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PALABRAS DEL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE,
VICTOR PÉREZ VERA
A cuarenta años del golpe de Estado, la Universidad de Chile, al igual
que el resto de las universidades estatales, sigue a la espera del re-
conocimiento de su carácter público por parte del Estado de Chile.
Pese al retorno de la democracia, el modelo de desarrollo de nuestro
país sigue basándose en lo económico y productivo, desconociendo la
necesidad del desarrollo social, cultural, intelectual y humano, eludien-
do las acciones reparatorias que adeuda a las instituciones públicas.
En especial, este gesto de restitución se debe realizar en aquellas
disciplinas que fueron más afectadas, arrasadas y disminuidas en su
valor social, cultural y académico. Es justamente ahí donde entendemos
como Rectoría la relevancia de la Iniciativa Bicentenario Juan Gómez
Millas. Esta, al ser parte de un esfuerzo conjunto del Estado y de la
Universidad de Chile, pone de manifiesto esta voluntad de rectificar
que, al mismo tiempo se vincula con algo que entendemos es vital: la
necesidad de un nuevo trato entre nuestra Universidad y el Estado
de Chile, representando esta Iniciativa un ejemplo señero de acción
al respecto.
Estamos complacidos y orgullosos del trabajo realizado por la Iniciativa
Bicentenario, pues él nos muestra una concepción del desarrollo aca-
démico integral, en el cual todos y todas los miembros de la comunidad
forman parte, dialogan y se benefician mutuamente, como por ejemplo
en los programas de profesores(as) visitantes que se han traducido en
que los y las estudiantes y docentes de las unidades concernidas en
el proyecto interactúen con destacados académicos extranjeros. Por
otro lado, el fomento a la investigación, tanto interdisciplinaria como
de las disciplinas ha permitido que nuevos temas y preguntas emerjan
en el Campus dotándolo de dinamismo y fuerza creadora.
Asimismo, palpamos y asistimos a la mejora de las condiciones para
realizar una docencia adecuada, que se cristaliza en la adquisición de
más y mejores recursos bibliográficos, tanto física como virtualmente,
todo esto de forma constante.
En el mismo sentido, un cambio profundo para el quehacer y habitar
de profesores, profesoras y estudiantes será la inauguración de dos
de los tres aularios de uso común de la comunidad del Campus Juan
Gómez Millas. Ello traerá consigo espacios dignos y amplios, nuevas
materialidades con que la comunidad podrá desplegar sus vitales ac-
tividades de enseñanza-aprendizaje. Sus salas están adaptadas para
recibir con todos los requisitos en uso a la mayor y creciente cantidad
de estudiantes que ingresan año a año a las unidades académicas. Este
incremento, entre otras razones, se verá favorecido por las medidas
que buscan una mayor equidad en el ingreso a la Universidad de Chile,
tales como el Sistema de Ingreso Prioritario de Equidad Educativa.
Cuando pensamos en cómo la comunidad del Campus Juan Gómez
Millas transita hacia una mejor calidad de su vida académica, nos refe-
rimos no solo a los y las estudiantes y docentes involucrados en este
proceso de revitalización de las artes, humanidades, ciencias sociales
y la comunicación, sino que también los funcionarios y funcionarias de
las distintas unidades del campus. En este sentido, existe un trabajo
en marcha con ellos para mejorar sus condiciones laborales y también
para que sus conocimientos, capacidades y competencias sean acordes
a los nuevos desafíos del campus Juan Gómez Millas.
Este segundo año de implementación del Proyecto también ha significado
la amplificación de los campos de trabajo que permitirán que el 2015,
tras la finalización de la primera etapa de la Iniciativa Bicentenario, el
Campus Juan Gómez Millas se convierta en un campus modelo, que
al mismo tiempo responda a las inquietudes y necesidades particulares
de su comunidad.
El desafío también involucra la evaluación de medio término de la Ini-
ciativa Bicentenario, al completar su tercer año de ejecución, instancia
en la que se revisará mediante agentes externos su avance efectivo
y el cumplimiento de sus objetivos. De ello depende una continuidad
que creemos necesaria dados los avances que se exponen en este
anuario, y que están en perfecta concordancia con los planteamientos
que hemos realizado desde Rectoría.
El horizonte al que apunta la Iniciativa tiene como sustrato el entender
que el desarrollo pleno de la comunidad universitaria va de la mano con
las condiciones materiales necesarias para lograrlo, ellas junto al diálogo,
el debate y la transversalidad serán los elementos que propugnen un
resultado ligado a una enseñanza integral, orientada a la búsqueda del
conocimiento y a esa perspectiva única, humanista, laica y plural que
caracteriza a los y las estudiantes de la Universidad.
El mismo principio se aplica a la extensión universitaria, la que debe
ir más allá de la ampliación de las fronteras disciplinarias impactando
las formas de construir ciudadanía, en una conversación permanente
con la sociedad y las audiencias que logra convocar. Desde ahí resulta
de vital relevancia el proyecto de Plataforma Cultural, que busca
generar puntos de interacción entre la comunidad y el trabajo que se
realiza al interior del Campus, en un nexo horizontal que hace crecer
de manera conjunta.
Las nociones anteriores son las que movilizan las energías creadoras
y la revitalización de las disciplinas en el Campus Juan Gómez Millas.
Arte, deportes, investigación, docencia, extensión, aunadas en torno
al objetivo de hacer de este espacio académico un locus de la innova-
ción social y en definitiva un lugar desde el cual la cultura permea el
entorno inmediato y el contexto más amplio de la sociedad, haciendo
presente el rostro de la Universidad de Chile y de su vocación pública.
La importancia de la continuidad de la Iniciativa Bicentenario radica
precisamente en ese horizonte mencionado y en la impecable labor de
su equipo, en conjunto con las autoridades y unidades académicas del
campus, en pos de lograr la inclusividad y la participación de todos y
todas en el desarrollo de la “la formación de personas y la contribución
al desarrollo espiritual y material de la Nación” con una vocación de
excelencia, tal como indica la misión de la Universidad de Chile.
Por ello, felicito al equipo que ha llevado adelante este gran proyecto,
tanto por su labor llevando a cabo todos los logros y avances que se
resumen en este anuario, como por el compromiso, sentido institucional,
innovador y transformador que ha permitido generar una visión de cam-
pus, una visión de Universidad y una mirada de país volcado al mundo.
