Universidad de Chile

 

PRESENCIA DE GEORG TRAKL Y SERGÉI ESENIN EN LA POESÍA DE TEILLIER

Por Viviana del Campo,
Universidad Diego Portales

Heidegger decía que mientras más grande es un artista más desaparece su persona tras su obra, a lo que se agrega que obra y artista se destacan en armonía. Es el caso del escritor chileno Jorge Teillier (1935-1996), quien es considerado por la crítica académica y periodística, uno de los poetas más importantes e influyentes de la lírica nacional de los últimos cuarenta años. Su producción literaria comprende más de dieciséis obras editadas. desde Para ángeles y gorriones (1954 y reeditado en 1995) hasta El molino y la Higuera (1993). Además de sus libros póstumos: Hotel nube (1996); Jorge Teillier, el poeta de la lluvia (1996) y En el mudo corazón del bosque (1997) que obtuvo el Premio al mejor libro de poesía 1998 por el Consejo Nacional del Libro.

La figura de Teillier en una dimensión intelectual y humana ha sido fruto de variadas indagaciones y entrevistas. Hasta la fecha el registro de estudios críticos, concienzudos y acabados constituyen un valioso intento de configurar su poética.

El presente trabajo tiene como objetivo entregar una orientación histórico - literario con respecto al autor y su obra. En segunda instancia, explicar los rasgos constitutivos de la poética teilleiriana basados en dos ensayos del poeta lautarino. Se agregan a este punto la influencia de dos autores extranjeros: Georg Trakl y Serguéi Esenin. Se destacarán en esta ponencia la predominancia de los dos escritores, como ha sido posible comprobar por medio del rastreo bibliográfico con ocasión de la memoria: "Poesía, un lugar habitado, análisis de siete poemas de Jorge Teillier". Con respecto a los dos poetas foráneos es escasa la bibliografía existente en nuestro país, sin embargo, se emplearán para el logro de dicho estudio dos antologías de los respectivos autores: Poemas (1909-1925) y La confesión de un granuja (1910-1925).

CONTEXTO HISTÓRICO - LITERARIO DE JORGE TEILLIER (1)
La poesía del sur de Chile.

A fines de los años 1950 y principios de 1960 surgen ejes fundadores (fuera de Santiago y Valparaíso) de irradiación poética, asumido por la persona de Juvencio Valle, Pablo Neruda y Jorge Teillier.

Aparecen autores destacados (2) encabezados por Jorge Teillier quien se convierte en el fundador y máximo exponente de la tendencia conocida como poesía lárica, término que denomina un tipo de escritura que pone énfasis al recuerdo del "paraíso perdido" de la edad primigenia, en la tierra ancestral, indagando los orígenes primordiales del ser humano. Su lírica hace alusión constante al terruño, a la infancia, al hogar y al paisaje rural como centro de su poética.

Sus libros definen un universo poético caracterizado por la oposición entre un presente social degradado, con sus verdades superficiales, y la "secreta realidad" que permanece oculta, en los espacios desdeñados por la modernidad.

Es preciso recordar que las voces imperantes en el panorama poético chileno desde comienzos de los años sesenta en términos de filiaciones y divergencias, son las de Nicanor Parra, Enrique Lihn y Jorge Teillier. Sin excluir la presencia de Neruda, que reescribe y expande sus ciclos dialécticos en un proceso que se extiende más allá de su muerte física (los ocho libros póstumos, instalados en la perspectiva de un nuevo comienzo). Estos tres poetas, se distancian con un cierto escepticismo de los proyectos fundacionales de los grandes vates (Neruda, Huidobro, De Rokha) (3).

Para el profesor Iván Carrasco el tópico de la opinión crítica sobre la poesía sureña vinculada a la poesía lárica, en el sentido determinado por Jorge Teillier, le parece inexacto por dos razones. El primero, que los poetas (láricos) hacen aparecer efectivamente el paisaje y el lugar en su obra, pero para mostrar su ruptura o alejamiento de él. El segundo, la presencia del entorno físico- geográfico y cultural de algunos sectores del país aparece ubicada en un marco de preocupación mayor: el de la interacción de culturas distintas en algunos espacios isleños, indígenas, criollos y extranjeros, conquistadores o colonos (4).

