Avances en Medicina Veterinaria, Vol.6, N°2, Julio-Diciembre, 1991
Características biológicas y productivas de los camélidos sudamericanos

[ Nutrición y alimentación de los camélidos Sudamericanos ]

Los CSA están bien adaptados a áreas donde la cantidad de forraje está limitada y los nutrientes se hallan altamente diluidos por carbohidratos estruc­turales que son difíciles de digerir. Estas caracterís­ticas son propias del hábitat donde se originaron (Altiplano), en él hay largos períodos de sequía durante el año (normalmente en el año hay 4 meses secos) y son frecuentes ciclos de años secos.

Bajo estas condiciones y debido a las caracterís­ticas selectivas, reducido consumo, mayor tiempo de retención de la digesta en su tracto digestivo, además de estar fisiológicamente adaptadas para sobrevivir en zonas de gran altitud, los CSA son las especies mejor adaptadas para aprovechar la escasa y fibrosa vegetación de los ecosistemas de montaña (San Martín y Bryant, 1987).

Los CSA se clasifican dentro de los animales rumiantes, estos animales presentan características digestivas, anatómicas y funcionales que les permi­ten obtener energía y proteínas a partir de alimentos no utilizables por el hombre, siendo por ello no competitivos.

Las características morfológicas y funcionales no son motivo de esta revisión, no obstante se entregan algunas descripciones generales de los principales mecanismos de adaptación al medio ambiente, en lo referente a la nutrición y alimenta­ción de los CSA.

a) Conducta de pastoreo

Los CSA en general tienen un patrón de comporta­miento de pastoreo diferente de las demás especies, presentando características especiales como la pe­queñez de las patas, con una almohadilla plantar que sostiene en forma balanceada un cuerpo ágil y liviano, esto permite que las praderas naturales no se deterioren con el pisoteo. Por otra parte al reali­zar la prehensión de los pastos no lo hacen jalando o arrancando la vegetación como los ovinos, bovinos y caprinos, sino que llevan a cabo un corte que conserva mejor el estrato herbáceo (Bustinza, 1986).

Estudios experimentales han indicado que el consumo de pastos, comparativamente con el ovi­no, es menor para mantener y hacer posible la producción de una determinada unidad de cuerpo. También se ha observado que al ser pastoreados en pastos frescos y cultivados, no presentan timpanis­mo, fenómeno generalizado en otras especies ru­miantes (Bustinza, 1985).

Las alpacas prefieren las zonas más húmedas para alimentarse, ingiriendo una alta proporción de hojas, lo que aumenta aún más en la época lluviosa, en cambio las llamas hacen una selección de gramí­neas altas y fibrosas. En general se acepta que la alpaca prefiere pastorear forrajes que crecen en terrenos húmedos y la llama prefiere pastorear sec­tores más xeromórficos (Raggi, 1989).

En relación a la conducta de pastoreo en el seca­no mediterráneo, actualmente sólo se conocen los antecedentes entregados por Simonetti y Fuentes (1981), que estudiaron el efecto del guanaco en semicautiverio sobre el matorral, por su conducta de ramoneo, comparándolo con cabras y conejos. Según estos autores el efecto sobre la vegetación arbustiva de la zona central se puede reflejar en 2 situaciones, la primera un proceso de defoliación y la segunda la destrucción de plántulas de los arbus­tos. El efecto de eliminación de plántulas obtenido por estos autores, indica que la cabra y el conejo eliminan masivamente las plántulas de arbustos ubicadas entre árboles adultos, en cambio el guana­co tendría muy poco efecto sobre las plántulas de arbustos. Por otro lado, el consumo de arbustos por parte del guanaco también es bajo, lo que lleva a la conclusión de que los guanacos son esencialmente pastoreadores y el ramoneo no es una conducta importante en su relación trófica con la vegetación.

b) Composición botánica de la dieta.

