Universidad de Chile

LA IDENTIDAD EN EL ENSAYO LATINOAMERICANO: PERSPECTIVA POETICA EXISTENCIAL

Por Manuel Pérez Ruiz,
Instituto Nacional de Chile.

1) Presentación.-
Esta ponencia representa una posibilidad indagatoria en torno del controvertido tema de la identidad en América Latina, a través de una muestra representativa de su ensayo contemporáneo. A este propósito, rescatamos un lineamiento estético y reflexivo que nominamos como perspectiva poética existencial.

Desde ahora subrayamos la funcionalidad operativa del género ensayo que le permite: explorar, cuestionar, pensar y reformular una materia - digamos objeto de estudio - ya constituida; buscar el conocimiento del objeto sin la pretensión de agotarlo; formular una escritura discontinua y fragmentaria; enmascarar cuestiones radicales bajo la apariencia de digresiones ingenuas; representar una dialéctica integral, reflejada en el intercambio discursivo de la tríada autor (ensayista), lector (recreador) y materia de estudio (cultura e historia).

El escritor colombiano Germán Arciniegas concebía nuestra América como un ensayo, basaba su aserción en razones de tipo : cronológicas, tomando en cuenta que el género en el nuevo continente existía ya en el siglo XVI, aún antes del natalicio del padre del ensayo moderno (Montaigne); fundacionales, pues las circunstancias históricas del nacimiento de América - proyección utópica del Renacimiento europeo- la representan como novedad y desafío, por lo tanto, un ensayo; culturales, dado que la asimilación de dos mundos conformó un ensayo de mestizaje ilustrado (condición emblemática del inca Garcilaso) e independentistas explicadas por la contradicción final de un ensayo armado, de comienzo intelectual.

2) Perspectiva Poética Existencial.-
Partiendo de la asimilación género ensayo e identidad continental, esta ponencia refiere una doble perspectiva de desarrollo en el ensayo latinoamericano contemporáneo marcada de pesimismo, relativismo y dispersión.

El primer enfoque enmarca una perspectiva existencial. En este plano se aborda la reflexión ontológica del hombre, conectada a cierto determinismo histórico y telúrico que condiciona una identidad desarraigada, entre el deseo de definir y la imposibilidad de encontrar tal identidad continental. El traumático nacimiento de América Latina, metaforizado como su pecado original, traduce la atmósfera de extrañamiento frente al mundo, moldeando caracteres desgarrados y solitarios, sin raíces, pero intentando operar la transformación que toda cultura necesita para supervivir.

Un segundo enfoque tiene como referencias las reflexiones acerca de la evolución de los cuatro movimientos fundacionales del nuevo continente: el mito, la épica, el barroco y la utopía. Ahora, la búsqueda antropológica privilegia respuestas poéticas al problema identitario, en cuanto concreción de una simbología que intenta superar el trauma original del continente. Aquí adquiere un rol fundamental el escritor, al configurar una realidad que busca reformular y dar continuidad a la historia. Dentro de esta perspectiva también nos encontramos con una variable del ensayo que conjuga un préstamo de otros géneros literarios, decantando la consiguiente hibridez en los deslindes de las fronteras que enmarcan el género. Este recurso formal se complementa con el rol protagónico del lenguaje como indagación poética de América Latina. En este aspecto, el lenguaje se instituye como acontecimiento histórico o esencia poética, según la propuesta estética existencial del filósofo germano Martin Heidegger.

2.1) Variables culturales de identidad.-
Referido el ensayo como correlato simbólico e histórico de América Latina, precisamos el tema identitario en sus variables representativas, hereditarias y dialécticas.

La representación propone la definición de un modelo fenomenológico. Este último sostiene que un análisis artístico no sólo debe considerar la materia particular sino, además, los actos y contextos que la producen. Por lo tanto, una identidad brota de su historia y se proyecta en su porvenir como registro de obras artísticas, costumbres, tradiciones, creencias y mitos, que representan su patrimonio histórico y simbólico. Para el caso latinoamericano reflexionaremos la estructura poética existencial que nos enseña su ensayística contemporánea. Esta estructura patrimonial figurará un espacio mítico fundacional: integración mítica, épica, barroca y utópica; un espacio ontológico existencial: bajo el concepto de un existencialismo poético y un espacio estético puro: radicalización absoluta del verbo como una manera de representar una historia poética.

