando
(Solís, 1989:12).

La figura de la bruja del siglo XX luchadora recorre los poemarios de ambas compañeras de prisión en sus más poéticas representaciones y esto las distingue de los textos comentados anteriormente, mayoritariamente masculinos. Nancy escribe: "Tienen a cuatro brujas encarceladas en el pueblo de Coronel" (Solís, 1989: 33), y el poema "A modo de epílogo" de Mi rebeldía es vivir, celebra la colectividad rebelde de mujeres a través del "aquelarre" (junta o reunión nocturna de brujas):

No nos quitarán nuestro aquelarre
hermanas,
lo tendremos
y danzaremos y beberemos
hasta embriagarnos de risa,
satisfechas nuestras esperanzas,
realizados algunos de nuestros sueños...
(Ojeda, 1988: 59).

Finalmente, esta figura está implícita en un texto manuscrito e inédito de Patricia Roy, prisionera política en la Cárcel de Santo Domingo en Santiago:

He descubierto que no quiero ser cristiana
ni católica, apostólica y romana
ni protestante
ni mujer militante
ni prisionera.
He descubierto que no quiero ser millonaria
ni grosero reflejo de tu vida.
He descubierto dos ojos abiertos en mi cara
y una red de cicatrices en mi alma
(Roy, 1989).

Fantasías, testimonios, "sueños", utopías y proyectos políticos, que aspiran a cambios en nuestra sociedad se mezclan en la mayoría de los poemarios comentados y revelan una visión de mundo rebelde y "subversiva" en el contexto de la reclusión, represión , autoritarismo e injusticia del que nacen dichas obras; una visión de mundo signada por la esperanza, la solidaridad y la lucha revolucionaria por el cambio social.

La escritura desde la reclusión política en Chile es en sí misma un gesto de lucha y rebeldía contra el sistema fascista (2) que causó la prisión de los autores que comento y, por lo tanto, esta poesía es una expresión consecuente con las posiciones políticas que defienden los prisioneros. Reafirma mi hipótesis el costo o riesgo que implicó publicar la mayoría de los poemas, ya que la realización de esta empresa requirió de la participación de otros para sacar los poemas clandestinos de la cárceles, editarlos y financiar la edición, es decir, el trabajo mismo de la publicación de un libro desde la prisión se hace necesariamente más compartido y solidario y se entiende como parte de la lucha de los presos políticos por su liberación.

|En esta parte de la historia intervine personalmente, para primero participar en el lanzamiento del Primer libro de Arinda Ojeda en 1988, al interior de la Cárcel de Coronel, Octava Región, junto con mi profesora guía de mi tesis en la U. de Concepción -Ivett Malverde (Q. E. P. D.)-, el escritor Juan Carlos Mestre y la antropóloga y principal ideóloga y fundadora de la Colectiva Feminista Casa de los Colores, Carmen Durán (Colectiva que nació precisamente ese año y evolucionó hasta llegar a ser los últimos tiempos la Colectiva Feminista Estrella del Mar). Este lanzamiento se hizo al interior del recinto penitenciario, por tanto, todos nuestros comentarios literarios debieron ser aprendidos de memoria o ingresados en incómodos trocitos de papel biblia, que se escondían en los cómodos pliegues que la madre naturaleza ha dado afortunadamente a nuestros cuerpos, porque la revisión a la entrada del recinto era intensa y grosera. Y hasta hoy lo es en general en las cárceles de nuestro País, soy testigo de ello.

De la misma manera fueron sacados los poemas de la cárceles para ser escritos a máquina o en computadora y en esta labor intervinimos, para el caso de los poemas de Arinda y Nancy, Carmen Durán y yo en Concepción, a quienes Nancy dedica su libro, mentándonos como sigue: "hermanas y brujas de todos los tiempos..., amadas hermanas, que con sus porfías y mis ganas hicieron posible mi atrevimiento".

El gesto de publicar un poemario y lanzarlo al interior de la Cárcel era entonces un atrevimiento múltiple. El éxito que dicho gesto colectivo tuvo en la lucha por su liberación se concretó para Arinda en la publicación de su poemario en dos ediciones chilenas, una mexicana, más dos bilingües en Francia e Italia (3), junto con numerosas inclusiones en antologías nacionales e internacionales; también obtuvo el Premio Emisión 1988 por la promoción y defensa de los Derechos Humanos, y, finalmente, este gesto de publicar incidió en cierta medida para la consecución del indulto presidencial que la liberó en 1989, con la conculcación de sus derechos ciudadanos; lo que hasta el día de hoy le impide entre otras cosas, votar en las elecciones de nuestro País.

Arinda continuó en libertad su carrera literaria con la publicación posterior de Cristal de luna Negra en los años noventa, un libro en proyecto casi por aparecer y su participación en las antologías Las sirenas andan solas, pero navegan los mismos mares (Concepción, Ediciones Brujas, 1991) y Ventoleras (Concepción, Ediciones Brujas, 1993), autoeditadas por el Grupo Literario Mujer, al que pertenecí también yo, en calidad de antologada y antologadora.