La alpaca consume mayormente gramíneas altas en la estación de lluvias y gramíneas bajas en la esta­ción seca (Tapia y Lazcano, 1970). En compara­ción con el ovino, la alpaca sélecciona más las gramíneas altas que las bajas. En pasturas cultiva­das los ovinos consumen 2,6 veces más legumino­sas que los CSA, esto puede explicar en parte el hecho de que en los CSA no se registran casos de timpanismo, cuando pastorean áreas con altos por­centajes de leguminosas.

La llama selecciona más las gramíneas altas y fibrosas en comparación con la alpaca y el ovino. San Martín y Bryant (1987); Cardozo (1954); Fran­klin (1982), basados en observaciones visuales, señalan que la llama prefiere, más que otros ru­miantes, forrajes altos y fibrosos, mientras que la alpaca muestra una mayor predisposición a usar forrajes que crecen en terrenos húmedos. Estas ob­servaciones sobre las conductas selectivas de las llamas inducen a pensar que este animal está adap­tado a ambientes áridos, al revisar la distribución actual de la llama en Sudamérica, se puede apreciar que su mayor población se encuentra en la puna seca de Bolivia (70% de la población mundial), por otro lado se ha visto que estos animales en suelos húmedos presentan diversas patologías (Sumar, ci­tado por San Martín y Bryant, 1987).

Al comparar la selectividad de las 3 especies, se puede observar que los ovinos son los animales más selectivos y las alpacas ocupan una posición inter­media entre ovinos y llamas (San Martín, 1987). La alpaca sería un animal altamente adaptable, varian­do su selectividad de plantas en los forrajes nativos, de acuerdo a su disponibilidad. Así, cuando la disponibilidad de gramíneas es alta, y la disponibilidad de herbáceas y plantas parecidas es limitada, las gramíneas representan la mayor parte de la dieta. Por otro lado, cuando la disponibilidad de las herbá­ceas es alta, ellas son constituyentes importantes de la dieta. Estudios de complementariedad entre es­pecies para manejos de pastoreo, sugieren que la llama y ovinos ofrecen la mejor alternativa de utili­zar eficientemente el recurso forrajero, mientras que la alpaca parece ser más adecuada para la utili­zación del pastizal como una sola especie animal.

El guanaco, según Raedecke (1978), muestra una mayor utilización de árboles y arbustos en los meses de invierno, ya que el resto de la vegetación se encuentra cubierta por la nieve. Ortega (1985), determinó en Torres del Paine que estos animales ejercen una alta preferencia por gramíneas y las especies arbustivas sólo son consumidas cuando la estrata herbácea se encuentra cubierta de nieve. En síntesis, el guanaco no es un animal especializado en la selección de su dieta, debido a que en la Patagonia, carece de presión de otros grandes herbí­voros silvestres. La llama por otro lado parece estar en el grupo de los rumiantes clasificados como consumidores de forrajes fibrosos y secos. La alpa­ca de acuerdo a su comportamiento alimenticio estaría catalogado como un animal oportunista y clasificado dentro del grupo de los herbívoros inter­mediarios en la selección de forraje, este animal se caracteriza por utilizar una amplia variedad de tipos de vegetación.

c) Composición de la dieta

Durante los meses secos la calidad de la dieta alcan­za los valores más bajos en términos de proteína cruda y digestibilidad. Mientras que en la estación lluviosa estos valores alcanzan los niveles más altos.

San Martín determinó que la mayor calidad nu­tricional de la dieta corresponde a la consumida por la llama, seguida por la alpaca, siendo la de mejor calidad la ingerida por el ovino. Esta mejor calidad de la dieta consumida por los ovinos se debe a su mayor capacidad de selección de los forrajes consu­midos, esta característica beneficiosa desde el pun­to de vista del animal, puede ser perjudicial para la condición de la pradera. La mayor selectividad de los ovinos se debe a su mayor tasa metábólica, lo que implica tener mayores requerimientos de pro­teína y energía.

d) Consumo

 El consumo promedio de materia seca en alpacas y llamas es de 1,8 y 2% del peso vivo. En general el consumo diario de los CSA es menor que el del ovino. San Martín (1987), encontró que bajo condi­ciones de pastoreo, llamas y alpacas tienen el mis­mo nivel de consumo, siendo este inferior al de los ovinos en 36% bajo pasturas cultivadas y en 26% en pasturas nativas.

