El cáncer de pene es una patología de relativa frecuencia en países con índices de pobreza elevados, pudiendo constituir hasta el 50% de las neoplásicas urológicas. La evaluación del compromiso metastásico de los ganglios regionales en pacientes con carcinoma de pene constituye un importante factor pronóstico. Sin embargo, la mayoría de los pacientes no posee metástasis ganglionares confirmadas al momento del diagnóstico. De esta forma, la realización de linfadenectomías ilio-inguinales como estrategias terapéuticas, son frecuentemente innecesarias. Asimismo, la estadificación ganglionar se logra a expensas de una alta morbilidad y costo de los sistemas de salud. Por tal motivo, nos propusimos evaluar el valor clínico de la biopsia radioguiada del ganglio centinela (GC) y del centellograma con 99mTc-MIBI de ganglios inguinales, en el diagnóstico preoperatorio de compromiso ganglionar tumoral.
Estudiamos 9 pacientes con carcinoma epidermoide de pene confirmado (edad media: 66 años, rango: 49-77 años): 4 pacientes correspondieron a tumoraciones de prepucio y 5 a tumoraciones de glande.
Los estadios patológicos fueron pT1(n=6), pT2 (n=2), pT3 (n=1). En cuanto al grado histológico (GH), 4 tumores correspondieron a GH1 y 5 a GH2. A todos los pacientes se les realizó un centellograma con 99mTc-MIBI, 48 horas antes de la biopsia del GC. El mismo fue realizado usando una dosis de 740-1110 MBq del trazador, adquiriendo una imagen de pelvis de 10 minutos. La linfocentellografía fue realizada 4-6 horas antes de la cirugía, mediante inyección intradérmica peritumoral, utilizando una dosis total de 37-56 MBq de nanocoloide de albúmina. Se realizaron imágenes estáticas secuenciales de pelvis, de 5 minutos de duración. La topografía en piel del(los) GC fue tatuada y posteriormente, el paciente fue sometido a biopsia ganglionar radioguiada mediante sonda gama intraoperatoria.
Fueron identificadas 12 regiones inguinales, de las cuales 3 fueron bilaterales y 6 unilaterales. Se extrajeron 24 GC en total. Dos pacientes (pT1) presentaron GC metastáticos (n=4), siendo en uno de ellos el compromiso bilateral. En estos pacientes el centellograma con MIBI también demostró resultados positivos. Todos los estudios con 99mTc-MIBI restantes fueron negativos. Uno de los dos pacientes con GC comprometidos fue sometido a linfadenectomía ilio-inguinal clásica, extirpándose 24 ganglios libres de enfermedad. Por otro lado, en el paciente restante, el vaciamiento ganglionar fue contraindicado por problemas médicos. Adicionalmente, se realizaron linfadenectomías a tres pacientes más, por ser considerados de alto riesgo. En ninguno de estos casos se diagnosticaron ganglios metastáticos. En un período de seguimiento medio de 16 meses no hemos detectado recaídas regionales.
Concluimos que la estrategia del GC es una metodología factible de ser aplicada en pacientes con cáncer de pene, con el potencial de cambiar el tratamiento quirúrgico convencional de esta patología. Es necesaria una casuística mayor a los efectos de estudiar el rendimiento diagnóstico de ambas técnicas nucleares utilizadas.