El libro de Nancy fue lanzado el año siguiente, 1989, en iguales condiciones, con un reconocimiento explícito de la herencia de Arinda, escribe: "Tienen a cuatro brujas encerradas en el pueblo de Coronel, que se vuelan en sus escobas hasta el último confín" y son capaces de "pintar el futuro", desde donde "nace metálico el día" (título de uno de sus poemas). Entonces, parafraseando a Nancy, ella da a luz su escritura: "paisajeada" y "estrellando el muro". Huelga comentar su metáfora, que da el título a esta ponencia.
Entusiasmada por esos años con este boom literario, le escribí a la Cárcel de Santo Domingo en Santiago a Patricia Roy, cuya publicación de algunos poemas en la antología Girasoles en las sombras (1988), me había impactado. Me contestó enviándome un manuscrito, que nunca ha sido publicado, y creo que por sus condiciones de salud en esos momentos, ya olvidó. Entre muchos poemas, su breve manifiesto poético, que podría titularse "Cómo escribo", parafraseando una célebre conferencia de Gabriela Mistral (4), es finalmente representativo y decidor de toda esta historia, por tanto, por la brevedad de tiempo de esta ponencia, me limito a transcribirlo del manuscrito:

Mi escritorio es simple y oscuro:
Papel de arroz
para las cartas más hermosas.
Papel biblia
para la poesía más sutil.
Papel Ingres
para mis dibujos de agua.

El diccionario es predilecto
y ocupa un lugar importante,
su cubierta de terciopelo azul
está fuerte junto a mí
para ser tocado
en la permanente búsqueda
de las palabras indescifrables.
Podré caminar sin zapatos
en el suelo tibio
y contemplar la madrugada
algún día
por entre las cejas
y el rumor de las hojas
nuevas de los álamos
y el único cactus
de la reja.
Pequeño juego de deseo insatisfecho
en la furia de las cosas:
habitación desnuda
sin ventanas,
templo o cubil
de nieve blanca,
cuadrado de madera hueco
vela mi sueño
y piedra porosa
reposa quieta
(Roy, 1989).

Cuando Patricia Roy ya contempla la madrugada por entre las cejas y no las rejas (eso espero). Dejo la palabra al público para que saque sus propias conclusiones, testimonios y verdades sobre este texto.

A MODO DE CONCLUSIÓN:

Como ya había sugerido, el momento histórico estimuló la creación de la mayoría de estos poemarios con un carácter testimonial, y aunque no todos tuvieron la fortuna de salir a la publicación en ediciones de mediano o largo tiraje, el solo gesto de producirlos marcaba un grado de rebelión por la situación que he comentado.
Me pregunto por qué la poesía fue un género privilegiado en el testimonio, sobre todo en los años 1988 y 1989. Muchas pueden ser las motivaciones, y tal vez una tenga que ver con la flexibilidad de un género en que la presión de fidelidad al referente es más tenue; aunque se trate de testimonios, y eso da mayor libertad de expresión para quienes en una situación- límite, "tiempos de cárcel", dieron rienda suelta a su expresión muchas veces catártica, onírica y figurativa, otras, y elaboradamente política, a veces; pero jamás subsidiaria del quehacer político-partidista. Otra motivación importante tiene que ver con la percepción de la mayoría de los autores sobre el momento histórico como "tiempos de guerra" (parafraseo a Vidaurrázaga). Unos versos de Mi rebeldía es vivir dan trascendencia a esta valoración: "en verdad/ es una guerra personal y prolongada/ contra la muerte lenta que desprecio".
Finalmente, son textos más cercanos a la memoria dolorosa de lo vivido y a la reflexión sobre los triunfos y derrotas, con una tonalidad de paréntesis interrogativo más que propositivo. El tono consignista de lucha y redención no está del todo ausente, mas es evidentemente secundario frente al dominio de la memoria como balance de lo vivido. Pienso que la poesía ayudó más que la prosa para tales motivaciones.

NOTAS

(1) Ofrezco una completa bibliografía con los textos que pesquisé, al final de mi trabajo.

(2) El concepto de fascismo está basado en el estudio de Félix Guattari, titulado "Micropolítica del deseo", incluido en Cartografías del deseo (1989); y se entiende como "sistema totalitario contemporáneo", caracterizado por el "despotismo", es decir, la represión sobre el individuo en sus deseos, libertades y derechos humanos, en términos amplios, el fascismo contiene una "multiplicidad" de manifestaciones a nivel individual, de grupo o de formación social (Guattari, 1989: 89-90). En esta presentación privilegio esta última manifestación, es decir, el fascismo en el plano de la formación social y específicamente, dentro de un sistema capitalista dependiente, el de nuestro País.

(3) Fuera de las citadas en bibliografía, estas ediciones reediciones fueron:
Mi rebeldía es vivir. 2ª. Edic. México: Casa de Chile, 1988.
Mi rebeldía es vivir. La mia ribellione è vivere. Trad. por Anna Bognolo. Pub. Comitato di Solidarietà con i Prigioneri Politici Cileni di Vicenza. Suplemento S.L. Nº 2189 del periódico CISL- Vicenza: CISL-Vicenza Organizzacione Editoriale F.G., 1988.
Vivre est ma révolte. Edición bilingüe. Trad. por Mariella Donato, Angèle Jimenez, Christine Micheletti, Marita Ozorio, Catherine Puig-Verona. Grenoble: la Pensée Sauvage Editions, 1988.

