Dirección de Bienestar Estudiantil - Memoria 2010-2014 - page 149

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Memoria Dirección de Bienestar Estudiantil- Universidad de Chile
SIMÓN COLLAO PÉREZ
Encargado del proyecto Estructuración
Perimetral Taller Cooperativo de Bicicletas
“El Premio Azul es la mejor manera de
ejecutar proyectos, es cosa de tener una
buena idea y moverse”.
Originalmente, entré a estudiar a la Universidad de Chile
porque no había muchas opciones: Licenciatura en Lengua
y Literatura Hispánica, que era lo que me interesaba, la dan
sólo en esta Facultad de Filosofía y Humanidades. Pero nunca
pensé lo que me iba a encontrar.
Por alguna extraña razón, cuando llegué a la Universidad,
había un taller de bicicletas que pasado el tiempo me dio un
oficio y, de una u otra manera, una forma de manejarme en
el mundo.
En “la Chile” todo el mundo sabe del Fondo Azul o debería
saberlo si es que participa en alguna organización. Se conversa
en los pasillos, está la difusión, etcétera. Pero ganar el Premio
Azul es lo mejor.
Yo nunca antes había postulado a uno y ganárselo significó
hartas cosas. De partida, todo un año de trabajo y un
proyecto a desarrollar. Además, no es llegar y postular. Hay
que cuadrar las platas, organizar el equipo, repartir “pegas”,
sacar proyectos, diseñar, etc. Para una organización como
la que participo, ganar un Premio Azul significa mucho
internamente y en la proyección del año. Cuando lo ganamos,
sabíamos que estaríamos todo el 2013 trabajando y teníamos
que preocuparnos que funcionara y funcionara bien.
El Premio Azul es una instancia de trabajo colectivo que tiene
que ver más allá de si un profe te pone un rojo o un siete.
Tiene que ver con lo que a uno le gusta y con la voluntad de
que salga todo lo mejor posible por el amor que uno le pone
al asunto. Por lo menos para mí, en mi desarrollo personal,
el Azul fue un aprendizaje súper grande de cómo tratar con
las personas, gestionar proyectos, cumplir plazos y todo lo
que conlleva, porque siempre va a haber problemas, eso es
inevitable, pero pase lo que pase hay que ponerle el hombro
y, claro, nadie te está pagando por esto. Ese es el aprendizaje
más grande.
El Taller Cooperativo de Bicicletas funciona bajo la lógica de
la transversalidad disciplinaria. Es una suerte poder conversar
día a día con gente de las distintas disciplinas como amigos,
así entre todos le vamos dando color al cuento. Pero no un
solo color, sino varios.
Nosotros atendemos las bicicletas de los alumnos, de los
funcionarios, de los académicos. De hecho armamos una
bici de un funcionario hace poco. Nuestra misma existencia
dentro del campus tiene una lógica triestamental. En el fondo,
somos un espacio de “todxs”.
Además, en 2013 fuimos a otras universidades a hacer talleres
de mecánica básica y para el 2014 planeamos ir a ferias
libres y juntas de vecinos a hacer lo mismo. O sea, pensamos
perdurar en el tiempo como taller.
Lo más gratificante fue la gente que se sumó a la ejecución
del proyecto y al mismo equipo de trabajo. Además, cuando
llega alguien al taller y dice: “oh, les quedó bacán, que está
grande”, se piensa que todo valió la pena.
En su globalidad, ejecutamos todo lo que pretendíamos con el
Premio Azul y un poco más. Cumplió completamente nuestras
expectativas.
En mi experiencia personal, pasar los ramos, hacer la tesis y
mover un Fondo Azul al mismo tiempo, no es para nada fácil.
Pero cuando al final se lleva a cabo el asunto y se termina, uno
es más grande y el proceso nos hizo más amigos.
Equipo Taller Cooperativo de Bicicletas
Foto: Macarena Rivas
GANADOR PREMIO AZUL AÑO 2013
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