Temporada 2019 del Ballet Nacional Chileno (BANCH) de la Universidad de Chile

41 40 Entrevista a Vanessa Turelli Bailarina solista del banch En 2015 se sumó al Ballet Nacional Chileno y desde entonces ha destacado gracias a su talento y despliegue en el escenario. En 2018 asumió uno de los desafíos que ha marcado hasta el momento su carrera en la compañía, al interpretar el rol protagónico de “Giselle, contrapunto y revisita”, de Mathieu Guilhaumon, relectura de una de las joyas del ballet clásico. En 2019, Vanesa nuevamente se convertirá en Giselle, en lo que será el remontaje de esta exitosa obra que se presentará en agosto, y que reunirá otra vez a la principal compañía de danza contemporánea del país y a la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile. ¿Cómo se dio su llegada al Ballet Nacional Chileno? Yo venía haciendo danza contemporánea desde hace ya unos años. En 2008 había ingresado al Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, en Argentina, donde entré como aspirante y luego me comenzaron a ascender. El San Martín tiene una sala increíble, uno de los mejores escenarios de Latinoamérica. Fueron años de mucha exigencia. Ahí fueron mis primeros seis años como profesional, pero luego de eso sentí que tenía que tomar distancia con la rutina. Yo amo lo que hago, lo elegí desde que era muy chica, pero a veces la rutina mata la pasión de las cosas, y eso creo que debe pasar en cualquier profesión. Sentí que era tiempo de hacer otras cosas. En su momento incluso pensé que tal vez ya no iba a bailar más, y renuncié con dolor, porque igual el lugar significaba mucho para mí. Pero al tomar distancia me di cuenta de que era la rutina y no que quisiera cambiar de profesión. Así que seguí preparándome, empecé a hacer otras cosas, folclor de mi país, relacionarme con otras personas, eventos, clases y todo lo que fuera posible. Era muy difícil, pues en Argentina los círculos son muy cerrados y en general la danza no se paga muy bien, entonces hacerse de un lugar es muy difícil. Así estuve un tiempo, hasta que apareció la audición para el Ballet Nacional Chileno. Y bueno, mandé currículum y video en 2014, pero no quedé seleccionada entonces, por lo que volví a mandar al año siguiente, cuando abrieron nuevamente una audición. Tenía ganas también de vivir fuera mi país, probar lo que yo era en otros lugares, ver cómo era eso. ¿Conocía este país? No. Tampoco mucho de la compañía en realidad. Empecé a conocer lo que era el Ballet Nacional Chileno cuando Nico (Nicolás Berrueta, bailarín) entró. Él es un compatriota que bailo conmigo allá, nos conocimos en el San Martín. Y bueno, entonces vine a la audición. Yo en ese momento tenía un trabajo en una ópera y me dijeron “si vas, te vas de acá, o sea, te despedimos”, pero después de pensarlo bien decidí venir de todas maneras. ¿Cómo fue venir a audicionar a Chile? Fue encontrarme en un país diferente, sin saber cómo era el sistema, cómo era una clase acá. Allá las audiciones eran terribles, ibas como temerosa, te ponían muy nerviosa, entonces uno no sabía con qué se iba a encontrar aquí. El espacio, los edificios, la gente, el clima, ¡todo era distinto! La audición fue muy amena. Éramos poquitas chicas, eso por la selección que también se da por currículum y video. En la audición siempre hay nervios, pero había mucho respeto y eso es muy bueno. ¿Cómo recibió la noticia de que había sido seleccionada? ¡No lo podía creer! Imagínate que me habían despedido. Si no quedaba acá no sabía que iba a hacer. Se me había cumplido el deseo de estar en otro lugar. Iba a vivir en otro país, conocer otra gente, trabajar con otras personas en otra sala, iba a dejar mi país, mi gente, mi familia. Todo muy fuerte. Pero yo quería estar acá. Necesitaba esta experiencia. En dos semanas tuve que partir. Desvalijar la casa, vender todo, armar maletas y mudarme. Hoy ya lleva 3 años en esta compañía, ¿cómo evalúa su experiencia aquí? Me encontré con un lugar en el que había mucho respeto en el trato, sentí que me recibieron muy bien, siempre me ofrecieron ayuda y me sentí muy contenida. Es muy bueno el hecho de poder tener contacto con coreógrafos extranjeros, eso a mí me fascina. Nosotros no teníamos esa posibilidad en Buenos Aires, donde en general siempre trabajábamos con coreógrafos nacionales que normalmente se repetían. Acá es fantástico poder hablar con coreógrafos de distintas nacionalidades, escucharlos, ver como se mueven, experimentar ese intercambio cultural. Es algo que valoro muchísimo de acá. Creo también que es muy interesante que haya personas de otros países en las compañías, pues hace muy rica la relación, el lenguaje que se crea. Yo aprendo de Marín, que es de Francia, de Gema, que es de acá. Cada quien tiene algo que dar y aprender, así como formas de ver la danza, de hacer las cosas. Uno de los hitos que marcó la Temporada 2018 del banch fue Giselle, contrapunto y revisita, ¿qué significó para usted protagonizar esta obra? Fue una hermosa oportunidad que voy a agradecer siempre a Mathieu, por su confianza, y porque de alguna manera me dejó muy libre. Fue un desafío muy grande, porque por mucho que uno sepa interpretar, otra cosa es meterse un poco más en lo que es la actuación y cambiar rápidamente de escena. Me costó, porque era “vamos a la escena 5”, con alegría y amor, y de pronto “vamos a la 9”, que era más tristeza. Entonces hay que ser maleable y cambiar rápido para cada escena. Claro, eso no pasa cuando se hace la obra completa, porque allí uno va pasando por todos esos estados, pero en los ensayos el cambiar rápido es un desafío, así como separar lo que es uno de lo que le pasa al personaje. De repente me pasaba que quedaba muy cargada después de una escena. Me daba cuenta de que tenía que ponerme como un traje impermeable y decir “bueno, ésta soy yo, pero Giselle es otra”. Implicaba explorar, más allá de la danza, también en lo teatral… Totalmente. Y eso lo fui aprendiendo con cada ensayo. Pero fue hermoso darle vida a un hito del ballet clásico… y hacerlo también diferente, con otro lenguaje. Fabi (Fabián Leguizamón, bailarín) también fue un gran aporte para mí. Nos ayudamos mucho mutuamente. Al haber ese feedback también todo se hace un poco más fácil. En la Temporada 2019 volverás a ser Giselle, ¿cómo recibiste esa noticia? Está muy bueno volver a hacer la obra ahora que ya pasó por el cuerpo. Desde donde está, ahora tiene que ir hacia arriba, desde la tranquilidad, desde lo que se aprendió, lo que fue estar en escena. Creo que volver a pasar por eso va a estar mejor. Eso es muy motivante. Vanessa Turelli

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=