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Memoria Dirección de Bienestar Estudiantil- Universidad de Chile
Tengo 24 años y estudio Geología en la Facultad de Ciencias
Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile. En 2013
cursé quinto año, pero por motivos personales me vi en la
obligación de congelar el segundo semestre. En mis tiempos
libres toco guitarra acústica y eléctrica, salgo a trotar y hago
calistenia de vez en cuando.
Alcancé a cursar toda la Enseñanza Media en el Liceo B-36
de Chaitén, conocido popularmente como Liceo Italia. Ahí
conocí a la mayoría de mis grandes amigos, como JP, también
estudiante de la Universidad, con quien comparto millones de
historias. Lo bacán es que, como era el único establecimiento
que impartía Enseñanza Media en la provincia de Palena, el
ambiente era bien diverso y primaba el compañerismo.
Opté por la Universidad de Chile porque pensaba que era
la mejor Universidad del país. Me enteré de la posibilidad
de optar a becas para estudios superiores a través de mis
profesores, mi familia y la televisión. Postulé a todas, pero
finalmente me dieron las de Excelencia Académica, Zonas
Extremas y créditos, cuando ingresé el año 2007.
Luego de la erupción del volcán Chaitén el año 2008, se creó
la Beca Chaitén y cuando supe que me la habían otorgado
me sentí simultáneamente, bien y mal: tenía beca pero no
tenía casa. Cuando se evacuó Chaitén yo me encontraba en
Santiago así que no viví personalmente esa experiencia. Pero
mi familia tuvo que irse a vivir a Puerto Montt (6 meses),
luego a Palena (2 años), luego a Futaleufú (1 año) y ahora a
Chaitén nuevamente.
Fuera de bromas, la beca significó una tremenda ayuda así
como todos los beneficios que recibió la gente desplazada.
Cuando mi familia se enteró se alegraron harto ya que les
significaba menos gastos, por la ayuda mensual que implica,
además de cubrir parte del arancel.
Para mí, lo más difícil de venirme a vivir a Santiago ha sido
tener que aprender a cocinar, andar siempre apurado,
tener tiempos de traslado más largos, el smog, los tacos, la
contaminación, el calor excesivo, etcétera. Las principales
ventajas, en cambio, tienen que ver con la salud: en Chaitén,
por ejemplo, el remedio para la apendicitis era tapsin.
La educación pública tiene mucha importancia para mí.
El asunto clave está en la integración, en la posibilidad de
compartir con gente de todas las realidades. Debiera existir,
al menos, una Universidad Pública de calidad por región
pues creo que es la mejor forma de descentralizar el país. Es
imprescindible que de una buena vez el Estado se encargue
de sus instituciones.
Una vez que termine de estudiar mi carrera quisiera trabajar
en la Patagonia y vagar por las montañas.
Anibal Soto
Foto: Aporte Alumno
ANÍBAL SOTO
Beneficiario Beca Chaitén
“Si la calidad de todas las Universidades Regionales fuese pareja es seguro que la mayoría de
los estudiantes se quedaría en su región”
BENEFICIARIO BECA