La generación de 1950 o 1957 (5) (criterio histórico y no literario que manejan algunos escritores y críticos). La denominada generación poética chilena de 1950 (6) está formada por: Miguel Arteche (1926), David Rosenmann Taub (1927), Alberto Rubio (1928), Enrique Lihn (1929-1988), Efraín Barquero (1931), Pedro Lastra (1931), Armando Uribe (1933), Hernán Valdés (1934) y Jorge Teillier (1935-1996).

En su conjunto se caracterizan "por poner en duda la concepción del poeta (...) en su condición de profeta o conductor de pueblos y la utilización del lenguaje poético como instrumento dócil al dictado de una precoz inspiración" (Ricardo Yamal, La poesía chilena actual. p. 27).

En 1965 el grupo literario "Trilce", fundado el año anterior por Omar Lara y otros jóvenes en la austral ciudad de Valdivia, organizó el Primer Encuentro de la joven Poesía chilena. La reunión estuvo dedicada a evaluar críticamente al aporte literario de la generación anterior (de 1950) y se caracterizó por el diálogo entre esos autores, que representaban las voces vigentes en Chile, y un grupo de críticos literarios que perfilaban, a su vez una innovadora y rigurosa promoción de especialistas, formados en su mayoría en la disciplina universitaria (7).

Es preciso manifestar que según estudios publicados el escritor Jorge Teillier pertenece a la generación del 1950 - explicitada anteriormente - en la literatura chilena. Se considera válido el enfoque y concepto teórico de generación del 50 sólo como una forma de orientar, ordenar y ubicar, bajo una perspectiva diacrónica, al escritor en el panorama histórico - literario de la poesía chilena. Sin embargo, dicho criterio no corresponde a la realidad literaria del poeta en estudio. Difícilmente se puede filiar a dicha generación debido a que la primera etapa poética de Jorge Teillier sigue la línea de la tradición lírica chilena, en cambio, la generación de 1950 - con respecto a sus temáticas - provocan un quiebre entre sus antepasados poéticos.

Hay autores que no están de acuerdo que se los encasille, es el caso del poeta en estudio, en un grupo generacional por razones de edad, temática, afinidades literarias, entre otras.

Lo expuesto ha sido corroborado en palabras del propio autor quien dice: "Ahora nos ubican en la generación de 1950, pero esa generación era un grupo bien particular (...). En general la generación de 1950 está compuesta por todos lo que aparecieron en la antología del Nuevo Cuento Chileno" (8). Años después, Jorge Teillier, en una de sus últimas entrevistas expone en forma tajante lo siguiente:

"En primer lugar yo no pertenezco a la generación de 1950, porque hay que situarla como un invento de Enrique Lafourcade (...). La inventó para publicar antologías y era esencialmente de prosistas (...). No me voy a adherir nunca a la posición de la generación del `50, porque ellos eran rupturistas en el sentido que desconfiaban de la tradición poética y literatura nacional. Y a mí me gustaba Federico Gana, Baldomero Lillo, entonces no tenía mayor contacto con ellos (9)."

Teillier ingresó a la Sociedad de Escritores de Chile en 1957. Comenzó a publicar sus poemas en la revista literaria de S.E.C.H. paralelamente en La Gaceta de Chile y en el diario El Siglo. Obtuvo los siguientes premios: Crav en 1965; Municipal de Poesía 1961, "Alerce" de la Sociedad de Escritores de Chile en 1968, Juegos Florales en 1976 y recibió el galardón de Poesía Eduardo Anguita 1993.

En 1963 fundó la revista literaria Orfeo junto a Jorge Vélez en Santiago. Colaboraron en su creación Sergio Hernández, Gabriel Carvajal y Floridor Pérez (corresponsal en Los Angeles).

Se publica el primer número en octubre de 1963 donde aparecen poemas originales de Teillier y de algunos poetas poco conocidos. Además contiene traducciones de Jorge Teillier, de poemas de Jacques Prévert y de René Guy Cadou.

Los escritores que publican en este primer número constituyeron un centro poético en la poesía joven de ese tiempo.

RASGOS CONSTITUTIVOS DE UNA POÉTICA
El universo poético de Jorge Teillier es de gran complejidad se mezclan en sus versos: matices, temas, y mitos desarrollados en todas sus creaciones.

Los ensayos del escritor estudiado: Los poetas de los lares (10) y Sobre el mundo donde verdaderamente habito (11) constituyen una suerte de arte poética, contienen el sentido de la poesía, su relación con el mundo, postulados estéticos que sustentan la reflexión sobre el arte y la función del artista. Del primer artículo se destacarán las siguientes ideas. Inicia sus consideraciones, seleccionando a los distintos poetas que han dado una línea características de la poesía que él califica como "poesía de los lares". Destaca, principalmente, a los autores: Efraín Barquero, Pablo Guíñez, Alberto Rubio, Rolando Cárdenas y Alfonso Calderón.

