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Más del 70% de las mujeres logra significativa mejoría
Crean innovador tratamiento contra la depresión

Ante sus positivos resultados, el manual de terapia grupal elaborado por académicos del Departamento de Psiquiatría del área norte de la Facultad de Medicina, fue adoptado por el Ministerio de Salud.


Prof. Dra. Graciela Rojas.
De acuerdo a acuciosos estudios realizados desde hace varios años en el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental del área norte de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, una de cada dos personas que consulta en los consultorios de la atención primaria, generalmente aquejada por molestias físicas, presenta problemas de salud mental. Entre ellos, la depresión es el trastorno de más frecuencia y afecta mayormente a la población femenina. Y es que ser mujer constituye en si mismo un factor de riesgo de padecer este tipo de patologías. Ante esta situación y con el objetivo de buscar respuestas para las mujeres que padecen este problema, surgió de parte de académicos de la Unidad de Psiquiatría Comunitaria del Departamento antes mencionado, la idea de generar un programa de tratamiento para las mujeres depresivas en la atención primaria, iniciativa cuyos resultados recientemente procesados demuestra ser exitosa.

El proyecto “Tratamiento estructurado y escalonado de la depresión para mujeres de la atención primaria” -financiado por el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos- se aplicó en tres consultorios de las comunas de Conchalí y La Pintana y abarcó una muestra de 240 mujeres para el estudio clínico.

Un equipo de profesionales, liderado por los doctores Graciela Rojas, Rosemarie Fritsch y Ricardo Araya los mismos profesores a cargo de la investigación que reveló que uno de cada cuatro santiaguinos sufre alguna patología mental, materializó junto a otros académicos este estudio.

Según explicó la Prof. Dra. Graciela Rojas, el tratamiento ideado para aplicación en los consultorios consta de dos partes: una de terapia de tipo grupal, con la realización de ocho sesiones de orientación cognitivoconductual destinado a las mujeres y, por otro lado, la derivación a un médico para el tratamiento farmacológico de las pacientes más graves.

“El tratamiento es estructurado, pues está claramente determinado qué rol debe cumplir cada uno de los profesionales que participa en este programa, y es escalonado porque considera tratamientos distintos para las personas menos graves y graves”, precisa la especialista.

La primera parte, de tratamiento grupal, considera un manual y está diseñado para que la realicen profesionales no médicos de la atención primaria, es decir, asistentes sociales, enfermeras y eventualmente psicólogos, quienes en grupo con las pacientes trabajan aspectos educativos de la enfermedad, técnicas sencillas de resolución de problemas, manejo de los pensamientos negativos y, finalmente, un plan de prevención de futuras recaídas. Las mujeres que participaron de este programa tenían entre 18 y 70 años, con grados de depresión leve a moderado desde el punto de vista clínico, pero cuyas sintomatologías tenían un gran impacto sobre su calidad de vida.


El éxito

Según cuenta la Prof. Dra. Rojas, el ensayo clínico resultó muy exitoso en el sentido que las mujeres que participaron del programa “tuvieron una mejoría clínica muy significativa en comparación con las otras mujeres que recibieron el tratamiento usual de los consultorios. Además tuvieron una importante mejoría en su calidad de vida”.

Concretamente, el estudio evaluó los síntomas clínicos de la depresión a través de la escala Hamilton -que mide niveles del trastorno- al inicio del tratamiento, a los tres y a los seis meses. La Prof. Dra. Rojas explicó que en promedio todas las personas empezaron con un Hamilton de 20 puntos, bajando las mujeres que participaron del nuevo tratamiento a once puntos a los tres meses y a ocho puntos a los seis. Mientras, las mujeres que hicieron el tratamiento usual se mantuvieron en 20 puntos a los tres meses y bajaron sólo a 16 puntos a los seis meses.

En el contexto general, un 70,2% de las mujeres que participó en el programa ideado por los académicos de la “U” logró mejorías significativas una vez concluido el semestre, mientras que entre las mujeres que se sometieron al tratamiento común y corriente sólo el 29,9% obtuvo un resultado favorable.

En el marco del programa además se midió distintos aspectos de la calidad de vida de las pacientes, evidenciándose también buenos resultados. “Nos interesaba saber cómo estaban estas pacientes en su vida cotidiana y cómo era su funcionamiento social. Ahí vimos que quienes participaron en nuestro programa podían realizar sus actividades cotidianas, ya sea laborales o como de dueña de casa, de una mejor forma. Al final de la evaluación estaban mucho más activas”, señala la especialista.

Tan positivo resultó ser este tratamiento, que mientras los investigadores de la “U” realizaban el estudio y obtenían resultados preliminares, el Ministerio de Salud convocó a estos especialistas para participar en la elaboración de un programa nacional de tratamiento contra la depresión. Fruto de este trabajo conjunto, el Ministerio adoptó y adaptó durante el 2001 el manual de terapia grupal diseñado por los académicos y, actualmente, este es el tratamiento que se lleva a cabo como política nacional.

La Prof. Dra. Rojas cree que el éxito del programa radica en su implementación como iniciativa estructurada, es decir, donde las exigencias del tratamiento tanto médico como psicosocial están por sobre los temas administrativos. “Las mujeres hacen el tratamiento grupal y cumplen rigurosamente un programa de controles médicos, independientemente de las variables como, por ejemplo, que no haya horas. Además, se asegura que los fármacos estén disponibles para quienes lo necesitan. Estos son administrados por el médico general quien cuenta con una pauta (guía) muy estructurada sobre la la- bor educativa que debe seguir y cómo reaccionar frente a eventuales efectos adversos de los medicamentos”.

A diferencia de esto, el tratamiento usual -señala- es bastante inestructurado y el médico muchas veces no puede controlar al paciente todas las veces que debiera por distintas razones.


Las más vulnerables

La Prof. Dra. Rojas señala que según estudios realizados a nivel mundial, las mujeres tienen más riesgo que el hombre de padecer depresión, pero en nuestro país esta tendencia es mucho más marcada. “Si en el mundo la mujer tiene el doble de posibilidades que el hombre de tener depresión, en nuestro país son cuatro veces”, puntualiza.

En esa línea, agrega que se han investigado factores genéticos y hormonales y que probablemente esté involucrado también un conjunto de variables tanto sicológicas como de tipo social. Al considerar el alto riesgo que tienen las mujeres en Chile, indica que indudablemente se tiende a pensar en factores sociales. “¿Qué está pasando con nuestra mujer y sobre todo con la incorporación de ella al trabajo? ¿Qué ha hecho esta sociedad por solidarizar con esto? ¿Qué red de jardines infantiles tenemos y su distribución dice relación con las necesidades? También creo que tiene que ver con un gran tema que está presente en Chile y que está relacionado con la inequidad social”, sostiene.










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