El menor consumo observado en los CSA, con respecto a los ovinos es el resultado de factores asociados tales como, el mayor tamaño corporal y el relativo menor requerimiento de energía en los CSA (Schneider et al., 1974, citado por San Martín y Bryant, 1987). Estos factores conllevarían a los CSA a ser menos selectivos con respecto a partes de plantas que los ovinos y tener un menor potencial de consumo. Esta relativa menor capacidad selectiva de los CSA se refleja en la mayor selección de tallos observada por San Martín (1987), en comparación al ovino. Los tallos, a diferencia de las hojas, son retenidos por un mayor tiempo en el estómago que las hojas causando una reducción en el consumo.

El menor volumen de los dos primeros comparti­mentos del estómago de los CSA en comparación con el retículo-rumen del ovino, por unidades de peso metabólico, y el mayor tiempo de retención de la digesta en el tracto digestivo de los CSA, son también factores que por estar altamente y negativa­mente relacionados con el consumo determinan que este sea menor en los CSA comparado con el ovino.

e) Factores de conversión para la carga animal.

Al considerar al ovino, alpaca y llama, con los siguientes pesos adultos; 40, 65 y 108 kg respecti­vamente, y considerando los valores de peso meta­bólico más los niveles de consumo para cada espe­cie, se obtiene un factor de conversión de 1:1 para alpaca-ovino, 1,5;1 para llama-ovino (San Martín y Bryant, 1987). En estas relaciones no se incluyen características del forraje y del medio ambiente, por lo que estos factores de conversión son sólo de referencia y deben ajustarse al ecosistema donde se realice la explotación.

f) Efecto de la alimentación sobre la producción de alpacas

En los países que existe explotación de CSA, ella depende casi exclusivamente de la alimentación con pastos naturales, cortos, duros y existentes en las zonas de gran altura, estas praderas se caracteri­zan por tener crecimiento y producción estaciona­ria, además de ser pobres en proteínas, esto reper­cute en los niveles productivos de los CSA, que en comparación con otras especies domésticas son bajas, tanto en producción de carne como en sus parámetros reproductivos y producción de fibra.

Resultados obtenidos por (Bustinza et al., 1981), demuestran que al someter a la alpaca a planos nutritivos de mejor calidad mediante la ali­mentación con alfalfa, se obtiene diferencias signi­ficativas de peso de hembras y tuis (crías), con diferencias hasta de 20 kg en estos últimos a la edad de 3 años. Esto demuestra que la alpaca posee un potencial genético que se expresa cuando se le pro­vee de una mejor alimentación. Esta respuesta tam­bién se observó en la producción de lana, la que se incrementó en longitud de mecha (2 cm adiciona­les), diámetro de la fibra (6,6 micras en promedio) y peso del vellón (0,6 kg adicionales por esquila en promedio). Estos datos demuestran que el vellón de alpaca puede mejorarse en su producción, al pro­veer a los animales de una buena alimentación.

Adicionalmente se observó que animales some­tidos a alimentación con alfalfa no sufrieron timpa­nismo, esto marca una diferencia importante en relación al bovino y ovino que sufren timpanismo cuando consumen altos niveles de estos tipos de forraje.


Abstract / Introducción / Origen y Evaluación de los Camélidos Sudamericanos / Características generales de los Camélidos Sudamericanos / Características generales de la alpaca / Características generales de la llama / Biología y manejo de la reproducción / Manejo reproductivo / Nutrición y alimentación de los camélidos Sudamericanos / Comportamiento / Manejo sanitario / Referencias / Versión completa (imprimir)


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