Como definición esencial del arte escritural Teillier expresa:

" (...) que el poeta enfrentado al caos rehace al mundo, entra luego en un nuevo mundo cerrado, al cual invita a habitar: el poema (...)".Finalmente expone que " la tarea de cada poeta es transformar la vida cotidiana del prójimo gracias a una poesía que muestre el rostro verdadero de la realidad (...)".

En el ensayo "Sobre el mundo donde verdaderamente habito" el autor señala las siguientes ideas básicas sobre la poesía: "(...) es la universalidad que fundamentalmente se obtiene por la imagen", "El poeta es un ser marginal, pero de esa marginalidad puede nacer su fuerza: la de transformar la poesía en experiencia vital y acceder a otro mundo"; lo importante es la poesía como la creación del mito, de un espacio y tiempo que trasciende lo cotidiano utilizando lo cotidiano.

Forma parte también de su poética toda una tradición literaria que permeabiliza, influencia y aporta algunos elementos a la poesía de Jorge Teillier. En ese contexto se percibe una marcada influencia de escritores extranjeros que han servido de base en su escritura comenzando con el escritor checo Rainer María Rilke de quien deriva el concepto lárico y la configuración temática del "país de la infancia" como la primera patria del poeta. Están presentes también los poetas franceses: Francis Jammes (1868-1938), Alain Fournier (1886-1914), Robert Desnos (1900-1945), René Char (1907-1988), René Guy Cadou (1920-1951), el escritor polaco Czeslaw Milosz (1911- ), el inglés Dylan Thomas (1914-1953), el español Antonio Machado (1875-1939), el cubano Eliseo Diego (1920- 1994 ), el poeta salzburgués Georg Trakl (1887-1914) y el poeta ruso Sergei Esenin (1895-1925), entre otros.

GEORG TRAKL: EL SENTIDO DE LA MUERTE Y EL HOMBRE COMO FORASTERO EN EL MUNDO.
Georg Trakl nace en Salzburgo el 3 de febrero de 1887 (muere en 1914) en lo que entonces era el Imperio Austro-Húngaro. Desde niño asimila el mundo de los simbolistas franceses a través de las lecturas de poemas traducidos de Baudelaire, Verlaine y Rimbaud. A los 18 años de edad da a conocer sus primeros poemas bajo la influencia de Lenau, Hofmannsthal y Baudelaire, de quien interioriza sus imágenes poéticas y de Verlaine asimila ritmos y silencios.

Perteneció al círculo poético "Minerva" formado por jóvenes que combinaron la poesía con grandes caminatas a paisajes cercanos: Freisaal, Hellbrunn, cuyos bosques fueron la inspiración de sus creaciones.

En agosto de 1914, el Imperio Austro-Húngaro declara la guerra a Serbia, surge el conflicto con Rusia y es el estallido de la Primera Guerra Mundial.

Trakl es destinado hacia la Galicia Oriental como farmacéutico, donde está establecido el frente de Rusia. Cuando el ejército austríaco se retira del lugar sucede la Batalla de Grodek. El horror que vivió y sintió ante el sufrimiento de sus compañeros influyó en una tentativa de suicidio. A mediados del mes de octubre lo trasladan al hospital militar de Cracovia para someterlo a observación psiquiátrica. Muere a consecuencia de un paro cardíaco provocado por la absorción de una dosis excesiva de cocaína.

Trakl es considerado, junto a Rainer María Rilke y Stephan George, el máximo poeta lírico del siglo en lengua alemana.

Sus obras más relevantes son: Einzelne Gedichte - poesías particulares- 1908-1912; Die erste Sammlung von Gedichten - primera colección de poemas - 1908; Vorstadt in Föhn - (Suburbio bajo el viento sur), Traum des Bösen (Sueño del mal), Menschheit (Humanidad); Drei Blick in einen Opal (Tres miradas en un ópalo); Psalm (Salmo) escritas en 1912. Sebastian im Traum (Sebastián en el sueño) y Verwandlung des Bösen (Metarmofosis de lo malo); Gedichte (Poesía), 1913. An einen Frühverstorbenen (A uno muerto prematuramente ); Siebengesang des Todes (Siete cantos de la muerte) y Offenbarung und Untergang (Revelación y Caída).

