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PRÓLOGO

"Poesía-retro y pop es Fermosa Fiera"

por Marta Contreras
Departamento de Español
Universidad de Concepción


Nicolás Miquea-Cañas es un poeta gozosamente instalado en la tradición literaria clásica. Con sus textos recoge y cuza en el tiempo las reminiscencias que las voces calladas de los poetas muertos despiertan. A la vez, se nutre de la cultura pop como vemos en el epígrafe que abre el poemario.

"No soy mala, sólo que me dibujaron así" cita N. Miquea una frase de Jessica en Who Framed Roger Rabbit? Una especie de clave pero por sobre todo un guiño que inicia una complicidad juguetona con los que han visto en el cine animado las sinuosas, espléndidas, glamorosas formas de una mujer que aunque visible es inventada, dibujada con el trazo del más suelto deseo.

El poemario de Nicolás Miquea recoge unas escrituras con las que en el tiempo ha insistido en ese propósito complejo e inevitable del poeta: dibujar una letra poética viva donde respire el aleteo de las visiones del deseo y sus entrecruzamientos con las mujeres que efectivamente se materializan en su horizonte. El sujeto poético es guiado por las urgencias de una escritura que quiere aprisionar las visiones junto con el mismo que escribe estableciendo así, la letra, su primacía.

La primacía de la escritura poética se establece en tanto que es el lugar de la acción. La acción que toma lugar es la que protagoniza el poeta como registro de otras escrituras pobladas de Helenas y Menetaos. Mujeres de "labios (de rubí)", (el paréntesis es del original) y una figura de héroe poeta explícitamente dudoso del objeto de sus amores.

El poeta ha elegido enlazar sus figuras con unas líneas medievales que nos llevan la mirada hacia una lengua literaria que si bien está en el museo nada le impide al poeta hacerla levantarse y caminar fluidamente en el recorrido de su propia y amorosa pluma. Así leemos "ALCÁNDARAS VÁZIAS SIN PIELLES E SIN MANTOS" como título y separación del poemario en dos partes.

Si pensamos en la situación en la que esta frase citada es dicha estamos frente a un momento de despedida, de abandono, de pérdida del hogar. La frase citada nos lleva a un escenario de elementos simbólicos simples que siguen dando las señales del hogar abandonado de sus moradores. Es el "¡Ah de la vida! Nadie me responde" quevediano que nos recuerda de la muerte. El propósito poético es el de decir el tiempo abandonado de las presencias que lo llenaron de palpitaciones y saliva y sangre. Así el poema "Hematofagia"es la reescritura de un soneto clásico donde medida, ritmo, hipérbatos, rima, dan al texto el sabor de lo antiguo:

Tras cuáles aviesas intenciones
el cielo tú sostienes, vida,
recogiendo de sus pétalos las sombras,
turbada en su afán, estremecida.


A este estilo retro-clásico se agrega el topoi romántico agónico de la sangre:

Qué caminos abres, qué otros dones,
despojando de su piel el pecho mío,
único ropaje que en ardiente tromba,
hace rnanar aquesta sangre como un río.


El desollamiento se atempera en el tono del soneto que contiene la pasión al cristalizarla en imagen.

La figura de Menclao le sirve al poeta para poner en escena al varón abandonado de su Helena, en una perspectiva masculina del que ha de invertir su energía guerrera y su poder en la reconquista o en la venganza despechada de la pérdida o, mejor, en el olvido. ¿Qué es lo que se pierde y contra quién?

pero mil años después de haberte olvidado,
Helena, aún cercan las fronteras
de mi corazón, estas penumbras desatadas,
más allá del Léteo, que me devoran el alma.

El repertorio poético de Nicolás Miquea en este poemario se abre también a un lenguaje muy diferente del citado, pero sólo porque los intertextos son de un mundo más actual. El procedimiento de la cita y la reescritura se mantiene de manera lúcida, fluida y elegante ya sea que el fantasma venga de una película animada o de un texto clásico.

