Escritoras jóvenes (Poetas)

ANTONIA TORRES nace en Valdivia en 1975. Publica sus primeros poemas en la revista "Escritos". En 1992 obtiene el primer lugar nacional juvenil en el concurso de poesía organizado por el Hotel Araucano de Concepción y la Sociedad de Escritores de Chile, con sede en la misma ciudad. En 1993 obtiene el primer lugar en el concurso de poesía organizado por la Escuela de Periodismo de la Universidad Austral de Chile. Es miembro fundadora del grupo literario "Mangosta". Ha sido antologada en Poesía para el Siglo XXI, de la Dibam.


TODO LIBRO ES UN CAZADOR OCULTO

empolvado, que espera en su nicho,
su tumba momentánea,
la secreta ilusión de cantar al unísono
Porque todo libro es un cantante ansioso,
envilecido por el tiempo,
única voz que, en silencio,
retumba entre las cuatro paredes.
Estoy rodeada de un coro mudo de voces
las escucho, a veces, mas
de un bosque cercano suele llegar el soplo
de un sueño pegajoso que no abandona
Y como siesta empozada en invierno
en el charco del hastío
duermo
sin escuchar
El cazador anida en mi oído
y murmura,
así,
despacito,
el SECRETO.
 

CISNEROS HABLA A SU HERMANO AMBULANTE

Los libros son adobes de una torre que nunca edificaste,
poeta ambulante,
y ofreces tus poemas en canastos
al mejor oído postor
Ahuecas la cabeza para que no te detenga
la soma de tus hermanos,
el duro asfalto de la tradición, la historia de la desmemoria.
Vistes la ingenuidad impenitente
en una gastada camisa limpia
para no contagiarte con la vergüenza ajena
"soy poeta, escribo versos y cuento historias
pero no escribo para usted"
Adivinas de soslayo el desprecio y la desconfianza
no hay corazón que aguante
Otro siembra el árbol, tiene el hijo y escribe el libro
Porque eres de otro país, ambulante,
de otro tiempo,
porque Naciste cuando el musgo envejecía entre los nuevos puentes sobre el río.

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Tarde Vertical

"como es mejor el verso aquel
que no podemos recordar"


Bola de Nieve
La tarde no escribe sino en su legajo,
su tierra de hojas
Busca palabras picoteando el suelo
como palomas entre las verduras
cuando la feria y sus frutos mueren.
La tarde vertical que pende
con la pesadez de una gota de lluvia
escribe con la sospecha de la palabra que está siempre por decirse.
La tarde y su rojez de otoño avergonzado
sopla su aliento para que crezca la hierba sobre la tumba
mientras la muerte cría su costra dura y reseca
 

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