ESENIN EN EL ESCENARIO POÉTICO
Aleksandrovich Serguei Esenin (1895-1925) nace en la aldea de Konstantino, cerca de Riazán (Rusia central ). Desde el otoño de 1913 asiste a los cursos de la Universidad popular de Shaniavski. Bajo la influencia de los poetas de la época decide escribir solamente sobre la Rusia aldeana.

En marzo de 1915 conoce a Alexander Blok (1880-1921), uno de los mejores simbolistas de su país, quien aprueba sus versos. La autoimagen de Esenin de la época es la de un campesino que se cree portador de las genuinas tradiciones rusas. Considera fundamental para su obra "el sentir lírico" y la "imaginatividad". Su primer libro Rádunitsa aparece en el año 1916 y se reedita en 1918. En 1919 (Moscú) funda el grupo de imaginistas y junto a Anatoly Marienhof y otros poetas firma "La declaración de la línea avanzada del imaginismo". Posteriormente lo abandona reconociendo que "lo importante no es la imagen, sino el sentimiento poético del mundo: "(...).Era una escuela que no tenía base propia, y murió por sí misma al abandonar la verdad por la imagen orgánica".

Al llegar la revolución de Octubre, Esenin no permanece ajeno a los acontecimientos y los bolcheviques esperan de él un fuerte compromiso por la causa, el poeta acepta la revolución pero "desde el punto de vista campesino". Soñaba "con una revolución hecha por los mujiks, que llenara la tierra de trigales y carretas como una manera de instaurar el eterno paraíso que quería para sí en el mundo de los vivos". Después de la Revolución es uno de los poetas más reconocidos. En su poesía aparece el conflicto entre el pasado patriarcal aldeano y la civilización contemporánea.

En 1925 en el Hotel Angleterre de Leningrado el poeta se ahorca, pero antes escribe con su propia sangre un poema que finaliza así: "Hasta pronto, amigo mío, sin gestos ni palabras,/ no te entristezcas ni frunzas el ceño / En esta vida el morir no es nuevo/ y el vivir, por supuesto, no lo es".

Sus principales obras son: Rádunitsa; El libro de las oraciones aldeano; Góluben; Canto litúrgico; La confesión de un granuja; El país de los infames; País Soviético; Anna Sniéguina; El bordado de abedules; El hombre negro, entre otros.

Gracias a las críticas oficiales la poesía de Esenin siempre fue ampliamente conocida en el pueblo ruso. Mucho de sus versos se convirtieron en romanzas y canciones.

Cuarenta y cinco años después de la muerte del poeta en 1970 aparece en Chile la primera antología titulada La confesión de un granuja. Traducida del idioma ruso a lengua castellana realizada por Gabriel Barra y Jorge Teillier. Este último expresa en el prólogo del libro que "es Serguéi Esenin considerado junto a Vladimir Maiakowski y Boris Pasternak como el más importante de los poetas rusos-soviéticos siendo los tres considerados en palabras de Sophie Laffitte, biógrafa de Esenin, como "figuras mitológicas contra el fondo apocalíptico de la revolución".

En relación a su poesía Jorge Teillier manifiesta en su ensayo "Sergio Esenin, el último poeta de aldea" (12) que su forma poética proviene de un sentimiento ancestral del campesino que ignora las comparaciones abstractas y para el cual todo objeto es definido en comparación con otro objeto. Así los sauces para Esenin son ancianos; el sol una rueda; la aurora una gata que se lava en el tejado; la tierra una nodriza; la luna una miga "

LA EVOCACIÓN DE LA ALDEA DE ESENIN EN EL LAR TEILLEIRIANO
En el libro Para un pueblo fantasma (1978 ), del escritor chileno, encontramos el poema "Pequeña confesión" cuyo título hace alusión al libro del escritor ruso La confesión de un granuja (1921). El poema posee un epígrafe "En memoria a Serguéi Esenin", cuyos versos autobiográficos denotan un tono melancólico, una mirada retrospectiva de la niñez, el pueblo "ámbito poético", contrastándolo con el presente citadino: En medio del camino de la vida/ Vago por las afueras del pueblo/Y ni siquiera aquí se oyen las carretas/Cuya música he amado desde niño". Más adelante expresa: "Tal vez nunca debí salir del pueblo/Donde cualquiera puede ser mi amigo./Donde crecen mis iniciales grabadas/En el árbol de la tumba de mi hermana." Y finalmente: "Como de costumbre volveré a la ciudad / Escuchando un perdido rechinar de carretas/Y soñaré techos de zinc y cercos de madera / Mientras gasto mis codos en todos los mesones". Llama la atención la imagen de "la carreta", figura de un tiempo pasado que al interior del poema estatiza el tiempo del recuerdo y lo concreta.