Que el verso sea
Como un semáforo
En amarillo
Como el oro de tus cabellos, tus dientes
De perlas, labios
De rubí, o como ese anuncio leído o recordado, hoy,
Antes de salir de casa:
IPM S.A. su consejero
Le sabrá guiar por el recto Camino del Señor". (YO
DIGO QUE TODO LO QUE VIENE HA DE VENIR POR
ACCION DEL VERBO IR DEVENIR VAMORIR YO)

La posición del poeta frente a su escritura es de distancia. El poeta se entrega al juego riguroso de la composición poética, pero a la vez está viendo este juego en el horizonte que la defina, es decir, en el horizonte de la muerte.

Aparte de iluminar algunos aspectos de la escritura del poemario Fermosa Fiera, que he leído encantada por la cantidad de música poética que recoge, siento necesario hacer un pequeño trazado que posicione a este poeta en el marco de su origen y en la fuente de algunas de sus nostalgias.

Nicolás Miquea-Cañas regresa a Itaca en busca de las palabras que cierren un periplo cuyo inicio se remonta a los años setenta en Concepción. Volvemos la mirada hacia ese pasado reciente y "heroico" que a veces preferimos no recordar, pero que todavía nos nutre. Tiene que ver con los que nos encontramos en la Universidad de Concepción en la década del setenta, entusiastas lectores y maestros de poetas con las operaciones estructuralistas a la francesa en ristre a modo de espada analítico-crítica omnipoderosa.

Estábamos enfrascados en las lecturas y en las escrituras y buscábamos en los libros las respuestas a casi todas las preguntas. El entusiasmo, la pasión que irradiaba esa búsqueda, dejó en la memoria de Nicolás los nombres de los queridos Roberto Hozven y Gilberto Triviños, el mío, agradezco esta existencia impalpable que la memoria de todos nuestros alumnos poetas nos inventa para una vida de otra manera en la que transitamos sin sentido. Nos aqueja la nostalgia, sin embargo, de la juventud que esperanzada dictaba cátedra de lo que ya el tiempo ha marchitado y puesto en su arca gris de recuerdos. Estamos en otro tiempo, pero Fermosa Fiera exige sus palabras que le faltaban, para unir el antes con el ahora, gracias a los que andamos todavía por aquí enredados en las ramas de la poesía que en Concepción sigue teniendo sus múltiples, delicados, preciosos follajes juveniles.

Nos seguimos alimentando de la gracia poética que cada generación trae con nuevo ritmo, nuevas visiones hasta estas mismas salas que se niegan a envejecer. Nicolás Miquea vino a estudiar español y a escribir poesía con Mario Milanca, Carlos Cociña, quien acaba de publicar un poemario Espacios de líquido en tierra. Estos poetas publicaron Envés, tríptico de poesía y crítica que duró varios años y en el cual participaron los jóvenes poetas y los profesores. Luego vino Posdata, que tuvo 7 números, y que fue dirigida por Tomás Harris, Roberto Henríquez, Carlos Decap y Jeremy Jacobson. Posdata tiene una segunda era que se reanuda en 1998 desde Santiago con Tomás Harris y María Luz Moraga en el comité de redacción.

Sergio Gómez construye sus propios libros en la Itaca de los 80 y Egor Mardones publica sus páginas iluminadas de imágenes cinematográficas y habitadas de los héroes del celuloide. El primero, como Harris, Decap, Henríquez, se integró al elenco de las estrellas literarias de Santiago y el segundo sigue teniendo como punto de regreso recurrente de sus desplazamientos, su lugar de origen, Tomé.

La revista Tloc-Tloc incorpora tiempo después el humor satírico y la cultura musical pop con las voces de Gerson Mora e Italo Nocetti, entre otros. Los últimos, Juan Herrera, Damsi Figueroa, Marcelo Garrido, etc. no han hecho una revista pero han publicado trípticos, libritos y realizado innumerables lecturas poéticas que convocan a un público atento, devoto de oír cómo está sonando la ciudad universitaria en su versión poética de los 90.

La Itaca de antaño, la del regreso, se reconstituye a momentos con esta presencia reiterada de unos poetas que, como Nicolás Miquea, se embeben en el universo de las letras, exploran el misterio de las palabras en la escritura poética, se saben inmersos en una tradición extensa y rica. Experimentan el espacio sin frontera de la poesía que no respeta centralismos de ningún tipo. Parece que la naturaleza de Concepción es propicia a la germinación, a los nacimientos y renacimientos, a los regresos. Todavía se puede reconocer el lugar en este regreso de Nicolás.

 

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