La herencia cultural se nutre de la variable anterior, al hacer de su patrimonio ya representado una estructura en la que convergen dinámicas participativas y pluralistas. Este aspecto remarca la relación hermenéutica de los textos y sus contextos. Pero el proceso va más allá de la autodefinición regional, al incorporar una dialéctica intercultural. La influencia europea en el ensayo contemporáneo - llámese el Existencialismo como categoría de pensamiento o el fragmentarismo como respuesta estética postmoderna - refleja cabalmente este proceso cultural.

La dialéctica constituye una tercera variable identitaria que media los procesos de convergencias (tradiciones) y de divergencias (rupturas que estructuran sus propias tradiciones). Estos procesos no hacen otra cosa que afianzar la cultura en su continuidad. En este aspecto el ensayo pareciera adoptar un modelo dialéctico de tipo hegeliano, con sus respectivos procesos de oposiciones y de síntesis. Un ejemplo cabal lo representa el tratamiento que Carlos Fuentes hace del mito a partir de la novela Pedro Páramo ,de su compatriota Juan Rulfo. En efecto, la oposición y desposesión del lenguaje implica una dialéctica literaria de integración: mítica primordial (lenguaje preexistente); tradicional (encuentro de la novela campesina con la revolucionaria) y moderna ( incorporación de estéticas de vanguardia narrativa anglosajona).

2.2) Corpus representativo.-
La simbiosis género literario e identidad continental involucra tantos problemas que aconseja sugerir un corpus base a modo demarcatorio de nuestro objeto de estudio.

Dos obras elegimos en la ensayística de Gabriela Mistral: Grandeza de los oficios y Recados para América. En el primer caso se destacan las proposiciones estéticas que enmarcan el oficio del artista como creador de un lenguaje, a la vez, retórico y coloquial: símbolo y expresión del compromiso artístico y social del escritor. De allí que la dimensión estética de este discurso asuma modalidades formales de realización estructuradas en elogios, estampas, croquis, recados, conversaciones y siluetas. A su vez, su dimensión lógica sistematiza un ideario americano cuyo discurso es sostenido por las figuras emblemáticas: del maestro y su misión de enseñar a conocer, divulgar y amar el continente; del periodista y su compromiso social de revelar los intereses colonialistas que impiden la integración americana; del escritor y su obligación de constituir una memoria cultural para América Latina. Deber, este último, que implica el registro de categorías identitarias que, además, involucra al resto de ensayos de la presente muestra representativa.

En el caso del argentino Ezequiel Martínez Estrada consignamos su clásico del ensayo latinoamericano: Radiografía de la pampa. Expresión cabal de la figura existencial del extranjero, inmigrante europeo en un suelo hostil, atormentado y solitario. La forma y fondo de este ensayo corresponden a una típica estructura inductiva deductiva, vale decir, se parte de una perspectiva particular - referencias autobiográficas - para, luego, universalizar reflexiones ontológicas y sociales acordes a una nacionalidad desgarrada, marcadas por: las utopías colonizadoras; el alejamiento y negación de Europa; la crisis provocada por la sucesión de caudillismos; la vitalización de la metrópoli y ocaso del interior; los contrastes insalvables entre la civilización y la barbarie. Más allá de su valor literario, este ensayo, es la representación casi exacta de una radiografía continental y permite establecer la relación con la tradición (D. F. Sarmiento), los discípulos (Eduardo Mallea) y los detractores de la generación parricida (Héctor Murena).

El tercer autor sugerido es Octavio Paz con su ensayo El laberinto de la soledad. Fiel a su estilo dialéctico, el autor mexicano confronta las particularidades del ser nacional combinando estadios de soledad y orfandad (el pachuco y la malinche), con factores históricos y sociales para desembocar en los mismos motivos, pero transportados al ámbito universal del hombre contemporáneo. Este ensayo figura un entrecruzamiento entre la historia, la psicología social y la literatura en metáforas corporales del tipo: "la madre chingada y sus descendientes". Desde un aspecto sistémico, esta obra permite completar la secuencia existencial de Martínez Estrada, dentro de la visión universal emblemática del hombre arrojado al mundo.