La imagen de pueblo en el poema teilleiriano corresponde a la aldea de Esenin. La primera contiene los recuerdos vinculados a lo sensorial del hablante. El espacio paradisíaco es el ayer que aparece mágicamente conectado a los personajes poéticos que han muerto. La realidad inmaterial está expresada en "el árbol de la tumba de mi hermana" que constituye un vicio de la sensibilidad lírica del envío poético que es "recordar" volver a tener la vivencia, del pueblo - aldea.

Además asocia la reflexión de lo que está viviendo ejemplo "en medio del camino de la vida" también exterioriza un autorreproche: "tal vez nunca debí salir del pueblo". Al interior del pueblo se anida el instante de felicidad, su periferia que forma parte del espacio del tiempo "Vago por las afueras del pueblo" que está en tiempo presente donde los oídos se ensordecen . Luego aparece la cotidianidad "el sueño" lo que permite recordar la aldea - lar. Este último es un lugar ideal gestador y vital que se renueva a través de la vía de la remembranza en lo primigenio, donde el hablante lírico con su memoria mítica quiere recuperar la posibilidad de ser feliz, lo que alguna vez vivió en un tiempo anterior, en la atmósfera del inconsciente.

CONCLUSIONES
La ciudad de Trakl es la imagen de decadencia del mundo occidental que está relacionado con el personaje poético "el forastero", "el solitario", "el apátrida", que posee la culpa por el sólo hecho de existir en el mundo la que estaría marcada por la inexorable muerte. Además en sus poemas alude a la melancólica casa de sus antepasados cuyos temas vértices son el paisaje decadente, el lenguaje y el hombre.

En relación al lenguaje, la poesía de Trakl se constituye con innumerables adjetivos, sustantivos y en grado menor está la presencia de los verbos.

La poesía de ambos autores (Trakl y Esenin) se caracterizan por asombrarse poéticamente en sus realidades más simples y puras.

Sus estilos poseen sellos particulares, aprecian el paisaje campesino en el caso del escritor salzburgués y la aldea de Esenin valorando el espacio rural donde se canta el sentimiento exteriorizándolo, desdeñando la ciudad y su significado.

Trakl, Esenin y Teillier poseen un aura personal y biográfica, poetizan sus vivencias y realidades cotidianas con un lenguaje sencillo y pleno de profundidad en sus imágenes y visión de mundo.

Finalmente, se retorna una y otra vez a la literatura concebida como Palimpsesto: un texto que se escribe sobre otro texto. Trakl, Esenin y Teillier son ejemplos de una escritura en conjunto han creado un solo y gran poema.

 

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NOTAS:

1.- Antes de exponer el marco histórico - literario se debe aclarar que no existe una bibliografía concreta sobre el tema, es decir, se tendrá que reconstruir a través de textos disperso, bosquejos panorámicos sobre poesía chilena. volver

2.- Se comienza a configurar en el sur de Chile una poesía a partir de una matriz común conformada por la producción literaria de Juvencio Valle, algunas obras de Neruda y toda la poética de Teillier. volver

3.- C.F.R. con la opinión y enfoque de Ricardo Yamal en La poesía chilena actual (11960-1984) y la crítica. P. 57.volver

4.- El profesor Iván Carrasco expone sus fundamentos con el objetivo de denominar a la poesía del sur de Chile con una orientación etnocultural y no lárica. En lárica. En Revista Chilena de literatura. Nº 33, Stgo, 1989, p. 41.volver

5.- Desde el punto de vista generacional se conoce como generación de 1957 por Cedomil Goic. volver

6.- Término acuñado por el escritor chileno Enrique Lafourcade. En 1954 utilizó la voz generación del ´50 en La Antología del nuevo cuento chileno para referirse a narradores más o menos desconocidos. volver

