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Eduardo Ted Córdova-Claure

MI AMIGO TED

Por Abraham Santibáñez

Nos conocimos hace mucho más de medio siglo. Fue en la que San-

tiago del Campo bautizaría como “la guagua de fierro, cemento y

cristal”, el entonces flamante edifico de la Escuela de Periodismo de

la Universidad de Chile, en los confines del Instituto Pedagógico.

Ted Córdova (más tarde optó por firmarse Córdova-Claure) venía

de Bolivia, porque su padre insistía que estudiara Arquitectura. Yo

venía de más cerca, de Vicuña Mackenna al llegar a Plaza Italia,

donde había estudiado Química y Farmacia por un año.

Desde entonces, fuimos buenos amigos, aunque no coincidíamos

en todo: en la amistad y en el matrimonio pensar siempre igual

no ayuda mucho. Pero creíamos en el periodismo y mirábamos al

mundo con sano escepticismo, dudando siempre de las verdades

oficiales y las consignas partidistas.

En esos días, con apoyo de otros compañeros, creamos un diario

mural: Sygma. Era una placa de madera terciada cortada como pa-

leta de pintor. Era una manera práctica de aplicar nuestros cono-

cimientos. Un día nos llegó una carta del director de la Escuela,

Santiago del Campo. Hacía valer su derecho a rectificación para

aclarar algo que habíamos afirmado. En vez de imponer su autori-

dad, nuestro

“colega”

del Campo simplemente nos pedía publicar

su carta.

Así lo hicimos.

Al terminar el primer período de clases estrenamos una mini-co-

media musical del propio Ted:

Detrás de la puerta angosta

, repleta

de alusiones a personajes y situaciones de la Escuela.

Peripecias en el sur

Unas semanas después partimos mochileando al sur. A veces en

micro, a veces en tren, a veces “haciendo dedo”, llegamos hasta ori-

llas del lago Villarrica donde nos instalamos en una vetusta carpa

de lona, desechada (con razón) por el Ejército. Leíamos, nos bañá-

bamos en las frías aguas del lago junto al Toltén y conversamos lar-

gamente junto a improvisadas fogatas. Yo ya me había iniciado en

Hemingway, pero con Ted lo aprecié más y –supongo– ambos nos

identificábamos con su carrera de reportero de guerra y escritor.

El viaje me enseñó de Chile mucho más de lo que sabía: anduvimos

El joven reportero Ted Córdova en el Muro de Berlín