Inscrito en el comienzo de los años noventa - enmarcado por el quinto centenario de América - el ensayo Valiente mundo nuevo, del también mexicano Carlos Fuentes, semeja una verdadera crónica del continente. El mérito de este trabajo radica en su capacidad condensadora, que le permite interrelacionar los movimientos fundacionales del continente: mito, épica , utopía y barroco, con la tradición moderna -tradición de desencuentros y en la que cada desencuentro es un comienzo-, a través de un tratamiento literario. En él, la literatura se afianza como encuentro (lectura) y desencuentro (segunda lectura) de la historia. En este último caso la imaginación verbal, por medio del acto particular de escribir, propone la memoria y el proyecto de la sociedad, siguiendo patrones poéticos e históricos de Mijail Bajtin y Giambattista Vico.

La denominación del ensayo como centauro de todos los géneros - acuñada por Alfonso Reyes - alcanza exacta correspondencia en los trabajos de Julio Cortázar: Ultimo round y La vuelta al día en ochenta mundos, más el de Octavio Paz: El mono gramático. El escritor argentino cuestiona e ironiza el ensayo desde su propia interioridad, concretando un estilo coloquial, muy distante del asertivo y solemne (propio, este último, de Martínez Estrada). Esta disposición autorreflexiva del género cumple la función de insertar una metáfora humana y lúdica, tras la búsqueda de profundizar y develar las dimensiones asombrosas de lo cotidiano. A su vez el ensayo de Paz consuma la hibridez en su cercanía (o asimilación) a la poesía (prosa poética); así el devenir histórico - ensayo- se transforma en un mundo de lenguaje reflejado por la sentencia: "Escribir y hablar es trazar un camino", por lo tanto ensayar. Entonces, todo principio identificatorio se poetiza en el intento experimental de integración y desintegración del lenguaje.

El año 1957, el escritor cubano José Lezama Lima dictaba sus célebres cinco conferencias que estructurarían su ensayo: La expresión americana. Básicamente este trabajo se integraba a partir de tres constantes: la primera de ellas formulaba una visión de la historia como ficción dirigida por un logos poético de clara influencia platónica, cuyo objetivo era el encuentro con verdades al margen de la historia; la segunda, proponía un contrapunto antihistórico en función de una temporalidad circular, que permitía interrelacionar los textos americanos con los de otras culturas, mediatizados por un sujeto metafórico; la tercera, concebía el espacio telúrico como un espacio gnóstico que propiciaba el surgimiento de la cultura latinoamericana y generaba su continuidad, incorporado en la retórica de Lezama con el nombre de era " imaginaria ". Todo el sincretismo aludido consagrará el barroco latinoamericano como una instancia artística identificatoria del nuevo continente, también relacionado con la categoría de lo real maravilloso de Alejo Carpentier y la última propuesta desintegradora, que involucra el enrevesado y fragmentado discurso de Severo Sarduy.

3) Conclusiones.-
El imaginario simbólico como registro de identidad literaria que se gesta en la perspectiva poética existencial, del ensayo latinoamericano contemporáneo, se inscribe como identidad en cada una de las variables culturales que hemos seleccionado, todas complementarias entre sí. Asume una representación desde el momento que el conjunto de sus características constituye un patrimonio histórico y simbólico como instancia de búsqueda. Búsqueda que alcanza estados de realización cuando se estructura como herencia cultural que, a su vez, debe ser recreada. Dentro de esta última variable la identidad de América Latina se autodefine por medio de un movimiento centrípeto - en sus relaciones históricas con sus textos regionales; además se autodefine - por medio de un movimiento centrífugo - a partir de sus relaciones contextuales interculturales. Todos los procesos autodefinitorios y definitorios son operados por una variable dialéctica que asume un rol mediador.

La sumatoria de lo precisado en esta ponencia sugiere la categoría poética existencial del ensayo latinoamericano. Su dimensión existencial expresa estados de alienación muy propios del absurdo, que tienen su raíz en la fundación de nuestro continente - léase pecado original - más la influencia de paradigmas europeos, sucedáneos a la desestabilización de los grandes relatos de la historia. Por otro lado, su dimensión poética, ligada a la anterior traduce una simbología desmitificadora, contestataria y negadora de los mensajes tradicionales con la finalidad de redimir el ser histórico y por-venir del hombre, mediante la regresión y consiguiente reformulación de un verbo asumido como fe.

 

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4) BIBLIOGRAFIA.

4.1) Del Corpus Específico.

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---------------El mono gramático, Seix Barral, España 1996.

4.2) De la Teoría del Ensayo.

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