Beneficios en salud por vías exclusivas llegaría a 25 millones de dólares anuales
Análisis, basado en ejes del plan de transporte del año 2000, estuvo a cargo del
Director del Departamento de Ingeniería Industrial de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Prof. Raúl O´Ryan, y contempló una valoración económica de aspectos como la mortalidad, costos médicos por enfermedades respiratorias en general y restricción de actividad en el adulto.

Prof. Raúl O´ Ryan.
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Al igual que otras grandes urbes
de países desarrollados o
en desarrollo, la ciudad de
Santiago presenta importantes problemas
de polución ambiental. En el año
1996 fue declarada como zona saturada
para algunos contaminantes debiendo
implementarse un Plan de Prevención
y Descontaminación de Santiago.
A partir de ese año diversas han sido
las medidas para enfrentar el problema,
pasando, entre otras, por el control
de las emisiones de las fuentes fijas,
la restricción vehicular, el retiro de
buses antiguos y las vías segregadas y
exclusivas. Sin embargo, pocas veces
se han estimado los beneficios económicos
por concepto de salud asociado
a una mejora en la calidad del aire.
Este ejercicio, respecto de seis vías
exclusivas contempladas en el Plan de
Transporte Urbano de la ciudad de
Santiago del año 2000 -cuyos ejes se
mantienen con algunas modificaciones-,
fue realizado por el académico,
Director del Departamento de Ingeniería
Industrial de la Facultad de
Ciencias Físicas y Matemáticas de la
Universidad de Chile, Prof. Raúl
O`Ryan en el marco de un proyecto
de investigación financiado por
FONDECYT.
En concreto se evaluó los beneficios
de la aplicación de vías exclusivas en
forma permanente en el eje Norte Sur
1 que comprende Independencia
-Teatinos-Bandera-Nataniel/ San
Diego y Gran avenida; el Eje Norte
Sur 2 que comprende Recoleta-San
Antonio /Mac Iver-San Francisco/
Santa Rosa; el Eje Norte Sur 3 Vicuña
Mackenna; el Eje Oriente Poniente
1, que incluye Pajaritos-Alameda-
Providencia/11 de Septiembre-
Apoquindo; el Eje Oriente Poniente
2, San Pablo; y el Eje Oriente Poniente
3, Irarrázabal.
Según explicó el académico, como
metodología de trabajo se evaluó en
primer lugar el impacto de la medida
sobre las velocidades de circulación
y los flujos, el impacto de esto sobre
las emisiones y esto último sobre las
concentraciones de contaminantes.
Luego a través de un Modelo de Estimación
de Beneficios Económicos de
la Descontaminación (MODEC) se
pudo estimar los beneficios en salud de la reducción de emisiones que, para
las vías exclusivas, fue evaluado en
cerca de un 10%.
Cabe señalar que este análisis fue realizado
tomando como situación base
lo prevalente en términos ambientales
al año 2000. En este sentido, para la
aplicación de las seis vías antes señaladas
se estimó beneficios por 25 millones
de dólares anuales por menores
daños en la salud de las personas.
Actualmente en la ciudad de Santiago
rigen vías exclusivas durante los
días de semana entre marzo y diciembre,
en un horario de 7: 30 a 10 horas.
Para estimar los beneficios en salud
se realizó una valoración económica
de cada efecto, entre ellos, la mortalidad,
costos médicos por enfermedades
respiratorias en general y restricción
de actividad en el adulto.
“Lo que normalmente se considera en
los proyectos de transporte son los
beneficios por reducción de tiempo de
viajes y por reducción de costos de
combustible. Nosotros quisimos evaluar
una externalidad como son, en
este caso, los beneficios respecto a la
salud asociado a una mejor calidad del
aire”, puntualizó el profesor, doctor
en economía de la Universidad de
California Berkeley.
En términos de reducción de emisiones
también se evaluaron medidas
como la tarificación zonal y aumento
de precio en estacionamientos, consideradas
como instrumentos económicos
que desincentivarían el uso del
automóvil particular. La reducción de
emisiones para estos casos fue de 6%
y 3%, respectivamente.
“Para la situación específica de Santiago
comenzar con las vías exclusivas
parece adecuado y en conjunto
con eso se podría pensar en medidas
complementarias -como las señaladas-
que también tienen impacto ambiental”,
indicó el académico.
Proyecto
En estos momentos el Prof. O‘Ryan
está liderando un nuevo proyecto
FONDECYT que apunta a desarrollar
un modelo de equilibrio general. Un
modelo de este tipo permite simular
el funcionamiento de la economía
chilena considerando un total de 73
sectores económicos, entre ellos, el de
transporte, agrícola, pesquero, minero,
forestal y de servicios.
Este instrumento permite conocer el
impacto de aplicar ciertas políticas o
de ciertos shock. Por ejemplo, si sube
el precio del combustible es posible
anticipar el impacto macroeconómico
(sobre el producto, inversión, consumo);
el sectorial (quiénes ganan o
pierden); sobre el ingreso de las personas;
y sobre el ambiente.