Introducción:
El consumo de cocaína ha aumentado fuertemente en los últimos años llegando a proporciones epidémicas. En el caso de Chile, el grupo de los jóvenes aparece con las mayores tasas de consumo.
Las técnicas de imagen funcional, como la tomografía por emisión de fotón simple (SPECT) y de positrones (PET), han aportado un progreso decisivo en el estudio de estos pacientes.
Existe evidencias obtenidas especialmente a través de estudios metabólicos y utilizando radioligandos con PET, que los circuitos dopaminérgicos juegan un papel preponderante en la sintomatología aguda asociada a la exposición a la droga y la perpetuación del consumo a través de la activación de los circuitos relacionados con la recompensa. Los estudios de perfusión cerebral con SPECT por otra parte, en su mayoría han demostrados efectos sobre la perfusión cortical, atribuidos especialmente al efecto vasoactivo de la droga y sus metabolitos sobre el árbol vascular cerebral.
En el presente estudio se realizó análisis con mapeo estadístico paramétrico (SPM) en una población de pacientes con adicción crónica a la cocaína versus una población normal, estudiados con SPECT.
Materiales y métodos:
Se reclutaron 25 pacientes entre diciembre de 2004 hasta enero de 2006 con historia previa de consumo crónico de cocaína asociado o no a otras drogas. A estos pacientes se les realizó una encuesta sobre consumo de drogas lícitas (alcohol y tabaco) e ilícitas, medicamentos, déficit cognitivo, síntomas depresivos y antecedentes de otras enfermedades neurológicas. A todos los sujetos se les realizó estudio de perfusión cerebral con SPECT en condiciones basales, utilizando Tc99m-ECD. Se realizó mapeo estadístico paramétrico con SPM (test de Student) comparándose los vóxeles de las imágenes del grupo de pacientes adictos versus un grupo de 23 pacientes sanos, sin antecedentes de exposición a cocaína u otras drogas, sin enfermedades neurológicas o psiquiátricas.
Resultados:
En el grupo estudiado 72% de los pacientes son de sexo masculino, el promedio de edad fue 29.5 ± 8 años. Presentaron además consumo de tabaco en un 76%, de alcohol en un 96%, de marihuana en un 84%. Se encontró una alta prevalencia de síntomas depresivos (64%) y alteraciones cognitivas (41.7%). Síntomas obsesivos se detectaron en un 23% y síntomas ansiosos se encontró en un 73.3% del grupo. El análisis mediante SPM muestra diferencias significativas (P<0.05) con disminución de perfusión de las regiones de la amígdala cerebelar, sustancia blanca en lóbulo temporal y frontal derecho y áreas de aumento de perfusión en región parieto-occipital izquierda, cíngulo posterior, cuña y corteza prefrontal bilateral.
Conclusión:
El consumo crónico de cocaína produce alteraciones estadísticamente significativas de la perfusión cerebral en el grupo estudiado, fundamentalmente aumento de perfusión en el área occípito parietal izquierda, cíngulo posterior y corteza prefrontal bilateral y algunas áreas de hipoperfusión fundamentalmente en cerebelo y sustancia blanca. Es probable que exista una variabilidad interindividual importante que afecte estos resultados, especialmente en la detección de áreas de hipoperfusión, las que tienden hacia un patrón de tipo aleatorio en estos pacientes.