7.- El resultado de esta experiencia fue recopilada en el libro Poesía chilena (1960 - 1965). Teillier en su ensayo Georg Trakl, el profeta de occidente destaca el pensamiento de Rilke sobre el autor: "La poesía de Trakl es un objeto de existencia divina para mí... el más conmovedor de los lamentos ante un mundo imperfecto." En 1953 Martín Heidegger en su estudio George Trakl lo llama "poeta del occidente aún oculto, de una nueva generación renegada que sucederá a la actual", considerándolo el sucesor de Hoederlin. El poeta salzburgués contrastará la imagen de ciudad, lugar de connotación negativa para él con un espacio campestre cuyos personajes líricos serán campesinos y pastores. A la ciudad la calificará en el libro Cantos del solitario como "piedras erigidas" (Occidente); "humeante ciudad", "paredes ruidosas"; "construcción de piedra". (Limbo). "Tañen sin cesar los muros blancos de la ciudad" del poema (Ruina) basado en la obra Siete cantos de la muerte. En Otoño transfigurado (Verklärter Herbst) del libro De poesías (Gedichte) el aspecto rural está centrado específicamente en la figura "del bosque" cuando el hablante manifiesta: "Los bosques alrededor callan admirables / siguen los pasos del solitario". En los versos de Trakl el bosque está personificado, en cambio, en el poema teilleiriano "Un desconocido silba en el bosque" del libro Poemas del país de nunca jamás, la imagen de bosque se configura en el ámbito de la separación, el alejamiento del hogar, la pérdida del rumbo a raíz de este "desconocido". Se termina la aventura de los que viajan al incorporarse al bosque explicitado en: "Debíamos decir que ya no nos esperen". Todo lo anterior provoca la pertenencia a un espacio - tiempo de una realidad otra, la muerte. El poema de Trakl posee un equilibrio tonal: "Todo se hunde en quietud y silencio". Además es circular, se inicia y termina en armonía con su título en comparación a los versos de Teillier: "y nadie podrá comprender a los que oímos / a un desconocido silbar en el bosque", en los cuales existe una resolución provocada por el recorrido que hacen los personajes líricos atraídos por "el desconocido". También en estos versos se produce el contacto con la muerte debido al lenguaje que no es entendido por los otros, "por nadie", sólo se comunican con el desconocido que se encuentra en otra dimensión, porque son los únicos que pueden comprender a ese desconocido "ahora conocido" que silba en el bosque. El personaje poético "solitario" al igual que "el desconocido" se personifica o provoca la atracción de otros a un lugar. En el poema "Anif" de Cantos de la muerte en el tercer verso "tranquilo habitas tú a la sombra del fresno otoñal", está implícito la voz lírica, sin embargo en el quinto verso "(...)conmueve el pecho del extranjero" la última palabra es sinónimo de forastero, el estar de paso en la tierra, a lo que se añade "grande es la culpa del nacido", por consiguiente, la muerte es el castigo del ser, del hombre. Su culpa se convierte entonces en una consecuencia del ser en el mundo, de habitar, de estar viviendo. El "habitar" desde el punto de vista de Heidegger debido a la acción de revelar su riqueza, lo que permite el acceso al ser auténtico. Habitar es la actividad que fundamenta al ser del hombre. Por lo tanto ser hombre quiere decir: estar en la tierra como mortal, morar un espacio. El poema, expresionista, "Grodek" de la obra Der Brenner (1914 - 1915) presenta como tema central la muerte que se convierte en una sombra que acecha al hombre. Su imagen es la de un ser abandonado ya que "Una nube roja (...) habita un Dios de cólera". Hasta la naturaleza es devastada por la muerte "al oscurecer suenan los bosques otoñales / con armas de muerte". Los versos de Tralk muestran el holocausto, en el cual, el espíritu "huérfano" del hombre sólo se alimenta de dolor.volver

8.- Olivárez , Carlos. Conversaciones con Jorge Teillier. P. 36. volver

9.- Entrevista concedida en marzo de 1995 a la autora de estas líneas. Fue publicada posteriormente en Aérea, Revista Hispanoamericana de Poesía, N° 2. Santiago - Buenos Aires. pp. 347-355 volver

10.- Teillier, Jorge. "Los poetas de los lares". En: Boletín de la Universidad de Chile. N° 56. Santiago. 1965. 48-54 pp.volver

11.- Teillier , Jorge. "Sobre el mundo donde verdaderamente habito" . En Aisthesis N° 5. 1970. 279-284 pp. volver

12.-Teillier, Jorge. "Sergio Esenin , el último poeta de aldea". En diario El Siglo, 26 de mayo 1963. volver