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LA VISIÓN COMUNICABLE.

por Rosamel del Valle

XVI


Y por fin, toda mi sed ¡oh, tránsito terrestre!, todo mi gozo
Alcanza la dicha de perecer en su propio espacio, en su esencia.
Un día ha sido el movimiento nocturno, el lenguaje sonámbulo,
Mi propia imagen vestida de rigores y ávida de invadir.
Pero las visiones tenían su nido no lejos de mi frente,
Casi en la misma estrella angustiada, casi en la misma
Salida del mensaje terrible... Y bien, he ahí el flotante soplo,
El maduro nacimiento cautivo, un faro de sirenas, la débil barca
Secretamente conducida en un cáliz de tinieblas. He ahí el melodioso
Relámpago de brazos cortados y la sutil voz desnuda
Entre el infierno y yo, entre el fastidioso esplendor.
Mi sombra, mi sombra ¡oh, ausencia viviente!, siempre mi sombra
Y la luz sin regreso, la sed mortal, el trueno, la inaccesible
Y deliciosa armonía, el secreto, el borde sin horror.

 

De El Hombre Devorado

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