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Memoria Dirección de Bienestar Estudiantil- Universidad de Chile
Tengo 23 años y en 2013 cursé sexto año de Ingeniería Civil
Química, en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de
la Universidad de Chile. Además, trabajo en las temporadas de
vacaciones, hago ayudantía en un ramo y participé bastante
tiempo en la organización de los trabajos voluntarios.
Cursé toda la Enseñanza Media en el Colegio particular San
Lorenzo de Copiapó, gracias a una subvención de arancel que
me otorgaba la Minera Candelaria donde trabajaba mi padre.
Fue un apoyo importante ya que es el mejor colegio de la
Región de Atacama y debido a su calidad y mi desempeño
logré entrar a la Universidad de Chile.
Elegí esta Universidad simplemente por su prestigio, tan
comentado por mis profesores. En regiones no existe mucha
información de las Universidades y tampoco se tiene la opción
de ir a conocerlas. Yo empecé a conocerla recién cuando me
matriculé.
Al comenzar segundo año en la Universidad, mi situación
económica cambió rotundamente. Debía buscar alguna
forma de solventarme, ya que el dinero que me enviaba mi
madre me alcanzaba con suerte para sobrevivir la semana.
Busqué por todos lados y postulé a cuanta beca encontré.
Supe de la Beca Indígena recién a mediados de tercer año.
Obtuve mi certificado Indígena y postulé, pero no la obtuve.
Fue una gran decepción ya que tenía toda la fe puesta en esa
postulación.
Al año siguiente, no perdí la esperanza y postulé nuevamente.
Y me puse demasiado feliz cuando a mediados de quinto año
supe que por fin había obtenido la beca. Fue una felicidad tan
grande para mí, como si me sacaran un peso de encima.
Mi mamá no sé si estaba tanto o más feliz que yo. Mi
descendencia indígena es por parte de su padre, quien nunca
la ayudó económicamente. Mi abuelo falleció hace más de
diez años y gracias a él yo recibo ahora un apoyo económico
muy importante.
Al recibir la beca, descarté la opción de buscar trabajo part-
time, que siempre estaba rondando en mi cabeza y me
estresaba. Además, pude relajarme con el presupuesto.
El mismo año que recibí la Beca Indígena, recibí la Beca
Bicentenario para Cursos Superiores, aunque tuve que pelear
por ella por un problema en el sistema del MINEDUC que
afectó a varios compañeros pero que resolvimos en forma
beneficiosa. Además de esa beca, tengo la del Programa
de Atención Económica (PAE) y tuve por un tiempo la Beca
Moisés Mellado.
Una de las ventajas de estudiar en una universidad pública,
en particular en la Universidad de Chile, es su prestigio, ya
que a la hora de titularme estoy segura de que no me costará
encontrar empleo. Una vez que termine el pregrado, pretendo
comenzar a trabajar lo antes posible en alguna industria,
ojalá en región. Y dependiendo del área industrial, hacer un
postgrado después.
Vanessa Palominos
Foto: Macarena Rivas
VANESSA PALOMINOS
Beneficiaria de la Beca Indígena.
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“La educación pública debería ser de calidad y accesible para cualquier nivel social pero no
es así y menos en regiones”
BENEFICIARIA BECA
