Para que nadie quede atrás
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Alejandro Cabrera
HOMBRE DE SU ÉPOCA Y DE TODAS LAS ÉPOCAS
Por Gustavo González Rodríguez
(Nota: Este texto está basado en el discurso del entonces director de la Escuela de
Periodismo de la Universidad de Chile, Gustavo González Rodríguez, en el funeral
de Alejandro Cabrera Ferrada, el 2 de abril de 2006)
En nombre de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile
y del Instituto de la Comunicación e Imagen, hago llegar nuestro
pésame y toda nuestra solidaridad a la esposa de Alejandro Cabre-
ra Ferrada, Angélica, a sus nueve hijos y 12 nietos, con un especial
abrazo fraterno para María Eugenia, la segunda de sus hijos, com-
pañera de nuestra generación; compañera de quienes estudiamos
en la querida Escuela de la calle Los Aromos entre 1966 y 1969.
Fue en aquellos años que tuvimos la suerte de contar entre nuestros
profesores al “Negro Cabrera”. Claro que entonces, desde nuestra
condición de alumnos, no nos atrevíamos a mencionarlo por su
apodo, sino que le guardábamos una suerte de reverencial respe-
to, como correspondía con un académico que se caracterizaba por
su rigor y por su afán de insertarnos desde temprano, a través de
su cátedra de Periodismo Informativo, en todas las dimensiones
que forman a un buen periodista: disciplina, sacrificio, capacidad
de iniciativa, metodología, pero también libertad y un profundo
sentido de la ética como elemento rector de nuestro trabajo.
Gracias a Alejandro Cabrera aprendimos que la noticia no tiene
horario pero que siempre hay que llegar a tiempo. Él nos intro-
dujo en la valiosa e impagable rutina de la lectura tempranera
de los diarios. Nos enseñó el secreto de la libretita en que debía-
mos anotar los acontecimientos relevantes, como una especie de
mini archivo personal cuando aún faltaba mucho tiempo para la
invención de los sistemas electrónicos personales de bancos de
datos. Alejandro Cabrera nos empujó a tomar en serio nuestra
profesión, a saber que preparar bien una entrevista o dominar el
background
de los acontecimientos y procesos no era solo una
cuestión de respeto hacia nosotros mismos y hacia nuestro tra-
bajo, sino sobre todo un deber hacia la sociedad a la cual nos de-
bemos en aras del derecho a la información y de la libertad de
expresión.
En el elenco de maestros que marcaron nuestro paso por la Es-
cuela de Periodismo de la Universidad de Chile, Alejandro Ca-
brera brilla con su talento junto a Mario Planet, Mario Céspedes,