32
Eduardo Ted Córdova-Claure
MI AMIGO TED
Por Abraham Santibáñez
Nos conocimos hace mucho más de medio siglo. Fue en la que San-
tiago del Campo bautizaría como “la guagua de fierro, cemento y
cristal”, el entonces flamante edifico de la Escuela de Periodismo de
la Universidad de Chile, en los confines del Instituto Pedagógico.
Ted Córdova (más tarde optó por firmarse Córdova-Claure) venía
de Bolivia, porque su padre insistía que estudiara Arquitectura. Yo
venía de más cerca, de Vicuña Mackenna al llegar a Plaza Italia,
donde había estudiado Química y Farmacia por un año.
Desde entonces, fuimos buenos amigos, aunque no coincidíamos
en todo: en la amistad y en el matrimonio pensar siempre igual
no ayuda mucho. Pero creíamos en el periodismo y mirábamos al
mundo con sano escepticismo, dudando siempre de las verdades
oficiales y las consignas partidistas.
En esos días, con apoyo de otros compañeros, creamos un diario
mural: Sygma. Era una placa de madera terciada cortada como pa-
leta de pintor. Era una manera práctica de aplicar nuestros cono-
cimientos. Un día nos llegó una carta del director de la Escuela,
Santiago del Campo. Hacía valer su derecho a rectificación para
aclarar algo que habíamos afirmado. En vez de imponer su autori-
dad, nuestro
“colega”
del Campo simplemente nos pedía publicar
su carta.
Así lo hicimos.
Al terminar el primer período de clases estrenamos una mini-co-
media musical del propio Ted:
Detrás de la puerta angosta
, repleta
de alusiones a personajes y situaciones de la Escuela.
Peripecias en el sur
Unas semanas después partimos mochileando al sur. A veces en
micro, a veces en tren, a veces “haciendo dedo”, llegamos hasta ori-
llas del lago Villarrica donde nos instalamos en una vetusta carpa
de lona, desechada (con razón) por el Ejército. Leíamos, nos bañá-
bamos en las frías aguas del lago junto al Toltén y conversamos lar-
gamente junto a improvisadas fogatas. Yo ya me había iniciado en
Hemingway, pero con Ted lo aprecié más y –supongo– ambos nos
identificábamos con su carrera de reportero de guerra y escritor.
El viaje me enseñó de Chile mucho más de lo que sabía: anduvimos
El joven reportero Ted Córdova en el Muro de Berlín