(4) Mistral, Gabriela. "Cómo escribo", en Antología Mayor. Tomo 2. Santiago: Cochrane S. A., 1992, pp. 553-6.

BIBLIOGRAFÍA

1. Bibliografía de autores:

Barrios, Patricio Relegado en Corral. Presentación de Comisión de derechos humanos. Arica: editores Comisión de derechos humanos Arica, 1985,

Candia, Ricardo (antologador).Palabras de Chile prisionero. Cuento, testimonios, cartas, poesía. Presentación y antología de Ricardo
Candia. Santiago: Alcántara, 1988.

Epple, Juan Armando y Omar Lara ( antologadores ).Chile; poesía de la resistencia y del exilio. Antología de Juan Armando Epple y Omar Lara. Bucarest: Univers, 1976.

España, Aristóteles. Dawson. Poemas escritos en el Campo de Concentración de Isla Dawson, sept. de 1973- sept. de 1974. Prólogo de Jorge Narváez, y comentarios de Gonzalo Rojas y Alfonso Calderón. Santiago: Bruguera, 1985.

Huerta Daniel y Jorge Salas (Editores). Ante la vida, poesía de Flor Lorca, Angélica Rojas, Sandra Trafilaf y Belinda Zubicueta. Dibujos de Miriam Bergholz. Prólogo de Mauricio Redolés. Santiago: Edic.14 de diciembre, 1989.

Lara, Omar.Crónica del Reyno de Chile. Bucarest: Buletinul, 1976.

Moreno , Demián y Dante Ruiz (antologadores).Girasoles en las sombras. Antología de presos políticos. Presentación de Demián Moreno. Santiago: Urbe, 1988.

Ojeda, Arinda.Mi rebeldía es vivir. 1ª. Edic. Concepción: Editor Marcos Cabal, 1988.

Mi rebeldía es vivir. Prólogo de Bruno Serrano. 2da. Edic. Santiago: Ediciones Literatura Alternativa, 1988.

Cristal de Luna Negra. Prólogo de Ramón Riquelme. Santiago: Fértil Provincia, 1992.

Ojeda, Arinda y otras. Ventoleras . Concepción, Ediciones Brujas, 1993.

Pérez, FloridorCarta de prisionero, Concepción: LAR, 1985.

Polizzi, Juan Salvador.Prisionero del Sol. Concepción: s/e., 1985.

Richards, Paulina.La cola de la lagartija. Dibujos de Gabriela Richards. Prólogo de Bruno Serrano. Santiago: Ediciones Literatura Alternativa, 1988.

Rojas, Angélica. Poemas y cuentos de amor y desamor. Inédito, 1989.

Redolés, MauricioNotas para una contribución a un estudio materialista sobre los hermosos y horripilantes destellos de la (cabrona) tensa calma. Santiago: Jota Chile, Ediciones Cincuentenario, 1981

Chilean speech / Chilean espich. Londres: Artery y Centro Cultural Chile, 1985.

Riedemann, Clemente Primer Arqueo. Valdivia: El Kultrun, 1989.

Serrano, Bruno (antologador).Poesía prisionera. Escritura de cinco mujeres encarceladas. Antología y prólogo de Bruno Serrano.

Santiago: Ediciones Literatura Alternativa, 1988.

Solís , Nancy. Estrellando el muro. Santiago: Ediciones Literatura Alternativa, 1989.

Uribe César. Barrotes de poesía. Castro de Chiloé: Imprenta Valle Sur, 1985.

Varas, Pablo. ¿Dónde estabas tú cuando se manchó el asfalto?. Santiago: Arte Impresos, 1986. Antología de poesía de presos políticos chilenos. Un hombre rompe todas las fronteras. Santiago: Pablo Patricio Varas editor y antologador, 1988.

Vidaurrázaga, Ignacio. Se vive para darse. Dibujos de Fernando Vidaurrázaga. Santiago: Ediciones Literatura Alternativa, 1988.

Zubicueta, Belinda. En una costilla del tiempo. Presentación de Heddy Navarro y Bruno Serrano. Santiago: Ediciones Literatura
Alternativa, 1990 Ardiendo piedras. Poemas. Santiago: Impresos Damopij, 1993

Zurita, Raúl Anteparaíso. Santiago: Editores Asociados, 1989.

2. Bibliografía crítica:

Guattari, Félix Cartografías del deseo. Traducción e Introducción de Miguel Denis Norambuena, editor Francisco Zegers. Santiago: Lord Cochrane, 1989.

Jara, René y Hernán Vidal (editores). Testimonio y Literatura. Minneapolis, Minnesota. Publicado por: Society for the Study of Contemporary Hispanic and Lusophone Revolutionary Literatures, Institute for the Study of Ideologies and Literatures and Prisma Institute, 1986.

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