Experiencias de Innovación Docente 2017

10 La Universidad de Chile asume, con vocación de ex- celencia, la formación de personas con sentido ético, cívico y de solidaridad social. Este enfoque implica la puesta en marcha de procesos formativos integrales, que consideren al estudiante en lo afectivo, académico, social, político y comunitario, es decir, en su multidi- mensionalidad. Se reconoce entonces la necesidad de valorar y generar espacios que estimulen las múltiples potencialidades de los estudiantes, intencionando su participación activa en la vida universitaria, como el desarrollo de su autonomía y su empoderamiento cívi- co (Modelo Educativo de la Universidad de Chile, 2018). En este contexto, durante los últimos años nuestra Universidad ha materializado diversas estrategias para avanzar hacia una mayor inclusión y equidad estu- diantil en el marco de excelencia que la caracteriza. Lo anterior ha permitido, gradualmente, un cambio estructural, que busca permear todos los estamentos y procesos de nuestra casa de estudios. Es así como la Universidad de Chile se proyecta como una insti- tución dispuesta a escuchar, valorar y aprovechar las diferencias como oportunidades para la generación de conocimiento, valorando la diversidad para sustentar procesos educativos de calidad, sin abandonar dos as- pectos fundamentales de nuestra misión institucional: el compromiso con la educación pública y la investiga- ción de excelencia. Considerando lo antes señalado, el Modelo Educati- vo de la Universidad de Chile plantea que los procesos de enseñanza y aprendizaje tienen como eje central al estudiante y su aprendizaje. Asumir esta centralidad implica una reflexión permanente que guíe a la toma de decisiones por parte de los actores involucrados, en un ambiente inclusivo que propicie aprendizajes de calidad, considerando la diversidad de todos los participantes. El estudiante desempeña, en este enfoque, un papel activo en el proceso formativo: autorregula su aprendizaje, genera nuevos significados mediante la interacción con otros y con el mundo, proceso en el que los conocimientos y las experiencias previas son el punto de partida para la construcción de nuevos aprendizajes. En este contexto, el desafío de una docencia que pro- mueva la equidad requiere considerar las diferencias existentes entre los estudiantes, no desde un enfoque normativo -que entiende la diferencia como déficit o carencia- sino desde un enfoque que potencie sus capacidades y les permita una inclusión plena, activa y creativa a la cultura universitaria que los acoge. En este sentido, una docencia inspirada en el sello identitario institucional y los principios orientadores declarados en el Modelo Educativo debe reunir características particulares: → Ser una docencia inclusiva que reconoce y valora la diversidad en el aula y la aprovecha para mejorar la calidad de los aprendizajes de todos los estudiantes. → Ser una docencia pertinente que responde al contexto y por tanto, propone actividades de aprendizaje vinculadas con problemas disciplina- res o profesionales complejos, actuales y relevan- tes y que contribuyen al logro de las competencias declaradas en el perfil de egreso de su plan de formación. → Ser una docencia reflexiva que se mira a sí misma e investiga sobre sus prácticas, orientándose a la mejora permanente. → Ser una docencia colaborativa que busca generar comunidades de aprendizaje entre pares docentes a partir del encuentro, el diálogo y el intercambio de experiencias, base sobre la que se generan las innovaciones docentes de mayor riqueza y alcance. PRÓLOgO UnIDAD DE DOCEnCIA Departamento de Pregrado Vicerrectoría de Asuntos Académicos

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